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Un antihéroe en defensa de su autonomía

por Diaz Membrives, Montserrat, Icart Isern, Teresa

Objetivo

El objetivo del presente trabajo es identificar las situaciones relacionadas con la bioética que aparecen en la película Dallas Buyers Club (JM Vallée, 2013) y reflexionar sobre cómo se presentan en dicho largometraje, teniendo en cuenta el momento histórico y la visión actual de la bioética basada en los cuatro pilares fundamentales: autonomia, beneficiencia, no maleficencia y justícia.

Análisis de Dallas Buyers Club desde el punto de vista de la bioética

El VIH-SIDA, debido a las consecuencias que presenta su rápida extensión, en forma de pandemia, y por el hecho de estar considerada una de las enfermedades más graves de la historia, ha provocado que se reconsideraran muchos de los aspectos éticos de la práctica de la sanidad y de las actividades asociadas a ella, y ha obligado a reflexionar sobre aspectos fundamentales que previamente no se habían tenido en cuenta (1,2). La forma de proporcionar asistencia sanitaria a los pacientes ha supuesto un análisis profundo sobre la ética de los cuidados y la forma de administrarlos (3).

Todas las personas afectadas por el SIDA tienen, derechos fundamentales que se deben respetar, como el derecho a la salud, a no ser discriminados, a la privacidad, a la libertad personal, al libre tránsito, el derecho al trabajo, a la asistencia sanitaria y a formar una família, en resumen el derecho a una vida digna como el resto de ciudadanos/as

Algunos de los problemas que aparecen en el film desde el punto de vista de la bioética aplicada a la infección por VIH y el SIDA son: la autonomía de la persona enferma, la distribución de recursos, la experimentación con humanos, el consentimiento informado, la dignidad de los afectados y el respeto por los derechos humanos.

El protagonista, Ron, representa un antihéroe egoista, agresivamente homófobo, drogadicto, racista, vicioso y estafador, fuertemente decidido a vivir a pesar de los inconvenientes que se le presentan y que a lo largo de la película sufrirá una transformación respecto a su forma de entender al colectivo homosexual.

El primer problema que aparece en la película desde el punto de vista de la ética es el del respeto a la autonomía del paciente (4). Cuando el protagonista es llevado al hospital a causa de un accidente laboral, el recuento leucocitario hace sospechar al equipo médico de una posible infección por VIH, y entonces se practica un análisis de sangre sin su autorización. En este caso los facultativos restringen la autonomía del protagonista respecto a la decisión de realizar o no el análisis y hacen prevalecer el bien común intentando prevenir la difusión de enfermedades infecciosas sin informar previamente al paciente (1). No obstante, los dos médicos que le atienden le proporcionan información, le ofrecen ayuda y le dan un trato humano y sin discriminación respecto al resto de pacientes.

Debido al momento histórico que se refleja, la película muestra una atención sanitaria que ayuda a morir de SIDA pero que no trabaja enseñando a los pacientes a vivir con sida; se observa una actitud paternalista donde se decide por los pacientes cuál es el tratamiento a seguir y la forma de proceder con sus vidas (5). En otra secuencia, el protagonista ingresa con pérdida de conocimiento y cuando despierta observa que se le ha empezado a inyectar un tratamiento por vía intravenosa sin que lo haya autorizado. En este momento el médico, con actitud paternalista y poco respetuosa hacia su autonomía, le está administrando AZT. Ron se arranca el suero y abandona el hospital negándose a recibir un tratamiento sobre el que nadie le ha informado. El doctor le acaba de decir refiriéndose al tratamiento que se le administra que: “la decisión, le guste o no, pertenece al personal del hospital”.

Desde el principio de la aparición del SIDA, los laboratorios realizaron proyectos de investigación con el objetivo de encontrar fármacos efectivos para mejorar la salud de los pacientes y evitar o reducir su elevada mortalidad(2)(6). En el film se puede observar el gran poder de las farmacéuticas y muestra a los facultativos en diversas reuniones dónde más allá de expresar sus dudas sobre los tratamientos, no parecen poder intervenir de ninguna otra forma.

En este momento la sociedad médica americana intentaba encontrar un fármaco eficaz contra la pandemia. Dallas Buyers Club presenta una visión sobre el tratamiento y la ética de los ensayos clínicos donde prima una actitud paternalista, el desconocimiento y cierto desamparo causado por la epidemia, incluso entre los profesionales (7). Éstos, a pesar de tener dudas, autorizan los ensayos clínicos con AZT que tras ocho meses se instaura como tratamiento. En la película, Ron rechaza entrar en el ensayo cuando le explican que debe tomar el fármaco sin saber si es placebo o AZT (8). Posteriormente, conoce a Rayon que le explica que está incluido en el estudio y cómo vende parte de la dosis que recibe para así obtener unos ingresos.

El acceso a los diferentes tratamientos, permite plantear el principio de justicia, según el cual todo el mundo debería tener acceso (9). Al final del film en una escena donde el protagonista ha denunciado a la FDA, el tribunal contencioso-administrativo desestima el caso a pesar de afirmar que todo el mundo tiene derecho a escoger su atención médica acorde con la establecida por las autoridades sanitarias del país donde se reside. También se admite que la FDA practicó tácticas abusivas y no realizó la función de proteger a las personas sino que impidió que algunas con enfermedades terminales tomasen cualquier fármaco, estuviera o no autorizado.

La lucha que Ron mantiene con la FDA sobre la medicación efectiva para tratar la enfermedad refleja el poder de la industria farmacéutica y la influencia que ésta ejerce sobre la FDA, que no sólo no autoriza otros productos que no sean el AZT sino que los prohibe. Al principio del ensayo con AZT, las farmacéuticas ofrecen compensaciones al hospital y a sus cargos directivos por su “colaboración”.

A menudo los pacientes con VIH son rechazados, estigmatizados, humillados y discriminados por la sociedad, incluyendo a veces a los propios trabajadores sanitarios. Esto repercute negativamente en su calidad de vida (10). En la película, después de ser diagnosticado y tras ser dado de alta del hospital, Ron regresa a su casa dónde encuentra pintadas en la puerta acusándolo de homosexual en términos despectivos. Después viaja hacia México en busca de tratamiento, se para en la carretera y piensa en suicidarse. En otra escena de la película invita a la doctora que le atiende a un restaurante y cuando ella le pregunta qué hacen allí, Ron le dice: “Un buen restaurante, una mujer guapa, casi me siento humano de nuevo”. En otra secuencia el protagonista afirma: “Quiero tener hijos. Desearía la vida de otra persona. Lucho por una vida que no tengo tiempo de vivir”. Todas estas afirmaciones demuestran la soledad y el aislamiento social que sufre durante el curso de la enfermedad y que probablemente es extensiva a muchos otros pacientes.

Respecto al principio de beneficencia, desde el punto de vista de la persona enferma, se considera como objetivo principal el bienestar y los intereses del paciente aunque éstos pueden entrar en conflicto con el principio de beneficencia desde la salud pública, dónde se pasa del individuo a la colectividad que es la que, se debe beneficiar en primer lugar. Esto, en ocasiones, puede llevar a una contradicción entre la beneficencia del individuo y la colectividad y la autonomía de la persona enferma. Durante toda la película, se observa la ayuda que ofrece el sistema sanitario, a través del personal que atiende a las personas afectadas de SIDA, con humanidad, ofreciendo información y acceso a los tratamientos legalmente autorizados. La doctora que trata a los pacientes con SIDA se muestra como una persona profesional, dulce y comprensiva que quiere lo mejor para los enfermos, llegando incluso a perder su trabajo al fomentar el club de compradores clandestino que buscan de tratamientos alternativos que no ofrece el sistema.

El principio de no maleficencia, considera como deber el proteger y cuidar a los más vulnerables, no perjudicarles y defenderles si es el caso, en Dallas Buyers Club se cuestiona continuamente con las continuas acusaciones que el protagonista realiza al estamento médico sobre la toxicidad del AZT y la creencia que no ayuda a las personas con SIDA, sino que acelera su muerte. Desde el punto de vista de los facultativos, no se infringe ningún daño de forma consciente a las personas afectadas por la enfermedad, pero se puede considerar que la negativa a administrar determinados tratamientos o el no permitirlos, puede suponer un problema ético ante la autonomía del paciente y la no maleficencia porque la organización del propio sistema sanitario puede perjudicar al paciente.

En conclusión, se puede afirmar que el VIH-SIDA, debido a la incontrolable pandemia, a los factores sociales, psicológicos, éticos y a sus características particulares, ha cambiado la percepción de la ética respecto a la atención de las personas y ha aportado una nueva perspectiva que puede ayudar a entender mejor la complejidad de esta enfermedad y a prestar una asistencia más humana y respetuosa de los principios éticos.

Referencias

1. Martinez Montauti J. Bioética y virus de la Inmunodeficiencia Humana. Materiales de bioética y derecho. 1996. p. 314–37.

2. National Institutes of Health. The Belmont Report. Belmont Rep Ethical Princ Guidel Prot Hum Subj Res [Internet]. 1979;4–6. Disponible en: http://www.salesianos-cadiz.com/Descargas/Escolar/ESO-Bachillerato/Bachillerato/2do Bachillerato/2do A/InformeBelmont.pdf

3. González Pérez C, Durán Morales T, Casals Blet I, Lugones Botell M, Castro Rojas T. Reflexiones en torno los problemas éticos y bioéticos en el tratamiento del paciente con VIH/SIDA. Rev Cuba Med Gen Integr. 2009;25(3):105–12.

4. Dingwall R. Cambridge textbook of bioethics. Bull World Health Organ [Internet]. 2008 Aug 1 [cited 2014 Jun 9];86(8):655–655. Disponible en: http://www.who.int/bulletin/volumes/86/8/08-051870.pdf

5. Emanuel. E, Emanuel L. Cuatro modelos de la relación médico-paciente. 2006;109–26.

6. Schramm FR, Kottow M. Principios bioéticos en salud pública: limitaciones y propuestas. Cadernos de Saúde Pública. 2001. p. 949–56.

7. Del Cañizo Fernández-Roldán A. Reflexiones sobre la ética de la experimentación con sujetos humanos a propósito de. Rev Med Cine. 2007;3:76–81.

8. Collado Vázquez S, Carrillo Esteban J. La bioética en el cine. Cine y ciencias de la salud. Aplicaciones docentes. Primera. Madrid: Editorial Dykinson SL; 2013. p. 275–336.

9. Buisan Espeleta L. Bioética y principios básicos de la ética médica. Materiales de bioética y derecho. Primera. Barcelona: S.L., Cedecs Editorial; 1996. p. 109–22.

10. Kottow M. Bioética en salud pública: protección y confianza en VIH/SIDA. Rev chil salud pública. 2007;11:83–8.



NOTAS





COMENTARIOS

Mensaje de Fanny Lemos  » 4 de octubre de 2014 » fannylemos@yahoo.com.ar 

Excelente análisis, sobre todo en relación a la posición en que se ubica al paciente cuando es diagnosticado con ésta enfermedad. La lucha del protagonista por invertir ésta lugar de objeto en el cual es colocado por la medicina y la industria farmacológica nos muestra un sujeto en posición de elegir sobre su calidad de vida.
La película general marca la incongruencia entre la teoria de la medicina, la cual tiene como objetivo curar al paciente ; y la práctica de los médicos frente a la incertidumbre y la impotencia que generaba la aparición del VIH. y sus consecuencias físicas y psíquicas para los sujetos afectados.

La importancia de atender al padecimiento del sujeto es lo que permite no perder de vista la ética que debe prevalecer en el tratamiento de cada enfermedad.

Para seguir pensando realmente.
Muchas gracias
Saludos



Mensaje de federicovillar  » 23 de agosto de 2014 » federicovillar@gmail.com 

Sumamente pertinente el análisis, ya no tanto de la película, sino del VIH-SIDA en su generalidad.

Es fundamental poner en juego los ppos de la bioética en enfermedades como estas, y me resulta llamativamente interesante el planteo que se hace sobre la autonomía. La dimensión mercantilista y el negocio de las farmacéuticas son de innumerable peso en este tipo de tratamiento, y me animo a pensar que fundamental traba en el encuentro de una cura.

Psicológicamente, se vuelve nodal analizar el impacto subjetivo que los desconocimientos, la desinformación y la realización de terapéuticas sin consentimiento, pueden tener en los pacientes.

Muy interesante. Saludos!




Película:Dallas Buyers Club

Titulo Original:Dallas Buyers Club

Director: Jean-Marc Vallée

Año: 2013

Pais: Estados Unidos