Inicio > Congresos Online > Congreso Online 2025 > Un completo desconocido > Ese no es Bob Dylan

Ese no es Bob Dylan

por Amatriain, Lucía

Universidad de Buenos Aires

Resumen:

En su intento de desplegar en la pantalla la pregunta: ¿Quién es Bob Dylan?, el film A Complete Unknown (Mangold, 2024) nos remite a una producción anterior, I’m Not There (Haynes, 2007). Ambas ficciones presentan la indeterminación del músico en el vínculo con sus parejas, con su público y en su vivenciar general. Sin embargo, más que tratarse de una posición huidiza por falta de compromiso, o incluso de cierto cinismo ante el amor, consiste en una resistencia intrínseca a la definición. Una paradójica fidelidad a sí mismo expresada en su incansable capacidad para los desvíos. Sirviéndonos del método clínico-analítico propuesto por Michel Fariña (2015), abordamos los films como vía para pensar la actualidad. En tiempos de subjetividades decodificadas, la figura de Dylan nos transmite la inquietud en la pregunta por el ser y la potencia de sostener la propia identidad como un enigma.

Palabras clave: Deseo | Saber | Identidad | Psicoanálisis

That’s Not Bob Dylan

Abstract:

In its attempt to unfold the question: Who is Bob Dylan? on screen, the film A Complete Unknown (Mangold, 2024) refers us to a previous production, I’m Not There (Haynes, 2007). Both fictions present the musician’s indeterminacy in his relationships with his partners, his audience, and his general experience. We observe that rather than being an evasive position due to a lack of commitment or a certain cynicism toward love, it consists of an intrinsic resistance to definition. A paradoxical fidelity to himself, expressed in his tireless capacity for detours. Using the clinical-analytical method developed by Michel Fariña (2015), we approach the films as a way to consider contemporary subjectivity. In times of decoded subjectivities, the figure of Dylan conveys to us the restlessness in the question of being and the power of sustaining one’s own identity as an enigma.

Keywords: Desire | Knowledge | Identity | Psychoanalysis


Hemos perdido el placer privado de no entender,
de retirarnos secretamente a esa tensión,
de cultivar ese silencio.

Julio C. Torres,
Todas las islas del mundo [1]

Es porque deseamos que somos capaces de
investir cosas y personas con el particular
interés que las vuelve enigmáticas.

Florencia Abadi,
El Nacimiento del deseo, (2024)

Un joven desorientado baja de un taxi y entra en un bar. Tras una breve conversación con un desconocido que le indica que el lugar que está buscando queda en otra dirección, se retira sin llegar a comer ni beber. Así es presentado Bob Dylan en A Complete Unknow (Mangold, 2024): errante, con su guitarra al hombro, buscando a alguien donde no está. Se trata de uno de sus principales referentes, Woody Guthrie, cantautor de folk estadounidense conocido por su lucha contra el fascismo y la explotación, que se encuentra gravemente enfermo internado en un hospital. Cuando por fin logra encontrarlo, se presenta y, al ver su guitarra, el otro le pide que cante una canción. Dylan se acomoda en la sala y toca la que le había escrito especialmente, Song To Woody (1962):

Here’s to the hearts and the hands of the men
That come with the dust and are gone with the wind
I’m a-leavin’ tomorrow, but I could leave today
Somewhere down the road someday
The very last thing that I’d want to do
Is to say, "I’ve been hittin’ some hard travelin’ too"

Estoy yéndome mañana, pero podría irme hoy… Lo último que quisiera decir antes de morir es ‘He estado dando un largo viaje’. La vida, la muerte y el movimiento. Desde el inicio, la figura de Dylan se encuentra en fuga. En un desplazamiento de lugares, de estilos y expectativas. Cuando alguien le pregunta por su música, responde: “No creo ser un cantante de folk. Tengo un estilo folk, canto música folk, pero una versión modificada…” –la frase queda suspendida. El otro la completa por él: “una buena canción no debe tener batería ni adornos eléctricos”. Dylan no corrige, pero tampoco asiente.

¿Quién es Bob Dylan?

Esta es la pregunta alrededor de la que se desarrolla el film. A su vez, este nos remite a otro que también despliega tal interrogante: I’m Not There (Haynes, 2007). ¿Qué nos enseñan estas producciones que intentan capturar al menos una de sus facetas? Comencemos por los títulos. El film más reciente, protagonizado por Timothée Chalamet, toma un verso de una de las canciones más conocidas para aproximar una respuesta. Retomemos el estribillo de la gran Like a Rolling Stone (1965):

How does it feel?
How does it feel
to be on your own?
With no direction home.
A complete unknown.
Just like a rolling stone.

Con el ímpetu de una piedra rodando a la deriva, deslizándose en una montaña infinita, nada parece capturarlo. Figura escurridiza y múltiple, Bob Dylan nos despierta con su desplazamiento y resistencia. [2] A Complete Unknown: Un perfecto desconocido para el público que acude a sus funciones y encuentra cada vez a un intérprete distinto entre el folk y el rock, un extraño para sus parejas a quienes decepciona en el momento en que creen haber encontrado en él un hogar y, principalmente, un desconocido para sí mismo.

I’m Not There desarrolla este punto de un modo magistral: Dylan es representado por seis actores, entre los que se destaca Cate Blanchett en la transmisión de su androginia. Este film comienza con una voz en off, una secuencia entrecortada y el sonido distorsionado de una guitarra. Aparece un niño negro con una guitarra acústica que se hace llamar Woody Guthrie. Dice tener once años, haber escapado de casa, no tener padres. Dice cosas que raramente podrían ser dichas por un niño. Canta canciones de protesta evocando el espíritu de Guthrie y se presenta como un artista itinerante. Es el primero de los Dylan que el film propone, y sin embargo, no es Dylan. O es justamente porque no se sabe... El espectador no comprende si lo que está viendo es un delirio, un recuerdo, una invención. No hay presentación clásica de personaje: nuevamente lo que hay es una fuga.

No se trata de una síntesis de sus facetas, sino de una serie de encarnaciones que no convergen. Como dice uno de ellos: “Me despierto siendo uno y me voy a dormir siendo otro”. ¿Qué nos dice el título de esta otra película?

I’m Not There, un nombre del deseo

En su libro No entender (2025), Beatriz Sarlo propone que, para acercarse a lo nuevo, es necesario que algo nos falte. Comprender demasiado rápido impide detenerse; por eso, no entender constituye un pasaje indispensable, que requiere paciencia y virtud desplegada en el tiempo. No entender es también un estado subjetivo que aprendemos a soportar cuando nuestro objetivo es entender. Entre esos dos estados –no entender/entender– hay un intervalo de tiempo que no asegura siempre el pasaje de uno al otro: puede ser tiempo ganado, pero también tiempo perdido, de fracaso antes que de adquisición. Requiere, entonces, cierta disposición a la pérdida. Para no entender, es preciso dudar de la primera sombra, de la ilusión de haber comprendido. “El arte exige ese renunciamiento, esa desconfianza” (p. 111).

Desde este marco, no comprender no equivale a ignorancia, sino a condición de movimiento: “No entender nos coloca frente a lo desconocido, al ofrecernos la oportunidad de ampliar el espacio en el que vivimos y pensamos. Ofrece la oportunidad, no la seguridad” (p. 115). Sarlo resalta la indefinición sobre el resultado: “no entender es una promesa que también puede terminar en traición de lo prometido” (p. 115). Se trata, en definitiva, de un principio compartido por la ciencia y el arte.

Podemos pensar en esta dirección la estructura del deseo. Juan de Olaso (2024) recuerda que, para Lacan, el deseo porta un núcleo de no saber. A diferencia de Freud, que acentuaba el carácter reprimido, Lacan subraya lo extraño: el punto en que el sujeto no se reconoce. El deseo, señala de Olaso, “es aquello que torna inquieto al hombre y lo empuja a la acción –lo contrario de una actitud contemplativa” (p. 25). Y al mismo tiempo, “el sujeto no puede desear sin disolverse a sí mismo” (p. 30).

Este núcleo se vuelve visible en las relaciones amorosas de Dylan. Sobre Joan Baez, cantante, compositora y activista, dice en una de las escenas iniciales de A Complete Unknown: “Es linda, canta lindo… tal vez demasiado lindo”. Lo que al inicio parece una provocación, se resignifica más tarde cuando, discutiendo con ella, le dice: “Tus canciones son como cuadros colgados en el consultorio de un dentista”. La acusa, en definitiva, de haber sido demasiado comprendida, demasiado aceptada, sin moverse de ahí. De eso Dylan se aparta.

Sin idealizar sus dichos, podemos leer en ellos algo actual. La pretensión de transparencia y coherencia empuja hacia el mismo destino: convertirnos en un cuadro legible, predecible. Se trata de definirse, de ser consistentes. Frente a eso, el deseo se expresa en su carácter evanescente: como deseo de otra cosa, como fuga en el deslizamiento de significantes. No en el reconocimiento, sino en la dispersión; en la posibilidad de sustraerse. La obra de Dylan sostiene ese desvío justamente en los momentos en que el reconocimiento parece alcanzarlo. Como advierte el título I’m Not There, como el deseo mismo, Dylan se desvía. [3]

En un tiempo saturado de urgencias por comprender, cabe preguntarse: ¿qué posición adquiere el analista en relación con el saber? Uno de los deslizamientos más delicados se da cuando el analista se identifica con el saber y se posiciona como aquel que adoctrina, enseña o corrige a los analizantes, reduciéndolos al lugar de objeto, resto de ese saber exhibido. Una variante moderna del discurso del amo, cuando saber y poder se reúnen en el lugar dominante. “El analista todo-saber, es capaz de causar, pero estragos” (De Olaso, 2024, p. 123).

Retomando a Lacan y su noción de docta ignorancia, de Olaso (2024) afirma que el analista debe saber una cosa: ignorar lo que sabe. “La clásica prevención de Lacan con respecto a las capturas de la imagen y el sentido. Como el No comprendan con el que advertía a su auditorio. Que sería, más bien, un: no crean que comprenden” (p. 55).

Frente a la exigencia de transparencia y definición, Dylan presenta otro modo de ser. En lo inasible, en el desmarcarse, pareciera gritar: no me comprendan. Por favor, no trates de entenderme. “No entender –señala Sarlo (2025)– ataca finalmente la tranquilidad de un sujeto que necesitaría estar seguro en un mundo decodificable y previsible” (p. 121).

En fuga

El tránsito de Bob Dylan del folk al rock durante la década de los sesenta puede leerse como uno de los episodios más emblemáticos del conflicto entre distintas concepciones del arte, la política y la autenticidad en la cultura popular estadounidense. Más que una mera elección estética, su viraje sonoro puso en tensión dos modos de entender el compromiso del artista con su tiempo: por un lado, el folk como lenguaje de militancia colectiva; por el otro, el rock como forma de libertad expresiva.

Cada cambio fue leído como traición a su origen, como una falta de autenticidad. Pero Dylan parece decir otra cosa acerca del origen: que en él mismo hay movimiento.

En consonancia, Ansermet (2024) sostiene que, aunque el origen se impone como resultado de infinitas contingencias, este siempre debería permanecer como pregunta abierta. Una vida se inventa a partir de la libertad que nos tomamos respecto de nuestros orígenes, de la posibilidad de no alienarnos a lo sabido, habilitando el cambio y la transformación: “A cada quien su porvenir, más allá del origen. Este es el desafío por el que debemos asumir la responsabilidad” (Ansermet, 2024, pp. 7-8, selección y traducción de Juan Jorge Michel Fariña).

Conocer el origen y advertir su incidencia es imprescindible; pero, al mismo tiempo, la pregunta acerca de quiénes somos debe permanecer abierta, como incógnita, como enigma que se resignifica mientras la vida dura. El descubrimiento del inconsciente lo confirma: es imposible tornarnos completamente transparentes para nosotros mismos, alcanzar una definición acabada de quiénes somos. Ahora bien, este imposible de la identidad no paraliza, sino que causa. Ese vacío funda creaciones, habilita ficciones en torno a la pregunta fundamental que no puede resolverse de una vez y para siempre: ¿quién soy?

Conclusión

Es posible que las escenas de apertura de un film no sean siempre las más complejas o memorables, pero constituyen nuestra primera impresión. Incluso cuando son olvidadas, condensan elementos que exceden la comprensión inmediata y solo una lectura après coup permite resignificar. Tanto en I’m Not There como en A Complete Unknown, Dylan aparece de entrada en movimiento: en un tren, en un auto, en fuga.

¿Qué enseña este gesto? Que en la búsqueda imposible de la identidad, en el intento de comprender por qué nos pasa lo que nos pasa, muchas veces quedamos atrapados en la definición, en lo que creemos que nos asegura un saber, obturando el movimiento. Se trata de desanudar el vínculo rígido entre saber e identidad, sosteniendo el enigma que esta última comporta. No entender, recuperar la distancia en la relación con los otros y con nosotros mismos.

Al mismo tiempo, Dylan muestra que la politización no pasa únicamente por el contenido temático de una canción, sino también por los gestos formales, las rupturas de estilo y los modos de retirarse de los lugares de representación que otros le asignan. El cine de Haynes capta esta idea y la multiplica: en lugar de explicar a Dylan, lo fragmenta. Lo muestra en encarnaciones que no se unifican ni responden a un origen ni a un devenir previsible. Como en un análisis, lo que importa no es la biografía, sino el montaje. El modo en que se articulan los restos, los cortes, la historia.

No se trata de idealizar a Dylan, sino de leer sus movimientos y desvíos como un modo de preservar lo vivo en su obra. Como advierte Sarlo (2025), hoy es cada vez más difícil no entender, y en eso algo hemos perdido. Ese principio activo exigía responder, incluso desde el fracaso de no comprender que nos empuja a seguir buscando.

En este trabajo nos servimos del método clínico-analítico desarrollado por Michel Fariña (2015) para abordar los films como vía de pensamiento. En tiempos de subjetividades decodificadas, la figura de Dylan nos transmite la inquietud de la pregunta por el ser y la potencia de sostener la propia identidad como un enigma. En la posibilidad de sustraerse, de no quedar fijado a una definición ni apresado por el reconocimiento, se juega la posibilidad de sostener el movimiento del deseo.

Filmografía:

Haynes, T. (Director). (2007). I’m Not There. [Película]. The Weinstein Company.
Paramount Pictures.

Mangold, J. (Director). (2024). A Complete Unknown. [Película]. Searchlight Pictures.

Referencias:

Abadi, F. (2024). El nacimiento del deseo. Buenos Aires: Pólvora Editorial.

Ansermet, F. (2024). L’origine qu’est-ce que ça change?. Géneve, Labor et Fides.

De Olaso, J. (2024). Asuntos del deseo. Buenos Aires: Manantial.

Sarlo, B. (2025). No entender. Buenos Aires: Siglo veintiuno.

Lacan, J. (1958-59). El Seminario. Libro 6: El deseo y su interpretación. Buenos Aires:
Paidós.

Michel Fariña, J.J. (2015). Ética y cine: el método clínico-analítico de lectura de películas
y sus aportes a la psicología [Tesis de Doctorado en Psicología, Universidad de Buenos Aires].

Michel Fariña, J. J. (2025). El après coup del origen. Reseña de libro. Journal Ética &
Cine. Vol 21
/ N 1. https://www.aesthethika.org/El-apres-coup-del-origen



NOTAS

[1Epígrafe citado en No entender (Sarlo, 2025).

[2El espíritu de músico huidizo suele asociarse rápidamente al hombre que teme ser capturado por el amor de una mujer, como canta Sandro en Ave de paso (1969):

Yo quiero vivir como las aves que no pueden atraparse, ni alcanzarse. Luego de volar me detendré a descansar en el ocaso, en otros brazos. Y al salir el sol continuaré y escaparé de tu abrazo, ave de paso.

No es este el caso de Dylan. Al menos, creemos que la paradoja de ser un completo desconocido no se agota ahí.

[3Nos atenemos a la lectura de los films, sin embargo resulta difícil no recordar su ausencia en la ceremonia de entrega del Premio Nobel de Literatura.




FORUM

moderación a priori

Este foro es moderado a priori: su contribución sólo aparecerá una vez validada por un/a administrador/a del sitio.

¿Quién es usted?
Su mensaje

Este formulario acepta atajos SPIP [->url] {{negrita}} {cursiva} <quote> <code> código HTML <q> <del> <ins>. Para separar párrafos, simplemente deje líneas vacías.



Película:Un completo desconocido

Título Original:A Complete Unknown

Director: James Mangold

Año: 2024

País: Estados Unidos

Otros comentarios del Autor: