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La nominación de lo humano. cuando los lazos se ven truncados

por Domínguez, María Elena

Universidad de Buenos Aires. Facultad de Psicología

Resumen

Todo parece haberse desanudado, todo parece haber desaparecido de repente. Lo conocido respecto de la humanidad no se encuentra ya allí. Una extraña fuerza invisible parece arrasarlo todo, convocándolos uno a uno al suicidio. Sin embargo, si prestamos más atención, si podemos oír en lugar de intentar ver lo que ahí aparece, hay ciertas voces que llaman a cada uno, que los convocan a algún lugar conocido. No son suicidios, son cuerpos tomados por una palabra.

Palabras Clave: Nominación | Humano | Diferencias | Lazos

El tiempo se mueve en una dirección, la memoria en otro
William Gibson

Las cosas más importantes son las más difíciles de decir
Stephen Edwin King

1. Introducción: La catástrofe

Todo parece haberse desanudado, todo parece haber desaparecido de repente. Lo conocido respecto de la humanidad no se encuentra ya allí. Una extraña fuerza invisible parece arrasarlo todo, convocándolos, uno a uno, al suicidio. Sin embargo, si prestamos más atención, si podemos oír, en lugar de intentar ver lo que ahí aparece, hay ciertas voces que llaman a cada uno, que los convocan a algún lugar conocido. No son suicidios, son cuerpos tomados por una palabra de amor. La palabra, lalengua materna, en algunos casos, una palabra de amor que los ha situado en determinado lugar, y que los conduce a la propia destrucción en pos de recuperarlo. ¿Un intento de volver al estado de nirvana que nos señala Freud? Tal vez.

Nos preguntamos ante ello ¿se ha perdido, ante esta catástrofe, la capacidad humana de decir, de hablar, de que el cuerpo se transforme en acontecimiento de un decir? Nuestra protagonista, Malorie, que se encuentra embarazada, en su última visita al obstetra, mientras realiza su última ecografía no mira siquiera a su bebé, no le interesa el sexo, incluso, hace comentarios sarcásticos. No se comporta como una madre, parece que porta “eso”, sin nombre, sin nominación. La obstetra intenta ubicar allí que si no hay lazo con el que vendrá, la adopción se presenta como la posibilidad, como respuesta, como un modo de ofrecerle otros lazos a ese porvenir a los que nuestra protagonista se niega a crear.

La catástrofe la toca de cerca, pierde a su hermana, su ciudad está destruida. Y la fragilidad de su cuerpo, se hace evidente y, paradójicamente, el que porte vida es lo que le permite una salida y salvaguardarse. Así, un grupo de sobrevivientes le hacen un lugar en una casa. Lazos nuevos aparecen. Otra embarazada ingresa también en el grupo. Odios, rencores, la organización se pone en juego con la lucha por congeniar los diferentes modos de vida que deben cohabitar. Y lo humano ¿cómo se recorta allí?

2. La universalidad descarnada.

La universalidad hace su entrada de modo descarnado prometiendo una eterna felicidad que borra las diferencias, aquellas que hacen a cada sujeto en su singularidad. Todos deben disfrutar de esa felicidad que ingresa por los ojos, todos deben ver aquello que está matando a lo humano en pos de una felicidad suprema. De allí que la vista deba ser desbaratada. De allí, el temor por crear lazos afectivos. A partir de ahora sólo serán efímeros ante la amenaza de que, lo dado a ver lo sustraiga o lo ponga en peligro. Por esa voz el uso de la palabra que empieza a quedar vedada para nuestra protagonista. Los productos del nacimiento, incluso, son boy y girl sin nombre. Sin identidad, sin inscripción, aunque para ellos son únicos y no les resulta extraño. No obstante, no hay nominación posible allí. La palabra ha quedado clausurada, la distinción subjetiva también. El decir que hace acontecimiento de cuerpo, que constituye un sujeto ha quedado suspendido en el tiempo, inhibido de ser puesto en práctica por temor de la visión que promete el amor, la felicidad, la eternidad, un lugar en el mundo a costa de la pérdida de lo humano en pos de una universalidad que borra lo humano, que destruye a lo humano y obliga a morir con el fin de evitar la diversidad con el plan pergeñado.

Una nominación que psicotiza, que los nombra para el plan de destrucción de lo humano, de las diferencias. Todos son objetos de esta fuerza secreta que apunta a destruir lo diverso, la diferencia aquello que hace a lo propiamente humano.
Intentos fallidos aparecen de recuperar una familia lazos, amor, conseguir alimento, sobrevivir, educar; pero eso no es vida, no hay otros con quien compartir. Son como pájaros en una jaula. Sólo para ser vistos por alguien pero sin poder llegar a ver, recorrer…el mundo. Finalmente, si lo humano sobrevive requerirá un sacrificio. Que implicará una nueva nominación, un nuevo llamado del Otro que consienta la diferencia, por estar atravesados por el lenguaje y la posibilidad de conseguir inscribir en el cuerpo al producto generado y dar espacio a que éste lo acepte o rechace ese llamado. Una premisa obtenida de los pájaros que con su piar no caen en el sueño de las sirenas, advierten de su presencia, guían a lo humano. Oras voces a oír, distintas no humanas, pero libres, aunque vivan en una caja. ¡Catástrofe!

Ahora bien. ¿Es la palabra la que queda vedada o el poder de nominación que ella porta en tanto produce un sujeto, convoca a alguien de cierto modo a un lugar de sujeto?

3. Lo que hay

Ignacio Lewkowicz señala en “Catástrofe: experiencia de una nominación”, texto del libro Pensar sin Estado (2004), aclaremos sin el Estado-Nación, al que corresponde un lazo social instituido sustentado en un tipo subjetivo: el ciudadano.

Aquí también hay una Nación desmantelada, no existen mediaciones que organicen la vida en sociedad, no hay sociedad, lo humano ha sufrido impactos a partir de un mismo impasse El término presentado resulta incongruente con la lógica estructural precedente. La organización previa está desquiciada y ante esa desarticulación encontramos que ya “No retornan las voces acalladas, hablan voces inauditas” (Lewkowicz, 2004, p. 153). Nuevas voces que se han tornado peligrosas para la integridad humana ¡reino de la indiferenciación! y sólo la dada por la nominación amorosa salvará lo que queda aún vivo de lo humano.

Nuevas marcas deben ser instauradas por Malorie para boy y girl y poder así resguardarlos de una muerte segura. Todo el film suponemos que ella es fría y así, como nada le importaba su producto mucho menos el de Olympia la parturienta que se presenta como su contraparte frente a la maternidad. Pero ella demostrará con su accionar, con su largo peregrinar de sogas, ojos vendados, pájaros en jaulas, el peligroso recorrido por el río siguiendo otra voz, una voz amorosa, que no desconoce la castración, que no hay allí arrasamiento de la subjetividad (Lewkowicz, 2004, p. 161). Y, de este modo, una nueva dinámica se instaura que nos será develada recién en la última escena. Après-coup se nos va a permitir leer la dinámica que ella instaura a partir de que los términos han sido desprendidos del anudamiento estructural anterior y seguir esta historia de anudamientos y desanudamientos que se instaura a partir de seguir los términos desprendidos, esa historia del nudo, de la catástrofe, porque nos da a descubrir como anuda y reanuda a los pequeños sujetos a lo que hay. Ciertamente a partir de los términos desanudados.

4. La nominación que humaniza

Esta dislocación que hallamos en el film en la inscripción de la vida en el ordenamiento del Estado, de lo social afecta a la familia, la constitución de la misma como así también lo familiar, la idea de lo familiar y los lazos en los que se soporta. Lo humano se halla guiado por pájaros que nos indican el peligro de perder nuestra integridad y que se hallan en una caja. Cándida metáfora para la humanidad, muchos piares sin una supuesta comunicación o, al contrario, suponiendo la no existencia del malentendido estructural ellos con su accionar nos alertan del destino universal que acecha lo propiamente humano: la diferencia, la diversidad. Lo que nos hace únicos e irrepetibles pese a cualquier intento de volvernos otros.

Detengámonos en Malorie como madre, pues es ella la que debe hacer lugar al nombre del padre sosteniendo su decir. Su función “es reducida a traducir ese nombre [nom] por un no [no]” (Lacan, 1973-74, 19/3/74), transmitir al hijo un no, un no amoroso que dice el padre y que dice de su referencia al padre como función. Casos felices en que la madre, por amor, hace lugar al no que el padre profiere. Pero no siempre es así y Lacan lo indica señalando que

lo que vivimos es muy precisamente esto: (…) la pérdida, la pérdida de lo que se soportaría en la dimensión del amor (…) a ese nombre del padre se sustituye una función que no es otra cosa que la del «nombrar para». Ser nombrado para algo, he aquí lo que despunta en un orden que se ve efectivamente sustituir al nombre del padre. Salvo que aquí, la madre generalmente basta por sí sola para designar su proyecto, para efectuar su trazado, para indicar su camino”.

Esta función que Lacan en el Seminario 21: Los no incautos yerran (1973-74), subraya como prevalente en la actualidad que es preferida sobre la del padre y que incluso la sustituye, a la que denomina nombrar para o ser-nombrado-para: “por el desfiladero del significante por el cual pasa al ejercicio ese algo que es el amor, es muy precisamente ese Nombre del Padre que sólo es «no» a nivel del decir, y que se amoneda por la voz de la madre en el decir «no» de cierto número de prohibiciones; esto en el caso, en el feliz caso, aquél donde la madre quiere, con su pequeña cabeza, proferir algunos cabeceos” (Lacan, 1973, 19/3/74).

Podría objetarse que los dichos corresponden a un determinado momento histórico, el del dictado de este seminario, pero puede seguramente extenderse a la época actual y ¿a este film? Y es que el nombrar para introduce así un orden materno o de exclusividad materna. En ese nombrar:

es bien extraño que aquí lo social tome un predominio de nudo, y que literalmente produzca la trama de tantas existencias; él detenta ese poder del «nombrar para» al punto de que después de todo, se restituye con ello un orden, un orden que es de hierro” (Lacan, 1973-74, 19/3/74).

Remarquemos que no se trata sólo de que lo social tome el relevo del Nombre del Padre al “nombrar para”, sino que es restitutivo de un orden que es de hierro, inflexible… a diferencia del proporcionado por el Nombre del Padre. Este nuevo orden según Lacan es de hierro y designa esa huella como retorno del Nombre del Padre en lo real “en tanto que precisamente el Nombre del Padre está verworfen, forcluido, rechazado? (…)¿acaso ese «nombrar para» no es signo de una degeneración catastrófica?” (Lacan, 1973-74, 19/3/74). Aquella que acontece al comienzo.

Efectivamente se trata de un retorno a su conceptualización de la psicosis de los años cincuenta, pero ahora extendida, aplicable, a lo social mismo, al anudamiento provisto por lo social. De este modo el “nombrar para” sería una forma psicótica de anudamiento, a distinguir del anudamiento que provee el nombre del padre.

Marcelo Barros lo explica claramente ubicando dos anudamientos diferentes, dos nominaciones muy diversas. Así, en su desarrollo retoma esta oposición entre estos dos anudamientos proponiendo la existencia de dos modos de nominación a partir de la sentencia de El Seminario 3: las Psicosis (1955-56): “Tu eres el que me seguirá/s”, recortando dos lógicas de la nominación y con consecuencias bien opuestas para el sujeto producto de la misma (Barros, 2012). Una primera ligada al «nombrar para», la segunda al amor y al Nombre del Padre en donde la voz de la madre le hace lugar al padre a partir de su cabeceos.

De esta manera, ubica que el “Tú eres el que me seguirá” implica certeza, allí prima la continuidad, la perpetua voluntad del Otro como palabra fatal escrita. Nada tiene que ver con el amor, es un hacer entrar al otro dentro de los propios cálculos. Ese nombrarlo lo identifica con la finalidad de incluirlo en mi proyecto de modo calculable, predecible. «Ser nombrado para» implica hacer entrar al otro dentro de los propios cálculos, para un destino, para el proyecto del OTRO. Allí el orden de Hierro es burocratización, le asigna un rol al sujeto y su identidad se sostiene de ese rol, pierde ese rol, pierde su identidad. Eso se ve en la actualidad el rol social es perder la Identidad el lugar en el Otro. Un nombrar “para psicótico” que pareciera ser el que Malorie pone en práctica en su relación con boy y girl. Ese lazo creemos encontrar como propuesto a los recién llegados en función de lo social existente.

Pero hay una segunda nominación que se enlaza con el nombrar paterno amoroso, y es la que permite conservar lo humano. Por el contrario, esta segunda nominación señalada a partir del “Tú eres el que me seguirás” sitúa una relación con el otro se encuentra basada en el amor. De allí que implica una invocación, un acto de fe que se produce sobre un fondo de garantía de lo que el otro podrá hacer o no. Y es que el otro no es ya calculable, tal como girl se propone para ver en un momento dado del recorrido en el río en dónde no hay como guiarse si no es con la vista. Es una elección que produce sujeto. Éste ya no es calculable. En el “Tú eres el que me seguirás” está en juego la instancia de la palabra como acto (Función del Nombre del Padre). Un decir verdadero que como acontecimiento se encuentra abierto al equívoco. Apunta a la personalización del sujeto al que uno se dirige.

Esta manera de formular la nominación subraya la castración, la dimensión de lo incalculable del otro, del deseo del Otro, que se opone a la certeza y se ubica, sobre todo, en el nivel de una función paternal que promueve un ordenamiento de las generaciones por amor. Ello es posible por su llegada a un lugar seguro, paradigmáticamente, la Escuela de Janet Tucker para Ciegos, donde son recibidos por el hombre al otro lado de la radio, que es no vidente, al igual que otros de los sobrevivientes y no obstante, su voz los guió a ese lugar. Un nuevo hogar, un lugar donde se produce para Malorie un reencuentro inimaginado con su obstetra y es ahí que Malorie nombra por primera vez a sus hijos: Tom, nombre del hombre que encarnó la función del padre y al que ella amó durante la catástrofe y Olympia, en honor de una mujer muy fuerte y feliz.

Una transmisión que recorta la distancia que se encuentra en el lazo propuesto por lo social, en su destrucción de la diversidad y con el que, ahora nos enteramos, Malorie ha jugado y la nominación que pone en juego las cosas del amor, la castración y el amor. Un lugar para que las aves ahora queden libres los guíen y señalen con su piar los síntomas de la nominación cuando lo diverso corre riego, cuando lo humano, cuando el ser parlante hace síntoma de la nominación del Otro...y puede llevarlo a su propia destrucción. Ahora una nominación otra puede humanizarlo y ofertarle lazos sociales, pero cuidado! hay otra al acecho que podrá destruirlo usando como artimaña aquello que lo constituye su relación con el Otro. Una que se basa en el no reconocimiento de lo humano.

Referencias

BARROS, M. (2012). Acerca de “el orden de hierro. Extraído de http://marcelobarros.com.ar

DOMÍNGUEZ, M. E. (2016-b). El destino de las marcas. Algunas consideraciones sobre la apropiación de niños XXII Anuario de Investigaciones, Volumen XXII, (pp.81-91). Secretaría de Investigaciones. Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires.

LACAN, J. (1971-72a). El Seminario. Libro 19: ... o peor. Inédito.

LACAN, J. (1973-74). El seminario. Libro 21: Los no incautos yerran. Inédito.

LACAN, J. (1974-75). El seminario. Libro 22: R.S.I. Inédito.

LACAN, J. (2012): “Joyce el síntoma”. En Otros Escritos, Paidós, Buenos Aires, 2012, 591- 597.

LEWKOWICZ, I. (2004). Catástrofe: experiencia de una nominación. Pensar sin estado. La subjetividad en la era de la fluidez, (pp. 149-166), Argentina, Buenos Aires: Paidós.

SOLER, C. (2011). Identidad y nominación. Incidencias políticas del psicoanálisis I, (pp. 361-394) España, Barcelona: Ediciones S&P.

SOLER, C. (2013). ¿Identidades precarias? Aún, Publicación de Psicoanálisis, Año 5, Nº 7. Foro Analítico del Río de la Plata, Argentina, Buenos Aires: Letra viva, Buenos Aires, 33-41.



NOTAS





COMENTARIOS

Mensaje de Marta de Toro  » 3 de septiembre de 2019 » martalilian2006@gmail.com 

Muy buena esta lectura del film.
Abre a las preguntas que nos hacemos hoy sobre la manera de encontrar,-en la clínica, en la vida...-, formas de anudamiento, capitones, anclajes novedosos ante la irrupción de lo real...
Dar lugar a la dimensión de la voz, ante tanta pregnancia de las imágenes que nos inundan, es un gran detalle de este film.
Sdos. cordiales.
Marta de Toro..



Mensaje de Viviana  » 25 de agosto de 2019 » viviana_rocca@hotmail.com 

Muy buen trabajo!
Agradezco la recuperación del texto de Lewkowicz, marca de la época. Y especialmente la lectura de las dos lógicas de nominación, siendo la primera: el ser nombrado para como "solución atípica", descrita por Lacan en el Seminario 4, donde se prescinde de la función del padre simbólico.
Muchas Gracias por la elaboración.



Mensaje de Ludmila Wozniak  » 5 de agosto de 2019 » ludmilawoz@gmail.com 

Excelente trabajo!
Me gustó mucho la articulación teórica vinculada a la trama de la película y el desarrollo sobre la importancia de la nominación.