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Elogio del erizo

por Conte, Desiré

Mona Achache / Francia / 2009

Una lectura sostenida desde una perspectiva científica enaltece algunas obras cinematográficas. Cuando esto ocurre, el acto que produce un texto, lega al film una dignidad no pretendida en su génesis. La mirada clínica funda un hallazgo inédito en la intención del film suplementando ese universo celuloide en el testimonio que produce el escritor.

El erizo no pertenece a esa categoría. Es emoción descarnada, lo es el film y también la novela de procedencia, con su plusvalía de elegancia [1]. Nos dificulta el pensamiento, la inteligencia, la escritura y hasta la opinión. Cómo quedarse afuera con la puerta abierta de par en par del edificio burgués sito en la Rue Eugène Manuel número 2, barrio Trocadero.

Freud citando a Rückert el poeta quién a su vez versiona una de las macamas de Abu Hariri, filólogo árabe, nos presta esta idea consuelo al pretender abordarla: “Lo que no puede tomarse volando, hay que alcanzarlo cojeando. La Escritura dice, cojear no es pecado”. Y lo que dice la Escritura y ha apropiado el padre del psicoanálisis nos auxilia para soportar la frustración ante la imposibilidad de que la dignidad y la belleza queden de nuestro lado, son atributos del film y difícilmente los alcance la lectura. Seremos esta vez el erastés y El erizo el erómenos [2]. Entonces: ¿qué queda? ¿Cómo decir esta película que lo tiene todo sin caer en un elogio de la belleza que transmite? Pues, quizás se trate de un elogio; si no podemos hacer ciencia, acaso ¿si filosofía? [3]. Lo cierto es que al menos nos distinguiremos de la opinión en términos deleuzianos y así podremos reivindicar nuestra porción de cielo académico. Deleuze cita un texto de Lawrence [4] “violentamente poético” [5] que utiliza para distinguir la opinión de la trilogía ciencia-filosofía-arte. Da el estatuto que Lawrence otorga a la poesía a estas tres disciplinas.

Los hombres incesantemente se fabrican un paraguas que les resguarda, en cuya parte inferior trazan un firmamento y escriben sus convenciones, sus opiniones; pero el poeta, el artista, practica un corte en el paraguas, rasga el propio firmamento para dar entrada a un poco del caos libre y ventoso y para enmarcar en una luz repentina una visión que surge a través de la rasgadura.

Ellas rasgan la opinión en su punto más invariable. La opinión se forja como una especie de paraguas que nos protege del caos. La existencia es caos, la emoción en que nos hunde El erizo es caos. “No hay cosa que resulte más dolorosa, más angustiante que un pensamiento que se escapa de sí mismo, que las ideas que huyen, que desaparecen apenas esbozadas, roídas ya por el olvido o precipitadas en otras ideas que tampoco dominamos (…) incesantemente extraviamos nuestras ideas” [6], por eso nos empeñamos tanto en agarrarnos a opiniones establecidas. Este será pues, el intento de este escrito, naufragar en el caos sin abrigo de los juicios conocidos para lograr hilar alguna idea a partir de la epifanía que produce el encuentro entre espectador y obra. Encuentro que desdibuja los roles e invita, no ya a leer un film, sino a componer un texto cuya sustancia es la fundición de ideas, sensaciones y sentimientos de autores errantes e indistinguibles. Como en la obra de Pirandello [7] ya no será posible distinguir con claridad quién escribe a quién.

La niña sensata

Todo el mundo en la ciudad
es un suicida

...
y es la verdad [8].

Paloma vive en un edificio de ascensor caprichoso en el número 2 de la calle Eugène Manuel de París, tiene 11 años y la suficiente inteligencia para identificar un destino que teme suyo.

Paloma tomó una decisión, la única posible para no darse la cabeza como mosca contra una pecera de vidrio. Es el destino de los burgueses que llegan a la adultez, el limbo de los muertos vivos. Ahí, ella: no-va-a-ir.

Paloma se va a suicidar el 16 de Junio de 2009, el día de su cumpleaños número doce, los únicos años que pretende cumplir.

La convicción tan tenaz y la planificación impecable sumadas a la ausencia de un ápice de duda siquiera, lejos de desear desalentar tamaña empresa, nos despiertan curiosidad por los motivos. Porque si algo le sobra a la sensatez son buenos motivos.

Tiene un plan bien pensado, elaborado muy cuidadosamente luego de una atenta observación y posterior evaluación de las opciones posibles. Trazó dos caminos: morir a los doce o vivir en la pecera. Y eligió el primero con la convicción del obediente. La certeza de una idea sólo puede sostenerse en la operación que hace devenir la tragedia a historia. Aristóteles ubica la historia como la disciplina que habla de cosas que ya han sucedido; mientras que la tragedia refiere a cosas o incidentes que pueden ocurrir. La tragedia habla de verdades universales, es filosófica. Se trata de transformar las historias para desplegar problemas éticos que alcancen trascendencia (Solbakk, 2012). Si Paloma pudiera ver a través del espejo de su edificio de ricos y agujerear los elementos morales que sostienen lo universal; si entendiera la tragedia de la posmodernidad, la era del vacío [9] donde las masas han abandonado las instituciones de la sociedad, han dejado los absolutos y las virtudes y el sistema sigue funcionando pero por inercia, sin sentido [10]. Y aun así los sentidos singulares proliferan, las felicidades cotidianas, el milagro del amor que rescata de la muerte. Pero aun no puede, no tiene los recursos simbólicos que se lo permitan, y tampoco hay un adulto que la auxilie en tal atravesamiento. Es que el amor rescata en acto. Su familia la fuerza a sentarse en la moral que la sostiene, como todos ellos deben hacer, con un invaluable esfuerzo y algo de ansiolíticos y pócimas; el personaje asignado es el de la nena rara, sólo así puede entrar en el cuadro familiar, su perfil apareja un riesgo de anormalidad.

Todavía no sabe que le depara la vida, aun Kakuro Ozu no corrigió su acento japonés para que pueda hacer mejor lo que a ella le gusta tanto; ni compartió con René un trozo de chocolate amargo urdiendo el ritual fundacional de una amistad creciente. Rito que la convocará al deleite, en ese instante, Paloma, sumida en el placer absoluto, por primera vez en algún tiempo: dudará. Se preguntará ¿qué será lo bueno del chocolate, la sustancia misma o la técnica del diente que lo tritura? Y también por primera vez no buscará una respuesta, resultará suficiente la confluencia de sonrisas y sabores. Paloma no sabe que su anormalidad alumbra otros caminos, aun no puede ver que hay vida fuera de la pecera.

Tampoco se ha percatado del valor irrenunciable que le otorga a la vida. Pero nosotros intentaremos congregar esos sentidos singulares para encontrar su causa, hilar esas verdades subcutáneas que todavía no la convocan.

Se nos presenta la punta del hilo de Ariadna [11] cuando reivindica la diferencia entre el juego del Go y el Ajedrez. Cuando corrige a la visita con una tenacidad que ofende a los adultos. Se indigna con la confusión, no pensaba decir mucho, pero no puede permitir que los valores esenciales de la vida sean subvertidos desde esa sonrisa ruin en tan anodino comentario. El lenguaje, antes de significar algo, significa para alguien [12] y eso significa el Go chino para Paloma:

Los chinos inventaron el juego del Go, no los japoneses. Ud. se equivoca estimado señor. No es un equivalente del ajedrez, en el ajedrez hay que matar para ganar mientras que uno de los aspectos más bellos del Go es que para ganar hay que vivir pero también dejar vivir al adversario. La vida y la muerte no son más que la consecuencia de una construcción bien o mal edificada. Y lo que cuenta es construir bien.

Y Paloma fue castigada, recluida a su habitación bajo el imperativo paterno -¡abstente!-. El mismo padre que le ordena abstenerse, le obsequió la cámara con la que construirá la hazaña que la inscriba en la inmortalidad, contará su historia en los motivos de su muerte. Todo hombre puede ser inmortal, en las grandes o pequeñas circunstancias (…) en todos los casos la subjetivación es inmortal y hace al hombre. Fuera de ella existe sólo una especie biológica sin singularidad [13]. El padre le impide hablar pero le permite constituir su testimonio mediante la lente, se lo exige de un modo involuntario y en ese acto la salva. La divide. Le dona una herramienta para alzar su voz a la vez que le ordena silencio. Ese hombre preocupado y brillante que ve en su padre no puede equivocarse, y sin embargo se equivocó, le otorgó el don de contar historias queriendo silenciar su voz. Y entonces Paloma, cuando creía que sólo existían dos alternativas, construyó su país de las maravillas [14], el escondite perfecto del aburrimiento, una dimensión desconocida.

Nadie tiene que morir para que otro gane. En el juego del Go las reglas son simples, no hay mucho que decir, pero la estrategia es extremadamente compleja. Paloma parece haber renegado de su condición de estratega, de jugadora, aunque defiende tan apasionadamente el rol todavía no sale del confort burgués. Ella no juega Go aun pero sabe que no va a jugar ajedrez como su hermana -obsesionada por destruir al otro para sobrevivir-. Ella ve todo pero nadie la mira.

Paloma no tiene quién la mire

Todo el mundo en la ciudad
tiene mil vidas

...

y es la verdad [15].

¿Será la aparición en escena del señor Kakuro Ozu lo que dibuja signos de interrogación alrededor del fundamento de su sentencia?:

et moi? [16] ¿Mi destino se puede ver en mi frente? (…) ¿pero si existiera la posibilidad de convertirse en lo que uno todavía no es? ¿Habría sabido hacer de mi vida otra cosa distinta de para lo que fui destinada?

¿Cuál es la vía del deseo? A Lacan le llevo una vida y obra consagrada a la filosofía y la clínica decir mucho al respecto. No vamos a responder la pregunta pero si aislaremos un indicador confín: la duda retórica, la que no desespera por su aniquilamiento. La que entiende que la incógnita sostenida embellece la expresión de los conceptos, deleita, conmueve, persuade a buscar nuevos caminos, no que respondan el interrogante sino que advengan en mundos inexplorados, donde uno todavía no es. Y sólo los hará existir el acto de la exploración.

El placer del chocolate en la boca fue un señuelo de la vida para retener a Paloma. El chocolate tirado sobre la mesa de la aparentemente descuidada portería, y enfrente una niña. Aún falta algo que enlace los dos elementos, el Otro del estadio del espejo [17], alguien que le indique que los niños pueden ser felices con una mirada y un chocolate y ella es esa niña formando esa imagen, no importa lo cruel que pueda ser su pensamiento, ni la agudeza de su mirada, ella es esa niña inocente; y para eso hace su entrada Rennée con su banquete de chocolate y El elogio de la sombra [18]. Ese ínfimo puro placer la alejó por un instante del saber opinado, rasgo el paraguas [19]. De repente, en el espacio sombreado que la resguarda también hay belleza. Y entonces la duda retórica se instala embelleciendo el convite: ¿qué hará tan bueno al chocolate?

Kakuro tiene algo de lo que Paloma carece: la fonética japonesa. Paloma carece de muchas cosas, pero la mayoría no le interesan. A diferencia de la operación familiar, que se empeña en heredarle sus buenas costumbres burguesas, costumbres que se dispone a resistir con su vida; Kakuro le ofrece algo que ella quiere y así, mirándola, logra su mirada, logra que Paloma levante la vista y atraviese el espejo. Su nuevo vecino disfuncional la pone a jugar Go.

El erizo y la rosa. Borges y las Sagradas Escrituras

Quisiera ver ese mar al amanecer
preciso tiempo para crecer.
Quisiera ver ese mar...
y veo esta pared. [20]

El edificio burgués de Eugène Manuel número 2 tiene su propio Jardín de Edén [21].

La tentación del chocolate redoblada por la puerta con llave de la portería, despiertan en Paloma una curiosidad inusitada, alimentada por su nuevo amigo-abuelo de ojos rasgados que la invita a investigar. La portería esconde un secreto que sólo Paloma y Kakuro Ozu sospechan. Hay esperanza para la niña rica. Si cae en la tentación podría ser expulsada del paraíso sin reunir los atributos inapelables para encarnar una ofrenda. Los dioses podrían perder su interés por la pervertidora de la moral burguesa. Paloma se aleja un paso de la muerte, encuentra un atajo: más adelante será portera. Celebramos que fundó un más adelante.

¿Qué anuncia Paloma cuando dice ser portera?

Renée es la portera, es el erizo. Renée esconde la biblioteca de Babel [22]; guarda entre sus paredes el infinito, los libros la llevan a un tiempo sin espacio. Desaparece detrás de las púas. Es tan refinada como esos animalitos falsamente indolentes, ferozmente solitarios y tremendamente elegantes [23]. Los erizos ocultan el rostro formando una bola de púas cuando se sienten amenazados. Paloma ya no la intimida, Kakuro Ozu tampoco, aunque un poco más que la niña y por motivos de adultos. La portera extraordinaria ha convergido en una pequeña y agraciada comunidad. Allí puede develar su verdad. Las púas devinieron espinas.

Kakuro Ozu mira a los ojos, reconoce el encanto en la hostilidad. A veces ocurre, que la vejez otorga, no una juventud eterna, sino una libertad soberana, una necesidad pura, en la que se goza de un momento de gracia entre la vida y la muerte, y en el que todas las piezas de la máquina encajan para enviar un mensaje hacia el futuro que atraviesa las épocas. [24] Él vio siglos de opresión zariana [25] en la existencia infinita de Renée, pudo ver la abolición de la servidumbre en el Imperio ruso, vio como la prosperidad de la industria no trajo aparejado ningún beneficio para las clases más bajas. Y vio en esa femineidad olvidada el germen de una revolución. Esa mirada desvelada asusta a la mujer escondida; disimulada para el mundo en su apariencia tosca; recluida del deseo en fantasías de amantes rusos.

Si la duda es una pista del deseo, el miedo es su huella. Renée teme, Renée desea.

La muerte enamorada [26]

Siento sobre mí la muerte como un torrente, como el salto instantáneo de un rayo cuya capacidad no puedo imaginar. Siento la muerte cargada de delicias, de laberintos turbulentos. [27]

La muerte acudió por fin, pero no por la niña; se robó el porvenir de Renée.

Y las lágrimas de Paloma brotan como el testimonio de una ausencia. La ausencia de una mirada amorosa, capaz de sortear la imagen en el espejo, de alojarla en sus fisuras. Renée no sella sus grietas con ansiolíticos, terapia o alcohol, las manifiesta, las interroga, las lamenta. Falla, llora por eso, se deja abrazar por Paloma, se aprietan en un abrazo que los códigos institucionales no pueden validar, en una relación de intensidades múltiples, de colores variables, de movimientos imperceptibles, de formas cambiantes. Esas relaciones que forman cortocircuitos y que introducen el amor allí donde debiera estar la ley, la regla o el hábito. [28] Relaciones que burlan los patrones sociales y estéticos. Ese abrazo truncó el destino de las dos mujeres. La muerte no puede llevarse la huella del deseo que queda en los vivos. Es esa la sustancia de la vida.

Hubert, el pez naranja, sujeto de experimentación, sobrevivió al veneno a pesar de la fragilidad de su cuerpo. Lo encontró Renée y lo cuidó hasta el intempestivo final de su vida. El pez de color está conminado a vivir, no puede traicionar a su salvadora.

No porque planee morir debo dejarme pudrir como una verdura pasada lo que importa no es morirse ni a qué edad se muere es lo que se está haciendo en ese momento preciso en Taniguchi los hombres mueren escalando el Everest y mi Everest personal es hacer esta película si nada tiene sentido que al menos la mente se enfrente a ello pasar su vida como un pez en una pecera y terminar en una bolsa de plástico perseguir las estrellas no terminar como un pez en una pecera (Paloma)

Renée ¿qué hacía usted en el momento de morir?

Estaba dispuesta a amar.

Paloma escucha la causa de su deseo ¿Cómo se determina el valor de una vida? Paloma, que la tuya este a la altura de lo que prometes.

Bibliografia

Artaud, A., El arte y la muerte. Otros escritos. Caja Negra, Buenos Aires, 2005.

Badiou, A., Reflexiones sobre nuestro tiempo. Ediciones del Cifrado, Buenos Aires, 2006.

Borges, J. L., Cuentos completos. Sudamericana, Buenos Aires, 2012.

Deleuze, G.; Guattari, F. (1991). ¿Qué es la filosofía? Barcelona, Anagrama, 1993.

Diccionario de mitología virtual. http://www.e-torredebabel.com/Mitologia/diccionario-mitologia/diccionario-de-mitologia.htm

Foucault, M. La Ética del pensamiento. Biblioteca Nueva, Madrid, 2015.

Lacan, J. (1958) El seminario. Libro 6: el deseo y su interpretación. Paidós, Buenos Aires, 2014.

Lacan, J. (1960) El seminario. Libro 8: La Transferencia. Paidós, Buenos Aires, 2011.

Lacan, J. (1966) Escritos 1. Siglo XXI, Buenos Aires, 2012.

Michel Fariña, J. J.; Solbakk, J. H., (Bio) ética y cine. Tragedia griega y acontecimiento del cuerpo. Letra Viva, Buenos Aires, 2012.

Pirandello, L (1925). Seis personajes en busca de un autor. Madrid, Jorge A. Mestas. Ediciones Escolares, 1999.



NOTAS

[1El film está inspirado libremente en el cuento de Muriel Barbery, La elegancia del erizo.

[2Lacan, 1960, Renée.

[3Distinción conceptualizada por Deleuze; Guattari- 1991.

[4David Herbert Lawrence, escritor ingles 1885-1930. “El caos en la poesía” .

[5Deleuze; Guattari- 1991.

[6Ibidem.

[7En referencia a Seis personajes en busca de un autor de Luigi Pirandello.

[8De la canción Suicida de Charly García.

[9Conceptualización de Gilles Lipovetsky, filósofo y sociólogo francés contemporáneo.

[10Lipovetsky, 2003.

[11En referencia al personaje mitológico Ariadna. Hija del rey Minos que se enamora de Teseo y le entrega un ovillo que le permita encontrar el camino de salida del laberinto que Teseo se ve forzado a recorrer para matar al Minotauro y salvar a su pueblo del sacrificio.

[12Lacan, 1966.

[13Badiou, 2000.

[14Referencia al cuanto de Lewis Carrol, Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas.

[15De la canción Suicida de Charly García.

[16“¿Y yo?” en idioma francés.

[17Lacan, 1966.

[18Libro de Junichiro Tanizaki que lee Renée y Paloma encuentra sobre la mesa de la portería mientras filma. Se trata de un manifiesto sobre la estética japonesa. En Japón la belleza no está ligada a la luz como en Occidente. La sombra no tiene una connotación negativa y es considerada parte de la belleza.

[19Deleuze; Guattari- 1991.

[20De la canción Suicida de Charly García.

[21Escrituras Bíblicas. Génesis 2:15.

[22En referencia al cuento de J.L. Borges, La biblioteca de Babel.

[23Dice Paloma de Renée.

[24Deleuze; Guattari- 1991.

[25La novela favorita de Renée es Ana Karenina de León Tolstoi.

[26Tomamos prestado el título de la obra homónima de Theophile Gautier.

[27Artaud, 1929.

[28Foucault, 1981.





COMENTARIOS

Mensaje de maria ester jalil  » 20 de agosto de 2016 » mariaesterjalil@yahoo.com.ar 

el anàlisis realizado permite establecer la forma en que los personajes se posicionan en él

realmente es un buen anàlisis



Mensaje de mabelita  » 15 de agosto de 2016 » viviana_rocca@hotmail.com 

Me parece maravilloso el recorrido que haces sobre el texto del film, pormenorizando el cambio de posicionamiento de los tres personajes: Paloma, Renée y Kakuro Ozu. ya que al igual que el juego del Go le permite a cada uno hacer su apuesta subjetiva en el sentido de inmortalizarse. De hecho el final de película hace a la reubicación de fichas del Go pues una de ellas abandona el tablero sin planificación.




Película:El encanto del erizo

Titulo Original:L'Herisson

Director: Mona Achache

Año: 2009

Pais: Francia

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