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La tecnología "martillo": ¿bien o mal?

por Palagi, Marcela

Introducción

Es común escuchar en conversaciones informales, juicios de valor provenientes de la interpretación de un suceso, acontecimiento u opinión como algo bueno o malo en sí, generando discusiones que solo llevan a un callejón sin salida, en el que muchas veces sucede que ambos contendientes terminan por pelearse o, simplemente, dan por terminada la charla para no seguir discutiendo, aunque al final cada uno sigue convencido de “SU” verdad, como si entre medio de ambos juicios no hubiera un sinfín de matices y argumentos que podrían llevarnos a pensar profundamente el problema.

Me propongo hacer un análisis un poco más profundo de esta cuestión, para intentar ubicar la raíz de dicha actitud. En este punto, hare referencia a lo que Moscovici denomino “Representaciones sociales” [1] (Jodelet, Denise; 1986). Me refiero a que, si tenemos en cuenta que la base de gran parte de nuestras creencias se edificó sobre los cimientos conceptuales construidos por el cristianismo, basados en una tajante dualidad entre el bien y el mal y cuyo posición dogmática no permite que dudemos al respecto, entonces comenzamos a vislumbrar algo del origen de esta representación social. Más tarde, con el surgimiento de la ciencia, algo del dogma entra en crisis, aquí es donde, en palabras de Pierre Bourdieu [2], comienza una “Lucha por el monopolio de la representación legitima del mundo social”. Según este autor se trata de una suerte de lucha por “LA verdad” regida por la ley de las cegueras y las lucideces, en donde, desde un punto de vista sociológico, la única verdad realmente comprobable, es que existe esa lucha. Es decir, si hay una verdad, es que esa verdad es objeto de lucha (Bourdieu, P. y Wacquant, L.; 2008). En este punto, lo que intento aclarar es que en esta lucha entre el cristianismo y la ciencia, quién encarne el bien y quién el mal, dependerá de la perspectiva que se adopte. La ciencia, al igual que el cristianismo, ha servido de base para la construcción de las representaciones sociales de occidente. Según creo, esta idea de la “Tecnología Martillo” está basada en un razonamiento de este tipo.

La ciencia ficción resulta ser, según la perspectiva de Todorov, una muestra de formas masivas de discurso que dan cuenta de ciertos modos de atravesamientos subjetivos y nos hablan de representaciones sociales vigentes en un momento dado (Todorov; 1980). Algunos de los autores que han dado sustento teórico a mi trabajo son, Serge Moscovici, Zigmunt Bauman, Kevin Kelly y Pierre Bourdieu, TzvetanTodorov, Deleuze y Guatarí.

Desarrollo

Como mencioné previamente, tomando en parte una idea desarrollada por Todorov es posible entender que el cine de ciencia ficción, nos muestra formas masivas de discurso que nos hablan de representaciones sociales vigentes en un momento dado (Todorov; 1981). Intentaré realizar de manera sintética, un recorrido por algunos conceptos surgidos de 4 películas de ciencia ficción filmadas entre los años 1984-2000, ya que, en palabras de Bauman, representan aquellas practicas sociales que dan cuenta de una matriz simbólica (o “Modelos Praxeomorficos”) de un pasado relativamente reciente, que aún siguen vigentes. Las películas son: “Terminator I” (1984), “Un mundo feliz” (1998), “Matrix” (1999), “El hombre bicentenario” (2000).

Terminator” transcurre en los EEUU, en el año 1984. Según relata el film, en el año 2029, los adelantos tecnológicos posibilitan viajar a través del tiempo. En el año 2029 se produce una “ guerra entre humanos y maquinas ” (en este caso encarnadas por “robots”con idéntica fisonomía a la del ser humano). El robot que llega hasta 1984 desde 2029, en esta primera parte de la zaga, está programado para matar, en el presente (1984), a la madre del hombre responsable de la derrota de los robots en el futuro. Es decir, en la trama de este film, existe un único ser humano que representa el bien, capaz de derrotar a la tecnología, que encarna el mal, ese ser humano es John Connor.

Un mundo feliz” es un film estrenado en EEUU, en el año 1998 [3]. Representa una sociedad de un futuro indeterminado, en donde, después de las guerras el mundo fue unificado bajo el gobierno “Racional, científico e iluminado” teniendo la concepción de un “Progreso Real” basado en la “Lujuria, la armonía y la seguridad”. En este mundo existe una tajante división de clases, basada en el diseño genético, y con nula movilidad social. El modo de control social que se mantienen es por medio de un medicamento llamado SOMA y un particular sistema educativo, La Hipnopedia [4]. En el caso de este film, se trata de una sociedad de humanos que someten a los humanos por medio de los recursos tecnológicos vigentes. Existen fuera de la ciudad, grupos de humanos que viven a la manera “antigua”, son los descendientes del bando perdedor en dicha guerra.

Matrix”, por su parte, representa una sociedad actual (de 1999), en donde las maquinas son las que someten a los humanos. “Las maquinas” en este film, encarnan una realidad virtual, se trata de imágenes que reproducen la fisionomía humana a la perfección, pero no son más que eso, “Imágenes”, son intangibles, van y vienen, pueden desaparecer y aparecer en otro lado a voluntad (el sr. Smith [5]), aunque esa intangibilidad, no les resulta un impedimento para matar, si es que así lo desea. Aquí, existen cultivos de humanos que llevan adelante las maquinas, ya que, en el pasado, y luego de una guerra entre ambos contendientes , el deterioro medioambiental llevo a que (según palabras del protagonista, Neo [6]) “Los hombres arrasen con el cielo” con la única finalidad de que las maquinas se queden sin energía solar. La reacción de las maquinas ante este ataque fue crear campos de cultivo de personas de las cuales poder extraer la energía que antes tomaban de la luz solar. En la trama de este film, Morfeo le da a Neo la posibilidad de elegir entre 2 pastillas, una le muestra una realidad alternativa a la que vive, mientras que la otra le permite seguir viviendo la cómoda realidad en la que vivió siempre, en una sociedad, en apariencia, tranquila y equilibrada. Otro aspecto que me intereso de esta historia para el posterior desarrollo de mi trabajo, es que el nombre NEO resulta ser el anagrama de ONE, que se traduce al español como “El elegido”, la única persona a través de la que la humanidad podrá derrotar a las maquinas.

El Hombre Bicentenario”, a diferencia de las tres películas, trata de una sociedad en la que los androides están diseñados para servir a los seres humanos, con quienes conviven sin mayores alteraciones. Uno de estos androides, “Andru”, es “adquirido” por una familia feliz de clase media que lo conserva a lo largo de toda su vida, pasando, luego, por las siguientes dos generaciones y termina enamorándose y conviviendo con la nieta de las personas que lo compraron. Gracias al buen trato que recibió por parte de la primera generación con la que convivió, Andru, aprende sentimientos y a partir de allí, comienza un largo camino en busca de la “perfección-imperfecta”, característica básica del ser humano, que lo llevaría a ser igual a un hombre en todos los aspectos, al punto tal de inventar, junto con un ingeniero diseñador de androides, todas los órganos e, inclusive, transfundirse sangre para, mediante el proceso de oxidación, lograr envejecer y morir como cualquier humano, siendo la mortalidad el último escalón a alcanzar para ser reconocido como tal por las leyes de los humanos. Uno de los argumentos más fuertes utilizados por Andru, en uno de sus intentos ante un tribunal es que, así como él logró, a través de su propio esfuerzo, realizar desarrollos tecnológicos que le posibilitaron tener órganos casi humanos, los humanos han tomado sus inventos para crear órganos artificiales con el fin de tratar enfermedades propias, con lo cual, él es en parte humano, así como hay cada vez más humanos que son en parte artificiales como él.

Luego de la breve síntesis de las 4 películas que tomé a modo de ejemplo, y desglosando algunas de las muchísimas ideas que se repiten en todas ellas, se me hace mucho más sencillo continuar con mi idea. Como puede observarse, ninguno de estos 4 films, deja de lado la ambivalencia característica de la relación Humano-tecnología y tres de los cuatro, hablan de guerras desatadas entre dos bandos. Tanto en “Terminator I” como en “Matrix” la guerra se desata entre humanos y maquinas, en donde los humanos representan el bien y las maquinas el mal, mientras que en “Un mundo feliz” las guerras fueron entre los humanos, y el bando ganador fue el que utilizo la tecnología de forma tal que, desde la perspectiva de esta sociedad de ficción, los llevo a un “Progreso real”, con lo cual, viéndolo así, la tecnología estaría encarnado el bien. Sin embargo, el mensaje de la historia, es justamente sembrar una inquietud acerca de qué tan bueno sería ese uso de la tecnología para los humanos, inclinándose por la perspectiva que ubica dicho uso, del lado del mal.

También es interesante esta idea de “El elegido” que aparece tanto en “Terminator” como en “Matrix” siendo solo una persona la que, encarnado el papel del bien, será capaz de derrotar a las maquinas, que representan el mal.

Creo que en este punto se va esclareciendo el problema que me propuse desarrollar en este trabajo, pero para profundizar un poco más, y volviendo al tema de las representaciones sociales y la dualidad entre la religión y la ciencia, puede observarse, cómo en todos los casos hay un bien y un mal, en donde el bien es encarnado, por una sola y única persona, “El elegido”, y el mal es representado por la tecnología que, en lugar de facilitarnos la vida, logró independizarse de nosotros y pelea por dominarnos. Aquí surge por decantación, otra relación, “Cristo, El elegido por Dios, Murió para redimir de sus pecados a toda la humanidad”. Una sola y única persona que nos salvara de todos los males. En este contexto resulta difícil pensar las cosas de un modo distinto a este, el cual nos lleva a ver la realidad a través de un filtro previamente armado en el seno de una cultura determinada (nuestra cultura occidental), y a actuar consecuentemente. Llevando esta cuestión un poco más allá, es notable la idea generalizada que nos remite a pensar que “La salvación” de un país, será UN presidente, quien si nos detenemos a pensar, no es más que una sola y única persona “Elegida” por un pueblo, quienes realizaron esa elección como la acción consecuente a dicha representación social. Fue Zigmunt Bauman quien denomino a este fenómeno como “Modelo Praxeomorfico” (Bauman, Z. 2007), según el cual, existen Prácticas sociales privilegiadas que se establecen como tales y funcionan como prismas, es decir, las representaciones sociales nos llevan a ver el mundo de una manera particular, y a actuar en consecuencia. Se trata de Modelos mentales, a través de los cuales vemos las cosas. Nótese en este punto de mi desarrollo teórico, como un solo tipo de lógica, se va aplicando en múltiples aspectos de la vida de una sociedad: desde discusiones informales e historias de ciencia ficción, hasta la elección de un presidente

A diferencia de los otros tres films, en “El hombre bicentenario”, aparece la idea de una unificación Humanos-tecnología, en donde, los humanos resultan ser el modelo a seguir por “Andru” (el androide que representa a la tecnología en este film). El bien sigue siendo encarnado por los humanos, mientras que los desarrollos tecnológicos que llevan Andru a una suerte de evolución, no son más que el resultado de un buen uso de la tecnología. En este film, hay una continuidad entre el desarrollo tecnológico y el ser humano, a tal punto, que es la tecnología la que busca, a través de recurrir a medios legales humanos, ser reconocida como un humano más. Esto se ajusta más a la idea esbozada por Kevin Kelly sobre “la tecnología como la fuerza motriz de la humanidad” en donde aparece la idea de que “La humanidad es nuestra tecnología más sofisticada” esbozando conceptualmente una suerte de continuidad entre humano y tecnología. Dice Kelly (2005): “La vida es extendida a través de la tecnología. La web es un organismo global amplio, que será en pocas décadas como un organismo, en todos los sentidos de la palabra” [7].Puede verse entonces, cómo, según Kelly, la tecnología está directamente relacionada a nuestra evolución como especie (en el sentido Darwiniano del concepto), un paso más en la adaptación de los humanos su medio.

Vemos como en los cuatro ejemplos mencionados aparecen todo el tiempo esta dualidad de la que hable en la introducción. Es un interjuego de fuerzas, una constante lucha entre el bien y el mal, en donde, por lo menos en estos ejemplos, el que resulta victorioso es quien representa el bien. Este tipo de lógica es la que subyace a cualquier razonamiento que busca encontrar una verdad absoluta en un punto de vista determinado, en donde el bien es encarnado solo por una parte de la realidad. Las acaloradas discusiones que pueden surgir sobre “La tecnología martillo” (Titulo del presente trabajo) pareciera que siempre tienden a encontrar la verdad en uno de los dos puntos de vista, la tecnología “salvadora”, o “El bien”, la tecnología “destructora” o “El mal”.

Llegando a este punto de mí desarrollo teórico, me resulta inevitable expresar una opinión personal. Cualquiera de las perspectivas de las que hablé, me remiten a un concepto: el “Humanocentrismo [8] (desconozco si fue utilizado antes). Yo lo endilgo a una suerte de soberbia propia de nuestro modo de razonamiento. Cualquiera sea el punto de vista que se adopte, se trata de la creencia generalizada de que el humano, por algún motivo, es superior al resto de las especies. Tal creencia es la que nos llevaría a pensar que, está en las manos del ser humano la salvación de la especie y todo su entorno o bien, su franca destrucción. Esta idea tan arraigada no es más que el producto de nuestra incapacidad de ponderar nuestra fragilidad y nuestra finitud como personas en particular, y como especie en general frente a la inmensidad y la bastedad de la naturaleza, e incluso, de la galaxia a la que pertenecemos. Es cierto que con nuestras acciones podemos destruir ecosistemas, o bien, hacer terriblemente infelices a poblaciones enteras, así como también tenemos la capacidad de crear vacunas que salven a millones de personas. Sin embargo, como especie no ocupamos más que una pequeña porción de tiempo en la línea histórica de la vida en el planeta tierra, por ello, pienso que no tenemos ningún motivo para creer que pertenecemos a una especie que será eterna gracias a sus intervenciones tecnológicas o bien, que moriremos todos por el mismo motivo. No pretendo negar que la tecnología, según su uso, pueda ser buena o mala, sin embargo, según creo, la capacidad de razonamiento que nos posibilita dicho desarrollo tecnológico, no nos hace superiores, sino que se trata de una característica propia de nuestra especie que nos diferencia de otras.

Discusión final

Más allá de cualquier discusión o controversia con respecto del bien, el mal, la tecnología y otras cuestiones relevantes para nuestra vida como humanos, quiero reconocer, aunque en este punto parezca contradictorio, que nuestra especie posee una capacidad única y digna de ser destacada, que nos es posibilitada por el lenguaje y la razón y es la de poder ver y analizar las cosas de múltiples maneras, tantas como seres humanos existieron, existen y existirán y a la misma vez, que esas múltiples maneras de ver y analizar pueden entrecruzarse hasta el infinito posibilitando lo que, desde mi punto de vista podría llamarse la más sublime creación humana, que es su expresión de todas las formas en que nuestra creatividad lo permita. Esto último, no nos da un lugar mejor ni peor dentro de la biodiversidad del planeta, solo nos hace diferentes y de cierta manera únicos (así como otras especies serán únicas por otras características que, quizás nunca lleguemos a comprender). Esta capacidad única de nuestra especie es la que nos posibilita hacer un análisis de nuestras acciones y generar enormes discusiones alrededor de ciertas cuestiones de relevancia para nosotros como especie, como es el caso de “La tecnología martillo”.

A esta altura de mi desarrollo teórico, estoy en condiciones de afirmar que me identifico ampliamente con la idea de Kelly quien sostiene que nuestra mejor tecnología es la propia humanidad. Kelly afirma:

No podemos vivir, como especie, sin tecnología. La civilización es parte de TheTechnium, (…) Nos hemos inventado, sumidos en su fuerza, a nosotros mismos. (…)Cuantas más tecnología, más intentamos salvar nuestra identidad decidiendo no usarla. Nos definimos entorno a lo que usamos, pero también en base a lo que no usamos. (Kelly, 2005)

Con esto pretendo dejar abierta la discusión acerca del problema planteado en el presente trabajo que resumí en una simple metáfora, y que a esta altura del desarrollo teórico, queda claro que no es otra cosa que un producto de ciertas representaciones sociales subyacentes en nuestro discurso, que, a su vez, generan cierto modo de interpretar los hechos de nuestra realidad y nos llevan a acciones acordes a ese modo de interpretación particular. Es por ello que producciones artísticas como la literatura o el cine, medios privilegiados en la producción y expresión de representaciones sociales, adquieren determinados parámetros comunes para describir una realidad futura. Este hecho, no es más que el resultado de modelos mentales, compartidos por una sociedad determinada. Por último quiero destacar que coincido también con la idea de que “La única Verdad”, como dijo Pierre Bourdieu (2008), es que, en el interjuego de las representaciones sociales, estamos inmersos en una constante lucha por el monopolio de las mismas, ya que quien las monopolice, será el dueño del poder.

Para concluir el presente trabajo, y con la única finalidad de dejar abierto otro punto para un potencial análisis futuro sobre esta cuestión, me parece importante, aunque sea mencionar, un trabajo de Deleuze y Guatarí: “Rizoma” (Deleuze y Guatarí, 1976). En lo desarrollado hasta aquí, queda claro que nuestras representaciones sociales se balancean en una suerte de péndulo entre dos polaridades diferentes y opuestas, sin embargo, a partir del texto mencionado, podemos pensar que existen múltiples formas de interpretar una misma cosa, y que cada suceso a interpretar puede ser disparador de muchísimas otras interpretaciones, las cuales a su vez son disparadoras de más interpretaciones y así hasta el infinito… en Rizoma, Deleuze y Guatarí sostienen: “El rizoma no se deja reducir ni a lo Uno ni a lo Múltiple.(…) Está hecho(…)de dimensiones, o más bien de direcciones cambiantes. No tiene ni principio ni fin, siempre tiene un medio por el que crece y desborda” (Deleuze y Guatarí, 1976. Pp. 25).

Anexo

A raíz de las múltiples resonancias que me llevaron a hacer gran cantidad de relaciones, sentí que no podía terminar este trabajo sin tomar otros aspectos que me resultaron significativos de las ideas presentes los films “Terminator” y “Matrix”.

La articulación que sigue versa sobre algunos conceptos desarrollados por Zigmunt Bauman.

Bauman, en la Introducción a “La modernidad liquida” habla de una continuidad histórica de nuestra cultura que va desde la revolución industrial hasta la actualidad, en donde, uno de los extremos es representado metafóricamente como paradigma de lo sólido, y el otro extremo, lo liquido en su máxima expresión siendo que, en el medio, se fue dando un desarrollo histórico que el autor menciona como “Proceso de licuefacción”.

La característica de los sólidos es la de degradarse en presencia de los líquidos, mientras que los líquidos fluyen incólumes. La idea de liquidez, nos acerca a la de liviandad, la época actual se caracteriza por esta liviandad que se relaciona directamente con la “Rapidez”. Dice Bauman: “El poder puede moverse con la velocidad de la señal electrónica; así, el tiempo requerido para el movimiento de sus ingredientes esenciales se ha reducido a la instantaneidad” (Bauman, 2002)

Con relación a los films elegidos para el desarrollo de este trabajo, me resulto sumamente llamativa la similitud entre el desarrollo conceptual de Bauman y algunos aspectos que caracterizan a ambas películas, principalmente en relación a las características físicas generales que poseen los cuerpos de los “villanos”.

Terminator I, es un film del año 1984, época en que se transitaba por la recta final del periodo de “guerra fría” (1945/1989-91). Según Bauman, el proceso de licuefacción, se fue dando paulatinamente y, con lo cual, podría tomarse este momento histórico, en un estado de solidez relativa, en vías de desintegración gracias al incesante paso de la “Modernidad liquida”. El modelo de robot destructor esbozado en este film, posee un endoesqueleto de metal, sumamente solido e indestructible (al menos en apariencia).

En 1991, se lanzó la segunda parte de la zaga. Es necesario destacar que este año se produjo el golpe de estado en la URSS que llevo a su disolución y que dos años antes, en Alemania aconteció la caída del muro de Berlín. El resultado de ambos sucesos históricos fue poner punto final definitivo a la polarización de occidente entre comunismo y capitalismo, acelerando aún más el proceso de globalización. Desde el punto de vista de Bauman, podemos hablar de un avance del proceso de licuefacción. Coincidentemente con esto, el Villano en esta parte de la zaga, es un robot más avanzado, cuya estructura es de un metal que pareciera ser mercurio, que le permite volver a reconstruirse todas las veces que sea necesario, aunque haya sufrido una destrucción completa. Le permite deslizarse por debajo de las puertas y entre las rejas todas las veces que lo desee. Esta característica hace que éste mejorado robot sea superior al de la primera parte de la zaga. Todavía más llamativo me resulta el hecho de que el robot asesino de la primera parte, (el sólido) es, en esta segunda parte, el que encarna el bien y que viene a ayudar a John Connor y a su madre. Pareciera ser que se confirma la hipótesis de que “Todo tiempo pasado fue mejor…”

Por último, en el año 1998, se estrenó el film “Matrix”. En este film, el Agente Smith, es un personaje que va y viene constantemente, es prácticamente imposible escapar de él, así como, también tiene la capacidad de desaparecer cuando lo desee. Se trata de una imagen, ya que es un “Agente de la realidad virtual de sueños programados que resulta ser la Matrix”, no es otra cosa que un “programa defensivo de Matrix”. Esta característica del Agente Smith, coincide con lo que Bauman trata de explicar cuando afirma que “el poder se ha vuelto verdaderamente extraterritorial, y ya no está atado, ni siquiera detenido, por la resistencia del espacio”

En este punto, cabe destacar que “La modernidad liquida” es un texto del año 1999, es decir, fue escrito casi en simultáneo con el estreno del film. Tanto la persona encargada de pensar la historia de ficción, como el autor, hicieron sus respectivos trabajos, en virtud de los avances tecnológicos que permitieron la fluidez en las comunicaciones, que a su vez llevo a entablar nuevos tipos de relaciones sociales que, aun hoy, está llevando a la máxima expresión de globalización caracterizada por la liquidez, la inmediatez.

Puede resultar una comparación un tanto descabellada, sin embargo, llamó poderosamente mi atención el hecho de que los modelos que representan una inteligencia artificial que pretende dominar a la humanidad dentro de estas historias de ficción, coinciden a la perfección con la propuesta metafórica esbozada por Bauman respecto de la Modernidad Liquida.

Haciendo una síntesis final, estoy en condiciones de afirmar que el proceso de licuefacción del que habla Bauman, como todo hecho relevante en la historia de la humanidad, está presente en las representaciones sociales de los últimos 20 años. Es claro que las “mentes imaginadoras” de ciencia ficción tienden a crear personajes acordes a la época que les toca vivir. Tanto así, que toman una imagen de la realidad, a la vez que la reproducen de manera ficcional, es decir, así como se alimentan de las representaciones sociales subyacentes en determinada sociedad, las reproduce retroalimentándola en un circuito dialectico.

Referencias

Bauman, Z. (2002). Modernidad Liquida. Cap. IV. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica de Argentina S.A.

Bauman, Z. (2007) "Vida de Consumo", Fondo de Cultura Económica, Mejico.

Bourdieu, P. y Wacquant, L. (2008). Lenguaje, género y violencia simbólica. En Una invitación a la sociología reflexiva. Buenos Aires: Siglo XXI.

Deleuze y Guatarí (1976) Mil mecetas. Introduccion: Rizoma. Edicitorial pre-textos. España. 2004. Pp 25

Jodelet, Denise (1986) La representación social: fenómenos, concepto y teoría. En Moscovici, S.(comp.). Psicología Social. Barcelona: Paidós

Kelly, Kevin (2005) Sobre la evolución de la tecnología. Recuperado de: http://www.ted.com/talks/kevin_kelly_on_how_technology_evolves.html

Moscovici, S. (1979) El psicoanálisis, su imagen y su público, Buenos Aires, Huemul. Pp.197-205

Moscovici, S. (2000) Representaciones sociales: Exploraciones en psicología social, Polity Press.

Todorov,Tzvetan (1981) Introducción a la literatura fantástica, Mejico. Premia editora.



NOTAS

[1Moscovici, Serge: el autor define representaciones sociales de la siguiente manera: “Son fenómenos específicos que se relacionan con una forma particular de entender y comunicar, un modo que crea tanto la realidad como el sentido común. Son explicaciones de sentido común, formas de entender y comunicar las teorías científicas. Línea divisoria entre el conocimiento científico (universo reificado) y el conocimiento popular (conocimiento consensuado)

[2Bourdieu, Pierre: Op cit. Cap: “Clase inaugural a la cátedra de sociología del colegio de Francia”

[4Film basado en un libro del escritor británico Aldous Huxley, publicado por primera vez en 1932

[8Se me ocurrió este concepto y luego lo busque en Google. Para mi sorpresa, me encontré con que esta palabra ya fue utilizada en la zaga de ciencia ficción “Starwars” y “era la tendencia de ver a la galaxia desde la perspectiva de una mayoría humana” (http://es.starwars.wikia.com/wiki/Humanocentrismo)





COMENTARIOS

Mensaje de   » 27 de octubre de 2013 » martinagramirez@gmail.com 

Marcela,
Destaco en tu trabajo gran rigor a la hora de evaluar las múltiples velocidades que se pueden considerar cuando nos aproximamos a la condición humana. El cine ejemplifica en buena parte esa espiral rizomatica que se presenta en nuestro caminar, sin centro, ni periferia. Tu ponencia precisamente es una muestra bien valiosa para pensar sobre el asunto, como cuando se considera la tecnología.



Mensaje de Araceli Amanda Basolo  » 18 de agosto de 2013 » lic.aracelibasolo@hotmail.com 

Marcela Palagi te felicito por tu escrito y con tu permiso transcribo tres párrafos del mismo para seguir reflexionando.
“LA verdad” regida por la ley de las cegueras y las lucideces, en donde, desde un punto de vista sociológico, la única verdad realmente comprobable, es que existe esa lucha. Es decir, si hay una verdad, es que esa verdad es objeto de lucha" (Bourdieu, P. y Wacquant, L.; 2008

"Cuantas más tecnología, más intentamos salvar nuestra identidad decidiendo no usarla. Nos definimos entorno a lo que usamos, pero también en base a lo que no usamos." (Kelly, 2005)

"... ciertas representaciones sociales subyacentes en nuestro discurso, que, a su vez, generan cierto modo de interpretar los hechos de nuestra realidad y nos llevan a acciones acordes a ese modo de interpretación particular". (Marcela Palagi)

Saludos cordiales




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