Universidad de Buenos Aires
Resumen:
¿Cómo se relacionan la perversión y el discurso capitalista en la escena traumática de trío en Pleasure (Thyberg, 2021)? Se recurrirá a la Real Academia Española (2025) con las definiciones de pornografía y pornográfico, Román Gubern (2005) acerca del cine pornográfico como espectacularización, y la distinción entre erotismo y pornografía de Gérard Lenne (1978) en Ramón Freixas y Joan Bassa (2000). De Sigmund Freud (1919) se abordará el origen de la fantasía perversa masoquista y Jacques Lacan (1972) su aforismo no hay relación sexual, la inversión del fantasma y la renegación de la castración en la perversión, además de sus desarrollos sobre el discurso capitalista para arribar a Slavoj Žižek (2019) con su noción de la pornografía como intrínsecamente perversa y la mirada-objeto paralizada. Serán necesarios los conceptos de ética y moral de Alejandro Ariel (1994) con los paralelismos entre moral-estética/ética-estilo, y las elaboraciones de Jacques Lacan (1960) acerca de la ética en torno al deseo. Finalmente se presentará el Porno Ético según Erika Lust (2025) y algunos comentarios de César Jones (2015, 2024, 2025).
Palabras Clave: Pornografía | Ética | Capitalismo | Psicoanálisis
“Pleasure”, Yes or No: Morality or Ethics in Pornographic Cinema?
Abstract:
How do perversion and capitalist discourse relate in the traumatic threesome scene in Pleasure (Thyberg, 2021)? We will turn to the Royal Spanish Academy (2025) with the definitions of pornography and pornographic, Román Gubern (2005) about pornographic cinema as spectacularization, and Gérard Lenne’s (1978) distinction between eroticism and pornography in Ramón Freixas and Joan Bassa (2000). From Sigmund Freud (1919) we will address the origin of the masochistic perverse fantasy and Jacques Lacan (1972) his aphorism there is no sexual relation, the inversion of the fantasy and the denial of castration in perversion, in addition to his developments on capitalist discourse to arrive at Slavoj Žižek (2019) with his notion of pornography as intrinsically perverse and the paralyzed object-gaze. Alejandro Ariel’s (1994) concepts of ethics and morality will be necessary, with the parallels between morality-aesthetics/ethics-style, and Jacques Lacan’s (1960) elaborations on ethics surrounding desire. Finally, Ethical Porn according to Erika Lust (2025) will be presented, along with some commentaries by César Jones (2015, 2024, 2025).
Keywords: Pornography | Ethics | Capitalism | Psychoanalysis
Introducción
Este escrito surgió originalmente en 2024 durante la cursada de la Práctica de Investigación “Cine y Subjetividad: El Método de Lectura Ético-Analítico de Películas y Series Televisivas”, del Dr. Juan Jorge Michel Fariña. Mediante estas líneas se pretenderá realizar una lectura en torno a una escena de la película Pleasure (Placer en inglés) de Ninja Thyberg (2021). Esta es una producción sueca-neerlandesa-francesa cuya protagonista es Sofía Kappel quien interpreta a Bella Cherry, una chica de 19 años que viaja desde Suecia hasta Los Ángeles dispuesta a convertirse en la próxima estrella del cine pornográfico en EEUU. A medida que se adentra en este universo, Bella se muestra fascinada por Ava, una actriz perteneciente a un grupo vip denominado Chicas Spiegler. Así, descubre que para ser una de esas chicas y estar entre las actrices más cotizadas de la industria debe estar dispuesta a grabar escenas de Hard Sex (un estilo de sexo más duro, con prácticas de dominación-sumisión, humillaciones físicas y verbales, etc.).
En esta búsqueda de ascenso dentro de la industria, Bella se embarca en la tarea de lograr su objetivo, pidiéndole a su agente que le consiga una escena de Hard Sex. Es así cómo se produce un encuentro con dos actores y un director que la confrontarán con lo real al momento de grabar: Bella suplica detener la escena no una, ni dos, sino tres oportunidades, no sin antes atravesar por la falsa empatía y la manipulación del director y los actores para finalizar la escena. Con este segundo tiempo, la película instaura una interrogante: ¿cuántas veces se habrán realizado escenas pornográficas por medio de manipulación psicológica? Este fenómeno dirime la grieta entre los profesionales y los oportunistas, es decir, diferencia a aquellos actores y directores que trabajan con una dimensión ética de los que arrasan con la subjetividad de los actores. En una época en donde el hipermodernismo está embebido por una tecnología volátil e inmediata se abren aún más preguntas: ¿es hacer porno a toda costa arrasando perversamente la subjetividad de la otredad? ¿Qué debe haber de ético en el cine XXX?
Para delimitar qué se entiende por cine pornográfico, se recurrirá a las definiciones de la RAE (2025) de pornografía y pornográfico. Para nociones más extendidas se recurrirá a las elaboraciones de Gubern (2005) en La imagen pornográfica y otras perversiones ópticas sobre el cine pornográfico como espectacularización, y la distinción entre erotismo y pornografía que Lenne (1978) señala en El Sexo en el Cine y el Cine de Sexo de Freixas y Bassa (2000).
En esta búsqueda de ascenso ambiciosa dentro de la industria, el estilo de escena que Bella acepta grabar es un trío Hard Sex con roles de dominación-sumisión. Se hará uso de las elaboraciones de Freud (1919) sobre el origen de la fantasía perversa masoquista en “Pegan a un niño”, y Lacan (1972) con su aforismo no hay relación sexual. Del mismo autor (1972) se utilizarán sus elaboraciones sobre perversión en relación a la inversión del fantasma y la renegación de la castración. Posteriormente se tomará de Lacan (1972) su elaboración sobre el discurso capitalista como un pseudo discurso que no hace lazo y pretende rechazar la falta, y cómo este se relaciona con la perversión. Apuntando hacia los espectadores se tomarán los aportes de Žižek (2019) en "Todo lo que usted siempre quiso saber sobre Lacan y nunca se atrevió a preguntarle a Hitchcock" acerca de la pornografía como intrínsecamente perversa y la noción de mirada-objeto paralizada a la que quedarían reducidos los espectadores. Dado que el cine pornográfico se ubica en una zona de tensión debido a constantes tensiones morales, resulta pertinente rescatar nociones acerca de la ética para distinguirla así de lo moral. Para ello se tomarán las distinciones entre moral y ética de Ariel (1994) específicamente con los paralelismos entre moral-estética/ética-estilo, y las elaboraciones de Lacan (1960) acerca de la ética en torno al deseo.
Ahora, volviendo a la escena de Bella, ¿qué campos de tensión se abren dentro del mundo del porno en torno a lo ético? Ante estas situaciones emergen múltiples respuestas: se tomará como referencia al Porno Ético impulsado por la directora de cine para adultos y escritora sueca Erika Lust, filosofía que expone en su sitio web XConfessions.com (2024). El Porno Ético propone entornos seguros de rodaje, igualdad de paga para los actores, diversidad de cuerpos en escena, argumentos más eróticos, cinematográficos y/o narrativos que las tomas a los genitales convencionales, entre otras convenciones. Si bien son necesarias máximas que busquen resguardar la integridad de los actores involucrados, por otro lado siembran un debate entre lo ético y lo moral dentro del cine para adultos cuando estos recaudos se adentran en el paraíso creativo de las películas. El director de cine pornográfico argentino César Jones, en el texto de Carlos Barzani (2015) "Actualidad de Erotismo y Pornografía", señala que el tipo de porno que Lust propone erradica “estéticamente” del universo femenino la violencia implícita en el acto erótico, creyendo que ésta es producto de una idea antojadiza de los hombres (p. 93). Continúa diciendo que termina resultando una versión del porno suave y llena de filtros en donde lo más fuerte no vale, no es admitido (Jones, 2015 como se citó en Barzani, 2015 p. 93). A manera de abrir la discusión se añadirán en anexo algunos dichos de entrevistas brindadas para esta investigación por Jones (Argüello Valenzuela, 2024, 2025) reflexionando sobre una ética del porno y las ideas creativas en las películas. La cama está abierta, el debate está encendido.
Así como Pleasure es una película con un alto nivel de desnudos explícitos, también es una película que expone una crítica sobre el making of de la gran industria del cine para adultos en EE.UU. (de hecho, la mayoría de los actores del film son actores pornográficos en la vida real). Se tomará en cuenta que la película es un retrato del mundo del porno, que es la mirada de una directora y es una lectura posible.
La hipótesis del trabajo será la siguiente: existe una relación entre la perversión y el discurso capitalista en la escena traumática de trío durante el film Pleasure (Thyberg, 2021).
La selección de este tópico es de interés ya que existe un subgénero de cine del que se habla poco, pero se consume mucho: el cine pornográfico. Éste tiene una enorme relación con las subjetividades tanto desde el momento del rodaje como en el consumo del producto final a través de la mirada de los espectadores. Resulta indispensable poder pensar también a través del psicoanálisis qué se pone en juego en la pornografía dentro de esta era posmoderna-tecnológica con sujetos que pivotean entre el goce y el placer.
“¿Por negocios o placer?”
Pleasure (Thyberg, 2021) inicia capturando inmediatamente al espectador: pantalla en negro y voces agitadas que exclaman frases como: “¡Oh, sí!”, “¡Sí, mírame!”, “¿Lo quieres, puta?”, “De rodillas”. Alaridos, respiraciones, nalgadas se desprenden de lo oscuro invitando a imaginar lo que está sucediendo. Un gemido femenino va en aumento hasta que se funde en un coro angelical de diáfanas voces: el clímax del acto sexual. Prosigue a otra escena, ya con imágenes, situada ahora en un aeropuerto. Vemos una joven muchacha rubia que está a punto de abordar su avión hacia los Estados Unidos. El trabajador del aeropuerto le pregunta: “¿Viaje de negocios o por placer?”. “Por placer”, contesta ella. Esta frase es un guiño con doble sentido ya que será delgada la línea que separará el placer del goce en este personaje a lo largo del film.
Según la Real Academia Española (2025), la pornografía es la “representación explícita de actos sexuales que busca producir excitación”. A simple vista esta definición queda bastante escueta. ¿A qué se refiere con “representación explícita"? ¿Y con “acto sexual”? ¿Su fin siempre es la “excitación”? Si se hila más fino, al buscar pornográfico se encuentran los sinónimos de “obsceno, guarro” (RAE, 2025). Aquí hay un intento de anexar lo pornográfico a lo sucio, a lo ladino, a lo inmoral. Así que para una noción más extendida se suplementará con otras definiciones. Gubern (2005) señala que el cine pornográfico es la “espectacularización de la actividad sexual habitualmente privada e íntima” (p. 34). Añadiendo un poco más de profundidad, Lenne (1978) en Freixas y Bassa (2000) advierte que la pornografía no es sin el erotismo, señalando que erotismo y pornografía funcionan como dos caras de una misma moneda. El erotismo se desarrolla en la “cabeza”: es imaginativo, son los fantasmas como representaciones imaginarias (p. 24). La pornografía es lo que hacen los “cuerpos”, su espectáculo: es una función corporal demostrativa (Lenne, 1978, p. 24). Estas declaraciones ligan al erotismo con las fantasías –los fantasmas en juego–, y a la pornografía con el cuerpo en acto, con su mostración performática. Desdoblamiento interesante que servirá para analizar la escena que se seleccionará a continuación.
Al llegar a USA, Bella comienza a experimentar sus primeras vivencias en rodaje, desarrollando un particular interés por las escenas en donde adopta un rol de sumisión. Pero es recién al conocer a Ava que su mundo se conmociona: una actriz perteneciente al grupo de las cotizadas Chicas Spiegler. Esta se vuelve su ideal y Bella descubre que para ser una Chica Spiegler debe estar dispuesta a grabar escenas de Hard Sex, que son de las más buscadas en la industria del porno.
“Dejame ser tu fantasía”: ¿el sexo duro o lo duro del sexo?
A fines del análisis ceñido a este trabajo, se tomará la escena de Hard Sex que Bella le pide a su agente para poder ascender en la industria. Al principio la escena se desarrolla de manera consensuada entre los cuatro involucrados (Bella, los dos actores y el director acuerdan que habrá bofetadas, insultos, sometimiento). Pero la escena se vuelve ominosa cuando Bella llega a su punto máximo de soportar las humillaciones físicas y verbales, suplicando detener la escena no una, no dos, sino en tres oportunidades, siendo manipulada por el director y los actores para finalizar la grabación. Frases como “eres una chica extrema”, “¿quieres terminar la escena, no?”, “¿elegiste venir aquí, verdad?”, “estás jugando con el dinero de los demás” comienzan a caer de manera brutal sobre Bella en una situación en donde, paralizada, no puede dar consentimiento con uso de sus facultades. Finalmente, presionada y visiblemente aturdida, se presta para terminar la escena. Pero a la vuelta del trabajo tiene flashbacks de lo sucedido en su auto, frena y aprés-coup es presa súbitamente de un sentimiento de asco que culmina en un violento vómito. Aquí se comprueba cómo el cine posibilita un pasaje de lo real a lo simbólico a través del imaginario de las imágenes en movimiento (Laso y Michel Fariña, 2019), siendo una manera de figurarnos el real al que queda expuesta la protagonista. ¿Qué se puede pensar de ésta escena?
Es primordial aclarar que a fines de analizar este fragmento se hará uso del concepto de perversión sin caer en un análisis de la estructura de un personaje o una crítica hacia las prácticas sexuales, sino traerlo a discusión analizando la posición del director y su discurso. Es importante rescatar que este término ha sido utilizado para estigmatizar a muchas personas que lo único que han hecho es gozar en su intimidad de un modo diferente.
El Hard Sex es un estilo porno más duro, más agresivo que se vale de grabar prácticas con roles de dominación-sumisión, humillaciones físicas y verbales, etc., despertando todo tipo de reacciones. Este tipo de actuaciones ponen en una zona gris al porno, ya que como se mencionó previamente, el cine pornográfico involucra las representaciones, los fantasmas –erotismo– y los cuerpos en acto, la puesta en escena de los mismos –pornografía–. La problemática aquí se encuentra en que, dadas las condiciones de la escena, ya no es una performance de Hard Sex sino que se convierte en una escena de porno misógino. El porno misógino es, en palabras de Jones (Argüello Valenzuela, 2024), un tipo de porno que disfruta denigrando al género femenino, tanto en la performance como en las condiciones de grabación. Nada más alejado del Hard Sex, en el cual según Jones “hay un juego de roles, pero la mujer es la suma sacerdotisa. Todo gira en torno a ella, comanda con la mirada, con gestos, participa, es parte y también dirige” (Argüello Valenzuela, 2024).
Ahora, volviendo al punto de vista psicoanalítico de la cuestión, si el neurótico daría rienda suelta a su fantasía en el plano de la psiquis, y el perverso la llevaría a su acción en la realidad, ¿qué se hace con el porno, que consiste en la puesta en acción de fantasías sexuales a través del cine?
Como puntapié inicial sobre este tema, previamente hay que señalar que para el psicoanálisis la sexualidad humana no es algo natural. El instinto está perdido por la entrada en la cultura, hecho que se revela en el aforismo de Lacan (1972) no hay relación sexual. Lacan (1972) señala que no hay un modo determinado de cómo el sujeto en la cultura ha de satisfacer sus pulsiones sexuales, sino que lo que hay son suplencias a esta falta de respuesta adecuada por haber ingresado el lenguaje. Sabiendo esto, hablando ahora del nexo entre las fantasías sexuales con la agresividad se debe remontar a Freud (1919), cuando descubre que sus pacientes nombran una frase en relación a una fantasía masturbatoria recurrente: “pegan a un niño”. Freud (1919) descubre que estos pacientes no saben ubicar con precisión quien pega o quien recibe el golpe en esa fantasía, sino que el énfasis está puesto en la acción del golpe. Esta era condición necesaria para excitar a estos sujetos e iniciar su empresa autoerótica para una ganancia de placer. Con este escrito Freud (1919) anhela una aproximación al origen de las perversiones sexuales, enfocándose en este caso en el masoquismo. Ahora bien, se abren las siguientes preguntas: ¿es un delito fantasear? ¿incurren en un delito quienes miran porno o producen películas con fantasías violentas llevadas a la acción?
Según el Art. 19 de la Constitución de la Nación Argentina, pareciera ser que en el plano de la fantasía, todo se vale. Este artículo señala que en el ámbito de las acciones privadas (que no perjudiquen a terceros) los magistrados quedan exentos de autoridad. Es aquí cuando comienza la cuestión de lo lícito y lo ilícito. A nivel de las fantasías lo jurídico no tiene lugar, pero bien sabido es que el psicoanálisis encuentra un nexo entre responsabilidad subjetiva y deseo ¿qué sucede con el cine pornográfico, ubicado en una zona gris entre fantasía y acción? ¿Qué hacer cuando se tiene a una persona angustiada como Bella pidiendo detener la escena con un contrato laboral en un sistema capitalista de por medio?
Por supuesto que la película expone una situación compleja que merece un tratamiento especial ya que confluyen una multiplicidad de factores a atender. Esta actriz, en medio de su performance laboral, descubre que no puede continuar. Algunas voces clamarían rescindir contratos y resolverlo de una manera legal entre las partes, porque existió tiempo, energía y dinero de personas involucradas en esa escena, pero, ¿qué sucede en esta escena?, ¿qué es lo perverso aquí ahora?, ¿la práctica sexual que estos actores realizan?, ¿o es que lo perverso se halla en el discurso que sostiene esa manipulación posterior hacia Bella?, ¿existe algún límite cuando hay una subjetividad fragilizada de por medio?
Según la RAE (2025) la etimología de la palabra perversión es derivada del latín pervertere, que significa “dar vuelta” o "invertir”. ¿Pero, qué es lo que se da vuelta? En lo que se refiere a la perversión para el psicoanálisis, el fantasma está invertido (Lacan, 1964). Para Lacan (1964), lo que sería la fórmula del fantasma en la neurosis –$?a, sujeto con su falta en ser en relación al objeto a, objeto de deseo– queda subvertido en la perversión cambiando los lugares a modo de a→$ –el perverso se pone en el lugar de objeto causa y desde ese lugar puede escindir al otro–. Ergo, la posición perversa no reside en causar al otro, sino en angustiar ofreciéndose como instrumento de goce del Otro.
¿Entonces, qué es lo que desgarra éticamente a Bella en esta escena? Su objetivo inicial era ser una actriz vip perteneciente a la “crème de la crème” de la industria pornográfica. La angustia aparece cuando en medio de la pseudo escena Hard Sex no puede soportar más esa posición de ser el objeto mancillado y en lugar de ser escuchada es puesta contra la espada y la pared a elegir capciosamente. El director –que al principio parecía tener una postura benevolente hacia ella– luego del tercer “no” vira en su discurso y actitud, poniéndola en una encerrona trágica, deslizando las siguientes líneas: “puedes hacer lo que quieras, pero hay algo que debes tener en claro: estás jugando con el dinero de los demás. ¿Crees que voy a pagarte por la mitad de la escena? ¿Cómo sería? Has hecho todo esto para nada, gratis. Así que si quieres irte, vete”. El énfasis aquí no está puesto en saber si la estructura de este personaje es perversa, sino en vislumbrar la posición perversa en la que se despliega su subjetividad. En estas frases se puede entrever el atravesamiento en su discurso de las coordenadas delimitadas por capitalismo dentro de la industria pornográfica
En este afán de Bella de hacerse un lugar en un mundo competitivo, en donde el ascenso o descenso está marcado por lo que más consumen los espectadores (es importante resaltar que en los Estados Unidos el porno es una mega industria de la que desprenden millones), ¿qué sucede cuando se pasa del deseo al goce por la búsqueda frenética del reconocimiento del Otro?, ¿cómo se desliza el discurso capitalista en las frases perversas del director que dan cuenta de la posición de Bella en esta escena? ¿O es que esta actitud perversa es un efecto del discurso capitalista?
En la posición perversa, así como en el discurso capitalista, se subvierten lugares. La perversión antes mencionada, invierte los lugares del fantasma. El discurso capitalista invierte primordialmente los lugares del saber y del sujeto en el discurso del amo (Lacan, 1972). El discurso capitalista obedece a una estructura de cuatro elementos que interactúan quedando de manera articulada. Estos elementos juegan así: el sujeto ($) se dirige al significante amo (S1), este S1 se dirige al saber (S2), el cual responde con un objeto (a), que se dirige al sujeto con el cuál había iniciado el circuito (Lacan, 1972). En esencia, este discurso es el sustituto del discurso del amo, y es un discurso condenado a estallar (Lacan, 1972). ¿Por qué a estallar? Porque ciertamente no es un discurso, es un pseudo discurso. Los discursos están estructurados de manera que forman un tipo de lazo social, cosa que no sucede en el discurso capitalista. El sujeto de deseo queda reducido a un ente consumidor/consumido, en donde al apuntar al significante amo (S1), este mira al saber (S2) el cual le devuelve objetos –gadgets– prometiendo colmar el deseo a condición de eliminar la diferencia entre el objeto de deseo–el objeto a– y el objeto de consumo. El sujeto es un “falso amo” de sus deseos creyendo colmar sus carencias, pero luego de consumir reaparece su insatisfacción. Este sujeto queda adherido a su objeto, alienado, volviendo al objeto de consumo en objeto de goce. Es un discurso que no encuentra el límite de lo imposible, que ha subvertido la verdad del amo y anula la castración, ofreciendo en su lugar un goce ilimitado a través del consumo de los objetos.
Entonces, si el discurso capitalista no prohíbe, sino que ofrece un goce “sin límites” a través de objetos que suplen lo que realmente falta, lo perverso es subvertir la posición del sujeto al punto de convertirlo en objeto de goce, instrumento ciego para completar al Otro. Si al sujeto barrado el capitalismo le devuelve como respuesta objetos de consumo que lo hacen gozar, se puede establecer un paralelismo entre la posición perversa que invierte el fantasma (a→$), y el último movimiento del esquema del discurso capitalista, que es también a→$. Pero cabría aquí hacer una sutil diferencia. El imperativo que comanda a la perversión es hacer gozar al Otro a condición de ponerse en el lugar de objeto causa, partiendo al sujeto del otro lado. Lo que hace tan efectivo al capitalismo es una vuelta más. El imperativo del discurso capitalista es “¡goza, no hay límites, todo es posible!” reemplazando el objeto causa de deseo por el objeto de consumo, zurciendo al sujeto, obturando su falta. Lo terrible aquí es quitarle al ser humano la posición deseante frente a la castración, con tal de convertirlo en un engranaje más dentro de la maquinaria del mercado.
Ahora, volviendo a la escena de Pleasure, ¿dónde se puede hallar un límite a todo esto? ¿Qué se puede hacer ante estas situaciones cuando una actriz quiere dar marcha atrás y es manipulada en su consentimiento? ¿Qué campos de tensión se abren dentro del mundo del porno en torno a estos temas?
Por-sí o por-no: ¿moral o ética en el Cine XXX?
Como un abanico se extienden diversas propuestas para evitar que estas situaciones de manipulación se den en los rodajes. Entre las más resonantes está Erika Lust, directora de cine pornográfico sueca, fundadora de la productora XConfessions. Flamante defensora del porno feminista y autora de los libros Porno Para Mujeres (2008) y Cómo Rodar Sexo (2014), en su sitio XConfessions.com nos ofrece información sobre el novedoso concepto de Porno Ético –Ethical Porn– con el que trabaja. Con un compromiso con valores que la diferencian de otras productoras de porno mainstream, la transparencia, el consentimiento y la seguridad son sus pilares (Lust, 2025). Ofrece alternativas sólidas al porno convencional funcionando a su vez como “soporte educativo”; un espacio de “sexo seguro” donde las escenas y roles son charlados previamente; inclusión de disidencias; narrativas inteligentes y positivas sobre el sexo dentro de un marco “saludable”; puestas en escena más propias de las “mujeres”; inversiones de roles y otras prácticas (Lust, 2025). Si bien es necesaria una perspectiva en el porno que resguarde lo humano de cada integrante de un rodaje, estas iniciativas hacen al porno en su contexto, con sus condiciones en lo particular, en consenso, pero… ¿qué opiniones hay cuando un concepto ético se traslada hacia el ámbito creativo de las películas (narrativas, actuaciones de fantasías, guion)?
Prestando su palabra, emerge una figura cercana al Río de la Plata. César Jones es un realizador de cine pornográfico argentino, fundador de su productora LPsexxx y contesta dando su visión. Al ser consultado por la escena seleccionada de Pleasure (2021), realiza una distinción muy importante entre el Hard Sex y lo que él refiere que algunas corrientes feministas califican como porno misógino. Jones (Argüello Valenzuela, 2024) señala que en el Hard Sex hay un juego entre las partes involucradas con un ida y vuelta. La diferencia con el porno misógino es si la actriz participa de una concupiscencia de vía doble (dirigir con la mirada, la voz) o si está siendo objeto de divertimento tosco de un grupo de hombres, sin interactuar, allí cree que aparece la verdadera “cosificación” según Jones (Argüello Valenzuela, 2024) Esto le parece repudiable, pero cuestiona que se intenten enmendar estas situaciones a través de giros estéticos y argumentales en las películas (Argüello Valenzuela, 2024). Antes que nada, Jones quiere dejar muy en claro que apunta a una diversidad dentro del porno y que no es una crítica a Lust por una cuestión de género ni nada similar, valorando lo necesaria que es una perspectiva que tenga en cuenta a la otredad (Argüello Valenzuela, 2024). Para poder abordar su lectura, resulta pertinente servirse de algunas nociones fundamentales distinguiendo lo moral de lo ético. Siguiendo a Ariel (1994), este autor ubica a la moral y la ética como un falso par de opuestos que se suplementan (p. 18). Respecto de la moral señala que es aquello divisor entre sí-no, bueno-malo, verdadero-falso (Ariel, 1994, p. 19). Jones (Argüello Valenzuela, 2025) sugiere que cuando el Porno Ético ingresa en la narrativa de las películas corre el riesgo de volverse un “cursillo de libido bien vista”, un manual indicador de cómo deben plasmarse audiovisualmente las fantasías. En torno al arte, Ariel (1994) une moral con la estética, a la cual señala como la “condición de posibilidad de la experiencia de la belleza en el orden de lo social” (p. 20). El director continúa señalando que pareciera que el Porno Ético se englobara más en una estética, buscando un resultado visual que resulta una cosa suave y llena de filtros, en donde lo más fuerte no tiene lugar (Jones, 2015 en Barzani, 2015 p. 93).
Distinto es el caso de la ética. En relación al arte, Ariel asocia la ética al estilo. El estilo es aquello que el sujeto está dispuesto a crear, crear más allá de los parámetros de belleza (p. 21). Jones señala que nunca ha sumido sus películas bajo ningún criterio estético. Siempre ha apuntado a hacer la mejor película posible basado en el mundo libidinal que lo habita en ese momento, para exteriorizarlo audiovisualmente (Argüello Valenzuela, 2024). Por otro lado, la ética es un acto creador que no pide permiso, ni busca seguidores, acontece (Ariel, 1994, p. 23). Por su parte, Jones menciona que no tiene la intención de ser recibido en una camarilla por sus creaciones, solo tiene su convicción última y personal de decir lo que quiere decir a través de sus películas, aún a costo de quedarse solo (Argüello Valenzuela, 2024).
Finalmente Jones (Argüello Valenzuela, 2025) cree que hay nociones humanas que no se pueden descuidar (cuidado de los actores, contratos, etc.), pero un Porno Ético dentro de las narrativas le parece absurdo y hasta paradójico. En cambio una ética del porno es algo más abordable desde su perspectiva, porque el cuidar de los actores es algo en lo que “estamos todos de acuerdo, pero la ética del porno es libertad al menos en lo creativo para mí” (Argüello Valenzuela, 2025).
Continuando ahora con la línea psicoanalítica, resulta imprescindible traer a un Lacan (1960) en "La Ética del Psicoanálisis", haciendo hincapié en una ética del deseo. No es una ética al estilo aristotélico en donde el hombre persigue un bien supremo, ni una ética al estilo kantiano en donde un imperativo categórico empuja al sacrificio en pos del bien ajeno. Es una ética del deseo inaugurada por una falta insolucionable que cada cual vive a su manera ya que no existe una común medida para “todos”.
Ahora, adentrando el cierre de este trabajo, se traerán una serie de reflexiones apuntando la mira hacia los espectadores. Žižek (2019) realiza una lectura muy interesante en torno a la perversión y la pornografía argumentando que la pornografía es intrínsecamente perversa, no porque se muestre todos los detalles sucios, sino porque el espectador es convocado a priori a ocupar una posición perversa (p. 36). Señala que comúnmente se cree que es el género de cine que “revela todo lo que hay allí para revelar”, que nada oculta, que una cámara registra “todo” ofreciéndolo a la vista del espectador (Žižek, 2019, p. 35). ¿Pero, qué significa esta pretensión de un todo revelable? A diferencia del cine convencional, que cuando los actores se funden en un beso apasionado y pasan a algo “más” la cámara hace un plano de la chimenea con los leños ardiendo, el cine pornográfico viene y muestra eso que el resto del cine se fatiga en no mostrar. Pero, ahora, retomando nuevamente a Žižek (2019), sorprende lanzando una vez más una declaración sobre la pornografía como perversa, diciendo que contrario a la creencia de que el lugar ocupado por los personajes en pantalla para nuestro placer voyeurista es el del otro degradado como objeto, es en realidad el espectador el que ocupa ese lugar de objeto. Los actores en pantalla son los sujetos que tratan de excitarnos sexualmente, mientras que los espectadores quedan reducidos a condición de mirada-objeto paralizada (Žižek, 2019, p. 36). Esta inversión de lugares resulta interesante si se piensa el rol actual del capitalismo y la tecnología sobre el porno en internet, el algoritmo y la mercantilización del deseo. Pregunta al público: ¿Queda habilitado el desear si los espectadores devienen consumidores pasivos y objetivados frente a lo que salvajemente ofrece la pantalla? ¿Cómo tomar las riendas?
Conclusiones
Esta temática ha sido apasionante pero sobre todo compleja de abordar. Actualmente son escasos los trabajos previos que confluyan pornografía, perversión, discurso capitalista, y son muchos menos los que hay sobre el Porno Ético. El trabajo reflejado aquí es fruto de la curiosidad por esta temática de quien suscribe escribiendo. La propuesta del mismo es salir de la dicotomía Lust vs. Jones, y poder pensar este supuesto par de opuestos como complementarios e ir más allá. Resulta vital no confundir moral con ética, y a su vez no esterilizar a la ética con la moral. También es importante destacar las diferencias tanto culturales como económicas de donde proceden los diferentes directores (son diferentes las construcciones del porno que existen en Europa y Estados Unidos en comparación con Argentina). Por otro lado, han quedado abiertas muchas puertas para seguir investigando en relación a la pornografía y el psicoanálisis con la mirada, la pulsión en todas sus variantes, el goce, el deseo, el fetichismo, la lógica fálica, en fin… con una gran cantidad de conceptos que son potencialmente fértiles para analizar este universo. En próximas indagaciones resultaría interesante saber qué sucede actualmente con el pasaje de las grandes producciones cinematográficas al internet y la sobreabundancia de sitios web para adultos y de “creadores de contenido” pornográfico. ¿Qué desafíos traen estas nuevas manifestaciones? ¿Representan la caída de los largometrajes pornográficos de antaño? Estas producciones se caracterizan por ser breves, crudas y sin muchos recursos estilísticos, lo que es un reflejo de los tipos de consumo a los que apunta el mercado: videos cortos, rápidos de digerir y que van al grano, sin mucho rodeo. ¿Podríamos hablar de la muerte del cine pornográfico clásico? ¿O es el surgimiento de un nuevo tipo de “cine”, diferente al que se manifestaba anteriormente? ¿Qué influencia tiene el internet? ¿Qué sucede cuando el Otro es el algoritmo?
El cine pornográfico funciona y ha funcionado históricamente como un gran vehículo de fantasías. Sin dudas es interesante señalar lo enriquecedor de la propuesta del Porno Ético para resguardar lo humano de cada integrante de un rodaje intentando evitar situaciones como la de Bella. Pero también son valorables las opiniones sobre lo vertiginoso que es que lo ético devenga moral al desplazarse hacia el ámbito creativo de las películas (narrativas, actuaciones, guiones) convirtiéndose en su lugar en una “policía del sexo” de las ideas creativas del cine XXX, siendo un terreno donde las fantasías y el placer son ley.
Referencias:
Argüello Valenzuela, A. (26 de junio de 2025). ¿Qué es el porno ético? Cinco preguntas a César Jones. A Sala Llena. Recuperado de: https://asalallena.com.ar/que-es-el-porno-etico-cinco-preguntas-a-cesar-jones/
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NOTAS
FORUM
Película:Pleasure
Título Original:Pleasure
Director: Ninja Thyberg
Año: 2021
País: Suecia
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