Una madre, un hijo, un auto, una ruta. Hablan de sexo. De los novios y las historias que transitó. La madre. El hijo le pregunta: ¿y ahora? Respuesta: coger no significa que no te quedes solo. Elegimos tomar este enunciado como punto a partir del cual formular un comentario sobre Blondi, la peli que marca el debut de Dolores Fonzi como directora. Coger no significa que no te quedes solo trasunta un dolor que, no por marcar la singularidad de Blondi, resulta menos pertinente para la experiencia de cualquier ser hablante, cada Uno a su manera, claro está. No Relación Sexual dicen los psicoanalistas, insatisfacción estructural dirán otros. La cuestión está en qué hacemos con esa falla que hace a nuestra condición existencial. Desde este punto de vista, Blondi –protagonizada por la propia Dolores Fonzi– es una bella y amorosa metáfora sobre la particular manera en que un grupo de personas unidas por lazos familiares afrontan este rasgo de la experiencia humana con una dignidad a la que no le faltan aspectos por demás sorprendentes. Esto es: maneras de estar y convivir que desafían los cánones estereotipados acerca de lo que una familia debe cumplir y hacer. Una familia donde a la madre no se la llama mamá y a la abuela no se la llama abuela. Motivo más que suficiente para comentar este film que sabe transitar un tono de road movie al compás de una música deliciosa.
Blondi es una treintiañera. Tuvo a su hijo a los quince años de edad. Los une una relación que por momentos se asemeja más a la amistad que a lo filial. Cuestión que no le impide a esta joven madre adoptar maniobras bien directivas, tal como imponerle a su hijo aprender a conducir el auto. La asiste su propia madre y abuela de Mirko (Toto Rovito), protagonizada por una genial Rita Cortese, puesto de guardia de este clan al que hay que agregar una hermana (Carla Peterson) que no ha dejado de cumplir con todos los requisitos propios de una familia tradicional, matrimonio, hijos, marido y un trabajo rentable y seguro. Si se quiere, otra manera de encarnar este coger no significa que no te quedes solo, si atendemos al hartazgo y aburrimiento que demuestra sufrir esta mujer, alter ego de Blondi en más de un aspecto.
Blondi es directiva, franca, leal, honesta, impaciente. Trabaja haciendo encuestas. Es coordinadora de un grupo de personas más jóvenes que ella. El comienzo del film la muestra encaramada en un montículo para hablarle a no más de cinco personas, escena que deja ver la relación al poder de esta joven mujer. Cuestión que lejos de prestarse a maniobras ventajeras o pseudo perversas la lleva a hacerse cargo de menesteres que otros prefieren eludir. Vaya como ejemplo, los miles de kilómetros que recorre con Mirko para buscar a su hermana, entretenida en una pasajera aventura amorosa, mientras que el marido abandonado se queja de tener que hacerse cargo de sus propios hijos. Pero si la hermana tiene relaciones con pares, Blondi las elude. Hay madres, hijos, amigos de hijos, sobrinos, empleados subalternos, pero en el auto de Blondi no hay pares. De hecho, cuando un hombre la encara a la salida de un boliche, nuestra heroína no duda en escaparse raudamente.
Y es aquí donde aparece el aspecto más rico y complejo del film, a saber: la relación de Blondi con su hijo. Tal como más arriba mentamos, un vínculo más cercano a la amistad que a la relación materno-filial. Mirko y Blondi van juntos a los boliches, fuman porro, bailan y transcurren esas experiencias en mutua compañía. La peli no deja ver novias/os ni amistades de Mirko, a no ser la pícara complicidad que sostiene con su tía, hermana de su madre. Por cierto tampoco los síntomas que una relación asfixiante podría infligir en la subjetividad de un hijo. Mirko posee una habilidad excepcional para dibujar. Se lo ve conectado con los demás y muy poco demandante, rasgo que suele habitar a quienes padecen la presencia de una madre omnipresente. En todo caso, bien podemos concluir que Blondi no reemplaza a un partenaire (sea hombre o mujer, poco importa) con Mirko. Punto clave que le permite al muchacho emprender su propio camino.
Quizás el intenso consumo de marihuana es la manera con que nuestra protagonista mitiga el dolor de que coger no significa que no te quedes solo. ¿Está bien? ¿Está mal? La película no juzga. Nosotros tampoco. Para la ética por la cual se orienta la práctica psicoanalítica toda la cuestión está en qué lugar ocupa el tóxico en la vida de una persona. Una cuestión que solo el propio sujeto puede consentir en preguntarse. En todo caso el film propone un final abierto cuyo desenlace confirma que si bien es cierto que coger no significa que no te quedes solo, también deja ver que coger no necesariamente significa que te quedes solo. Allí donde lo indecidible –tal como señala Lacan– invita al sujeto al riesgo que supone consentir a la contingencia. Ese acto que guarece toda nuestra dignidad. [1]
NOTAS
[1] Sergio Zabalza es psicoanalista, Doctor en Psicología por la Universidad de Buenos Aires.
Película:Blondi
Titulo Original:Blondi
Director: Dolores Fonzi
Año: 2023
Pais: Argentina
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