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Lectura ético-analítica de "Miss simpatía" a través del concepto lacaniano de semblante

por Lobel, Guadalupe Josefina Felisa

Universidad de Buenos Aires- Facultad de Psicología

Resumen

En este film, una agente del FBI, Gracie Hart, debe infiltrarse como participante en el certamen de belleza “Miss United States”. Gracie debe colaborar con la captura de “El Ciudadano”, quien se revela a través de mensajes encriptados que ha elegido el certamen como próximo objetivo para cometer un atentado. Los rasgos personales y de imagen de la agente Hart constituyen un enorme desafío de trabajo para el renombrado asesor de imagen Victor Melling, quien tratará en tiempo récord de producir un cambio de imagen física y actitudinal de una Gracie resistente por demás.
La idea de este trabajo es establecer una relación entre la imagen y la posición subjetiva. Poder dar cuenta de que la implicancia entre ambas no es unidireccional ni estática sino que responde a una dinámica que se piensa dialécticamente. Para ello es necesario trabajar con el concepto lacaniano de semblante como soporte del discurso.
Se ha elegido tres momentos del film en los cuales se refleja la construcción de la posición subjetiva de esta mujer.

Palabras Clave: Semblante | posición-subjetiva | movimiento-dialéctico | deseo

Introducción

En el desarrollo del trabajo la propuesta es realizar un recorrido a través de tres escenas de la película las cuales fueron seleccionadas con el propósito de mostrar los rasgos del semblante, las repercusiones que podrían jugarse entre éste y el discurso, así como también el papel importante que allí juega el deseo. Se ha nombrado a cada momento con palabras que bien podrían ser dichas por Gracie y que resumen cuanto menos el punto del que partimos junto a Gracie en cada una:

Si quiero ser una agente...¿ no puedo ser mujer?.”

Si quiero ser una agente debo aceptar verme como mujer

Puedo ser una buena agente y a la vez aceptarme como lo que soy: una hermosa mujer.”

Estos son los tres tiempos planteados en los que se ha relacionado su lugar como mujer y aquello que funciona como motor y obstáculo del cambio: su trabajo como agente del FBI. En definitiva, son lo que podríamos llamar momentos de su posición subjetiva.

Cabe aclarar que si bien se trata de una exposición cronológica, la intención es describir tres tiempos lógicos en el cambio de posición subjetiva de Gracie Hart, quien, más allá de su identificación a la imagen femenina en su cultura, lo que puede es lograr tener una relación más genuina con su propio deseo.

Revisión de estado del arte: No se han encontrado investigaciones previas respecto de este tema en relación con la película a la que se hace referencia. Este vacío de investigación será retomado en el apartado de las conclusiones finales.

Marco teórico: Los conceptos elegidos para establecer la articulación conceptual se irán definiendo a lo largo del análisis de los fragmentos.

Escena 1:

Si quiero ser una agente...¿no puedo ser mujer?

(14.00) Gracie Hart ha desobedecido a su jefe en un operativo y por esta razón un compañero suyo terminó lesionado. La reprimenda de su jefe fue que trabajara en administración durante dos semanas. La agente sufre de un malestar anímico que cree poder aplacar comiendo. Gracie se sienta en la barra de un bar con aspecto desalineado. Tiene la camisa manchada con comida y cae ketchup de la hamburguesa que come sobre el mensaje encriptado que intenta descifrar. Habla con el camarero como si tuviera una relación muy familiar (íntima) con él, al que cada vez que le habla es para pedirle más comida o cerveza con la expresión “¡Dámelo completo, amor!”. Le sirven el postre: un tarro de helado con chispas de chocolate que comienza a comer sin reparar en que se mancha las manos con la cuchara. El compañero de Gracie, Eric Matthews, le pregunta qué está haciendo y ella contesta que va a empacharse. Ella lo invita a unírsele, pero a pesar de que parece ser una práctica frecuente entre ellos, esta vez Eric no lo hace. Eric dice que tiene “un encuentro importante” con una señorita que entra en escena.

Se produce el contraste cinematográfico. Gracie y Beth son presentadas. Gracie se limpia el helado en la camisa antes de tenderle la mano a la mujer que acompaña a Eric. Eric presenta a Gracie Hart como agente del FBI. Beth le dice que le encantaría tener un punto de vista femenino para un trabajo de la universidad que está haciendo sobre el FBI y Eric le pega a Hart en el brazo con el puño cerrado diciéndole a Beth que ha ido por la persona equivocada, a la vez que le pregunta a Hart si eso es cierto. Una pregunta de Beth sobre los zapatos masculinos de Hart produce una reacción casi indiferente e irónica en Hart. “Los hizo el mismo tipo que me tatuó el trasero…” el compañero de Hart se ve obligado a irse de allí con la chica. Él dice “dejémosla sola” Hart irónicamente comenta entre dientes “diviértanse yendo de compras.” (min:15.16)

Análisis del fragmento

En este fragmento podemos notar algunos detalles cuya riqueza nos hablan de las características del semblante en Gracie. Para pensar los detalles de este primer momento de la película y acercarnos al tema se reseñará el concepto de semblante en Lacan a través de la introducción que el mismo realiza en El Seminario 18 y del relevamiento que Santiago Thompson hace de este concepto en la obra de Jacques Lacan.

El semblante, como imagen que habla por sí misma de lo propio, es lo que perteneciendo al registro imaginario se da lugar inmediato en lo simbólico representando algo de lo real del sujeto. Santiago Thompson intenta hacer una síntesis del concepto lacaniano del semblante como una extensión del concepto corriente: en el uso común la palabra “semblante” se refiere a aquello que se da a ver, lo que parece pero no se es. A la representación de lo que se ve en el rostro humano en este caso. Pero Lacan, dice Thompson, “(…) extiende la representación al cuerpo: el semblante es el cuerpo en lo que tiene de representación. El cuerpo parece algo que no es (aquí tenemos toda la vertiente de su unidad imaginaria, que vela el organismo) y es soporte de un discurso, que está regulado por un semblante que lo soporta. A partir de sostener un discurso un cuerpo se subjetiva: la posición subjetiva es entonces efecto directo de un semblante. El semblante como categoría tiene relación con el soporte corporal que da, justamente cuerpo a un discurso (Thompson, 2014a).”

Es decir que semblante y discurso se definen y soportan mutuamente a lo largo del tiempo en una relación en la cual, según Lacan, al principio está el semblante ya que el semblante se encuentra en la naturaleza toda mientras que el discurso es un “artefacto”, es patrimonio exclusivo del hombre en tanto sujeto (Lacan, 1971).

Gracie se propone comer desde temprano en esta escena. Dice querer empacharse, y a la vez ya está trabajando con un mensaje encriptado que “El ciudadano” dejó. La agente somete su cuerpo a un exceso, algo podría caerle mal. Pero cabe preguntarnos si además no lo hace queriendo confirmar exageradamente esa imagen que en su interior ha construido de lo que es ser una agente del FBI si no se trata de mostrar algo en público. Gracie se ocupa de que todos sepan cuál es su posición y la aparente seguridad apoyada en su discurso sarcástico. Sin embargo la realidad la supera y lo que se ve es otra cosa.

Todo su cuerpo representa la dejadez con la que se está tratando a sí misma. ¿Culpa, ansiedad? La avidez con la que come y la forma de la que trata al mozo parecen ir en el mismo sentido que las justificaciones de las que se vale a través del sarcasmo y el humor: tratar de aplacar la angustia profunda que tiene por la soledad que la aqueja.

Santiago Thompson propone una articulación entre la categoría lacaniana de semblante y la feminidad en otro trabajo, “Los usos del semblante en la mujer (Thompson, 2014b)”. Thompson alude a una apreciación de Colette Soler respecto de aquello que la mujer da a ver. Dice “(…) lo que da a ver lo da a ver en consonancia con los modelos e insignias producidos en el lugar del Otro (Soler en Thompson, 2014b)”. ¿Cuáles son los elementos que en el actuar y mostrarse de la agente Hart nos dan a conocer aquellas pistas que han dejado, y que van dejando en ella las valiosas insignias del Otro? Gracie muestra no anoticiarse de esa angustia que últimamente la aqueja. En nombre de ese Otro, lugar que la ha nombrado agente del FBI, prefiere ser tratada “como uno más” entre sus compañeros y esconderse detrás de insignias masculinas como los zapatos y la ropa impersonal, el vocabulario, las forma de comer y de tratarse con el sexo opuesto como así también las formas particulares de denostar a la femineidad que recuerdan a costumbres propias de personas (mujeres u hombres) solitarias. Una identificación que podría ser también una manera rústica de conjurar tanta soledad. Sin embargo, no olvidemos un detalle nada menor: Gracie está castigada por desobediencia. Gracie ha desobedecido en medio de un operativo muy peligroso y el jefe de ella decide ponerla a trabajar en la administración. El espectador podría pretender que por parte de alguien que tiene una autoestima tan baja más que un castigo lo que ha recibido es un premio. Lo ocurrido podría leerse como la matriz de la niña que desea ser mirada por el padre, en este caso el jefe, quien podría estar retrayéndola a ensimismarse en la repetición implícita en el fantasma. Sin embargo la agente, en función de un desafío autoimpuesto se aferra a su trabajo de investigadora y lucha hasta ser tenida en cuenta para el siguiente operativo…desobedeciendo. Podríamos marcar aquí un hito fundante en cuanto al deseo en Gracie. El comienzo de una respuesta a ese Otro a través de una búsqueda de algo más que esas insignias. Donald Petrie ha colocado no en vano el comienzo de todo con el descifrado de una mensaje encriptado en las manos de la protagonista, cuya respuesta arroja un significante de la belleza femenina en alguna forma y cuya lectura y acierto está hecha por Gracie, quien en alguna parte de sí augura con su deseo un cambio, sin saber aun de qué tipo.

Escena 2:

Si quiero ser una agente debo aceptar verme como mujer

(min 56.55) El concurso ha comenzado y Hart debe trabajar duro durante las noches para equiparar su imagen y presencia a la de las demás concursantes de manera que se justifique el lugar que el FBI ha arreglado con los organizadores del evento de ubicarla entre las cinco finalistas. La agente debe prepararse para una prueba importante: la entrevista. Gracie se encuentra con sueño y hambre y no demuestra ganas de colaborar. Melling la hace sentarse y ensayar respuestas posibles. Se produce el siguiente diálogo:

Melling- La entrevista es la parte más importante del concurso. Responde por el treinta por ciento de la puntuación.

Hart- ¿Qué es el otro setenta por ciento, escote?

Melling- Manos superpuestas, tobillos cruzados.

Hart- (Obedece)

Melling- Cuello estirado. Y recuerda: sonríe. Los que sonríen son ganadores, los que no; son perdedores.

Hart- Me gustaría tanto golpearlo

Melling- Mientras sonrías

Hart-(Bosteza)

Melling- Bien, ¿por qué se le llama a New Jersey el Estado Jardín?

Hart- (Divertida) Porque “Estado de la Refinería Petroquímica” es mucho más largo.

Melling- ¿Sabes? No me gusta el egoísmo y la inmadurez mientras estoy trabajando tan duro.

Hart- ¿Cuál es la diferencia? Estoy entre las finalistas. Felicitaciones...a mí.

Melling- ¿Y eso te basta? ¿No sientes orgullo de ti, de tu presentación?

Hart- ¿Sabe? Soy una agente del FBI, ¿de acuerdo? no una idiota de tacones…

Melling- Eres también una persona, incompleta. En vez de amigos y relaciones tienes sarcasmo y una pistola.

Hart-¿Sarcasmo, yo? ¡Todo lo que sale de su boca está lleno de menosprecio!

Melling- Porque soy un elitista, miserable y regañón. Así me gusta.

Hart- ¡¿Sabe qué ?!, no tengo relaciones porque no quiero. Y no tengo amigos porque trabajo veinticuatro horas, toda la semana. ¡Y usted no tiene ni idea de por qué soy así!

Melling- Ya que estamos simulando una entrevista ¿Por qué eres así?

Hart- No le importa (Se acerca enérgicamente a una mesa con donas y toma una para llevársela a la boca)

Melling- Eso no les gusta a los jurados, tenemos mucho que hacer. (Le saca la dona de la mano)

Hart- (Saca su arma de debajo del vestido, la carga y le apunta a la cabeza de Melling con ella) No. Terminamos.

Una música triste de clarinete comienza a sonar, mientras Melling atónito queda paralizado hasta que reacciona.

Melling- Terminamos. (Le ofrece la dona que Hart le arrebata de la mano y sale caminando enérgicamente)

Hart- (Dirigiéndose a la cámara oculta que hay en su traje) Comando, dónde está Matthews?

Comando- En la piscina.

Melling-(Lee una tarjeta de preguntas)” ¿Qué piensas acerca del control de portación de armas?”, a favor (min 59.22).

Matthews se encuentra en la piscina nadando y Hart le tira una pelota en la cabeza para que levante la vista. Ella sigue con el vestido de noche puesto.

Hart- Vine a avisarte que renuncio. Cuídate (Se da vuelta para irse).

Matthews - Espera Hart, un minuto. ¿Cómo que renuncias?

Hart- Porque soy la chica equivocada, entiendes?

Matthews - Hart, no me hagas esto ahora…

Hart- No es que yo quiera, por eso lo hago. Lo único que hago son tonterías. Ya ni siquiera me siento como una agente. Y “Vic” dice cosas como que… soy...No. No me interesa lo que diga. No me interesa eso. Me interesa mi trabajo, sólo eso es lo que me llena. Te llena a ti ¿no?.

Matthews - ¡¡¡Claro, me llena mi trabajo, me llena mi trabajo!!!

Hart- Sí!!! ¡Igual que a mí! ¿Y qué pasa conmigo? Yo salgo con chicos. Todos creen que no he salido con nadie en diez años. ¿Lo crees?

Matthews - No… yo sé que sales.

Hart- Por supuesto que sí. Pero ambas veces arruiné el momento. Y ni siquiera me interesa, para nada, todo lo que quiero es hacer bien mi trabajo. Y en estos últimos días he estado completamente perdida.

Matthews – Escúchame, he esperado cinco años para tener mi operativo. ¿Crees que me equivoqué de chica?

Hart- No, no. La razón para elegirme fue que era la única que se veía medio decente en bikini y que no estaba embarazada.

Matthews - No. Por eso me dejaron elegirte. Sabes por qué lo hice?

Hart- ¿Una apuesta?

Matthews - Eres inteligente. Tienes sentido del humor, no te dejas y eres afable cuando no estás armada. Date otra oportunidad, se consecuente con Vic y las otras concursantes. Y cuando vean en ti todo lo que veo yo… te van a amar. ¿Qué dices?

Hart se ha sentado con las piernas juntas en una reposera al costado de la pileta. Parece como si hubiera estado horas escuchando con atención a alguien allí sentada. Reacciona y dice.

Hart- No te defraudaré.

Matthews -Bien, eso quería oír.

Hart- Aunque honestamente tal vez te defraude...pero voy a hacer lo que esté en mis manos (Ahora sonríe).

Matthews hace un gesto de que va a mojarla con el agua de la pileta

Hart- No...El vestido!!!

Matthews la toma de la muñeca y la zambulle con él en la pileta.

Hart- Vic no te lo va a perdonar

Matthews -¿Qué?

Hart- Estás en problemas.

Matthews - Te caíste, te ves bien así!

Hart- ¡Cállate!

Análisis del fragmento

Uno de los discursos con los que Lacan enlaza al semblante en El Seminario 18 es el discurso científico, del cual asegura que “encuentra lo real por cuanto éste depende de la función del semblante (Lacan, 1971).”. La articulación (…) algebraica y los efectos del semblante constituyen el único aparato por el cual designamos el real. Es decir que en ciencia los elementos de la observación que nos permiten designar algo de lo real están dispuestos en el semblante que, como elemento clínico esencial, contribuye a comprender tangencial o principalmente la singularidad del síntoma.

Por otra parte, en El Seminario 18 Lacan establece la relación entre el acting out y el semblante diciendo que el acting out es la forma de hacer pasar el semblante a la escena. El acting out es “montarlo en escena, hacer de él un ejemplo (Lacan, 1971)”.

En esta escena, hay un semblante que se impone en nombre de ese Otro que es el trabajo de la agente. El asesor colabora con la misión enseñándole a Hart a dominar su cuerpo y actitud, pero le es bastante difícil. Las indicaciones de Victor Melling de sonreír y de sentarse con las rodillas juntas además de producir resistencia debido al sueño y al hambre, actualizan justo aquello que Melling le recuerda. Es que el oficio del asesor de imagen de Victor Melling viró por un rato, como lo ha hecho varias veces a lo largo del film, en “oficio” de analista silvestre. El espejo en el que Gracie es obligada a verse es un espejo discursivo que le muestra crudamente algo que ella no puede ver: que ante la posibilidad de mostrarse como una mujer, tener amigos y relaciones ella antepone el sarcasmo y la pistola. Hart actúa el semblante y con la pistola apunta a Víctor. Esa es la forma que tiene de dar por terminada la discusión. Ella quiere matar esa verdad que hace días que está germinando en su ser y hoy ha asomado cruda en las palabras de alguien que sin conocerla la ha definido tan íntimamente.

Esta vez, lejos de ser un refugio, las insignias de ese Otro de la eficiencia laboral le estaban jugando la mala pasada de enfrentarla con un costado propio e intolerable en el trabajo, en medio de una misión: con su propio deseo. Allí, en acting out, la puesta en escena de ese semblante que además de apuntar con un arma a la cabeza a la verdad, obliga a Vic a detenerse y a ella a intentar huir despavorida (de sí misma). Pero la verdad ya estaba dicha, y el momento de escuchar algo de eso sin contestar huyendo había llegado. Gracie busca tener una conversación con Matthews. Ella está aturdida y enojada. Pero le abre su corazón y le dice al borde de la pileta el anverso y reverso de una verdad: ella sale con gente, ha tenido relaciones en los últimos diez años, pero siempre que se terminó fue porque ella "lo echó a perder".

No se encuentran elementos suficientes en el relato para asegurar con exactitud por qué ella dice esto, pero teniendo en cuenta los acontecimientos presentes en la escena inmediatamente anterior vivida con Vic, podemos decir que ha sido importante la forma en la que ella se ha manejado como mujer. En este sentido, se pueden ubicar aquí dos elementos importantes: Por un lado el hecho de que estando esto siempre tan ligado al trabajo y a su imagen de agente , es probable que sea un precio realmente alto el que Gracie haya tenido que pagar por no ser consecuente con su deseo de amar y ser amada por alguien.

Respecto de los costos que subjetivamente nos vemos obligados a pagar por causa de haber cedido ante el deseo Lacan dice en su Seminario 7:

"En último término, aquello de lo cual el sujeto se siente efectivamente culpable cuando tiene culpa de modo aceptable o no para el director de conciencia, es siempre en su raíz, de haber cedido en su deseo. Avancemos más. A menudo, cedió en su deseo por el buen motivo e incluso por el mejor (Lacan, 1959). "

Gracie había cedido una y mil veces ante su deseo, lo cual podría ser una lectura posible para tanto castigo sobre el propio cuerpo. Una y mil veces, como en el filme de Jules Dassin, la caja registradora le habría cobrado las hazañas con las que había construido su identidad. Postergar el amor por ser una buena agente y refugiarse en satisfacciones sustitutivas como la comida o el entrenamiento físico eran cuentas que ahora habría que balancear.

El otro elemento importante, un punto no menor, es el hecho de que lo que ocurre en el aquí y ahora de esta escena es un acontecimiento: Gracie admite su responsabilidad subjetiva, y lo hace frente a un hombre que desea. En su vestido de noche y enfundada en la fragilidad fuerte de quienes admiten lo propio, Gracie se ha mostrado fallada, se ha “quitado las armas”. Una mujer no es simbólicamente completa, no tiene el falo y en su semblante es mucho más misteriosa y atractiva en cuanto se muestra capaz de fallar en algo (a pesar de ser capaz). Una mujer que necesita protección, una mujer que necesita del reconocimiento de un hombre, esta vez para poder hacer su trabajo. Y es automático. Eric se siente seguro como hombre y puede alojarla en su angustia. Es un momento de giro en la relación entre ellos porque a quien aloja allí es para él una mujer a la que le dice que todos (y él) son capaces de amar. Él se encuentra a miles de kilómetros luz del hombre que en forma cómplice le pegaba en el hombro a puño cerrado diciendo que es incapaz de dar un punto de vista femenino. De hecho, al recuperar la picardía y zambullirla en la pileta, es Gracie quien se preocupa por su vestido. Su imagen de mujer ha sido reivindicada y fortalecida y Hart ha podido sonreír con naturalidad..

Escena 3:

Puedo ser una buena agente y a la vez aceptarme como lo que soy: una hermosa mujer.

El certamen ha finalizado con la coronación accidentada de Miss Estados Unidos. El FBI ha logrado atrapar a los verdaderos autores intelectuales del fallido atentado: los mismos organizadores del certamen con la Señorita Morningside a la cabeza, quien es escoltada por Gracie Hart hasta el patrullero.

Se produce un diálogo entre Gracie y Eric:

Eric - Hey, buen trabajo.

Gracie - Sí. Lo mismo digo. ¿Cómo se siente...arrojar un libro de normas por la ventana?

Eric - Realmente bien... Sabes estaba pensando. Cuando volvamos a la ciudad, después de escribir todos los informes y antes de que conviertas en calabaza… no sé, tal vez podamos ir un día a cenar.

Gracie - Oye, me estás invitando a salir…

Eric - No. Una cena informal y después podemos tener sexo o algo (Usa tono de broma)...

Gracie - (Cantando) Piensas que soy hermosa...quieres salir conmigo, amarme y casarte… ( Gracie, toma de la solapa del saco a Eric y lo besa profundamente)

Cambia la escena. Ya es la mañana siguiente. Gracie y Eric salen del hotel donde se produjo todo el evento:

Eric - Admite que una parte de ti lo extrañará.

Gracie - Extrañaré los tacones, porque cambian mi postura. Y ahora estoy conciente y orgullosa de mis senos.

Eric - Sí, yo también lo estoy.

Ya están por subir al vehículo cuando viene Melling corriendo a buscarlos. Han encontrado un artefacto explosivo en el desayunador. La flamante Miss Estados Unidos está en el salón dando un discurso en el que dice:

Miss EE UU- Salvó el concurso, salvó nuestras vidas y aquí está!

Se han reunido todas las mujeres participantes para homenajear a Gracie por su trabajo.

Gracie- Vámonos de aquí. No puedo hacer esto, no. Yo me voy. (Todas aplauden)

Entre Eric y Melling toman a Gracie del brazo y la animan a ir al estrado y recibir su homenaje. Ella sube e intenta huir del estrado. Miss EEUU, le dice:

Miss EEUU- ¡No tan rápido! Porque aunque eres una oficial federal, para nosotras siempre serás Gracie Lou Freebush. La encantadora, dulce y genial concursante de belleza y este año Miss Simpatía!!!

Hay un aplauso generalizado, Miss EE UU le pone la banda y le entrega un premio de Miss simpatía a Gracie y ella se acerca al micrófono para hablar.

Gracie - Uh, no sé ni que decir… excepto que… no puedo usar esto en el trabajo. (Todas se ríen). Nunca creí que esto pudiera pasarme a mí. Creo que esperaba que no, pero ya que sucedió quiero decir que me siento… muy honrada (la cámara enfoca a Victor). Y.. conmovida (enfocan a Matthews). Me llegó al corazón. Y… también quiero la paz mundial. (Gracie llora de emoción y sus amigas suben al estrado a abrazarla).

Análisis del fragmento

El concepto importante al que haré alusión en este apartado es el de movimiento dialéctico basado en la tríada hegeliana Afirmación- Negación- Negación de la negación. Utilizaré esta terminología por dos motivos: por un lado deseo omitir el aspecto conciliatorio que posee la “síntesis” (aunque sepa que la negación de la negación se corresponde con el momento de la síntesis) respecto de los dos momentos anteriores – tesis y antítesis- ya que esta presentación de dicha dinámica sugiere la permanencia en el plano de lo particular al momento de la resolución de una aparente dicotomía, algo que parece no tener solución. El planteo de Afirmación- Negación- Negación de la Negación contribuye con el sentido de la salida de la dicotomía por la singularidad, que en nuestro caso no será otra solución que la solución a través del deseo. Por otro lado, haciendo uso del Aufheben hegeliano se puede pensar más claramente en que de cada cambio de instante algo se suprime y algo se conserva dando como resultado final algo que, con esos elementos presentes (y ausentes), implica un plus de sentido. Considero oportuno incluir aquí el trabajo de George García quien recupera lo que Slavoj Žižek piensa en torno de la dialéctica hegeliana y el psicoanálisis:

“(…) Concordantemente, la dialéctica hegeliana es siempre, según el esloveno, dialéctica negativa: no tiene nada que ver con la idea de una coincidencia o codependencia de los opuestos; por el contrario, supone la asimetría entre lo universal y lo particular (…) La síntesis dialéctica no domina la escisión, sino que la anula retroactivamente: “el pasaje de la escisión a la síntesis no consiste en algún acto productivo de reconciliación sino en un simple cambio de perspectiva, por medio del cual tomamos conciencia de que lo que consideramos erróneamente una escisión es ya en sí una reconciliación (Žižek, en García, 2003)”

En este recorte final, es importante referenciar cuál es el saldo del giro que hizo subjetivamente la protagonista. Para esto, se hará un breve recorrido por aquellos aspectos de la vida de ella que evolucionaron con una modalidad dialéctica, lo que explicará su cambio de posición subjetiva.

En relación con su rol de agente del FBI, Gracie comienza dando una imagen de seguridad y rudeza, cualidades que le servían para esconder una dependencia del trabajo como refugio para su identidad y como un aplacador de angustias por causa de la torpeza con la que ella se manejaba socialmente. En el segundo momento, ubicamos la desobediencia ante las insignias de ese Otro que se combina con una sensación de necesidad de reconocimiento de eficiencia frustrado por las contingencias producidas por el deseo. Reconocido esto último, la salida a través del deseo facilita el trabajo de la agente que se ubica con firmeza en su posición de mujer agente.

En relación con su condición de mujer, el comienzo es abrumador, Hart destila desprecio contra todo signo de feminidad oponiendo a cualquier llamado de atención el sarcasmo o la violencia. En un segundo momento, la prueba por cuenta del operativo de verse como una concursante lleva a la protagonista a tomárselo como un desafío que le significa el derribamiento de una fuerte resistencia a reconocerse como mujer. En un tercer momento encontramos el orgullo por la belleza del cuerpo propio directamente expresado en boca de la protagonista.

En su relación con las compañeras de certamen, otras mujeres con las cuales podría identificarse, por ejemplo, podemos notar que al principio hay aislamiento y ausencia de compañeras mujeres con las que relacionarse al interior del FBI. En medio del certamen las relaciones que arma ficcionalmente Hart serán en función del trabajo. Con el paso del tiempo y la oportunidad que se dio para compartir, podemos ubicar un tercer momento en el cual ya hay gestos amistad y compañerismo de parte de Gracie y de sus compañeras.

Por último, la relación erótica con el sexo opuesto es una cuestión de cuya historia poco se sabe hasta el final de la película. Sin embargo, en las conductas observadas en Gracie podemos ubicar un primer momento de complicidad con su compañero en cuanto a una relación en la cual el sexo no está discriminado entre ellos, habría presente un mecanismo de negación. En el segundo momento, el impacto de la verdad produce en Gracie el reconocimiento de la responsabilidad subjetiva, la cual la habilita simbólicamente para ser abordada como una mujer que demuestra en el tercer momento su capacidad de amar y ser amada.

Al final de esta escena las compañeras de certamen de Gracie la reconocen como mujer, como agente y como amiga. Gracie da cuenta de su identidad reformulada, cuando en esas breves palabras dice acerca del reconocimiento: “me llegó al corazón”. En ingles Hart suena como “Heart” que significa “Corazón”. Significante de la sensibilidad y del afecto, posiblemente hasta entonces confundido inconscientemente en su fonética con “Hard”, la dureza. La presencia del afecto y la sensibilidad en esta mujer significaron en su singularidad una salida distinta en la cual la Función del nombre del padre habilitó en la sexualidad la posibilidad de la salida exogámica.

Conclusiones finales

El giro que subjetivamente realiza la protagonista se ha explicado a través de aquellos detalles de la vida de ella que pudieron relevarse a lo largo de las escenas y que presentaron cambios importantes. Cabe aclarar que estos cambios producidos no son entendidos linealmente sino que en todos ellos, hay elementos que se conservan desde el principio, mientras otros se eliminan y en todo caso lo que se produce es una superación de la dicotomía. Esto ha podido reflejarse y leerse gracias a esa capacidad que tiene el cine establecer un relato cinematográfico en el cual se cuentan cosas sin decirlas “La imagen muestra, pero no dice” (Triquell, 2011). Para abordar algo de la profundidad del tema del semblante y su complejidad, este rasgo del cine ha sido de gran utilidad. Si bien la imagen ha tenido un papel central en esta película, es el rasgo compositivo del cine, concepto desarrollado por Alain Badiou (2005), lo que hace posible pesquisar en este caso cuestiones de la complicidad, el misterio o la angustia entre los personajes a través del uso de la música (a lo largo del certamen), la poesía (como mensaje encriptado que devela la protagonista), o efectos técnicos como el uso de la luz y los primeros planos hechos a los personajes. “La Idea como pasaje se da gracias a este rasgo compositivo del cine” (Badiou , 2005) dice el filósofo y creo que justamente esa es la razón por la cual una película que en apariencia, al leer la sinopsis antes de alquilarla, pudiendo pasar como una comedia romántica del montón ha llamado mi atención y me llevó a hacer este ensayo.

Al hablar de la imagen resultante en la protagonista cabe una aclaración esencial. No podemos decir que se trata de una imagen auténtica que estaba “escondida” en ella. Lección lacaniana del Estadio del Espejo que retoma Morel (2010). Respecto de aquellas máscaras a las que uno se identifica, es importante la dimensión preformativa de la máscara a la que alude Morel (2010). Es la máscara la que hace en nosotros base de nuestro ser, ser al que nos identificamos. Es menester tener presente que aquellas identificaciones en las cuales se apoya el yo en sí no son más que alienaciones que consisten en tomar prestadas imágenes de otros para soportar ese yo. De esa manera se puede observar también al proceso por el que pasó Gracie. Ella ha tomado elementos de la feminidad propios de las mujeres la cultura occidental y los ha incorporado como propios luego del movimiento realizado motorizado por su propio deseo.

El elemento del azar ha jugado un papel importantísimo en la definición de esta historia, ya que en varios lugares se hace clave para poder continuar. Así, en el caso de la persecución de “El ciudadano”, el que el atentado fuera programado supuestamente en un concurso de belleza, es lo que lleva a la necesidad de cambiar en apariencia y preparar en actitud a Gracie Hart quien, de haber sido otro tipo de evento al que asistir para investigar, posiblemente nada habría cambiado en ella respecto de su posición subjetiva anterior.

Por último, como no se ha encontrado material sobre este film en la revisión del estado del arte me parece oportuno pensar aquí qué otros temas podrían indagarse a través del mismo. Una de las posibles formas sería abordar este film desde una perspectiva de género. Sería muy rico trabajar no solo el lugar de la mujer asignado por estos concursos sino también la imagen que Hollywood pretende reproducir del estereotipo femenino de concurso de belleza. Los prejuicios expresados durante todo el film de boca de Gracie Hart han de tener un origen interesante de indagar. Por otra parte es interesante también pensar el lugar asignado a la homosexualidad en esta película tratado con liviandad y tocado tangencialmente. Un tema importante podría constituirlo una crítica a las exigencias ridículas que en los concursos de belleza llevan a miles de chicas a retocar y moldear su cuerpo según los mandatos de la belleza actual. En esta película, la agente Hart estaba “en forma” debido al entrenamiento físico al que se sometía en el FBI en forma sintomática. Morel nos hace reflexionar acerca de la posición del cineasta pasible de ser leído a través del sesgo “El cinenasta es responsable de transmitir una ideología mediante sus películas. La ideología no es en absoluto un discurso que se desplaza por encima de la sociedad sin autor preciso alguno” (Morel, 2010). Estas otras formas de ver la película nos invitan a pensar en otro plano: la responsabilidad social del director de cine o de la figura de medios. Temas planteados a retomar en el futuro.

Bibliografia

Badiou (2005) El cine como falso movimiento. En Imágenes y palabras: escritos sobre cine y teatro. Buenos aires, Argentina: Manantial

García, G. (2003) Slavoj Žižek, lector de Hegel. En Praxis. Nº 63. Enero-Julio 2009.

Lacan, J. (1971) El Seminario. Libro 18: De un discurso que no fuera del semblante. Buenos Aires: Paidós, 2009.

Lacan, J. (1971-72) El Seminario. Libro 19: …o peor. Buenos Aires: Paidós, 2012.

Lacan, J. (1959). El Seminario. Libro 7. La Ética del Psicoanálisis. Buenos Aires, Argentina: Paidós.

Morel, G. (2010) La pantalla negra. Slavoj Žižek, el cine y la ideología. En Pantallas y sueños. Barcelona: S&P

Thompson, S. (2014a). La categoría lacaniana del semblante. VI Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología XXI Jornadas de Investigación Décimo Encuentro de Investigadores en Psicología del MERCOSUR. Facultad de Psicología - Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires.

Thompson, S. (2014b). Los usos del semblante en la mujer. VI Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología XXI Jornadas de Investigación Décimo Encuentro de Investigadores en Psicología del MERCOSUR. Facultad de Psicología - Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires.

Triquell, X. (2011) El relato cinematográfico. En Contar con imágenes: Una introducción a la narrativa fílmica, Buenos Aires, Argentina: Brujas.



NOTAS





Película:Miss simpatía

Titulo Original:Miss Congeniality

Director: Donald Petrie

Año: 2000

Pais: Estados Unidos

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