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Las técnicas de pastoreo de quien sirve: el poder en el film El Sirviente

por Agudelo Ramírez, Martín

1. El tercer Foucault, en las Tecnologías del yo, desarrolla el concepto de técnicas de pastoreo, por las que se enmascara el poder. En esa obra se relacionan dos tipos de tecnologías que han requerido de la mayor atención en Foucault: las tecnologías del poder y las tecnologías del yo. Se afirma que ambas son las tecnologías del dominio y del sujeto, por las que se verifica la gobernabilidad por medio de la sujeción de los otros y del dominio de sí. (Foucault, 1990: 48).

Las tecnologías del poder “determinan la conducta de los individuos, los someten a cierto tipo de fines o de dominación y consisten en una objetivación del sujeto”, mientras que las tecnologías del yo “permiten a los individuos efectuar por cuenta propia o con la ayuda de otros, cierto número de operaciones sobre su cuerpo y su alma, pensamientos, conducta, o cualquier modo de ser, obteniendo así una transformación de sí mismos con el fin de alcanzar cierto estado de felicidad, pureza, sabiduría o inmortalidad” (Foucault, 1990: 48).

Foucault propone captar las formas más regionales o locales del poder, sin que se le pueda asociar a una institución en particular. Rechaza un análisis deductivo sobre el poder que parta del centro hasta llegar a los elementos moleculares de la sociedad. Asimismo, los distintos círculos dan cuenta de unas tecnologías del poder, que sirviéndose de las técnicas del pastoreo, terminan por sacrificar el cuidado de sí.

Foucault, en su ensayo Omnes et singulatim: Hacia una crítica de la «razón política», expone que una de las tareas de la Ilustración fue multiplicar los poderes políticos de la razón. Reflexiona que existe un lazo entre racionalización y el abuso del poder. (Foucault, 1990: 97-98). Frente a una tendencia como la vinculada con formas de poder político cada vez más centralizantes, como la europea, propone analizar otra variante como es la concerniente con las técnicas de poder dirigidas a individuos, propias del pastorado. Expone:

A lo que me refiero en realidad es al desarrollo de las técnicas de poder orientadas hacia los individuos y destinadas a gobernarlos de manera continua y permanente. Si el Estado es la forma política de un poder centralizado y centralizador, llamemos pastorado al poder individualizador (Foucault, 1990: 98).

Así, además del poder como disciplina, se considera la dimensión del poder individualizador. Esta nueva perspectiva considera la modalidad pastoral del poder que termina asociándose con su polo opuesto que es el Estado. Esta metáfora del rebaño que, según Foucault, está ausente en los grandes textos políticos griegos, mas no en los del medio oriente.

Al abordar el poder pastoral, Foucault (1990: 100-103) evalúa sus implicaciones: 1. El pastor ejerce el poder sobre un rebaño y no sobre la tierra. 2. El pastor agrupa, guía y conduce a su rebaño, reuniendo individuos dispersos; si el pastor desaparece, el rebaño se dispersa. 3. El pastor busca asegurar la salvación de su rebaño; salvación que se concibe de forma distinta a la griega, por cuanto no se trata de salvar a una comunidad en su conjunto, sino que se concibe como una bondad constante, individualizada y finalizada, donde todas las ovejas son atendidas. 4. Finalmente, en cuanto al ejercicio del poder como deber, en el pastoreo no se trata de tomar decisiones en interés de todos como un deber glorioso, sino de entregarse de forma abnegada; el pastor vigila constantemente, haciendo todo por el bien del rebaño y cuidando cada uno de sus integrantes. “El poder pastoral supone una atención individual a cada miembro del rebaño”.

Foucault sostiene que la forma de poder adoptada por el cristianismo ha permitido ganar mayores adeptos, por medio de una táctica especial de conquista; se desarrolla una especial tecnología de poder “(...) cuyo objeto era la inmensa mayoría de los hombres agrupados en un rebaño con un puñado de pastores. De esta manera, establecían entre los hombres una serie de relaciones complejas, continuas y paradójicas” (Foucault, 1990: 104).

El cristianismo, para el pensador francés, tiene por pretensión central desterritorializar el poder y ejercer su influjo sobre los individuos concretos, en aras del crecimiento del número de adeptos. El poder pierde como dominio sus fronteras territoriales, ya que su pretensión es ejercer las técnicas del pastoreo, como se manifiesta en la confesión, advirtiéndose una relación de control constante en donde el pastor termina por conquistar el alma de otro. Foucault sostiene que los Estados modernos integran de forma demoníaca dos juegos: el de la ciudad y el del ciudadano, totalitario e individualizante. Considera que es imposible explicar el poder exclusivamente desde un referente como el soberano que se preocupa por la ciudad en su conjunto (teniendo en cuenta la idea griega del poder político).

Foucault presenta los siguientes postulados básicos sobre el poder: 1. El poder no es sustancia, ni misterioso atributo a explorar; se trata de un tipo particular de relaciones entre los individuos. “El rasgo distintivo del poder es que algunos hombres pueden, más o menos, determinar por completo la conducta de otros hombres, pero jamás de manera exhaustiva o coercitiva”. 2. En las relaciones humanas existen muchos factores que determinan el poder, suponiendo cierta forma de racionalidad y no de violencia instrumental. 3. Por último, quienes se resisten o rebelan contra una forma de poder no se pueden satisfacer con denunciar la violencia o cuestionar la institucionalidad. Se trata más bien de cuestionar la forma de racionalidad existente (Foucault, 1990: 138-139).

2. Este sentido sobre el poder pastoral se ilustra muy bien en The Servant (dir. Joseph Losey, 1963), película con guion de Harold Pinter. El poder no se asume como monopolio, ilustrándose un modelo significativamente distinto al bobbiano (en el que se explica el poder como monopolio de la fuerza legítima y el cual puede ser limitado). El argumento de la película de Losey permite comprender las particularidades del poder pastoral como cuando el sacerdote gana el alma, en el sentido explicado por Foucault, a través de una relación de control constante.

En The Servant se consolida una conquista “espiritual”, que se gana a través de metodologías similares a las empleadas por el sacerdote a través del confesionario. Se hace referencia a la conquista del pastor, y que en el caso del film en estudio va concretando poco a poco la transformación del amo (Tony) en auténtico lacayo, debido a la fuerza “homosexual” abarcadora que despliega el sirviente (Hugo Barrett).

El sirviente está llamado a ser el señor triunfante, a través de un tipo de poder de relación, que no es el monopólico que proviene desde arriba. Barret sabe lo que quiere en una casa que requiere muchas atenciones. Quen mejor para prestar este servicio que un sujeto astuto, que puede "encargarse de todo", a través de una "atención individual" en un espacio en el que el que el amo ("miembro del rebaño") es un ser profundamente débil.

El personaje interpretado brillantemente por Dirk Bogarde, es el servidor que al igual que el "pastor" presentado por Foucault, desplegará una labor efectiva: doblegará al amo (sujeto beneficiario del servicio). A propósito, cuando se piensa en la figura del pastor, como lo destaca Deleuze, a partir de Nietzsche, se considera una típica invención del pueblo judío que será recogida por los cristianos. Durante la cristiandad, se consolidará el protagonismo del sacerdote a través del sacramento de la confesión; el ministro ejerce un poder en el que se busca “que los hombres estén en un estado de deuda infinita”.

Para los cristianos se plantea la “deuda infinita” en relación con el “pecado original". La condición deficitiaria del ser humano deviene de esa mancha primigenia. La mortalidad del hombre será una constante, y en su camino siempre estará presente una lucha constante frente al mal. Así, se justifica la redención que conduzca de nuevo al hombre al amor de Dios. En este contexto, se comprende que el sacerdote tiene una intervención definitiva, gracias al ministerio eficaz desplegado a través de las técnicas de pastoreo.

En el caso de la película, se aprecia que Barrett es el hombre dispuesto a ejercer una especie de poder sacerdotal, no como tirano, sino que se apodera del alma de su amo a través del reconocimiento de sus pasiones y debilidades. La moral del sirviente será la moral triunfante, gracias al despliegue de un "poder individualizador" al interior de la casa, y que será el que fije definitivamente las reglas de juego.

3. Para concluir, resulta pertinente expresar que The Servant es un film excepcional para ilustrar una posible mirada sobre formas del poder, incluyendo el poder político. Barrett es un personaje inolvidable. Se proyecta de forma similiar al pastor referido por Foucault. Al igual que el pastor, Barret va conquistando poco a poco el alma del “amo”, quien se hace más dependiente. El poder de Tony es cada vez más débil hasta que resulta aniquilado.

De esta manera, un Hugo triunfante consolidará el caos en las relaciones de un poder modelador y de apoderamiento. Este personaje es avasallador. El sirviente apelará a un poder triunfante sobre un hombre en cierto sentido “penitente” convertido por la fuerza “erotizadora” de quien se presentó inicialmente como sier

En la película no hay espacio para limitar el poder; el apoderamiento por parte de quien inicialmente se muestra como una especie pastor, sirviendo al otro, es lo que se va imponiendo. Esa consecuencia resulta inevitable, por cuanto el destinatario del poder pastoral no es consciente de la contundencia y efectividad del apoderamiento concretado a través de las distintas técnicas del pastoreo desplegadas por el siriviente.

Referencias

AGUDELO RAMÍREZ, Martín (2006), El poder político y límites del poder desde los derechos del hombre, Bogotá, Temis

FOUCAULT, Michel (1990). Tecnologías del yo, tr. de M. Allendesalazar, Barcelona: Paidós.

FOUCAULT, Michel (1991). Saber y verdad, tr. de J. Varela y de F. Alvarez-Uría, Madrid: La Piqueta.

FOUCAULT, Michel (1994). Un diálogo sobre el poder, tr. de Miguel Morey, Barcelona: Altaya.



NOTAS





COMENTARIOS

Mensaje de Jorge Arias  » 21 de septiembre de 2014 »  

Se advierte hasta cierto punto que en las técnicas de pastoreo no se ejerce el monopolio del poder, pero desde la pelicula se percibe que si bien no es un poder manipulador el que inicialmente ejerce el sirviente para conquistar el alma de su amo Tony, ello es así al principio de la relación, cuando no tiene acceso a su alma. Una vez se ha consolidado la conquista y victoria por parte de Barrent; es decir, cuando ya se invierte la relación, y es el "sirviente"el que esta por encima del "amo", se evindencia en el film de Losey como se da la manipulación del nuevo amo, Barrent, para sostener el poder que su actitud servil le logrò frente al que una vez fue su amo (Barrent obliga a Tony a limpiar. Barrent hace la fiesta y a su voluntad decide terminarla), Tony legitima el influjo de Barrent sobre su vida.

Sin embargo, en la pelicula es evidente el desgaste que genera el ejercicio de un poder pastoral, pues es una conquista permanente, que hace que el pastor(sirviente), dedique toda su atención a la oveja (servido), para ganar su alma. Si bien el pastor se lucra de la oveja, esta actitud se vuelve un estilo de vida que absorve por completo.

Las tecnicas de pastoreo, por este cuidado individualizador que se ejerece, no permiten abarcar una número mayor de ovejas, por lo que no se puede aplicar en las grandes organizaciones políticas, si no se cuenta con una cantidad significativa de personas disupuestas a ejercer ese cuidado permanente de las ovejas. tal vez, por eso solo funciona en comunidades religiosas.

Es la pelicula esocogida por el Dr. Martín Agudelo ideal para acercarse desde el cine a "las tecnicas de pastoreo", permitiendo que se pueda entender de manera amena la exposición de esta teoria foulcautiana.