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El lado “B” de las tecnologías: Grooming y abuso sexual infantil

por Stagno, Valentina

Universidad de Buenos Aires

Resumen:

Durante la presente investigación se realiza un análisis de la película “Pérdida de la inocencia” (Schwimmer, 2010), a través del método de lectura ético-analítico de películas y series televisivas. Se hace hincapié en la protagonista de la película, Annie, una adolescente que, por su desconocimiento sobre los riesgos de las tecnologías de la información y la comunicación, se vuelve víctima de un depredador sexual que utiliza las redes para captar a sus víctimas. Es así que se abordan dos temas fundamentales de la Educación Sexual Integral, el “Grooming” y el “Abuso Sexual Infantil”, buscando dar respuesta a cuál es el vínculo entre ambos fenómenos, y pretendiendo hallar una posibilidad de acción desde lo propuesto por la Educación Sexual Integral. Esto se lleva a cabo a través de una revisión cualitativa de textos de divulgación científica y papers de investigaciones actuales.

Palabras Clave: Grooming | Abuso | Adolescencia | Educación.

The “B” Side of Technologies: Grooming And Child Sexual

Abstract:

During the present investigation, an analysis of the film "Loss of Innocence" (Schwimmer, 2010) is carried out, through the method of ethical-analytical reading of films and television series. Emphasis is placed on the protagonist of the film, Annie, a teenager who, due to her lack of knowledge about the risks of information and communication technologies, becomes the victim of a sexual predator who uses the networks to capture his victims. Thereby two fundamental issues of Comprehensive Sexual Education are addressed, "Grooming" and "Child Sexual Abuse", seeking to answer what is the link between both phenomena, and trying to find a possibility of action from the Comprehensive Sexual Education. This is carried out through a qualitative review of popular science texts and current research papers.

Keywords: Grooming | Abuse | Adolescence | Education

Introducción

En el presente trabajo, a través del método ético-analítico de lectura de películas, se realiza un análisis teórico de la película “Pérdida de la inocencia” (Schwimmer, 2010), donde Annie Cameron (Schwimmer, 2010), una adolescente de 14 años, sufre las consecuencias de desconocer los peligros de la internet, y es víctima de Grooming y Abuso Sexual infantil.

La película “Pérdida de la inocencia” (Schwimmer, 2010) expone la historia de Annie, quien se siente disconforme consigo misma por su aspecto y por no tener novio como sus amigas. Es usuaria de redes sociales, las cuales le parecen inofensivas y seguras. A través de la web comienza a chatear con “Charlie”, quien afirma tener 16 años, para luego decir que tiene en realidad 20, y posteriormente, 25, cuando en realidad, es un hombre de al menos 35 años de edad, casado y padre de un niño. Este hombre se hace pasar por un joven para acercarse a niñas/adolescentes y abusar sexualmente de ellas, que fue lo que le hizo a Annie y a, por lo menos, otras 3 muchachas menores de 15 años.

Esta metodología utilizada por adultos para acercarse a menores de edad se identifica como “Grooming”, y suele llevar, en muchas ocasiones, al Abuso Sexual del menor, así como le sucedió al personaje que aquí se estudia. Es así que, en el presente escrito, se busca problematizar el uso de las redes sociales, que son frecuentadas por una extensa parte de la población joven. Esto se hace con la finalidad de advertir los peligros de las redes, y de reflexionar sobre las posibles vías a tomar para prevenir consecuencias negativas, desde el marco de la Ley 26.150 “Programa Nacional de Educación Sexual Integral”.

Este recorrido se produce desde teorizaciones de autores como Gámez-Guadix, De Santisteban Pérez, Resett, entre otros. Se busca responder a los siguientes interrogantes de investigación: ¿de qué manera se vinculan el grooming y el abuso sexual infantil? ¿Qué se puede hacer desde la Educación Sexual Integral para prevenirlos?

Relevancia

Las tecnologías de la información y la comunicación –de aquí en adelante denominadas con la sigla “TIC”–, actualmente acompañan la vida cotidiana, y se han vuelto un instrumento presente en todo hogar, y que tanto los más ancianos como los más jóvenes logran comprender y utilizar.

Por un lado, las TIC se presentan como posibilitadoras de innovación, dado que han facilitado nuevos métodos de enseñanza y aprendizaje, la comunicación a la distancia, nuevas formas de trabajar, etc. Sin embargo, estas podrían conllevar ciertos riesgos, y de no tenerlos en cuenta durante su uso, podrían volverse nocivas.

Un ámbito fundamental para la especie humana son las relaciones interpersonales y los modos de crear vínculos sociales significativos con los otros. Los dispositivos móviles permiten un ida y vuelta con gran fluidez de información, y hasta imágenes y videos, reales o creados por computadora. A su vez, posibilitan la creación de cuentas cibernéticas desde donde compartir esa información, que muchas veces es la metodología utilizada por cada persona en la red, con sus nombres propios e información verdadera. Sin embargo, otras veces personas utilizan cuentas falsas, a veces anónimas y, otras veces, para hacerse pasar por personas que en realidad no son. Este es el caso de muchos acosadores de menores, adultos que se hacen pasar por jóvenes para conectar con individuos menores de edad, con la finalidad de establecer relaciones, recibir contenido multimedia, e incluso conocerlos, sin que esto signifique un desenlace positivo para los menores. Esta forma ilegal que utilizan los depredadores para acercarse a menores, el Grooming, y su relación con el abuso sexual infantil, es el eje conductor del presente trabajo.

Muchas veces, pensando que se comunican con un igual, los adolescentes suelen ceder a los pedidos de los depredadores –denominados “groomers” cuando se trata de grooming–, entregando a veces fotos y contenido erótico, que luego son utilizados como amenaza contra ellos, obligándolos a llevar a cabo acciones que no desean. Este tipo de conductas podría causar gran malestar y sufrimientos en la adolescencia, que se ve signada por la irrupción de la sexualidad y el deseo de experimentar, cuyas consecuencias suelen ser, la mayoría de las veces, irreversibles.

Sociabilidad tecnológica

Castells (1999, citado en Rodríguez, 2007) ya mencionaba hace años que la revolución tecnológica del siglo pasado ha conllevado una importante influencia en el ámbito social del ser humano, habiendo modificado desde las maneras de comunicarse hasta el modo de relacionarse con otros individuos. Según Rodríguez (2007) puede decirse que nos encontramos transcurriendo actualmente la “Era Digital”. Con ello el autor refiere a que, a partir de la creación de la televisión y de la computadora en las décadas de los 40 y los 50, y de la Internet a finales de los 60s, lo que acontece en lo social tendría directa relación con los avances tecnológicos. Esto se vincula, entonces, con que hoy en día las TIC formen parte de la vida cotidiana de los individuos, y de que se hayan revolucionado las maneras de crear, guardar y transmitir información, y de comunicación entre las personas, pasando las barreras de la distancia y del tiempo, en otros aspectos positivos.

Además de influir en los modos de comunicación y en los lazos de la sociedad, puede afirmarse, a partir de las teorizaciones de Fernández Zalazar (2016), que las TIC se han instalado como un fenómeno cultural que modifica también la subjetividad y el lenguaje, redefiniendo las relaciones de los individuos entre sí y con el mundo, así como las percepciones que se tienen del mismo.

Sin embargo, Loader (1997, citado en Rodríguez, 2007) destacaba también un aspecto negativo, a saber, el factor de vigilancia de las tecnologías, en tanto posibilitan el control sobre algunos individuos, teniendo acceso a lo que un sujeto disfruta o hace, lo que claramente invadiría la privacidad del otro.

Al respecto, Villacampa Estiarte (2016) refiere algunos factores de riesgo de las tecnologías, en tanto las redes funcionarían como recurso de cierto tipo de criminales para su accionar, específicamente para la victimización sexual de individuos en su minoría de edad, así como teorizan también Hugues (2002), y Bocij y McFarlane (2003), ambos citados por Villacampa Estiarte (2016). La autora estudia este fenómeno de las TIC para dar cuenta de su vinculación con la victimización sexual de menores, que, si bien no se ha confirmado, expone teorías relevantes para la presente investigación.

En este aspecto, se destacan las características de las redes y portales web en cuanto al espacio y al tiempo, que ampliarían la cantidad de oportunidades de incurrir en crímenes, y específicamente se destaca la capacidad de crear perfiles falsos con identidades inventadas o robadas de otras personas. Sumado a ello, muchas veces falta formación sobre las redes y la manera más segura de utilizarlas, con lo que los individuos más jóvenes podrían fallar al identificar posibles peligros y conductas para prevenirlos (Villacampa Estiarte, 2016).

Al respecto, cabe mencionar la Ley 26.150, “Programa de Educación Sexual Integral”, cuyos objetivos incluyen una educación equilibrada para la transmisión de conocimientos tendientes a promover la salud en general de los individuos, volviendo a los hechos que acontecen en las redes una parte fundamental a considerar para la protección de los individuos jóvenes. Justamente, dos temáticas que se encuentran entre el currículo de la ley son el “Grooming” y el Abuso Sexual Infantil, que, si bien no necesariamente depende de las tecnologías, está en muchas ocasiones relacionado con ellas.

“Grooming”

La palabra “Grooming” es utilizada de forma frecuente en el vocabulario cotidiano, pero no todas las personas saben cuál es realmente su significado. Autores como Kloess et. Al. (2014), Smith et. Al. (2014), y Wurtele y Kenny (2016) han sido citados por Resett (2021) en su definición del término. Según este autor, el grooming puede ser definido como una metodología empleada por adultos a través de portales web para intentar obtener la confianza de niños y adolescentes, con la finalidad de lograr contacto sexual con ellos, ya fuera de manera presencial o virtual, a través de encuentros o el envío de fotos y videos de contenido erótico.

En concordancia, de acuerdo con Fragoso-Luzuriaga y Ramírez-Santiago (2022) el agresor –también denominado “Groomer”– buscaría formar un lazo emocional con la posible víctima, preparando a la misma para ser agredida sexualmente, aprovechándose de las inseguridades que atraviesan los jóvenes en la adolescencia, que los vuelve presas fáciles para este tipo de delitos. Una vez ya establecida la relación con su víctima, se encarga de manipular emocionalmente a la misma. Esto lo hace primeramente generando confianza y sentimientos positivos, como por ejemplo hablando sobre la madurez o la belleza de la víctima. De manera similar, se aprovecha de todo signo de vulnerabilidad para infundir miedo en el joven, generando dependencia de la relación virtual entablada.

Algunos pocos autores consideran que el grooming puede acontecer entre adolescentes (Resett, 2021), mientras que muchos otros tienen en consideración que para que el grooming sea tal, quien perpetra el grooming debe ser un adulto hacia un joven necesariamente (De Santisteban Pérez, 2018; Fragoso-Luzuriaga y Ramírez-Santiago, 2022). En este último caso, los adultos se hacen pasar por jóvenes, aprovechándose del anonimato que facilitan las redes, para provocar en las posibles víctimas un sentimiento de igualdad.

Este proceso estaría compuesto por dos partes: una siendo los pedidos constantes del adulto hacia el joven, para que estos se vean involucrados en el intercambio de información personal y sexual, como podrían ser números de teléfono y hasta direcciones, y accedan a ciertas actividades; la otra parte se conforma por las interacciones que tiene el adulto hacia el adolescente.

En la misma investigación, se destaca el poder del adulto por sobre los adolescentes, quienes podrían ser más vulnerables al no conseguir manejar la interacción sexual con un adulto de manera apropiada. Además, según Gámez-Guadix et al. (2018, citado en Resett, 2021) los adultos investigarían a sus posibles víctimas a través de la web para comprobar si serían o no probables de cautivar, considerando tanto su participación en redes como el contenido de su información compartida, también intereses personales y si divulgan o no materiales de contenido sexual.

Asimismo, Gallagher et. Al. (2006, citado en De Santisteban Pérez, 2018) aseguran que otro hecho por el cual transcurren las víctimas de grooming es la exposición a material de índole sexual sin que este fuera solicitado.

Cabe mencionar que el grooming posee estrecha relación con la posibilidad de una afectación grave de la salud mental. Entre algunos de los factores de riesgo asociados al grooming, se encontró como uno probable el hecho de contar con baja autoestima o disconformidad hacia uno mismo.

Abuso Sexual Infantil

Cabe explicitar ciertos aspectos sobre el Abuso Sexual Infantil online y offline. Se estudia este concepto en la presente investigación debido a que De Santisteban Pérez (2018) lo trabaja en relación al grooming de adultos hacia adolescentes, y se encuentra allí una estrecha relación. Según la autora, el abuso sexual infantil online es aquel en el cual se observa la participación de una persona menor de edad en actividades de índole sexual, a través de las redes de comunicación que se sitúan en la internet. Debe ocurrir, además, para que se considere abuso sexual infantil, una situación de influencia o autoridad sobre el menor. Puede tratarse, también, de producción, distribución, descarga y consumo de materiales de abuso a menores, así como los pedidos de contenidos de índole sexual, desde conversaciones hasta videos. Se suma a ello la organización de encuentros offline, cuya finalidad es conseguir satisfacción sexual a la fuerza por parte del menor (Kolpakova, 2012, citado en De Santisteban, 2018).

Es menester considerar a las tecnologías en su aspecto negativo además del positivo, dado que, en este contexto, se vuelven facilitadoras de una nueva metodología para el abuso sexual de menores de edad, si es que estas no se utilizan con precaución y consciencia. En el mismo artículo de investigación, se menciona a Finkelhor y Hotaling, y a López, quienes en 1984 y 1994, respectivamente, definieron al abuso sexual infantil desde los conceptos de coerción y asimetría de edad. Esta última hace referencia a la desigualdad de posiciones entre los involucrados, ya que el groomer posee experiencia y madurez, junto a expectativas que tal vez el adolescente ni siquiera reconoce, lo cual es un impedimento, sumado a la edad, de que la actividad sexual entre ambos sea realmente consensuada. En cuanto a la coerción, esta refiere al contacto sexual entre el adulto y un individuo menor de edad, la cual se produzca a través de amenazas, engaños y fuerza física, entre otros.

La historia de Annie

“Pérdida de la inocencia” (Schwimmer, 2010) expone la historia de Annie Cameron, una adolescente de 14 años, que convive con sus padres y sus dos hermanos. En distintas oportunidades, Annie se mostraba insegura al encontrarse con otros jóvenes de su edad, se sentía inferior, principalmente por su aspecto y comportamientos. Le preocupaba no tener novio, ante lo cual intentó modificar su conducta para parecerse a una de sus compañeras de escuela, que sí tenía novio y se comportaba de manera más similar a la adulta. La mamá de Annie percibió esta actitud, y le aseguro que era hermosa, y que no necesitaba cambiar para complacer a ningún chico. Algo que se destaca de la película es la buena relación de Annie con sus padres y hermanos, en especial con su hermano mayor.

Al inicio de la película, Annie se estaba preparando para un entrenamiento de Volleyball, ya que pronto tendría una prueba física en el instituto para determinar si sería o no parte del equipo deportivo escolar. Compartía sus nervios a través de una red social, donde tanto conocidos como desconocidos podían comentar. Varias amigas le escribieron mensajes positivos para tranquilizarla y desearle ánimos, enviándole ideas cortas y siglas, como “TY” para decir “thank you” –“gracias” en inglés–; de todos modos, debió bloquear a una persona durante el intercambio porque le hizo un comentario inapropiado.

Conforme la película avanza, Annie comienza a chatear con Charlie, un joven de otro estado que era un par de años mayor que ella, y con quien compartía muchos intereses. Al comienzo de sus conversaciones, Charlie le dijo a Annie que jugaba volleyball, y le dio consejos para lucirse en sus pruebas escolares y quedar en el equipo. Ella obtuvo un lugar, lo cual le adjudico a la ayuda que Charlie le proporcionó. Desde allí, comienzan a chatear y hablar por teléfono de manera reiterada, y luego, constantemente, y se formó entre ellos lo que podría considerarse una relación de noviazgo, ya que, si bien no se conocían físicamente, Annie aseguraba que Charlie era su alma gemela, y se decían cosas como “te amo” y que deseaban conocerse y estar juntos. Además, se enviaban mensajes eróticos y fotos de índole sexual. Sumado a ello, los aspectos de la vida social de Annie parecían ir en detrimento, y halló en Charlie un lugar donde refugiarse, ya que parecían tener exactamente los mismos problemas: Annie sentía que Charlie la comprendía. En una ocasión, Annie se compró lencería y su madre hizo que la devolviera. Le conto esto a Charlie, y también que le gustaría usar un conjunto de encaje rojo.

Conforme su relación a través de la virtualidad avanzaba, Charlie le confesó a Annie que tenía 20 años, y más tarde que tenía en realidad 25 e iba a la universidad, pero que le había mentido porque Annie era una chica madura para su edad, y porque su conexión era tan real que no podía depender de un número. En ambas ocasiones, Annie primeramente se angustió, se sintió engañada, pero pronto cedió ante las explicaciones de Charlie y su relación continúo aún más afianzada.

En determinada ocasión, Annie le cuenta a Charlie que sus padres y hermano mayor no estarían en casa por el fin de semana, y ella estaría sola con su tía y su hermana. Es en ese momento cuando Charlie le pide a Annie conocerse, ella accede y se encuentran en un centro comercial. Allí, la joven se da cuenta de que Charlie era en realidad un adulto, y distaba mucho de sus relatos y fotos. Charlie le echó la culpa a Annie, por haberse mostrado como una chica madura, por sus fotos y vocabulario, y que estaba seguro de que no había diferencias entre ellos por cosas que ella le había dicho. Así, la convenció de seguir con su encuentro. Fueron a tomar helado y luego al auto de Charlie, quien le dio un obsequio. Esto era un conjunto de encaje rojo, el cual le dijo que quería verle puesto, y su “cita” culminó con ellos dos en un motel, donde Charlie violó a Annie, y filmó el delito. Pocos días luego, las autoridades del colegio y los padres de Annie se enteraron del hecho, y Charlie desapareció de la vida de Annie, de lo cual esta culpaba a sus padres y autoridades policiales por haberse entrometido, segura de que Charlie no le había hecho ningún daño, porque se amaban.

Pasado cierto tiempo, y sin poder dar con Charlie, las autoridades notaron que él era el autor de, por lo menos, otros tres crímenes, con quienes había utilizado la misma metodología que con Annie. Al enterarse, esta se angustia mucho, y se siente estúpida por no haberse dado cuenta antes de lo que había sucedido, y hasta intentó quitarse la vida, siendo socorrida por su padre y luego por los médicos del hospital.

Al final del film, se observa a Charlie, de 35 años, en una feria con su esposa e hijo, a quien se le acerca uno de sus estudiantes a saludarlo, ya que era profesor en una secundaria en su ciudad. Esto podría interpretarse como un intento por parte de la producción fílmica para generar conciencia y precaución, dando cuenta de que cualquier persona, incluso un profesor de secundaria, podría ser un depredador sexual de menores.

Análisis

A raíz de la película puede observarse claramente el procedimiento que llevan a cabo muchos adultos para acercarse a menores, el grooming, y como esto puede llevar a sufrir un abuso sexual.

Primeramente, pueden observarse los aportes de Castells (1999, citado en Rodríguez, 2007), y de Rodríguez (2007), en tanto se evidencia ya en la primera escena que Annie se comunicaba con sus amigos a través de una red social, a la que también personas desconocidas tenían acceso. Anteriormente los encuentros entre pares estaban determinados por la presencialidad, y luego llegaron los dispositivos móviles, gracias a los cuales un individuo logra comunicarse con una persona, o más, a través de los sitios de mensajería instantánea. Aún más, Annie publicó su situación en un portal abierto a cualquier persona, demostrando una vez más un cambio en la manera de comunicarse, logrando que cierta información llegue muchas veces a ojos indeseados, como es el ejemplo de aquel usuario al que tuvo que bloquear por hacerle un comentario inadecuado. Se suma a esto el cambio en lo concreto de los mensajes, ya que la comunicación se ve signada por mensajes muy cortos y siglas que resumen ideas, donde el dueño del mensaje muchas veces no se identifica con su propio nombre. Este es el caso de Annie, que en su nombre de identificación se llama “VolleyGirl13”, que en ninguna parte alude a su nombre verdadero. Aquí se ejemplifica la teoría de Fernández Zalazar (2016), según quien tanto el lenguaje como la subjetividad se ven modificadas por las TIC.

A su vez, este cambio que produce la tecnología en las maneras de comunicarse y vincularse se observa también por la relación entre Annie y Charlie, que independientemente de que fuera un caso de grooming, no es extraño que actualmente muchas relaciones se formen en lo virtual, para luego, a veces, pasar al ámbito presencial. Se demuestra así que la consideración de que las relaciones sociales avanzan a la par de las innovaciones tecnológicas no se aleja para nada de la realidad (Rodríguez, 2007).

Por otra parte, pueden hallarse también ciertos factores de riesgo de las tecnologías que fueron explicitados por Loader (1997, citado en Rodríguez, 2007) y Villacampa Estiarte (2016). Sus aportes versaban sobre la posibilidad que extienden las redes para la realización de hechos delictivos de adultos hacia menores, lo cual claramente puede encontrarse en la película, específicamente en cuanto el espectador se entera de que Charlie había hecho lo mismo que a Annie a otras 3 jóvenes, rigiéndose bajo la misma metodología: observaba las publicaciones, información y conversaciones con los pares, ya que todo esto estaba en una red social pública, buscando las posibles vías para acercarse a las víctimas. Esto se condice con lo expuesto por Gámez-Guadix et. At., (2018, citado en Resett, 2021). Una vez escogida la presa, se creaba el perfil falso del depredador, convirtiéndose en un joven con gustos similares a los de la víctima, redactando un discurso cada vez más acertado tratando de generar una conexión con las jóvenes.

Esto último refleja también lo que sostiene Resett (2021) acerca del procedimiento favorecido por los “groomers” para acercarse a los jóvenes: se crea confianza en el menor esperando lograr algún contacto sexual, que en el caso de Annie fue no solo virtual, ya que se enviaban mensajes y fotografías eróticas y en ropa interior, sino que también llegaron a conocerse en persona, lo que tuvo un desenlace realmente negativo en la vida de la protagonista.

Otro comportamiento de Charlie que se condice con las teorías expuestas, especialmente lo desarrollado por Fragoso-Luzuriaga y Ramírez-Santiago (2022), fue la conexión emocional que busco crear con Annie para ganarse su confianza. Además de hacerle creer que tenían edades similares, los mismos intereses y que era alguien confiable, aprovecho todo momento de vulnerabilidad de Annie –en tanto ella se sentía inferior entre sus amigas y a veces tenía peleas con sus padres–, presentándose a sí mismo como única persona que apoyaba a Annie, conformando en ella una relación de dependencia hacia él, facilitada por la adolescencia, época signada por cambios e inseguridades en los sujetos. Lo mismo sucedía cuando él iba “aumentando” su edad, e incluso cuando, en el centro comercial, la convenció de seguir con su cita, hablándole sobre su madurez y belleza (Fragoso-Luzuriaga y Ramírez-Santiago, 2022).

Se demuestra, a su vez, que el grooming se compone por dos partes, ya que Charlie fomentaba e insistía a Annie para que le enviara fotos eróticas, así como su número de celular y datos personales, con lo cual logró planear el día ideal para conocerse –ya que sus padres no estarían en la ciudad–, y también porque Charlie enviaba fotos a Annie, algunas reales, como fotos de su pene, y otras robadas, ya que enviaba imágenes tomadas de un joven de su perfil social en las redes. En cuanto a las imágenes que Charlie enviaba de su pene, estas eran buscando respuestas en Annie, y no fueron solicitadas, confirmando lo que exponen Gallagher et. Al., (2006, citado en De Santisteban Pérez, 2018) acerca de que en el grooming las victimas sufren exposición a material de índole sexual sin haberlo pedido, y muchas veces sin estar preparadas para ello, generalmente por su edad y falta de experiencia en cuestiones de esta índole.

Lo anterior, según De Santisteban Pérez (2018), puede considerarse también un abuso sexual infantil “online”, que significa “en la red”, ya que este se define como aquel abuso en el cual un menor se ve involucrado en actos sexuales mediante comunicaciones en la internet con una persona adulta que ejerce influencia sobre el joven. Esto ocurre en la película, ya que Annie era un adolescente que no conocía los riesgos y Charlie un hombre experimentado que había realizado este proceso muchas veces y que sabía qué canales seguir para lograr que Annie se enamorara de él y cumpliera sus pedidos. Un ejemplo que da la autora es aquel en el cual hay producción de abuso sexual de un menor, hecho ocurrido en el film en tanto Charlie filmó su violación a Annie; otro ejemplo sería el pedido de material sexual a un menor, acción a la que Charlie también incurrió. En el mismo artículo de investigación, la autora menciona que suele haber, al final, un pedido del adulto hacia el menor de conocerse en la realidad, cuya finalidad seria conseguir satisfacción sexual. Esto ya corresponde al abuso sexual infantil “offline” –fuera de la red–, y se ejemplifica en tanto Charlie cita a Annie en el centro comercial, la manipula para que se quede, y así la manipulación fue en crecimiento hasta lograr que Annie se subiera a su auto, que fuera con él al Motel, y que se probara el conjunto de encaje, de lo cual pasó luego a su violación, que requirió uso de la fuerza ya que Annie se resistía, y una vez que había accedido carnalmente a su cuerpo, no le importó otra cosa que su propia satisfacción sexual.

Además, la manipulación continuó una vez finalizada la violación, ya que convenció a Annie de que no dijera nada, y de que sería su culpa si el desaparecía y ya no se comunicaban, cargándole el peso de su propia violación, aprovechando su autoridad sobre la joven. Aquí se nota, otra vez, la asimetría de poder entre Annie y Charlie, y que fue este uno de los factores que posibilitaron la coerción de él sobre ella, ya que, como definieron Finkelhor y Hotaling (1984) y López (1994), ambos citados por De Santisteban Pérez (2018), el abuso sexual infantil se explicaría, además del uso de la fuerza y los engaños y manipulación de un adulto a un joven, por la desigualdad de posiciones y el uso de amenazas. Una amenaza de Charlie a Annie fue que no debía decir nada, e incluso, cuando él se dio cuenta de que la policía y familia de Annie sabían de su delito, la culpó por ser “soplona”, y la castigó con su indiferencia, sabiendo que ella estaba enamorada de él, buscando que ya no diera más información.

Conclusiones

Annie, si bien es un personaje, refleja la vida de una gran cantidad de personas: es una joven escolarizada, insegura como muchos otros adolescentes, deportista, con amigos y buena relación con su familia y autoridades escolares. Charlie, por su parte, es un hombre casado, con un hijo, que enseña en una secundaria, lo cual le daría acceso a muchos jóvenes; sus alumnos lo aprecian y valoran, así como otros miembros de su comunidad.

Con esto se busca explicar que nadie está exento de ser una víctima o un victimario, pues la víctima en este caso es una adolescente promedio como muchos otros jóvenes, y el victimario es un adulto que nadie creería que abusa de menores. No es el fin de este escrito infundir miedo ni desconfianza, sino que va dirigido a generar conciencia sobre la importancia de que los jóvenes estén advertidos sobre los peligros de la tecnología. Las más de las veces las TIC son de gran ayuda para la vida, el entretenimiento e incluso las relaciones, pero es fundamental entender y reflexionar sobre los riesgos que conllevan, con el fin de prevenir casos de grooming y de abuso sexual infantil.

Se concluye, frente a las preguntas de investigación planteadas, luego de lo expuesto, que existe un fuerte vínculo entre el grooming y el posterior abuso sexual infantil en adolescentes. Sin embargo, podría hipotetizarse que, si Annie hubiera estado advertida sobre las precauciones a tomar con las redes, su sufrimiento no hubiera sido tal, y tal vez hubiera podido prevenir y evitar lo que sucedió.

Entonces es menester destacar el gran potencial que tiene la Educación Sexual Integral como recurso para prevenir este tipo de problemáticas. Seguir la ley, de una manera transversal, en todas las edades de la escuela, hubiera ayudado a Annie a advertir lo que podía suceder, con lo cual es esencial tomar este ejemplo para reconocer su importancia en la realidad. Es así que, debido a la temprana edad en que los jóvenes utilizan la tecnología, sería de gran valor presentar el grooming y el abuso sexual infantil en talleres de ESI en las escuelas, con actividades y material audiovisual, que ayude a representar las situaciones, para que estas sean fácilmente reconocidas, y evitadas, buscando preservar la salud de los jóvenes.

Referencias:

De Santisteban Pérez, P., (2018). Online Grooming: Características y Factores de Riesgo del Abuso Sexual de Menores a través de Internet. Departamento de Psicología Biológica y de la Salud. Universidad Autónoma de Madrid.

Fernández Zalazar, D., (2016). Aproximaciones sobre la lectura en la actualidad. Revista Catalejos. Vol. 2; n. 3. (PP. 70-83).

Fragoso-Luzuriaga, R., y Ramírez-Santiago, I., (2022). Grooming e inteligencia emocional en adolescentes. ¿Puede el desarrollo emocional en la escuela prevenir este tipo de acoso cibernético? Revista Latinoamericana de Tecnología Educativa, 21 (2). DOI: https://doi.org/10.17398/1695-288V.21.2.45

Gámez-Guadix, M., y De Santisteban, P., (2018) Nuevos retos de la sociedad digital: sexting y online grooming entre adolescentes. Madrid: Pirámide. Recuperado de https://www.bienestaryproteccioninfantil.es/imagenes/tablaContenidos03SubSec/SEXTING%20Y%20ONLINE%20GROOMING%20(1).pdf

Resett, S. (2021). Grooming online, sexting y problemas emocionales en adolescentes argentinos. Ciencias Psicológicas, 15(1), e-2397. DOI: https://doi.org/10.22235/cp.v15i1.2397

Rodríguez, C., (2007). El impacto de las nuevas tecnologías en la sociedad: conceptos y características de las Sociedad de la información y de la Sociedad digital. Congreso Brasilero de Ciencias de la comunicación.

Schwimmer, D., (dir) (2010). Pérdida de la inocencia. Millennium Media. Lionsgate.

Villacampa Estiarte, C., & Gómez Adillón, M. (2016). Nuevas tecnologías y victimización sexual de menores por online grooming. Revista Electrónica de Ciencia Penal y Criminología, 2016, vol. 18, núm. 2, p. 1-27.

Villacampa Estiarte, C., (2017). Predadores Sexuales online y Menores: Grooming y Sexting en Adolescentes. E-Eguzkilore, (2). Recuperado de https://ojs.ehu.eus/index.php/eguzkilore/article/view/17846



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Película:Pérdida de la inocencia

Título Original:Trust

Director: David Schwimmer

Año: 2010

País: Estados Unidos

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