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El engaño del soñador: Un breve recorrido sobre las representaciones oníricas en el cine de ciencia ficción

por Heredia, Sebastián

Introducción

Los sueños del futuro. Así ha sido representada la ciencia ficción desde su reconocimiento como subgénero literario en 1920 y su posterior exportación a otros medios como el cinematográfico, el televisivo y los comics. Pueda acaso resultar una definición demasiado acotada, dado el corpus variopinto de obras que la componen. Sin embargo, a los fines del presente escrito, veremos que resulta una conjunción apropiada de términos.

Si bien una de las características de la ciencia ficción es la falta de un consenso amplio entre los estudiosos del género respecto a una definición formal a la vez que abarcativa, la filmografía contemplada por este breve recorrido comparte un punto en común: el artífice de un avance tecnológico puntual que hace posible la entrada a los sueños de un sujeto. Es decir, no la mera visualización de la trama soñada, sino la intrusión “física” de los personajes en el universo onírico del soñante.

Este avance tecnológico se da bajo distintas formas en sus respectivas ficciones: sea un dispositivo en forma de vincha futurista (Paprika, 2006); un aparato que entra dentro de un maletín (Inception, 2010); incluso una habitación entera que alberga la maquinaria a la que se conectan los soñantes (The Cell, 2000; Total Recall, 1990; Dreamscape, 1984); o pueda acaso tratarse de una tecnología no visible para el espectador pero dada a conocer de forma indirecta por el discurso de los personajes y sus efectos en la trama (Vanilla Sky, 2001).

La forma, en última instancia y para lo que concierne a este recorrido, no es lo importante: el artífice resulta ser meramente un facilitador de los conceptos psicológicos a desarrollar. Y hacia esos conceptos nos encaminamos, en este breve recorrido sobre las representaciones oníricas en el cine de ciencia ficción.

Antes de comenzar, una advertencia final: si bien se recomienda el visionado previo de las películas en discusión (introducidas en los párrafos previos), este trabajo presenta un resumen de los puntos de la trama a los que se haga referencia, así como extractos textuales de sus diálogos, para una mejor comprensión del lector.

Representaciones Oníricas

Antes de iniciar el recorrido propiamente dicho, es necesario ubicar la noción de representaciones oníricas que titula el presente trabajo. Esta es una referencia directa al concepto de representación social, descrita por Jodelet (1986, p.473) como el “punto donde se intersectan lo psicológico y lo social”. Desde esta concepción, las representaciones sociales son las formas que tiene el sujeto de relacionarse con un objeto, mediante dos procesos fundamentales (Jodelet, 1986): la objetivización (simplificación del constructo teórico) y el anclaje (asignación del sentido y su instrumentalización e integración con el sistema de representaciones pre-existentes). En esta interacción, tanto objeto como sujeto se modifican mutuamente y sin cesar, ofreciendo un sistema de referencia para interpretar lo que nos sucede mediante condensaciones de significados que actúan como marco para dar sentido a lo inesperado, obteniendo así la “representación de algo y de alguien” (Jodelet, 1986, p.475). En otros términos, se trata del conocimiento elaborado socialmente y compartido entre los miembros de un grupo social, el así llamado ‘conocimiento o sentido común’ en contraposición al ‘conocimiento científico’ [1]. De esta forma, cuando hablamos de representaciones oníricas nos referimos a las representaciones sociales de los sueños, tomadas desde el marco de la selección de películas a cuyo recorrido nos abocaremos.

Aunque hasta aquí se exprese el origen de la expresión que da forma al presente trabajo, es posible realizar un paralelismo adicional con la acepción más común del término: aquella en donde representar equivale, sin acrobacias argumentativas y de la forma más literal, a re-presentar. Es decir, el acontecer en el pensamiento de algo que previamente tuvo lugar en el mundo real, “especialmente la reproducción de una percepción anterior” (Laplanche & Pontalis, 1981, p.367). Las representaciones oníricas desarrolladas en el recorrido a menudo comparten este detalle, pues en todos los casos el soñador toma elementos de su experiencia diurna para jugarlos, una vez más, en el campo representacional de sus sueños. ¿Con que fines? ¿Hacia qué objetivos? Estas y otras cuestiones intentaremos abordar más adelante.

Sobre Los Sueños

Es necesario definir, asimismo, a qué denominamos“sueño” ya que, dependiendo del marco teórico al cual nos suscribamos, esta definición varía en mayor o menor medida.

Para el Psicoanálisis clásico desde la tópica freudiana, el sueño es una formación de compromiso (al igual que los síntomas), en el cual los contenido reprimidos del inconsciente logran atravesar la represión por medio de su deformación onírica (Freud, 1900). Todo sueño es una realización de deseo, afirma Freud; incluso las así llamadas pesadillas que perturban la función del dormir. Asimismo, todo sueño es interpretable, mediante el aislamiento de sus componentes manifiestos y posterior análisis de su contenido latente, por la asociación libre del soñador.

Una concepción alternativa, pero aún así cercana a la tópica freudiana, proviene de Carl Gustav Jung. Para Jung (1964), los sueños ofrecen indicios para solucionar un desbalance entre el consciente y el inconsciente del soñador. Es por medio de su análisis particular que se puede comprender y aplicar lo que el sueño está intentando decirle al soñador, y de esta forma corregir el desbalance. A diferencia de Freud, Jung se centra en el contenido manifiesto del sueño, afirmando que el trabajo debe realizarse en torno a la descripción, haciendo a un lado todo intento que haga el soñador para desprenderse de él.

Existe asimismo una tópica cognitiva del sueño, cuyo mayor exponente es Calvin Hall, psicólogo norteamericano que dedicó su carrera al estudio e interpretación de los sueños. Para Hall (1953), un sueño es una sucesión de imágenes, predominantemente visuales, que son experimentadas durante el dormir: el mundo de los sueños como un mundo de pura proyección. Las imágenes de los sueños se vuelven, de esta forma, una transformación de los conceptos del sujeto en imágenes visuales, las cuales expresan la forma de ver el mundo del soñador, así como el lugar que ocupa en el mismo y los roles que se asigna. En otras palabras, conceptualiza al sueño como expresión de la realidad subjetiva del soñador.

El Sueño De Chuang Tzu

Centrémonos por un momento en la concepción de la tópica cognitiva. Si el sueño es la realidad subjetiva del soñador, es posible realizar una primera aproximación al material onírico presentado por la filmografía del recorrido bajo estudio, según el tipo de contenido escenificado en el sueño. De esta forma, podemos incluir en un grupo aquellas representaciones oníricas que se presentan de forma ‘realista’, mientras que en un segundo grupo ubicaremos aquellas representaciones oníricas que, debido a una puesta en escena de carácter surrealista, calificaremos como más bien enlazadas a la ‘fantasía’. Cabe destacar que estamos tomando ambos términos demarcatorios desde una definición más bien prosaica, no así filosófica o psicológica, algo que se volverá más evidente en el desarrollo de sus correspondientes apartados [2].

En cuanto a la presentación ‘realista’ como primera demarcación posible, observamos que el sueño aparece como una representación objetiva e indiferenciada de la realidad durante la vigilia. El mundo onírico se confunde con el mundo real, tanto para el espectador como para los personajes que integran el universo fílmico en cuestión. Un ejemplo literario nos asiste en una mejor visualización del concepto: “Chuang Tzu soñó que era una mariposa y no sabía al despertar si era un hombre que había soñado ser una mariposa o una mariposa que ahora soñaba ser un hombre” (Giles, 1889, p.61).

Ejemplos de este tipo de representación en nuestro breve recorrido fílmico son:

 Total Recall (1990): Douglas Quaid (interpretado por Arnold Schwarzenegger) se somete a un procedimiento para recibir una memoria implantada de unas vacaciones en Marte, por parte de Rekall, una empresa que ofrece este servicio como una alternativa más económica a vivir la experiencia real. Una de las interpretaciones del ambiguo film es que la memoria en cuestión es vivida por Douglas como si se tratara de un sueño del cual somos testigos durante su desarrollo, en lugar de la trama manifiesta en la cual Douglas resulta coincidentemente ser el agente secreto de la memoria ficticia a ser implantada, parte del paquete ofrecido por Bob McLane (interpretado por Ray Baker), vendedor de Rekall:

BOB MCLANE: Permítame hacerle una pregunta. ¿Qué es exactamente lo mismo en todas las vacaciones que ha tomado?

DOUGLAS QUAID: Me rindo.

BOB MCLANE: Usted. Usted es el mismo. Sin importar a donde vaya, siempre es usted. Permítame sugerirle que se tome unas vacaciones… de usted mismo. Ya lo sé, suena extraño. Es lo último en viajes. Lo llamamos el Viaje Ego.

 Vanilla Sky (2001): David Aames (interpretado por Tom Cruise) ha estado atrapado durante gran parte de la trama en un sueño lúcido asistido por una tecnología de suspensión de vida, al cual se ha sometido de forma voluntaria para escapar a un suceso traumático que ha dejado huellas imborrables en su persona. Esto es explicitado por Edmund Ventura (interpretado por Noah Taylor), vendedor de la empresa que ofrece este servicio llamado “Life Extension” (LE) gracias al cual el soñador puede continuar su vida desde un punto de su elección, de la forma perfecta que así lo desee:

DAVID AAMES: ¿Cuando empezó el Sueño Lúcido?

EDMUND VENTURA: ¿Recuerda el día del club nocturno? (...) Esa noche, luego de que Sofía lo dejó y usted se durmió en el pavimento, ese fue el momento que escogió para el empalme. (...) El final de su vida real y el comienzo del Sueño Lúcido de LE. Un empalme de muchos, muchos años que transcurrieron mientras usted estaba congelado y soñando. Desde el momento en que despertó en esa calle… nada fue real en el sentido tradicional.

 Inception (2010): Una tecnología tamaño maletín permite ingresar a los sueños de otras personas, en los cuales el invasor diseña el espacio onírico de forma tal que el soñador no se dé cuenta que está soñando y de esta forma se vuelva pasible de manipulación, como explica Cobb (interpretado por Leonardo DiCaprio) a su aprendiz, Ariadne (interpretada por Ellen Page):

COBB: Creas el mundo del sueño, traes al sujeto dentro de ese sueño, y ellos lo llenan con su subconsciente.

ARIADNE: ¿Cómo podría jamás adquirir suficiente detalle para hacerles pensar que es la realidad?

COBB: Bueno, los sueños, se sienten real mientras estamos en ellos, ¿verdad? Es cuando nos despertamos que nos damos cuenta cuán extrañas son realmente las cosas. Permíteme hacerte una pregunta, nunca recuerdas el principio de un sueño, ¿no? Siempre apareces justo en el medio de lo que está ocurriendo.

ARIADNE: Supongo, sí.

COBB: ¿Así que como terminamos aquí arriba?

ARIADNE: Bueno, venimos del...

COBB: Piénsalo, Ariadne, ¿cómo llegaste aquí? ¿Dónde estás, en este momento?

ARIADNE: ¿Estamos soñando?

COBB: Estás en el medio del taller en este momento, durmiendo. Esta es tu primera lección en sueños compartidos. Mantén la calma.

Esta presentación ‘realista’ del sueño en cada universo fílmico coincide en cierta forma con la tópica cognitiva, pues se trata de representaciones subjetivas de la realidad en la vigilia de los soñadores, sin alteraciones radicales que vulneren esta visión. En otras palabras, se trata de vidas soñadas en las cuales los sujetos desarrollan algunas de las áreas principales o concepciones presentes en los sueño (Hall, 1966), a saber:

  1. Concepciones de sí mismo (cómo nos vemos a nosotros mismos y a los roles que ocupamos en nuestras vidas);
  2. Concepciones de los otros (lo que pensamos de los demás, en función de los roles que ejercen en nuestros sueños);
  3. Concepciones del mundo (como un lugar benigno, hostil, turbulento, degradado o solitario, dependiendo de nuestro estado de ánimo al soñar);
  4. Concepciones de los impulsos, las prohibiciones y las penalidades (cómo concebimos a nuestros impulsos, así como los obstáculos que se interponen en la gratificación de dichos impulsos);
  5. Concepciones de problemas y conflictos (como una formulación no tan pasible de ser distorsionada o superficial como el reporte que podamos dar estando despiertos).

Una Fantasía Soñada

Tomando ahora en consideración la presentación de los sueños más bien ligada a la ‘fantasía’, debido a la inclusión de paisajes oníricos visualmente extraordinarios y fenómenos físicos fuera de lo común, contamos con los siguientes ejemplos fílmicos dentro de nuestro recorrido:

 Dreamscape (1984): Alex Gardner (interpretado por Dennis Quaid) es un psíquico con la habilidad de proyectarse en los sueños de un tercero durante la etapa REM. En sus viajes oníricos ayuda a un niño a derrotar una serpiente gigante humanoide que acechaba sus pesadillas, y salva al Presidente de los Estados Unidos (interpretado por Eddie Albert) de un asesino onírico que pretende matarlo en sueños para provocar su muerte en la vida real. La habilidad es explicitada por el Dr. Paul Novotny (interpretado por Max Von Sydow):

DR. PAUL NOVOTNY: Pretendamos que un hombre, con un poco de ayuda de la ciencia, pueda proyectarse psíquicamente dentro de los sueños de otra persona (...) entonces pretendamos que, una vez dentro del sueño, puede convertirse en un participante activo del mismo, podría realmente estar allí, justo en el medio. Podría sentir el sueño, experimentarlo. Incluso darle forma. ¿Que dirías a una noción así?

 The Cell (2000): Una tecnología experimental permite a la agente social Catherine Deane (interpretada por Jennifer Lopez) y el agente del FBI Peter Novak (interpretado por Vince Vaughn) entrar a la mente de un asesino serial comatoso para descubrir en donde ha ocultado a su última víctima. Los sueños comatosos del asesino serial Carl Stargher (interpretado por Vincent D’Onofrio) están repletos de escenarios mórbidos, pesadillescos, en los que Stargher ejerce el dominio que en la vida real intentaba ejercer a través de sus asesinatos, así como intentos de tramitación de su atormentada vida infantil:

CATHERINE DEANE: ¿Crees que hay una parte de tí mismo que no muestras a nadie?

PETER NOVAK: Creo que todos tenemos un lado así.

CATHERINE DEANE: Durante una sesión, cuando estoy adentro, puedo ver esas cosas. Las siento. Con Stargher, sentí cosas que jamás quiero volver a sentir. Ni siquiera sigue siendo Carl Stargher. Se ha convertido en esta versión idealizada de sí mismo, un rey en un reino muy, muy retorcido. El lugar en donde puede satisfacer todas sus… [fantasías].

 Paprika (2006): Una tecnología emergente permite a los investigadores adentrarse en los sueños de sus pacientes. Estos sueños son presentados como visiones oníricas extraordinarias, resaltando entre ellas la magnífica introducción de este film de animación en la que se encadenan múltiples escenarios oníricos; así como un desfile multitudinario de objetos típicamente inanimados que amenaza con infectar la mente de todos los soñadores, producto del robo y manipulación de tres prototipos sin las funciones de seguridad debidamente implantadas. Esto último es explicitado por la Dra Atsuko Chiba (voz de Megumi Hayashibara) al Dr Torataro Shima (voz de Katsunosuke Hori):

ATSUKO CHIBA: Ese ya no es el sueño de Himuro.

TORATARO SHIMA: Así que él también fue una víctima

ATSUKO CHIBA: Es una cáscara vacía. Fue invadido por un sueño colectivo.

TORATARO SHIMA: ¿Un sueño colectivo?

ATSUKO CHIBA: Sin restricciones de acceso, el DC Mini puede ser usado para invadir cualquier máquina de psicoterapia. Todos los sueños con los que entró en contacto fueron consumidos en una gran alucinación.

El visionado de estas fantasías oníricas pone en evidencia su naturaleza eminentemente psicoanalítica: se trata de sueños en los que el contenido manifiesto oculta una representación reprimida (aunque a veces lo haga de forma ciertamente burda), como el asesino serial de The Cell (2000) y la relación con sus víctimas, la investigadora de Paprika (2006) que genera un alter-ego onírico para lidiar con sus pacientes, y las pesadillas de destrucción nuclear del Presidente de los Estados Unidos en Dreamscape (1984), las cuales ocultan su ansiedad frente a la inminente reunión del Consejo de las Naciones Unidas por el desarme nuclear, como explica a su asesor Bob Blair (interpretado por Christopher Plummer):

PRESIDENTE DE EEUU: Creo que hay una razón detrás de estos sueños.

BOB BLAIR: ¿A qué te refieres?

PRESIDENTE DE EEUU: Es mi responsabilidad traer al mundo de vuelta del borde. Esta locura nuclear debe terminar. He decidido liderar personalmente la delegación a Ginebra la semana entrante.

BOB BLAIR: John, no puedes estar hablando en serio.

PRESIDENTE DE EEUU: No, no, no. Ya sé que estás en contra de esto. Pero voy a hacer un acuerdo de desarme con los Rusos.

BOB BLAIR: Una cosa a la vez, amigo mío. Nuestra primera prioridad es tu paz mental.

PRESIDENTE DE EEUU: ¿Paz mental? ¿Qué diablos es la paz mental? Sólo quiero que estas malditas pesadillas acaben de una vez.

Terapia De Sueño

Existe otro aspecto importante a destacar respecto de las representaciones oníricas, en este breve recorrido. Este aspecto encuentra apoyo en la concepción de los sueños como punto de entrada al inconsciente de los soñadores, algo resaltado en aquellos universos fílmicos ubicados dentro de la tópica psicoanalítica.

Se trata de la utilización de los sueños como herramienta terapéutica, práctica iniciada por Freud (1900) y continuada hoy en día por múltiples representantes de las corrientes de las diversas escuelas psicoanalíticas. Los universos fílmicos recorridos llevan la cuestión al extremo, algo comprensible visto desde la óptica de las herramientas narrativas: el conflicto debe ser presentado lo suficientemente atractivo al espectador para suscitar su empatía e involucramiento con la trama.

Un análisis caso por caso puede probar fructífero, pero por cuestiones de espacio y extensión consideraremos los exponentes más obvios:

 Dreamscape (1984): Uno de los usos demostrados de la tecnología de acceso a los sueños es para determinar si una afección como la impotencia sexual tiene origen psicológico o fisiológico. Frente al caso de un hombre que sufre de impotencia, el Dr. Novotny lo explicita de la siguiente forma:

DR PAUL NOVOTNY: Lo que sea que esté soñando es la clave de todos sus problemas.

Luego resultará que esta afirmación encuentra su fundamento: al ingresar Alex Gardner al sueño del paciente en cuestión, encuentra una escena surrealista en la que el paciente recluta a Gardner para sorprender a su esposa en su propia casa, situación en la que la encuentran teniendo relaciones sexuales con un amigo del paciente, frente a los hijos de la pareja, con tres amigos más escondidos debajo de la cama y un asiático oculto detrás de la cortina. El análisis posterior revela, dentro de la trama de la película, el diagnóstico (al cual podría haberse arribado con el mero relato del paciente, enmarcado dentro de la tópica psicoanalítica):

ALEX GARDNER: ¿Qué piensas?

DR. PAUL NOVOTNY: Que es muy simple. El Sr. Webber ha estado reprimiendo un profundo complejo de inferioridad, complicado por sentimientos de insuficiencia sexual.

ALEX GARDNER: En otras palabras...

DR. PAUL NOVOTNY: Está preocupado de quién se está trincando a su esposa.

 The Cell (2000): Como trama secundaria del film, encontramos a Catherine Deane intentando que su paciente, Edward Blaines (interpretado por Colton James), un niño que padece de esquizofrenia, navegue con ella en sus sueños. Las cuestiones que motivan esta intervención onírica nunca son del todo esclarecidas, dado que la trama principal transcurre por otros derroteros; pero puede que acaso obedezcan a un intento de conexión con el paciente. Intentos que se ven consistentemente frustrados por la aparición de un elemento pesadillesco en sus encuentros:

EDWARD BLAINES: Está roto.

CATHERINE DEANE: ¿Quien dice?

EDWARD BLAINES: Mokelock.

CATHERINE DEANE: Edward, teníamos un acuerdo. No más Mokelock.

EDWARD BLAINES: Mokelock es el coco. Mokelock me quiere donde estoy.

CATHERINE DEANE: Podemos arreglarlo.

 Paprika (2006): El aparato que permite el ingreso a los sueños es concebido como parte de un tipo de terapia revolucionaria, en la cual los investigadores pueden navegar, de forma consciente, los sueños de sus pacientes para mejorar la detección, análisis y solución de traumas psicológicos. Este aspecto es explicitado a Toru Emori (voz de Inui Sei-jiroh), el Presidente de la junta que subsidia el proyecto:

DRA. ATSUKO CHIBA: El DC Mini representa la esperanza que brilla en los nuevos horizontes del tratamiento psiquiátrico.

TORU EMORI: Es tomar el control sobre los sueños. Su exceso de confianza traerá debilidad.

DRA. ATSUKO CHIBA: No es acerca del control. Simplemente estamos buscando una conexión más profunda con nuestros pacientes.

Los Sueñonautas

Ahora bien, un último elemento a resaltar es la posición de toma de responsabilidad, tanto por parte del soñador como por los invasores del sueño. Pues, si bien las intervenciones sobre los así-llamados pacientes dentro de las ficciones hasta aquí desarrolladas parten de un consentimiento informado respecto de los términos de cada terapia de sueño involucrada (con la excepción de los personajes de Inception (2010), cuyas actividades son enteramente ilícitas), ¿se puede afirmar lo mismo respecto de los invasores de dichos sueños?

Una de las condiciones básicas para poder realizar cualquier tipo de Psicoterapia, más allá de su marco teórico, es la necesidad de cooperación y total honestidad que se le exige al paciente desde la primera sesión, como condición sine qua non de trabajo. ¿Esta condición implica necesariamente la rendición de un terreno tan sagrado como son los sueños? No nos referimos al relato posterior de los mismos, el cual puede ser re-elaborado en terapia y llevar a descubrimientos importantes respecto del y para el soñador. Sino al hecho que el mismo acto de soñar se vea invadido y manipulado por un tercero, aunque sea con los mejores deseos del soñador en mente. Lo expresado por el Presidente de la junta en Paprika (2006) puede que resuma el conflicto en pocas palabras:

TORU EMORI: En un mundo de realidad inhumana, es el único santuario humano que nos queda. Eso es un sueño.

Una construcción onírica, por definición y estructura, está íntimamente vinculada al inconsciente del soñador (Freud, 1900). ¿Se debe acaso permitir a un tercero la manipulación en acto de algo tan frágil y particular del ser humano?

La falta de cautela y los riesgos que esto conlleva pueden verse reflejados en Inception (2010). A lo largo del film, Cobb es el único que está completamente seguro de poder lograr una implantación: plantar una idea en la mente del soñador de forma tal que, al despertar, el soñador la considere como propia y actúe en consecuencia. La razón de ello es que ya había logrado una implantación en el pasado. Años atrás, Cobb y su mujer, Mal (interpretada por Marion Cotillard), en su afán por investigar la idea de un sueño dentro de un sueño, llegaron a tal profundidad de sus inconscientes que comenzaron a perder el juicio de realidad, olvidando por momentos que se encontraban compartiendo un sueño y construyendo juntos una vida onírica que duraría cinco décadas en el tiempo subjetivo del sueño. Cobb eventualmente no soporta más el conocimiento de que todo aquello no es real y quiere despertar, pero Mal se rehúsa a hacerlo, cautivada por el sueño. Por lo cual Cobb toma la medida drástica que relata a Ariadne hacia el final del film:

COBB: La razón por la que sabía que la implantación era posible fue porque lo hice con ella primero. Se lo hice a mi esposa.

ARIADNE: ¿Por qué?

COBB: Estábamos perdidos allí dentro. Yo sabía que necesitábamos escapar, pero ella no lo aceptaba. Ella había bloqueado algo, algo en un nivel muy profundo. Una verdad que alguna vez conoció, pero escogió olvidar. Y no podía liberarse. Así que decidí buscar esa verdad. Fui a lo más profundo de su mente y encontré ese lugar secreto. Y me infiltré... y planté una idea. Una pequeña y simple idea que lo cambiaría todo. Que su mundo no era real.

Uno de los conceptos principales de este film es que una idea simple, plantada a suficiente profundidad, puede crecer hasta colmar la totalidad de la identidad del sujeto. Esto obedece a ciertos parámetros reconocibles dentro del paradigma cognitivo, el cual describe describe tres elementos que influyen en la percepción de una situación y, en consecuencia, nuestra forma de reaccionar ante ella, expresada por medio de nuestra conducta (Beck, 2000):

  1. Los pensamientos automáticos, que parecen brotar de forma automática, veloces y breves, como modo constante de asignar significados a los acontecimientos;
  2. Las creencias intermedias, que consisten en actitudes, reglas y presunciones, a menudo no expresadas;
  3. Las creencias centrales, que son las ideas fundamentales y más profundas que no se suelen expresar, ni siquiera ante uno mismo.

La implantación de Cobb funciona de esta manera a nivel de creencia central, influyendo en la conducta de su esposa al punto que sus efectos se extienden a la vigilia. Esto significa que Mal comienza a dudar de la realidad incluso mientras está despierta, confundiendola con otro nivel del sueño que ha compartido con su marido durante años. Esta consecuencia es completamente imprevista para Cobb y, aunque hace todo por tratar de evitarlo, Mal acaba suicidándose en su afán por escapar de un sueño del cual ya había despertado.

Freud (1926), en diálogo con un juez, expone una síntesis de ideas respecto a la pregunta de si pueden los legos ejercer el análisis. Arriba a la conclusión que, si bien el terreno del psicoanálisis no debe encontrarse subsumido a la medicina (un debate de la época), se vuelve necesario que el analista tenga una cierta formación particular para poder ejercer adecuadamente el oficio del análisis, al punto que cese efectivamente de ser un lego en el campo del psicoanálisis. Por otra parte, las normas deontológicas del Código de Ética de la Fe.P.R.A. (2013) exige niveles elevados de idoneidad y reconocimiento de las fronteras de las competencias particulares de cada psicólogo, establece las condiciones necesarias para la investigación psicológica según las normas éticas establecidas, planificación y respeto por las pautas del diseño; así como establece la prohibición de llevar adelante proyectos de investigación que impliquen consecuencias desagradables o riesgosas para los sujetos participantes. Cobb (Inception, 2010) carece del entrenamiento analítico adecuado ni obedece a normas deontológicas aparentes durante sus incursiones a los sueños de sus objetivos, esto es claro. ¿Pero podemos acaso afirmar que los riesgos asociados a tales prácticas no seguirían estando presentes, aún para el profesional más idóneo, dado el material onírico bajo estudio y su manipulación directa?

Un Sueño Responsable

Respecto a la responsabilidad del soñador por el contenido de sus sueños, Freud (1925) expone que el juicio moral del contenido manifiesto carece de importancia, debido a su función de enmascarar el verdadero significado del sueño como contenido latente; siendo que sobre este mismo contenido debe recaer la toma de responsabilidad del soñador. Freud resalta, de todas maneras, que estos contenidos latentes, deformación mediante, puedan transformarse en energéticas reacciones contra los mismos, debido a sus contenidos. Estos sueños punitorios son entonces tomados como prueba de la esencia moral del hombre, a la vez que implica a los impulsos del ello como prueba de su esencia malvada.

Esta toma de responsabilidad por parte del soñador puede ser ejemplificada en Vanilla Sky (2001), a partir del momento en que David Aames reconoce que está atrapado dentro de una pesadilla de su propio diseño. Esto ocurre en su diálogo con Rebeca Dearborn, representante onírica de LE (interpretada por Tilda Swinton):

DAVID AAMES: ¿Y si el sueño se convierte en una pesadilla?

REBECCA DEARBORN: Por supuesto, su inconsciente puede jugarle una mala pasada. El inconsciente es algo muy poderoso.

El sueño placentero de David Aames, parte de su contrato con “Life Extension”, se ve invadido por representaciones de su inconsciente que lo transforman en una pesadilla. Estas representaciones obedecen a sentimientos de culpa por haber abandonado a todos en su vida real, en consecución de la vida perfecta que no pudo tener, por medio del suicidio y extensión de vida artificial con LE. Sin embargo, frente a la posibilidad presentada por Edmund Ventura de reiniciar el sueño (con todos los placeres rectificados) o despertar y enfrentar el extraño futuro que le aguarda (ya que David ha estado dormido por 150 años), David finalmente toma las riendas de su propia vida y escoge la responsabilidad por encima de la fantasía:

DAVID AAMES: Quiero vivir una vida real. No quiero seguir soñando.

Esta actitud va en directa contraposición al accionar de Douglas Quaid en una de las interpretaciones posibles de Total Recall (1990). Según esta interpretación, Douglas Quaid, un obrero de la construcción decepcionado con su vida real, decide ignorar las advertencias del Dr. Edgemar (interpretado por Roy Brocksmith) respecto al hecho de encontrarse atrapado en un sueño y las consecuencias de continuar:

DR. EDGEMAR: Esto puede ser difícil de aceptar para usted, Sr. Quaid.

DOUGLAS QUAID: Estoy escuchando.

DR. EDGEMAR: Temo que no está realmente parado aquí en este momento. (…) Fue asegurado con correas a una silla de implante, y estamos monitoreándolo desde una consola con sonda psíquica.

DOUGLAS QUAID: Ah, ya entiendo. Estoy soñando, y esto es parte del encantador paquete de vacaciones que su compañía me vendió. (...) Si esto es mi sueño, ¿entonces quién diablos lo invitó?

DR. EDGEMAR: Fui enviado aquí dentro como una medida de seguridad. Temo decirle esto, Sr. Quaid, pero ha sufrido una embolia esquizoide, no podemos sacarlo de su fantasía. Fui enviado aquí para convencerlo de ello.

Frente a las evidencias expuestas por el Dr. Edgemar, las cuales apuntan a que efectivamente está soñando y su vida corre peligro, Quaid elige ignorarlo…

DOUGLAS QUAID: Mentira.

DR. EDGEMAR: ¿Qué es mentira, Sr. Quaid? ¿Miedo de admitir que está teniendo un episodio esquizo paranoide, o realmente es un agente secreto invencible de Marte, en medio de una conspiración interplanetaria para hacerle pensar que es un solitario obrero de la construcción? Deje de castigarse a sí mismo, Doug, es un hombre bueno y decente, tiene una hermosa esposa que lo ama, tiene toda una vida por delante. Pero tiene que querer volver a la realidad.

DOUGLAS QUAID: (...) Okay. Digamos que está diciendo la verdad y todo esto es un sueño. Pero podría apretar este gatillo [apunta el arma hacia el Dr. Edgemar] y no importaría.

DR. EDGEMAR: (...) Oh, no haría la más mínima diferencia para mi, Doug. Pero las consecuencias para usted serán devastadores, porque en su mente yo estaré muestro, y sin nadie para guiarlo estará atascado en psicosis permanente. Las paredes de la realidad se derrumbaran. Un minuto, será el salvador de la causa rebelde, y antes que se de cuenta será amigo íntimo de Cohaagen, también tendrá fantasías sobre civilizaciones alienígenas, como solicitó. Pero al final, de vuelta en la Tierra, será lobotomizado. Así que tome el control de sí mismo, Doug, y baje ese arma.

… y pegarle un tiro al Dr. Edgemar. Todo lo predicho por el Dr. Edgemar en su exposición sobre las consecuencias se cumple al pie de la letra hasta llegar a la escena final, en donde Quaid ya ha vencido al villano, oxigenado la atmósfera de Marte gracias a la antigua tecnología de una civilización alienígena, y se reúne por fin con su nuevo interés amoroso, Melina (interpretada por Rachel Ticotin):

MELINA: No puedo creerlo, es como un sueño. ¿Sucede algo malo?

DOUGLAS QUAID: Acabo de tener un terrible pensamiento... ¿Y si realmente es un sueño?

MELINA: Bueno, entonces ¡bésame rápido antes que despiertes!

Fin de escena, y un fundido a blanco peculiar (usualmente, el fundido al final de cualquier film es a negro) que puede acaso simbolizar la muerte de Quaid en la Tierra, debido a su aferramiento a la Fantasía por encima de la realidad.

Conclusiones

Las tecnologías de mapeado de funciones cerebrales han visto múltiples avances en los últimos años, en la forma de refinamientos a las técnicas existentes, en particular la resonancia magnética nuclear funcional (RMNf). En el año 2011, múltiples medios de comunicación hicieron eco de una investigación de la Universidad de Berkeley, California. Según lo reportado, dicha investigación logró, mediante la combinación de técnicas de RMNf con modelos computacionales, decodificar la experiencia natural dinámica de la corteza visual de los sujetos de prueba, demostrado por medio de la reconstrucción posterior (con las limitaciones correspondientes) de películas vistas por los sujetos de prueba, utilizando datos recogidos por la RMNf durante el visionado de las mismas (Nishimoto et. al., 2011). Por supuesto que esta tecnología no está cerca de las máquinas de sueños utilizadas por las películas de ciencia ficción analizadas en este trabajo. Sin embargo, dado el incansable progreso de la tecnología, ¿es acaso impensable que en el futuro puedan existir herramientas similares? ¿Qué sería de los soñadores, los terapeutas, los pacientes y los investigadores si se pudiera disponer de estas tecnologías de ciencia ficción? A lo largo del presente trabajo hemos podido entrever algunas de las consecuencias posibles, a través del imaginario de una pequeña muestra del cine de ciencia ficción: desde usos como herramientas terapéuticas y formas de relacionarse con los pacientes, hasta abusos en forma de escapismos oníricos o manipulación de los soñadores para lograr nefastos cometidos. Más allá de que, hoy en día, se trate de construcciones ficcionales, no podemos dejar de pensar estas cuestiones y tenerlas en consideración, pues las mismas surgen, y seguirán surgiendo, a medida que la ciencia ficción se transforma en ciencia real.

Bibliografia

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NOTAS

[1Cabe destacar que el ‘conocimiento científico’ también se ve influenciado por estos sistemas de representación, proceso que se vuelve especialmente visible en la inercia de determinados paradigmas científicos y su reticencia a aceptar los cambios que amenazan la integridad del paradigma ya establecido (Kuhn, 1962)

[2La dimensión psicológica de la Fantasía, según su concepción psicoanalítica de “guión imaginario en el que se haya presente el sujeto y que representa (...) la realización de un deseo (...) inconsciente” (Laplanche & Pontalis, 1981, p.138) será desarrollada en mayor profundidad hacia el final del recorrido, en el apartado referente a la responsabilidad del soñador.





COMENTARIOS

Mensaje de ssimone  » 14 de septiembre de 2015 » sebastian.simone@gmail.com 

Tocayo, me gustó mucho el articulo, me gustó poder poner en común y encontrar relaciones entre Inception y otras películas que había visto. Pensando en Vanilla sky, me resuena la canción Can we still be friends, que es un tema compuesto y publicado por el músico Todd Rundgren y que forma parte de la banda de sonido de la película. En relación al apartado del trabajo "Terapias de sueño" el trabajo me hizo pensar sobre las posibilidades tiene una terapia donde pueda accederse al lado B de la actividad humana, si por ejemplo no se desprecia el valor de lo no dicho, y si el acceder a los sueños eso no vulneraría cualquier lazo de transferencia, si es posible un "be friends" , una relación, después del momento en que el más intimo contenido de paciente es rendido. Una primera primera especulación que viene a mi me hace pensar que el acto terapéutico tornaría en un acto médico, en una práctica medicinal.




Película:Inception

Titulo Original:Inception

Director: Christopher Nolan

Año: 2010

Pais: Estados Unidos

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