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"Living the Dream" / "Vivir el sueño", "Viviendo el sueño"

Temporada 4 - Episodio 14

Autor: Jofre, Cristian

Palabras clave: Autonomía - Consentimiento informado - Privacidad - Responsabilidad - Mala praxis - Tumor cerebral - Alergias - Obsesión - Evaluación institucional - Problemas maritales - Negligencia profesional

Síntesis

El capítulo comienza con una escena de hospital donde un doctor aparece bebiendo lo que parece ser whisky, antes de una operación. Una enfermera viene y le cuestiona su embriaguez siendo que la persona a la que va a operar es la propia hermana de la misma. Ella le pregunta que van a hacer con el bebé que espera de este doctor, y el mismo se desmaya despidiendo lo que parece ser sangre por la boca. La enfermera parece asustada, en ese momento aparecen monitores y cámaras en la escena, y un personaje que da la directiva de cortar, dando a entender que todo lo que sucede es en un estudio de TV con actores grabando una serie.

Al finalizar la serie el que parece ser el director de la serie felicita al actor principal por su buena actuación y como le gustará a los fans, a lo que el actor replica: “Los fans son una mierda, yo soy una mierda. Todo este maldito programa es una mierda”. Al finalizar el rodaje, el actor, Evan, sale del edificio y en cámara lenta se muestra como firma autógrafos a las fans que están en la salida. Luego sube a su limusina donde es llevado por su conductor. A los pocos metros se da cuenta de que la ruta no es la indicada para llevarlo a su departamento y pregunta al chofer a donde lo lleva, el no responde, a lo que Evan vuelve a preguntárselo. El conductor traba automáticamente las puertas y Evan preocupado vuelve a preguntar qué es lo que sucede. En ese momento se revela que el chofer es el Dr. House explicándole que le va a salvar la vida.

La escena cambia completamente y muestra una vereda donde está la Dra. Cuddy, directora del hospital, con un agente de certificación de hospitales que viene a inspeccionar el mismo sugiriéndole algunos cambios apropiados. De repente frente a ellos frena una limusina que venía a gran velocidad, saliendo de la misma el Dr. House. El agente pregunta por la identidad del sujeto y la Dra. Cuddy con una actitud de desazón niega conocerlo. Inmediatamente invita al agente a pasar dentro del hospital.

Caso Principal

House invita a salir a Evan de la limusina y éste, atemorizado, le dice que lo deje ir, que no presentará ningún cargo en su contra. House le replica que probablemente sea cierto ya que tiene un tumor en la cabeza. Evan entonces cae en la cuenta de que se trata del médico “demente” que se la pasa llamando a su agente. House le rectifica que es el “jefe demente del departamento de diagnóstico”. Evan explica que no tiene síntomas, que lleva una vida saludable, House no lo deja salir y le dice que no le importa su vida, sino simplemente la del personaje que interpreta Evan (Brock Sterling) y de la prosecución de la trama de su serie favorita. Evan pide ayuda a gritos y House se burla haciendo lo mismo. A continuación le explica los síntomas detallados que ha observado a través de la serie formulando un diagnóstico: tumor en el lóbulo occipital. Le pide hacerle solo una prueba y luego lo devuelve a su casa, a lo que Evan accede.

La escena cambia a una oficina donde la directora del hospital, les explica a varios médicos que están en el edificio la Comisión de Certificación, y les pide su colaboración con el inspector de planta. La Dra. Cuddy queda a sola con los Drs. Foreman, Chase y Cameron, preguntándoles porque House llegó con una limusina, ninguno lo sabe, entonces les pide que lo vigilen y que completen las historias clínicas de sus pacientes (De House).

Primer diagnóstico. En la siguiente escena House le realiza un estudio de visión a Evan tratando de verificar su diagnóstico del tumor, a la vez que le pregunta puntos importantes de la trama de la serie donde trabaja como Brock Sterling. Cuando al fin consigue la información de la serie, House se muestra emocionado e interesadísimo en el argumento de la misma. En ese momento llega el Dr. Foreman y House le miente sobre el diagnóstico. Foreman le explica al paciente que en realidad no tiene nada. House intenta retener a Evan alegando que los síntomas podrían ser intermitentes, sin embargo Evan, molesto, se retira.

Luego House toma unas jeringas de una especie de cajón y aparece el Dr Wilson quejándose del dolor de espalda por culpa del colchón que tiene. House le responde que en realidad la culpa es de la esposa de Wilson detallando cuestiones de la vida marital de ambos y criticándola. Se dirigen ambos al ascensor y dentro del mismo está Evan. Luego de unos segundos de hablar con Wilson, House le inyecta una especie de anestesia a Evan en el cuello y éste cae inevitablemente al piso sin que ninguno lo sostenga. Luego aparecen en una sala de resonancia magnética, donde le están realizando el estudio y los doctores que lo llevan a cabo le preguntan porque sedó a un paciente para un procedimiento indoloro. House miente alegando antecedentes de violencia emocional.

Los doctores le aseguran que en su cerebro no hay signos de algún tumor, está totalmente sano. House se sorprende y el paciente comienza a despertarse, le pide a los doctores que traten de convencerlo de que no lo demande y que evite hacer un escándalo. Llegando al hall principal, Evan comienza a hacer una escena quejándose del hospital llamando a la Dra. Cuddy, en ese momento las piernas se le aflojan y se cae. Vuelve a levantarse, se cae por segunda vez y menciona que no siente las piernas y no puede caminar.

Segundo Diagnóstico. En otra escena se reúne el equipo y comienzan a plantear otro posible diagnóstico. Piensan que se pudo haber pellizcado un nervio motor de las rodillas debido a la caída en el ascensor y proceden a hacer una prueba para descartarlo.

El Dr. Kutner haciendo la prueba a Evan, le menciona que House también se equivoca mucho en sus diagnósticos, por eso hacen la pruebas. La charla con el Dr. gira en torno a lo poco significativo para sí mismo que es la novela que realiza Evan y cómo se siente frustrado de no poder ser un actor con trabajos más inspiradores para la gente.

Luego aparecen House y tres doctores más viendo los DVD de la serie de Evan, tratando de rastrear algún síntoma que hayan pasado por alto. Entra Cuddy y se lleva a House. Entonces ella lo confronta con su obsesión por el actor y le pide que deje de actuar de esa forma, por lo menos en todo el tiempo que dure la inspección de certificación del hospital. Le pide que realice su trabajo sin cometer actos delictivos y entonces se da una especie de negociación donde House le pide un televisor a cambio de modificar un poco su conducta. En ese instante llega Kutner descartando la opresión del nervio motor. House piensa en una intoxicación así que pide los análisis correspondientes mientras que el mismo va a realizar una inspección del camerino donde trabaja y el lugar donde vive Evan.

A continuación se pasa a una escena donde se ve al Dr. Wilson con su esposa realizando la compra de un nuevo colchón y a la vez la observación que hace de su esposa a la luz de la charla que tuvo con House.

Tercer Diagnóstico. Luego House se encuentra revisando en el camerino de Evan y recibe la llamada de Wilson confirmándole a House que estaba equivocado al respecto de su esposa. Intercambian opiniones sobre el tema y también sobre el posible diagnóstico de Evan. House se encuentra con la enfermera con la que comparte el elenco Evan en la telenovela y esta le comenta acerca de los hábitos del actor. House se interesa un poco más sobre ellos dos y en especial le pide detalles de la fallida relación en la realidad que pudo haber tenido con Evan. A partir de los dichos de la enfermera House hipotetiza que Evan padecería impotencia sexual a raíz de la dieta basada en semillas que lleva. Comenta con su equipo de trabajo que estaría padeciendo una intoxicación de vitamina B6, House inmediatamente sugiere filtrar la vitamina B6 de la sangre (plasmaforesis) . En principio su equipo parece acordar, pero el Dr. Kutner sugiere que la impotencia podría ser psicológica en un estado de depresión, y lo justifica mediante la insatisfacción que el paciente siente hacia su trabajo. Por otro lado la Dra. Hadley sostiene que la plasmaforesis es un procedimiento riesgoso y propone otro estudio. House afirma que las confirmaciones son para los cobardes y que no puede perder tiempo en tantas pruebas. Por lo tanto sugiere que se le induzca una erección para verificar si realmente es impotente. Pide colaboración para que las doctoras exciten al paciente con sus cuerpos, y al negarse, le entregan una revista pornográfica. Comienzan a monitorear el flujo sanguíneo del paciente y la frecuencia cardíaca y confirman efectivamente que no es impotente, descartando la hipótesis de toxicidad por vitamina B6. Cuando todo parece bien, Evan comienza a quejarse y la frecuencia cardíaca se vuelve inestable hasta darle un paro cardíaco.

Cuarto diagnóstico. Los doctores vuelven a reunirse y entre varias posibilidades que plantean, la Dra. Cameron, quién se muestra un poco hastiada por tener que completar las historias clínicas incompletas de House, sugiere que podría tratarse de la enfermedad de Graves la cual produce hipertiroidismo extremo y parece coincidir con la sintomatología de Evan. House da crédito al posible diagnóstico y ordena que se le extirpe lo antes posible la glándula tiroide. Ante esto la Dra. Cameron replica que el protocolo requiere hacer una prueba antes de hacer una intervención que quite a una de las glándulas más importante del cuerpo con las consecuencias que podría traer a todo su organismo. Desdeñando nuevamente la importancia de hacer pruebas “inútiles”, de manera irónica pregunta quien está de acuerdo con hacer las pruebas y todo el equipo afirman su acuerdo, recordándole a House sus diagnósticos erróneos anteriores.

Sin embargo mientras esto sucedía Foreman le da la razón a House afirmando la gravedad del cuadro, siendo que una reacción severa de la tiroides podría matar al paciente. Foreman entonces sugiere con mucha certeza que se extirpe la tiroides. A continuación se retira y los demás doctores lo siguen en una escena que refleja la urgencia de la situación. No obstante, una vez en el pasillo el Dr. Foreman les explica a los demás que no van a extirpar la tiroides sin hacer las pruebas correspondientes. Entonces sin comunicarle a House, deciden hacer la prueba y aprovechar el tiempo antes de que House se entere.

La escena se traslada ahora a la morgue donde se ve a House comiendo allí y Cuddy que entra y le recrimina su actitud, en especial dado que está siendo inspeccionado el hospital. Luego llega el inspector y se trata de disimular toda la situación. Acto seguido, House en su oficina se confronta a Cameron quien le reprocha no haber completado las historias clínicas ya que son importantes para el seguimiento de los pacientes. House se justifica aduciendo hacerlo en el nombre de la ciencia, y sarcásticamente, para ver quién de los doctores lo haría por él. Luego se sucede una escena que parece mostrar cierta tensión amorosa entre ambos, pero Cameron le explicita su falta de interés hacia House.

En una sala de estudios se ve a Evan y los doctores intercambian palabras acerca de la profesión del actor y observan que la glándula tiroides funciona normal, sin embargo el riñón parece estar fallando ya que no filtra el contraste administrado en el cuerpo.

En el pasillo House le reprocha a Foreman que no le hayan extirpado la tiroides, a lo que Foreman replica que afortunadamente no lo hicieron ya que la falla renal indica que no era la enfermedad de Graves. Así House lo responsabiliza a Foreman por haber intoxicado a su paciente con yodo, ignorando la falla en los riñones. A lo cual Foreman se defiende alegando que el paciente lo hubiese tolerado con normalidad si los riñones funcionaran bien, y que la situación solo reveló mejor los síntomas. House entonces discute con Foreman dado que piensa que solo actúa con cautela a raíz de la inspección, Foreman se defiende, pero en medio de la situación el Dr. Taub les recuerda al paciente y la gravedad de la condición que padece, junto a otro posible diagnóstico y la sugerencia de nuevas pruebas. House asiente y les da las directivas para hacerlo, burlándose además de su adecuación a las normas frente a la certificación del hospital.

La escena pasa ahora al Dr. Wilson y su esposa, luego de una pequeña escena amorosa y a partir de la compra del colchón, comienza un altercado en torno a la relación y el carácter del Wilson, quedando ambos bastante afectados.

Nuevamente en el hospital House se encuentra con su actor favorito mostrándole una revista donde comentan la visita que Evan tuvo al hospital. El actor se ve estable y le pregunta a House si es cierto que tiene una enfermedad autoinmune. House le dice que lo van a comprobar ahora y se dispone a buscar unas jeringas y material para el estudio. Nuevamente Evan vuelve a hablar sobre lo desdichado que se siente con su trabajo y le afirma que quiere hacer algo que “cuente” realmente, a lo que House responde: “Nada cuenta, todos somos simples cucarachas… Antílopes africanos muriendo en la margen del río… Nada que hagamos tiene un significado duradero”. House insinúa metafóricamente que si no le gusta lo que hace que se dedique a otra cosa. Juntos hablan sobre la segunda posibilidad que tendría si sale vivo y de aprovecharla para realizar cambios y hacer lo que realmente desea. House lo desestima diciendo que la mitad de los que salva no merecen una segunda oportunidad, a lo que Evan responde recitando unas líneas de su personaje en la telenovela. House inmediatamente se da cuenta de que está delirando a raíz de un cuadro febril grave.

Quinto diagnóstico. La fiebre descarta una enfermedad autoinmune, por lo tanto buscan otra explicación como una infección generalizada. Aun dándole antibióticos, pasa de un delirio a estar en coma. Entonces luego de descartar posibilidades se inclinan por algún tipo de hongo, por lo cual indican pruebas fúngicas.

House se retira para pensar y lo hace junto a su amigo Wilson quien fue a cambiar el colchón que había comprado anteriormente. Discuten sobre la situación de Evan y sobre la indecisión en la personalidad de Wilson. House mientras se encuentra recostado en la cama, observa la flor de una de las almohadas y se le ocurre otra hipótesis probable.

Sexto diagnóstico. Vuelto al hospital, le asegura al Dr. Foreman que no es una infección sino una alergia, por eso no responde a los antibióticos. Las últimas pruebas muestran que no tiene hongos ni parásitos. A lo que Foreman responde que no hay antecedentes de asma o alergia, y que tampoco sus síntomas se asemejan a una reacción alérgica. House cree que es la alergia derivo en vasculitis alérgica la cual explicaría los síntomas. Foreman afirma que es una posibilidad en un millón. De manera lógica cada uno expone sus argumentos en pro de cada diagnóstico, a lo que House remata diciendo “Quod erat demonstrandum” para desentederse de la teoría de Foreman. House recurre además a las evidencias de exposición a flores, en especial a los crisantemos cuyo conocido alérgeno es también una neurotoxina. De esta manera se convence de que se le debe administrar esteroides inmediatamente ya que todo lo que se estuvo haciendo no funcionó.

House mismo se dirige a la farmacia y pide una dosis inusualmente alta para un solo paciente. El farmacéutico le responde que para esa cantidad necesita autorización de la directora del hospital. House intenta persuadirlo alegando que la Dra. Cuddy lo aprobará, aun así el farmacéutico se niega y House entra sin autorización a la farmacia y se lleva la droga por su cuenta. El farmacéutico pone de aviso a la Dra. Cuddy acerca del hecho.

Ya en la habitación del paciente, House está por aplicar la medicación cuando Cuddy llega y le advierte que la cantidad que aplicará es sobredosis, además que todavía no se han terminado todas las pruebas de alergias. House responde que confíe en su criterio, que es una reacción alérgica severa, a lo cual Cuddy le pide que lo confirme mediante un análisis de sangre. House nuevamente arguye que el tiempo es fundamental y más aún en un coma grave, no hay tiempo para protocolos. Cuddy responde: “El protocolo salvo a tu paciente de que se destruya su tiroides y su sangre drenada”. House responde: “Si crees que me equivoco, dime que me equivoco, no me hables del protocolo”.

Cuddy bastante ofuscada, queda en silencio unos segundos y le dice que su empleo está en juego y por ende el empleo de House. House le sugiere entonces que luego de aplicar la medicación espere tres minutos y llame a seguridad para que lo arresten. Si el paciente vive, Cuddy estará cubierta de cualquier demanda. Si muere entonces será culpa de House. Cuddy se retira de la habitación y le pide que le avise si muere Evan, así prepara sus cosas.

Una larga escena en cámara lenta muestra a los demás doctores preparando las pruebas faltantes, mientras Cuddy deambula preocupada mirando a Evan y su evolución. House mientras tanto parece reflexionar jugando con un palo de hockey y una pelota en su oficina, y justo en ese momento Cuddy llega a avisarle que las pruebas resultaron negativas para todas las alergias florales. House sale al pasillo y se queda en silencio pensando, mientras que Cuddy sube al ascensor y le responde de espaldas que le seguirá administrando antibióticos a Evan si es que sigue vivo. House la escucha y solo inclina la cabeza y parece preocuparse en silencio.

Cuddy llega a la habitación del paciente y se da cuenta que despertó y está siendo atendido por Foreman. Éste le explica que los esteroides funcionaron, era una alergia. Cuddy le pregunta como es posible si las pruebas dieron negativo. Foreman les dice que aún así el paciente mejoró. Llega House y le pregunta que alergia padece Evan, Foreman no le responde, al parecer no lo sabe… El actor le agradece por salvarlo, sin embargo House se muestra completamente serio y muy contrariado, afirmando que el mismo estaba equivocado. Dirigiendo la mirada a Cuddy un tanto molesto le responde en forma de acusación que ella debería haberlo detenido y se retira de la habitación.

La escena siguiente es en la oficina de Cuddy donde el inspector le menciona el incidente con Evan y House, considerándolo como algo osado y que la ella misma respaldó. Cuddy alega que House tenía razón pero el inspector le responde que no estaba nada cerca de tenerla. La Dra. Cuddy refiere que el paciente está vivo, a lo que el inspector le recuerda que las reglas en el 95% de los casos son la forma correcta de actuar. Cuddy interroga por el 5% restante y el inspector responde que tienen que vivir con las reglas que son para el 95%. Allí mismo comienza a repasar la evaluación a sus médicos cuando la escena cambia a la casa del Dr. Wilson y sus problemas con su nuevo colchón de agua.

Nuevamente la escena recae en House y lo vemos aparentemente muy concentrado viendo los videos de la novela de Evan, tratando de encontrar algo que le indique el diagnóstico correcto. En una escena en que vemos a Brock bebiendo, House cree que la clave está en la bebida que tomaba.

A continuación siendo muy tarde llama a Cuddy y le pregunta al respecto del veredicto del comité de certificación. Cuddy le responde que les impusieron una multa de U$S 200.000. Entonces House le afirma que debieron despedirla y le comenta que su paciente, en realidad era alérgico a la quinina del agua tónica que venía bebiendo hace dos meses en sus actuaciones (simulando ser gin-tonic) y que fue la causante de toda la sintomatología.

Desarrollo Conceptual

El personaje elegido para el trabajo es el protagonista principal de la serie, el Dr. Gregory House, quién a través de sus decisiones en la última parte del capítulo protagoniza una situación análoga a la de Ibbieta, el personaje del cuento “El Muro” de J. P. Sartre: En una acción que emprende, algo de la dimensión del azar interviene interpelándolo y obligándolo a posicionarse frente a ello. House brinda, en el capítulo asignado, una función articuladora frente a la temática general y a las historias secundarias del mismo. El título del capítulo es justamente “Viviendo el sueño”, en apariencia pareciera ser simplemente la alusión al caso principal, sin embargo la polisemia del lenguaje permite posicionarnos dando una lectura más amplia: Tanto para las situaciones secundarias que involucran a Wilson como para todo el equipo médico quienes están tratando de adaptarse a las normativas impuestas, House se erige como la figura que alienta a vivir y actuar conforme a sus deseos. Dicho planteo resultará en una situación paradojal, ya que como se verá, el mismo será interpelado por su deseo inconsciente y frente al cual cerrará las puertas para desentenderse de él.

La escena sobre la cual se focaliza este abordaje tiene lugar casi al final del capítulo y se relaciona con una decisión de House, en que las consecuencias del mismo lo sorprenden dejándolo contrariado.

Evan Greer, el personaje del diagnóstico principal, es un actor de telenovela, que interpreta al galán Brock Sterling y del cual House siente un interés desmedido, casi rayando la obsesión. A tal punto es la afición de House y el detalle con que lo observa, que lo lleva a raptar a Evan a la salida de una grabación y llevarlo hasta el hospital. House con observación minuciosa y detalles dignos de cualquier fan (Como por ejemplo recitar partes del diálogo de la novela o medir los tiempos de las pausas que realiza en su actuación) está convencido de que su nuevo paciente tiene un tumor cerebral. En principio deja claro que no está interesado en Evan, sino más bien en cómo podría afectar al argumento de la novela si a él le pasara algo y no pudiera interpretar más a Brock. Lo que a Evan le parece una burda y poco realista novela, a House lo fascina, ya que, según él, no muestra las cosas como son en la realidad, sino más bien, acorde al género, representa muy bien la ficción.

Por otro lado tenemos dos situaciones secundarias que se suceden intercaladas en el capítulo. En primer lugar la inspección que recibe el hospital para verificar si se da lugar al cumplimiento de las reglamentaciones vigentes en materia de certificaciones, y en segundo lugar el conflicto que atraviesa Wilson con su esposa sobre el lugar que se le da en su matrimonio a sus propios deseos e intereses. Ambos conflictos giran en torno a un eje que complementan el caso principal: La posición que se le otorga al deseo e intenciones en contrapunto con las exigencias o normas que se nos imponen. Para el caso de la inspección en el hospital, House se mostrará crítico con todos los médicos ya que considera que cambian su forma de proceder en ese momento en particular, para adecuarse a las exigencias de las normas institucionales. Para el caso de Wilson, le reprochará que no merece ser feliz porque no actúa conforme a lo que siente realmente, sino a lo que moral o políticamente sería correcto hacer en un matrimonio. En todo el guion la idea es clara: actuar conforme al deseo o actuar conforme a las exigencias externas. House, con sus actitudes extremistas y que parece no hallar un punto medio, se posiciona como aquel que actúa siempre en conformidad con su deseo, dejando de la vereda de en frente a todos los demás, aquellos que se amoldan a lo que el exterior les exige por más mínimo que sea.

El recorte de la escena para el análisis se ubica luego de haber intentado cinco diagnósticos diferentes para su paciente. Sin resultados efectivos que den cuenta de la mejora de Evan, paulatinamente empeora. House plantea entonces un sexto diagnóstico, que a diferencia de los anteriores, no realiza comprobación de ningún tipo y administra la terapia que intuitivamente cree que es la conveniente, la cual es llamativamente una dosis muy alta de medicación. Luego del último diagnóstico, House vuelve para ver los resultados y se sorprende al ver que su paciente mejoró, sin embargo se siente contrariado cuando Foreman le informa que si bien los medicamentos le hicieron bien, no era correcto el diagnóstico de House. En ese momento House queda en silencio y reprende a Cuddy por no haberlo detenido cuando medicó al paciente sin los estudios correspondientes. Como indicadores, notamos que hasta entonces, los cinco anteriores diagnósticos habían pasado por estudios para comprobar las hipótesis, pero en el último House no pide ni espera nada, actúa por su cuenta, ni siquiera le indica a su equipo lo que deben hacer. Podríamos referir que apela la urgencia del tiempo y de la necesidad de actuar rápido frente al padecimiento de su víctima. Desde la línea moral que guía a House, simplemente estaría “racionalizando” su acción.

En esta secuencia podemos situar al tiempo 1 en el diagnóstico que emite House (el sexto) y la acción de medicarlo. Lo hace con tanta seguridad que no solicita ningún tipo de estudio para confirmarlo. Está tan convencido de la verdad y certeza del diagnóstico, que cree que esa acción de medicarlo se agotaría en la mejoría inexorable de Evan. El tiempo 2, estaría situado cuando House se entera que no era una alergia floral como el suponía y que aun así el paciente mejoró. Se queda atónito y sorprendido, en apariencia por la mejora del paciente, pero en realidad se muestra más bien ensimismado diciéndose “-Estaba equivocado-“.Este hecho pareciera desconcertar a House quien intenta culpar a Cuddy por no haberlo detenido antes, la realidad le devuelve algo que no esperaba. Desde una lectura a partir del sujeto moral, del sujeto jurídico, podríamos decir que se sorprende por su mejora aún con un diagnóstico erróneo, o tal vez lo hace porque piensa en las potenciales consecuencias de medicar a alguien a partir de una hipótesis incorrecta, no obstante esta interpretación solo se puede sostener desde el “sujeto joya”, desde aquel que a partir de la potencialidad de la razón es dueño de todo aquello que realiza. Sin embargo hay otro sujeto que entra en juego aquí. Desde el sujeto del inconsciente el circuito recorrido se resignifica completamente. Ahora bien, hay algo allí, en ese segundo tiempo que lo interpela, que lo ob-liga… ¿Porque se sorprende tanto House? ¿Por qué parece culpar a Cuddy por algo que enteramente había decidido él? Si a fin de cuentas como médico había alcanzado su objetivo: Lograr la mejoría de Evan. Algo tiene que ver House en eso. El paciente había mejorado y eso se debía a su intervención, sin embargo fundando y resignificando el tiempo 1, éste más bien podría consistir en la acción de “emitir un diagnóstico inequívoco”.

En el medio de los dos tiempos podemos situar dos elementos: uno de necesidad y otro de azar. El hecho de haber emitido un diagnóstico que no admitía otras posibilidades convierte a la terapéutica consecuente en un elemento de necesidad: Si el diagnóstico de House era ese, y solo ese, disipando cualquier lugar para las dudas como lo demostró argumentativamente con sus colegas, con la medicación adecuada era “necesario” que Evan mejorara. Por otro lado el azar se encarga de configurar una mejoría en Evan, pero ya no es coincidente con el diagnóstico de House, pura contingencia. Lo que House creía, evidencia su yerro en la cura, sin embargo la mejoría podía o no suceder, eso quedó librado enteramente al azar.

House acaba de contraer una deuda, una deuda consigo mismo a la que es llamado a responder.

En el tiempo 2, La realidad le devuelve algo distinto a lo esperado, le devuelve un paciente que ha mejorado por azar, le devuelve una falla a House, le muestra al modo de una herida narcisista que también él, puede equivocarse. Que la omnipotencia de la que parece jactarse gracias al afrontamiento lógico y racional frente a la realidad, tiene sus grietas. Este rasgo se hace patente en todos los diagnósticos donde cuestiona los razonamientos de sus colegas: Por ejemplo, con Foreman cuando cita “Quod erat demonstrandum” (queda entonces demostrado) para dar cierre al razonamiento lógico que expone en contra de su hipótesis, o cuando confronta a Cuddy (Ella muy desanimada y casi resignada, intentando disuadirlo para que no aplique una medicación a Evan sin comprobar mediante estudios de rutina que su último diagnóstico es correcto) antes de aplicarle la última medicación a su paciente, argumentando que si cree que él está equivocado se lo diga directamente, pero que no apele al protocolo médico para convencerlo.

Como hipótesis clínica podemos rastrear a lo largo de las escenas, que para House, su práctica parece atravesada por la cuestión de “tener siempre la razón", de ser metodológicamente consistente, de ser racionalmente correcto, de no “estar en falta nunca”. Juega con la incertidumbre transmitiéndosela a otros, la manipula utilizando ese espacio de no saber cómo un intrigante acertijo donde él avanza convencido de llegar a resolverlo inequívocamente. Allí donde todos parecen vacilar e hipotetizar, él se muestra como aquel que con total certeza no duda en actuar. Solo cuando se da cuenta que su diagnóstico de alergia floral queda refutado por la evidencia de lo real, es entonces cuando se ve interpelado con su propia incertidumbre, con su falta. Se hace presente la posibilidad de sus equívocos. Pero no solo queda allí, sino que allí donde hay consecuencias, allí es llamado a responder. Allí algo se quiebra, algo que parece asomar a lo Real. Hay algo que desorienta a su yo, y en aras de recuperarse, proyecta la culpa a Cuddy, que, como racional y juridicamente sería la encargada de haber permitido la intervención de House, lo des-responsabilizaría a él por sus acciones.

Desde la dimensión moral House no tiene problemas en responder que se equivocó, es más, lo hace inmediatamente, sin embargo es solo responder por su fallido diagnóstico y la acción se cierra allí.

Esta culpa moral tapona el acceso al orden del deseo. House acaba de ceder en su deseo y lo paga con la culpa. Acaba de ceder en su deseo de omnipotencia, de certeza absoluta, de sujeto inequívoco. Pero no responde por ello, sino que otro es quien cedió, otro es el llamado a responder, no él. De esta forma, no se reconoce con sus deseos inconscientes, se des-liga de aquella situación y su participación.

Cuddy es la persona que House convoca para responder, manejándose como sujeto del orden jurídico, es la candidata ideal para que él deposite en ella la responsabilidad. Ella es la llamada a responder. Incluso en el llamado telefónico nocturno que le hace a la directora del hospital insiste en este posicionamiento “Deberían haberte echado”. No solo convocándola a responder, sino también ocupando un lugar omnipotente (nuevamente) que se precia de estipular cual es el castigo más justo para otro sujeto.

A lo largo de todo el capítulo House, se muestra habitualmente como el sujeto jurídico transgresor, como el sujeto de la moral a contramano, pero que sin dudarlo siempre hace apología de ser consecuente con el deseo, con las intenciones que lo habitan.

En relación a esto, critica duramente a Evan porque si bien es casi su ídolo, en la realidad efectiva su paciente no es más que un cobarde que no se atreve a los cambios, es un sujeto que se siente desdichado por su vida y no hace nada para cambiarlo. Si bien no hay suficientes indicadores para afirmar lo siguiente, es posible especular que House, con la obsesión que tiene por su “personaje” favorito, se encuentra en un grado de identificación muy fuerte con el mismo. Ya sea con el propio Brock Sterling (recordemos que es médico) o con el programa, House se identifica con una “ficción”, con una fantasía, allí parece ser feliz y mostrarse a gusto. Sin embargo el Evan que allí logra conocer un poco más no refleja eso, es pesimista y para nada disfruta de su trabajo, algo que parece no ser del agrado de House, incluso al punto de afirmar que la mitad de las personas que salva y tienen un nueva oportunidad de vida no la merecen (Insiste la posición de juez, determinando quien merece la vida).

Por otro lado a Wilson, en un momento en que muestra indecisión y complacencia para con el deseo de su esposa House lo critica ya que aun estando casado y siendo un adulto debería poder dejarse llevar más por lo que realmente desea y no estar al pendiente de satisfacer el deseo de su pareja. Esta posición de Wilson hace que House afirme que no merece ser feliz.

Por último los médicos en su totalidad se ven afectados por la inspección que está teniendo lugar en el hospital y House cree que la mayoría actúan coaccionados por el peso de las normativas y la presión por los intereses que se juegan para todos los que trabajan allí, en especial para Cuddy. Así es como House reprocha en varias ocasiones que las actitudes que cada uno toman no son “genuinas”, es decir no proceden de una intención real de sus colegas, al respecto se burla e ironiza cada actitud que sugiera una adhesión al protocolo.

En este línea, House está comprometido a incentivar y promover (tanto en palabras como en actos) el lugar del deseo de cada individuo, pero claramente lo hace desde una dimensión moral, como un mero sujeto de la dimensión normativa, de aquel “sujeto joya” que se precia de su autonomía, promueve “el deseo sabido”.

No obstante, la paradoja reside en que, como sujeto del inconsciente, al momento de confrontarse con el deseo que no sabe que sabe, no hace más que desentenderse. House prefiere no volver sobre la acción, no volver al lazo que lo une a esos dos tiempos y del cual algo tiene que ver. Cuando algo agrieta el universo que trata de sostener mediante su personalidad y su proceder, mediante sus juegos de omnipotencia, algo de lo Real y de lo impensado emerge, algo de lo no sabido irrumpe ob-ligando a House a responder. Su respuesta: Nada de eso tiene que ver conmigo.

Links:

Sinopsis de TV Guía:

http://www.housemd-guide.com/season4/414dream.php

Artículo de Wikipedia:

http://en.wikipedia.org/wiki/Living_the_Dream_(House)



NOTAS