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Una película de terror y el terrorismo de estado

por Noailles, Gervasio

Resumen:

En 1983 Stephen King publica la novela “Cementerio de animales”. Pocos años después la novela es llevada al cine. El trabajo se propone pensar la relación entre la producción de una novela/ película de terror y el terrorismo de Estado desplegado en la Argentina por las Fuerzas Armadas. Se propone pensar que la coincidencia en el tiempo de ambos fenómenos no se debe a una causalidad sino más bien responde a un espíritu de época que piensa que la obturación de los rituales funerarios conlleva a situaciones de terror.

Palabras Clave: Duelo | ritual | Terrorismo

Pet Cemetery. A Movie of Horror and State Terrorism

Abstract:

In 1983 Stephen King publishes the novel "Pet Cemetery". A few years later the novel is made into a movie. The work intends to think about the relationship between the production of a horror novel/film and the State terrorism deployed in Argentina by the Armed Forces. It is proposed to think that the coincidence in time of both phenomena is not due to causality but rather responds to a spirit of the times that thinks that the obturation of funerary rituals leads to situations of terror.

Keywords: Mourning | ritual | State Terrorism

En 1983 Stephen King publicó la novela de terror Cementerio de Animales. El título original en inglés es Pet Sematary. El error de ortografía (cematary se escribe con “c”) se debe a que el cartel que anuncia el lugar donde está el cementerio de animales ha sido escrito por niños.

En 1989 tuvo una primera adaptación al cine y en 2019 fue llevada nuevamente al cine.

En la versión de 2019 el personaje principal de la historia es Louis Creed un médico que se muda junto con su mujer, dos hijos y un gato a una casa en las afueras de un pequeño pueblo de Maine. Frente a la casa hay una carretera por donde pasan camiones y son frecuentes los accidentes de animales muertos. La parte de atrás de la casa da un pequeño bosque donde los niños del pueblo entierran a sus mascotas muertas en el “cementerio de animales”.

Al poco tiempo de llegar un camión atropella y mata al gato de la familia y ante la dificultad de decirle a su hija la verdad, ambos padres deciden mentirle y le cuentan que el gato se ha perdido. Esa noche Louis, siguiendo la sugerencia de un vecino viejo que se ha encariñado con la niña, entierra al gato en un cementerio indio que estaba cerca del cementerio de animales. Misteriosamente el gato aparece al día siguiente. El gato ha regresado de la muerte. Si bien es el mismo gato, hay algo del carácter que se ha modificado ya que ahora es más agresivo.

La primera parte del relato nos ha presentado a dos padres que prefieren mentirle a la hija antes que confrontarla con la muerte del gato. Esta posición puede justificarse con la corta edad de la niña, sin embargo dice algo de la posición de estos padres a la hora de enfrentar una pérdida, tramitar la muerta y realizar un duelo.

Hasta acá Stephen King no ha hecho más que preparar las condiciones para meternos en la escena más importante de la historia.

Una tarde de domingo, durante un festejo familiar, y en la misma ruta donde el gato de la familia había sido arrollado por un camión, la hija mayor muere también atropellada.

Inevitablemente el funeral de la niña es de una tristeza desgarradora.

La historia de terror comienza cuando el padre decide desenterrar a la hija para llevarla al cementerio indio y repetir el ritual que hizo que el gato vuelva de la muerte.

La niña revive, pero ya no es ella. Las escenas de terror se desatan cuando la niña comienza a asesinar a los distintos personajes del film.

Hasta acá la historia. Ahora bien, que podemos decir desde el campo psi.

Rene Lourau en El Análisis Institucional (1994, Amorrortu Editores), dice que para realizar un análisis dialéctico de una institución se deben abordar tres niveles de análisis: Universal, Particular y Singular. Estas son las categorías que utiliza la antropología estructural para pensar a la prohibición del incesto como universal (común a la especie humana), particular (diferente para cada cultura) y singular (cada individuo transitará esa prohibición y los avatares edípicos de manera diferente).

Sabemos que los rituales funerarios son –junto con la prohibición del incesto– universales a la especie humana. Todos los pueblos a lo largo de la historia han realizado distintos rituales para despedir a sus muertos y para elaborar la pérdida. Las pirámides egipcias, los juegos organizados por Menelao y Aquiles para honrar a Patroclo muerto a manos de Héctor en el asedio a Troya, los barcos vikingos que partían mar adentro con el cuerpo del muerto mientras ardían en llamas, los rituales religiosos, los rituales paganos… en fin la lista es inabarcable y habrá un ejemplo de ritual funerario para cada una de las culturas y para cada uno de los momentos históricos que queramos analizar.

Esto significa que si bien los rituales funerarios son universales a la especia humana, cada cultura tendrá su propio ritual funerario particular. A su vez hay un tercer nivel de análisis que será el nivel singular con el que cada miembro de una cultura particular llevará a cabo ese ritual universal a la especie humana. Universal, Particular y Singular. Tres niveles de análisis para abordar el problema del ritual funerario. A su vez resulta importante señalar que dichas categorías son distintas a las postuladas por Alain Badiou con el mismo nombre.

Para el caso Cementerio de Animales, podemos decir que parte del problema es que una familia norteamericana contemporánea ha realizado un ritual funerario de otra cultura. El cementerio indio da cuenta de otro modo de confrontar y elaborar una pérdida.

Un nivel de problema entonces radica en el nivel particular. Se ha aplicado la lógica de otra cultura para tramitar una pérdida y eso de por sí implica ir contra la lógica del mundo habitado por la familia Creed.

Por otro lado, a un nivel singular, cabe preguntarse por el modo en que la familia Creed elabora sus pérdidas. A nivel particular todos los miembros de una cultura comparten los mismos rituales funerarios, sin embargo cada persona podrá tener distintas posiciones y modos de elaborar las pérdidas.

De una película de terror al Terrorismo de Estado

A modo de ejemplo del modo en que cada persona elabora las pérdidas de manera distinta podemos pensar a las Madres de Plaza de Mayo. Se trata de mujeres que no solo perdieron a un sus hijes, también se vieron privadas del ritual funerario que en nuestra cultura ayuda despedir a los muertos y permite elaborar una pérdida para dar el mejor cauce posible al trabajo del duelo.

Ante pérdidas muy similares distintas mujeres pudieron elaborar distintas salidas. Muchas de esas madres quedaron arrasadas por la tristeza de la pérdida agravada por la imposibilidad de realizar el ritual funerario de despedida y se melancolizaron. Otras madres pudieron crearse un ritual colectivo que las salvó del arrasamiento subjetivo. Cada ronda de los jueves, cada marcha de la resistencia, cada marcha del 24 de marzo pasaron a ser parte de un ritual colectivo que lejos de revivir a los muertos permitió continuar con la vida a pesar de esa pérdida.

Jorge Alemán en “El aprendizaje de saber perder” (2008) dice:

“¿Qué le debo al psicoanálisis? Haber aprendido a saber perder. ¿Qué es la vida para el que no sabe perder? Pero saber perder es siempre no identificarse con lo perdido. Saber perder sin estar derrotado. Le debo al psicoanálisis entender la vida como un desafío en el que uno no puede sentirse víctima; en definitiva, el psicoanálisis me ha enseñado que uno debe entregarse durante toda una vida a una tarea imposible: aceptar las consecuencias imprevisibles de lo que uno elige.

Alemán dice que saber perder es no identificarse con lo perdido. Leyendo a Freud podríamos agregar que saber perder es identificarse “parcialmente” con lo perdido. Es en el capítulo VII de Psicología de las masas donde Freud señala que el proceso de duelo consiste en recuperar la libido puesta en el objeto perdido, para ello se realizará una identificación parcial al objeto perdido. De esta manera se conserva un rasgo del objeto que será incorporado como rasgo de carácter y de esta manera se puede aceptar la pérdida.

Un duelo normal será doloroso (toda pérdida lo es), pero una vez elaborado se acepta que se ha perdido algo sin que ello implique una derrota. Por eso Alemán dice que le debe al psicoanálisis “saber perder sin estar derrotado”. Si hay algo que se puede decir de las Madres de Plaza de Mayo es que a pesar de la pérdida espantosa que han sufrido no han sido derrotadas. Ese es quizás el mayor legado que le han dejado a la historia del país. A las Madres de Plaza de Mayo les debemos que el “espíritu” del terrorismo de Estado de la dictadura no se haya instalado para siempre.

El “espíritu” de época

Al respecto en “La flor de Coleridge”, un ensayo publicado en Otras Inquisiciones de 1952, Jorge Luís Borges cita a Paul Valéry: “La historia de la literatura no debería ser la hisotria de los autores y de los accidentes de su carrera o de la carrera de sus obras sino la Historia del Espíritu como productor o consumidor de literatura” ((Borges, 1952, pp 19).

Lo “escribible”, lo “leíble”, los “filmable”. Todo ello responde a un espíritu de época. Julián Gallego en “La asamblea ateniense y el problema del Estado. Instauración y agotamiento de una subjetividad política” plantea que solo se puede entender el surgimiento de la política del demos ateniense, la democracia, si se piensa a la tragedia como un dispositivo productor de subjetividad.

Veinticinco siglos más tarde la tesis de Gallego vuelve a servir para entender el espíritu de época. Stephen King escribe una novela en la que el terror se inicia por transgredir y no respetar los rituales funerarios de una cultura. Recordemos que la novela se publica en 1983 y por lo tanto fue escrita en el mismo momento en que en la Argentina la junta militar desplegaba una historia del terror al no permitir a miles de personas realizar los rituales funerarios necesarios para duelar a los muertos.

De alguna manera Gallego y Borges coinciden al pensar al “espíritu” de la época y analizar la literatura, la dramaturgia, el cine y la política como efectos de ese espíritu.

Un dato no menor es que dicho “espíritu” también se tradujo es una producción musical, ya que fueron “The Ramones” quienes popularizaron “Pet Cementery”. Como vemos el espíritu de la época y la articulación entre terror y la ausencia de rituales funerarios atraviesa todas las formas del artes.

Referencias:

Alemán, J (2008): “El aprendizaje de saber perder”. Pag. 21. En Miller, J. & Levy, B (Comp.): La regla del juego – Testimonios de encuentros con el psicoanálisis, Gredos, Madrid.

Borges, J. L. (1952). La Flor de Coleridge. En Otras Inquisiciones. Obras completas Tomo 2. Emecé Editores. Buenos Aires.

Campagno, M. & Lewcowicz, I. (2007): La historia sin objeto. Tinta Limón. Buenos Aires.

Freud, S. (1995). Psicología de las masas y análisis del yo. Obras completas Tomo 18. Amorrortu Editores. Buenos Aires.

Gallego, J (2011): La asamblea ateniense y el problema del Estado. Instauración y agotamiento de una subjetividad política. En El Estado en el Mediterráneo Antiguo. Egipto, Grecia, Roma. P. 181-222. Miño y Dávila. Buenos Aires

King, S (). Cementerio de animales.

Lourau, R. (1994): El análisis institucional. Amorrortu Editores. Buenos Aires.


NOTAS






COMENTARIOS

Mensaje de JIMENA ALEJANDRA MARGOT GROSSO  » 25 de octubre de 2022 » grossojimena@gmail.com 

Luego de la lectura del escrito y la relación entre el film y parte de la historia Argentina, me parece importante mencionar la importancia del rito funerario en nuestra cultura. El poder alojar, dar un lugar a lo "perdido" para poder tramitar y hacer algo con lo que se perdió.
Me invita a pensar el escrito, en los casos donde como en el caso de las abuelas de plaza de mayo no hay cuerpo. Y también me lleva a pensar en cómo las nuevas tecnologías hoy en dia, afectan y modifican la tramitación y simbolización de los duelos.



Mensaje de Valentina massa  » 2 de octubre de 2022 » valenmassa@outlook.com 

Recordando la película y habiendo leído el artículo me he encontrado coincidiendo en muchos puntos con él. Para empezar coincido que en la situación de la película se realiza un particularismo ya que se quiere hacer de algo singular-universal (ritos funerarios) algo particular(el segundo entierro que revive al muerto), como la familia creed no puede aceptar la pérdida de su gato y luego el de la hija en vez de realizar un ritual funerario y luego el duelo, realizan un ritual funerario de una cultura que los excedes y que impide el duelo ya que el muerto revive, es así que de no haber muerto, no hay perdida y por ende no hay duelo.
La postura del padre, Louis, al decidir ir contra la moral de aceptar la muerte de su hija y respetar el entierro de su cuerpo lo que lo lleva a desenterrarlo para luego volverlo a enterrar en el cementerio indio, ¿podría pensarse desde la ética? Recordando que la ética es una posición subjetiva del sujeto frente a su soledad, esta pregunta me lleva a reflexionar:
Podríamos pensar a Louis como un Antígona 2.0 ya que, como la protagonista de la tragedia, rompe la moral por un valor ético, en el caso de ella el carácter irrepetible de la relación fraternal, pero en el protagonista considero que es más por la culpa que le genera no poder haber evitado la muerte de su hija y también, ya sabiendo que lo que vuelve de ese cementerio no es lo mismo que lo que entro me hace pensar que es un momento más egoísta que ético porque si bien va en contra de la moral como Antígona, genera un particularismo como Creonte.
Volviendo a la película en sí, que deja como moraleja, no rompas con lo ya instituido (los ritos funerarios) para cambiar un destino ya determinado (ananké) porque las consecuencias son macabras o dicho de forma más coloquial: no juegues con los espíritus si no quieres terror. Slogan de todo el mundo artístico en relación de la muerte, ya que no solo las películas usan la muerte como personaje si no la música, la literatura y el arte gráfico, esto es un claro ejemplo de porque los ritos funerarios es un hecho singular-universal



Mensaje de María Belén Acuña  » 26 de septiembre de 2022 » belumbc@hotmail.com 

Luego de la lectura de este escrito y la vinculación entre el film y parte de la historia Argentina, concluyo en lo siguiente:
Este Relato da cuenta de los recursos con los que cada sujeto cuenta y el modo particular de elaborar los duelos. Cuando la situación excede y nos encontramos desprovistos de elementos para enfrentar la tragedia. En el caso del film, una forma de negación de lo que acontece con la muerte de la niña, lleva a este padre a recurrir a rituales de otra cultura, con el afán de aferrarse a la idea de recuperarla, en ese imaginario que funciona como un paliativo a tanto dolor. Una forma singular de transitar la muerte. Sin pesquisar que esa decisión de utilizar ese rito para volverla a la vida terminaría es una tragedia aún más terrible que el solo hecho de elaborar su triste partida.
En el caso de las abuelas de plaza de mayo, la situación es aún más compleja, ya que allí había un duelo sin cuerpo. Toda posibilidad de simbolizar ese duelo fue obturada. Todo derecho a ritual funerario les fue arrebatado.
Y es allí donde confluyen ambas situaciones: La imposibilidad de elaborar un duelo de la manera más sana, y esperable.



Mensaje de Juliana Lia Passarotto  » 21 de agosto de 2022 » Julianapassarotto@gmail.com 

Me ha resultado interesante y creativo la articulación realizada por el autor, en base a un análisis crítico del film, desde dos perspectivas: antropológica y psicoanalítica. Siendo estas pertenecientes a campos distintos y complejos, pero íntimamente articulables. Primeramente, me parece adecuado desglosar la trama en relación a lo cultural con respecto al ritual funerario propia de cada idiosincrasia y en otra instancia, trayendo a colación la concepción y noción simbólica del duelo. De allí, es posible destacar el dialogo que pretende el autor, comandado por una intención dialéctica. Es decir, desde lo universal a lo singular y viceversa se visualizan cuestiones en común como las recientemente comentadas, hasta los tabúes históricos y sociales utilizados por el arte como objeto de inspiración. Por tanto, el escrito se vale de poder analogar ese terror narrativo o cinematográfico con la vida real: el terrorismo de Estado. Que en este caso utiliza el ejemplo de las madres de plaza de mayo, siendo estas parte de nuestra trama cultural. Generando un efecto más vivido (ya que es cercano a susodichos lectores) para comprender el lugar que ocupa la escena funeraria en la transición del duelo. Es por ello, que me pareció creativa la comparación subjetiva desde la ciencia ficción ante la realidad socio histórico nacional, en relación a lo diverso de cada cultura. Por último, no quiero dejar de lado de la moción ética que se puede destacar en el escrito desde el campo psi; Cuando se comenta sobre el accionar de los personajes ante el egoísmo individual de decidir sobre un cuerpo que ya no decide por motus propio: hacerlo resucitar.



Mensaje de María Elena Domínguez  » 21 de agosto de 2022 » menadomin@gmail.com 

Inscribir una ausencia, aunque sea en un cementerio, en su lápida, soportar la ausencia de un ser querido o un ideal. Realizar los rituales necesarios u adecuados para cada quién acalla algo de la pérdida; pero queda un resto inasimilable hasta por el yo, de allí que las apariciones procuren apaciguar el dolor. Terror, temor ante lo que vendrá recorre el despliegue del texto en dónde los rituales propios, los prestados, los adecuados y hasta los inadecuados para la época revelan la finitud de lo humano, y la tarea imposible de escribir, inscribir la ausencia. Y los diferentes discursos citados dan cuenta de ello.



Película:Cementerio de animales

Titulo Original:Pet Sematary

Director: Dennis Widmyer, Kevin Kolsch

Año: 2019

Pais: EEUU