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El lado b de la genialidad

por Choquez Di Pietro, Florencia Tamara

Resumen:

Este trabajo de investigación se sitúa dentro del área clínica, surge a partir del encuentro con los aportes del psicoanálisis, y autores como Freud y Le Poulichet, que permiten el dialogo con otros autores contemporáneos como Mazzuca, entre otros.

“Gambito de Dama” (Frank et al., 2020) permite pensar cuestiones relacionadas a la vida de la protagonista, el consumo problemático de pastillas y alcohol, y lo que experimenta en relación a los duelos que vivencia. Algo que se aclara a lo largo del trabajo es que se tiene en cuenta el duelo en su doble acepción: el duelo freudiano, como trabajo y desasimiento libidinal, y el duelo como enfrentamiento.

Palabras Clave: adicciones | duelo | identificación

The Queen’s Gambit: The B-Side of Genius

Abstract:

This research work is located within the clinical area, it arises from the encounter with the contributions of psychoanalysis, and authors such as Fred and Le Poulichet, who allow dialogue with other contemporary authors such as Mazzuca, among others.

The Queen’s Gambit (Frank et al., 2020) allows us to think about issues related to the life of the protagonist, the problematic consumption of pill and alcohol, and what she experiences in relation to the grief she experiences. Something that is clarified throughout the work is that duel is taken into account in it’s double meaning: freudian mourning, as work and libidinal uneasiness, and duel as confrontation.

Keywords: addictions | duel | identification

Introducción

El presente trabajo de investigación surge en el marco de la Practica de Investigación Cine y Subjetividad: el método clínico analítico de lectura de películas y series, a partir de los interrogantes surgidos luego de haber transitado la materia obligatoria, Psicopatología Cátedra II.

El tema por desarrollar en este trabajo está circunscripto en el Área Clínica. El material audiovisual seleccionado para el presente trabajo es la serie, de Netflix, “Gambito de Dama” (Frank et al., 2020). En función de este recurso, se lleva a cabo un breve análisis, a partir del método clínico-analítico, de algunas de las temáticas que se presentan en la serie. El foco está puesto en el personaje de Beth Harmon y su característico consumo de alcohol y pastillas, indagando en la relación con los duelos que vivencia a lo largo del transcurso de la miniserie.

El interés por esta temática surge a partir del acercamiento al concepto de toxicomanías, a través del texto “Toxicomanías y psicoanálisis” (Mazzuca, 2008), propuesto por la materia Psicopatología, que permite plantear una relación con uno de los conceptos nodales de la teoría psicoanalítica freudiana como lo es el duelo. Esta interrelación conceptual suscita un interés de larga perdurabilidad, permitiendo indagar sobre esta temática en diferentes oportunidades. Es así, como en la cursada de la práctica de Cine y Subjetividad, se vuelve a habilitar el encuentro con el material fílmico, logrando profundizar en la relación conceptual antes planteada.

¿Por qué esta serie?

La selección de esta serie se debe al atractivo tanto en lo que respecta a los recursos estilísticos, como el encontrado en las vivencias relacionadas a la protagonista.

Gambito de Dama” (Frank et al., 2020), es una serie que permite plantear diferentes análisis en relación a múltiples temáticas, pero este trabajo se centra en la relación existente entre el consumo de pastillas y alcohol y los procesos de duelo en Beth, el personaje principal. Como se ha dicho anteriormente, no solo se aborda el duelo en relación al luto, también se tiene en cuenta el duelo como enfrentamiento, en la puesta en juego del ajedrez.

La serie se sitúa a mediados de la década de 1950 y continua hasta 1960. Se trata de la historia de una niña de ocho años que termina en un orfanato tras la muerte de su madre en un accidente. En ese lugar, Beth tiene su primer acercamiento a las pastillas “verdes para relajar, naranjas y cafés para un cuerpo fuerte” (Frank et al.,2020). Por otro lado, también en este lugar conoce el ajedrez gracias al Sr. Shaibel, el conserje. Luego de varios años, es adoptada por Alma Wheatley y su esposo.

Mientras crece, Beth va haciéndose el camino para lograr convertirse en una de las mejores jugadoras de ajedrez, mientras enfrenta distintos problemas: su adicción, sus contrincantes, el amor no correspondido y la muerte de su(s) madre(s).

Entonces, la pregunta que guía esta investigación es: ¿Cuál es la función o el uso del tóxico en el trabajo de duelo?, la cual se intenta responder a partir del marco psicoanalítico, abordando autores como Freud y Le Poulichet. De esta manera, se indaga acerca de la función del toxico, en los distintos duelos observables en la miniserie. A su vez, se definen los conceptos principales de este trabajo, tales como duelo, toxicomanía e identificación.

Este interrogante surge del interés que generan las situaciones de duelo en el personaje de Beth. Se pone el foco de atención, principalmente, en las escenas que continúan a la muerte de ambas madres, así como también en las que se ve explícitamente el uso de pastillas, en Beth, antes de enfrentarse con sus oponentes en los torneos de ajedrez.

Si bien el duelo es un tema que ha sido tratado en diversas ocasiones por diferentes autores, en este escrito no sólo se aborda la conceptualización freudiana de duelo, también se rescata el origen etimológico del término, haciendo referencia al duelo como enfrentamiento, relacionado a la puesta en juego del ajedrez.

La puesta en juego del duelo en el ajedrez

En este apartado se busca situar la relación entre el toxico y el ajedrez, teniendo en cuenta la definición etimológica de duelo, que hace referencia al “Enfrentamiento entre dos personas o entre dos grupos.” (Real Academia Española, s.f., definición 1).

Si bien, ya desde el comienzo se puede ver que, gracias a las drogas, que le dan en el orfanato, Beth puede concentrarse en las noches para visualizar jugadas, y estudiar y desarrollar su habilidad en el ajedrez, se va a describir brevemente el primer capítulo en el que se observa con nitidez la función de esas pastillas verdes.

En el segundo capítulo, llamado “Intercambios”, al ir a buscar la medicina de su madre adoptiva, Beth encuentra en la farmacia un sector de revistas de ajedrez y en una de ellas, ve el anuncio de un campeonato estatal que se llevará a cabo en la escuela secundaria de Kentucky. Finalmente logra inscribirse con la ayuda del Sr. Shaibel, quien fue su gran maestro en el ajedrez durante su estadía en el orfanato. Si bien juega con varios jugadores con altas calificaciones, la situación que aquí llama la atención es cuando juega contra Harry Beltik, un gran jugador, que se encuentra en el camino para ser un “gran maestro” (Frank et al., 2020).

En el juego contra él, se puede ver como Beth ya no está tan segura como lo estaba con los otros jugadores de menores calificaciones. Intenta no demostrarlo, pero se encuentra nerviosa frente a los movimientos rápidos, seguros y tranquilos de su contrincante. Otro de los factores que la ponen intranquila, durante la partida, son los bostezos de Beltik, como si jugar contra ella fuera algo aburrido, “como si se tratara de un trámite”. Si bien, Beth intenta enfocarse en el tablero, se puede observar cómo se le llenan de lágrimas los ojos, y es en ese preciso momento cuando se va corriendo al baño.

Este momento es central para poder vislumbrar la relación entre el ajedrez y las toxicomanías. Cuando ella se encuentra en el baño, toma rápidamente una pastilla verde, que le había robado a su madre. Se mira al espejo y se dice a ella misma “vamos pedazo de basura fea, puedes vencer a ese imbécil”. Luego mira el reflejo del techo y logra visualizar el tablero. Cuando retorna al juego, su opositor observa un cambio en ella, se produce un cambio en la posición subjetiva de Beth, se vuelve mucho más combativa y segura, demuestra tranquilidad y seguridad en cada movimiento, mientras tanto lo desafía con su particular mirada tenaz. Se puede ver, además, algo de arrogancia en ella, cuando se da cuenta que había ganado y le dice “¿ahora lo ves o quieres que lo terminemos en el tablero?”. Al notar su derrota, Beltik la insulta y aplaude junto a los espectadores. (Frank et al., 2020)

En la escena aquí descrita, se puede situar lo que plantea Mazzuca en relación a la toxicomanía como suplemento, retomando los aportes de Sylvie Le Poulichet:

En estos casos, el consumo de droga sirve para promover un rendimiento fálico mucho más eficaz y logrado, fomentado por una competencia narcisista que, en vez de excluir al otro distanciándose de la realidad, incrementa el desafío y la agresividad tanto como el premio en cuestión. (Mazzuca, 2008, p.10).

Entonces, en este caso, la función del toxico se asemeja a lo que plantea Freud (1930), en “El malestar en la cultura”, como forma de sobrellevar el sufrimiento, similar a una anestesia. La adicción, aquí, vendría a calmar la angustia causada por la falta estructural y constitutiva de todo sujeto (Le Poulichet, 1990).

Tal como plantean estos autores, Beth utiliza las pastillas, antes de las partidas, para mejorar su concentración y su rendimiento. Esta escena no es la única que permite sostener un uso de la droga como suplemento, ya desde niña, se observa como Beth recurre a las pastillas para poder visualizar el tablero en el techo del orfanato por las noches, y así poder estudiar y mejorar sus técnicas en el juego. Se puede decir que Beth recurre al consumo, en aquellos momentos en que su desempeño la confronta con el desafío de hacerse reconocer por los demás como una “gran maestra” o una “jugadora genio” del ajedrez, lo cual es algo que consigue al leer en el periódico: “el mundo del ajedrez en Kentucky, se asombró este fin de semana por los juegos de una chica local, que venció a jugadores experimentados para ganar el campeonato estatal de Kentucky” (Frank et al., 2020). Sin embargo, su objetivo es mucho más lejano, constantemente incrementa su desafío, queriendo avanzar torneo a torneo, hasta llegar al gran campeonato contra quien sería su gran oponente: Vasily Borgov, un campeón ruso, que mantiene la misma agresividad en el juego que Beth.

Se puede decir que ese duelo, puesto en juego en el ajedrez, tiene como telón de fondo: poder mantener el puesto, ser reconocida como tal, y más aún al ser una mujer que juega un juego de hombres. Esto lo dice Beth, cuando en un torneo exclusivo en Paris, comenta “Es más fácil jugar ajedrez sin la carga de una nuez de Adán” (Frank et al., 2020). Que Beth sea mujer, y que esté en medio de un “mundo” de hombres, lo único que hace es que ese objeto, ese logro: ser una maestra del ajedrez, se convierta en algo aun más deseable. Sus contrincantes amenazan con la perdida de ese objeto, con lo cual Beth consume con tal de seguir manteniendo la distancia más corta entre la imagen real y la ideal de sí misma. Ella no tiene nada que perder, lo único que le queda es ser la mejor en lo que hace.

Otro punto importante por situar en relación al ajedrez es el tema del duelo como luto, como trabajo de elaboración de una perdida. Para esto, se tiene en cuenta la conceptualización freudiana del duelo, como una “reacción frente a la perdida de una persona amada o de una abstracción que haga sus veces” (Freud, 1917, p.241). Proponiendo, a su vez, que se trata de un proceso lento, lo cual él denomina como un trabajo “pieza por pieza” en relación al desasimiento de la libido.

Una de las frases que permite iniciar el análisis se ubica en el capítulo 3, llamado “Peones doblados”, en el cual una periodista le pregunta a Beth “¿Crees haber visto en el rey un padre, y en la dama una madre? Es decir, una que atacara a otro para protegerlo” a lo cual Beth responde:

“Son solo piezas, además fue el tablero lo que llamó mi atención. Es un mundo entero de solo 64 cuadros, me siento a salvo en él, puedo controlarlo, puedo dominarlo, y es predecible. Si salgo lastimada, soy la única culpable” (Frank et al., 2020).

Esta situación se puede relacionar con la conceptualización del juego de Freud. Cuando este autor habla del juego del Fort-Da, indirectamente habla sobre el duelo. Este juego de desaparecer y volver, entrama el gran logro cultural del niño, que implica “su renuncia pulsional de admitir sin protestas la partida de su madre” (Freud, 1920, p.15) Si bien la partida de la madre no es algo agradable para el niño, mediante el juego procesa psíquicamente algo que le ha causado gran impresión, y que por, sobre todo, ha vivido de manera pasiva, de modo que en el juego ahora toma parte activa. Freud lo nombra de la siguiente manera: “Se advierte que los niños repiten en el juego todo cuanto les ha hecho gran impresión en la vida; de ese modo abreaccionan la intensidad de la impresión y se adueñan, por así decir, de la situación” (p.16). Este juego, a su vez, implica algo que Freud ya nombraba en “Duelo y Melancolía”, acerca de la ligazón-desligazón del objeto amado, ahora muerto. Mediante ese juego del carretel, el niño puede tomar una posición activa y retirar las investiduras libidinales del objeto amado (Freud, 1917).

Por otra parte, en el psicoanálisis, bien se sabe que cuando se habla de padre, no se refiere al hombre que ocupa esa posición, sino que hace referencia a la figura que cumple la función: padre, madre, u otra persona a cargo. Tal como plantea la periodista, quizás Beth inconscientemente sí encuentra en el rey un Padre, o mejor dicho a su madre. Freud (1920), sostiene que el niño “en la vivencia era pasivo, era afectado por ella; ahora se ponía en un papel activo, repitiéndola como juego, a pesar de que fue displacentera” (p.16). Uno de los objetivos de la reina o dama, en el ajedrez, es proteger al rey de los posibles ataques. Entonces, se puede decir que Beth, en el juego, toma la posición de la reina, tomando así una posición activa al intentar proteger a su madre (biológica) de la muerte. Es de destacar que Beth se inicia en el ajedrez, cuando tan solo tenía ocho años, al poco tiempo de haber vivido el accidente automovilístico. De modo, que se puede interpretar que, mediante el juego, Beth busca tramitar el alejamiento materno: la muerte de su madre biológica, Alice Harmon.

La identificación como condición de pérdida

Otra de las cuestiones centrales en la serie, es lo que respecta al duelo y a la identificación, donde las drogas y el alcohol toman un papel fundamental.

En “Psicología de las masas y análisis del yo”, Freud sostiene que las identificaciones son mecanismos de ligazón afectiva. Plantea que “la identificación aspira a configurar el yo propio a semejanza del otro, tomado como «modelo»” (1921, p.100). En este texto, además, plantea distintas fuentes para la identificación, pero en este apartado, se tiene en cuenta solo la identificación parcial, también llamada identificación a un rasgo del objeto amado. Este tipo de identificación es formadora de los síntomas neuróticos, y se encuentra soportada por un lazo o vinculo libidinal previo.

Otro concepto importante, para evidenciar la conexión entre identificación y toxicomanías, es el duelo definido como “la reacción frente a la perdida de una persona amada” (Freud, 1917, p.241). Ya definida la identificación y el duelo, se puede encontrar en el duelo, que la identificación al rasgo sustituye la elección de objeto. Esta identificación, le permite a Beth resignar sus objetos, lograr ese trabajo pieza por pieza que culmina con el desasimiento de la libido. Esta es la manera por la cual Beth, nuestro personaje principal, intenta conservar esos objetos que debe resignar. Se puede decir, que utiliza la identificación como una forma de llevar a cabo ese trabajo de duelo, como una forma de elaborar la perdida de sus objetos de amor.

En el capítulo 3, se puede observar a Beth y a su madre en el avión, en navidad. Alma le ofrece beber un Gibson a Beth, quien lo acepta (Frank et al., 2020). Esta pequeña escena resulta fundamental para poder explicar la identificación como modo de llevar a cabo el trabajo de duelo. En el capítulo 4, “Medio juego”, ocurre la muerte de Alma, su madre adoptiva, en la ciudad de México. Luego del juego contra Borgov, su mayor rival, llega a la habitación para contarle a su madre sobre el juego. Hasta que en un momento le toca el pie, y al no ver respuesta, enciende la luz. Se ilumina la escena y Beth logra ver a su madre, recostada, con los ojos abiertos, sin vida. Después de realizar todos los trámites necesarios, Beth se encuentra en el avión rumbo a su hogar. Se la observa bebiendo al menos dos Gibson, esa bebida que tanto le gustaba a Alma. Es justo en este momento, cuando Beth hace un gesto de brindis al asiento vacío, como si aún se encontrara Alma a su lado, donde se puede ubicar como la identificación le va a permitir a Beth lograr el desasimiento libidinal, quitar los lazos libidinales que la unían a su objeto amado, ahora muerto (Frank et al., 2020).

A partir de este capítulo, se puede ver como el alcoholismo de Beth va en aumento, perdiendo el control tanto del consumo de bebidas alcohólicas como de pastillas. A su vez, este consumo desmedido, como sostiene Rosenstein y Sosso (2001), interfiere en sus vínculos sociales y en su carrera como ajedrecista. No solo se ven afectadas las relaciones con sus amigos, sino también sus acuerdos para diferentes torneos de ajedrez. Si bien se sabe cuáles son las consecuencias del consumo en Beth, aún no se encuentra la respuesta por el uso o el objetivo de ese consumo. Recién en el capítulo 7, “Final”, cuando Beth se encuentra con Jolene, su compañera en el orfanato, se produce un acercamiento a este interrogante sobre la función del alcoholismo en Beth.

En ese capítulo, hablan sobre sus consumos, y Beth comenta “Se supone que vaya a Rusia al final del año, tengo miedo” (Frank et al., 2020). Se puede inferir que utiliza al alcohol como un modo de postergar el malestar, ya que sus fracasos en las partidas contra Borgov, han demostrado que hay una gran brecha entre la imagen real y la imagen ideal que ella tiene de sí misma. Esta formulación se encuentra relacionada con lo que Freud (1930), refiere de los quita-penas, que gracias a ellos uno puede apartarse de la presión de la realidad. Entonces, gracias al alcohol, Beth puede postergar el sufrimiento psíquico que le ocasiona todo lo referido al gran torneo en Moscú, en especial su revancha contra Vasily Borgov.

Por otra parte, se puede observar que Beth no solo usa la identificación como forma de lograr ese trabajo, pieza por pieza, que culmina con el retiro de la libido del objeto de amor; también se puede observar cierta renuencia a desprenderse de él. En el caso del duelo por Alma Wheatley, Beth toma un rasgo de ella para poder enfrentar el trabajo de duelo. En cambio, en relación a la muerte de Alice Harmon, su madre biológica, se puede ver cierta identificación al rasgo, a modo de querer “arreglárselas” con lo traumático, pero el objeto aplasta y ensombrece al yo. Se puede decir que la libido, que se retiró sobre el yo, encuentra luego, un uso en la identificación del yo con ese objeto perdido. De modo que Beth, no puede trabajar esa investidura sin que el objeto empobrezca al yo. Esto se puede ver cuando Beth, le cuenta a Jolene: “Quizás está en mi sangre, mi madre enloqueció”, y luego su amiga le responde “Deja de pensar en ella, no te está haciendo ningún bien” (Frank et al., 2020).

En referencia a su madre biológica, en el capítulo 1, “Aperturas”, se puede ver una discusión entre Alice y el padre de Beth. Esta escena tiene muchos detalles relevantes para el análisis del personaje principal. En primer lugar, Alice Harmon tira un frasco de pastillas, las mismas que consumen las huérfanas y Alma. La segunda puntualización, tiene que ver con el libro que encuentra Beth de pequeña: “Representación de monomios y presentaciones simétricas. Doctora Alice Harmon. Departamento de matemática. Universidad Cornell” (Frank et al., 2020). Lo cual demuestra que su madre, no era solamente una persona con graves problemas emocionales y que además tomaba ansiolíticos, sino que era una persona con logros académicos, con un gran futuro al igual que su hija. En relación a esto, resulta ejemplificadora una frase de Beth:

“Leí sobre una artista pop, que compró un dibujo original de Miguel Ángel. Cuando llegó a su casa, tomó un borrador y solo lo borró. No dejó más que una hoja en blanco. Recuerdo que me impactó mucho. Ahora me pregunto si no borre mi propio cerebro” (Frank et al., 2020)

Se puede inferir que Alice hizo lo mismo que esa artista pop a la cual se refiere Beth. Ella tenía un futuro brillante, sin embargo, las malas decisiones que toma la llevan a cavar un pozo del cual no logra salir. Con el transcurrir de la serie, se observa que Beth se identifica a Alice, pero no de la misma manera que lo hizo en el trabajo de duelo por Alma. En este caso, se observa una autocrítica extrema, y no sólo eso, sino que, de la perdida sufrida, surge una perdida en su yo. Beth se identifica con ese objeto perdido, pero no puede trabajar en esa desinvestidura libidinal, de manera que el objeto aplasta al yo. Al igual que lo que plantea Beth en la cita anterior, se produce tal empobrecimiento del yo, que prácticamente queda vacío, dejando solo una hoja en blanco.

Si bien en ambos duelos, se hace referencia a una identificación regresiva, no cumple la misma función para cada trabajo de duelo. En el caso de Alma, se refiere a una identificación regresiva al rasgo que facilita el desasimiento libidinal. Mientras que, en el caso de Alice, constituye una identificación narcisista. En este último caso, la investidura de objeto es reemplazada por una identificación, y a su vez, esa identificación regresiva forma parte del carácter de Beth y conforma el núcleo del superyó. Entonces, al no poder resignarse ese amor por el objeto, al mismo tiempo que el objeto mismo debe ser resignado, “el odio se ensaña con ese objeto sustitutivo insultándolo, denigrándolo, haciéndolo sufrir y ganando en este sufrimiento una satisfacción sádica.” (Freud, 1917, p.248). De modo que los insultos y los autorreproches por haberse “borrado” su propio cerebro, al igual que Alice, en realidad van dirigidos a ese objeto de amor, al cual no puede resignar, y a su vez, son un modo por el cual sale a la luz, se exterioriza, la ambivalencia a ese vínculo de amor. A su vez, este último uso de la identificación, muestra que Beth convierte a ese objeto perdido en un rasgo de carácter, en su superyó, instancia que dirige esas “voces” que llenan de insultos al yo, al modo de “vamos pedazo de basura fea” (Frank et al., 2020), que atormentan a Beth en los momentos en que su desempeño en el juego se ve reducido.

Conclusión

A partir del recorrido realizado por los diversos aportes en torno a los conceptos planteados, tanto en la obra freudiana como en la enseñanza de Sylvie Le Poulichet, y su articulación con el caso de Beth Harmon, de la serie “Gambito de Dama” (Frank et al., 2020), se arriba a las siguientes reflexiones:

El toxico no solamente ocupa un lugar en la cancelación del sufrimiento, también puede funcionar a modo de suplemento, acortando la brecha entre la imagen real y la imagen ideal que Beth tiene de sí misma. Además, es importante destacar que esto es algo particular de cada sujeto, ya que dos personas pueden consumir la misma droga, pero con objetivos y fines diferentes.

Por otro lado, al tratarse al comienzo de una niña de tan solo ocho años, Beth encuentra en el juego, específicamente en el ajedrez, un modo de tramitar el accidente automovilístico con la consecuente muerte de su madre, Alice Harmon.

Otra de las cuestiones elaboradas en el trabajo es el tema de la identificación al consumo, y como esta identificación es diferente en cada duelo. Por un lado, se encuentra al servicio del proceso de duelo, facilitando la desinvestidura libidinal. Por el otro, produce un vaciamiento del yo, generando una autocrítica extrema, y autorreproches que van dirigidos al objeto perdido en cuestión.

En conclusión, se espera en futuras investigaciones, realizar un abordaje mucho más profundo de los interrogantes aquí planteados, así como también generar nuevas preguntas de investigación.

Referencias:

Frank, S. (Productor y Guionista). (2020). Aperturas (Episodio 1), Intercambios (Episodio 2), Peones doblados (Episodio 3), Medio juego (Episodio 4), Aplazamientos (Episodio 6), Final (Episodio 7) [Episodios de serie de Netflix]. En Frank, S., Horberg, W., y Scott, A. (Productores ejecutivos), Gambito de Dama. Flitcraft; Wonderful films.

Freud, S. (1917). Duelo y melancolía. En Obras Completas (2da ed., t. XIV). Amorrortu.

Freud, S. (1920). Más allá del principio de placer. En Obras Completas (2da ed., t. XVIII) Amorrortu.

Freud, S. (1921). Psicología de las masas y análisis del yo. En Obras Completas (2da ed., t. XVIII). Amorrortu.

Freud, S. (1930). El malestar en la cultura. En Obras Completas (2da ed., t. XXI). Amorrortu.

Le Poulichet, S. (1990). Toxicomanías y psicoanálisis: Las narcosis del deseo. Amorrortu.

Mazzuca, M. (2008). Toxicomanías y psicoanálisis. [Ficha de catedra, Psicopatología II, Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires].

Real Academia Española. (s.f.). Duelo. En Diccionario de la lengua española. Recuperado el 27 de mayo de 2022, de https://dle.rae.es/duelo

Rosenstein, M., Sosso, O. et al. (2001). Alcoholismo [Ficha de catedra, Psicopatología II, Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires].


NOTAS




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COMENTARIOS

Mensaje de Andrea Fernandez   » 23 de octubre de 2022 » andreaannabel@yahoo.com 

Me resultó interesante el recorrido, sobretodo pensando en el contrapunto entre el lugar del tóxico y el lugar del juego de ajedrez en esta estructura subjetiva.
Retomando la idea de las identificaciones a las figuras maternas” y la apelación a la cuestión superyoica, recordaba los desarrollos freudianos sobre el superyo materno temprano como constitutivo.
Me queda abierta la pregunta sobre cuál es el cambio en la posición de la protagonista respecto al tóxico para que sobre el final de la serie pueda ganar la partida. Y que función cumple el amor en ese cambio.



Mensaje de julieta jacina  » 7 de octubre de 2022 » julietajacina10@gmail.com 

En primer lugar me resulta importante destacar lo que plantea la autora en relación a la problemática del consumo, en donde siempre se debe considerar la singularidad del sujeto, es decir, su historia, vivencias, deseos, identificaciones y fantasías. Asimismo, no se puede abordar desde una linealidad de causa y efecto. En relación a la historia de Beth se pueden observar diferentes pérdidas, como la muerta de su madre biológica, un padre adoptivo ausente y la muerte de su madre adoptiva, entre otras. Se podría decir que en este caso, el consumo funciona como anestesia del sufrimiento, y, se destaca también, que en el momento del juego, reduce la distancia entre la imagen real y la imagen ideal que tiene de ella misma. Además, me parece interesante la articulación de pensar a Beth jugando al ajedrez desde una posición activa como forma de elaborar aquello que vivió de manera pasiva. Por otro lado, este artículo me remite a pensar sobre el uso incorrecto de la medicación que hoy en día sigue vigente, ante un mínimo dolor o malestar, se busca eliminarlo con una pastilla que en muchos casos suele terminar en dependencia.



Mensaje de Paula Bonfilio  » 5 de octubre de 2022 » paaubonfilio@gmail.com 

El desarrollo de la vida de la protagonista nos muestra muy bien la dificultad en el establecimiento de vínculos cercanos y duraderos, primero con la tragedia de su madre, con la cual mantenían una relación considerablemente toxica, ella muy pequeña y su madre en su "locura". Luego la llegada al orfanato, pasar de vincularse solo con su madre, a estar en medio de un montón de niñas, sin diferenciarse demasiado, todas con la misma ropa, reglas y rutina.
Es importante analizar ese primer acercamiento a las drogas, el efecto que producían están "vitaminas", que pasaron a utilizarse de forma controlada para producir efectos fuera de lo común. Y que este efecto tenía que ver con la posibilidad de soñar despierta...
El ajedrez produce escape y a la vez, las drogas le permiten resolver las partidas de otra forma, como si se despertara algo en ella que le permitiese una mayor lucidez e inteligencia; como si ella misma no pudiese lograrlo.
En este punto me parece importante la noción que trabaja la autora del artículo, referida al duelo, ya que Beth se encuentra una y otra vez en una situación que no puede resolver sola y que por lo tanto recurre a un agente externo, tóxico y destructor. Tanto en la disputa con oponentes, partida a partida, como en la elaboración de la pérdida de sus objetos, donde tenemos una situación traumática en los inicios, que la dejan sin posibilidad de traducción. Unicamente silenciada y enviada al orfanato.
La toxicidad que acompaña al juego, porque el juego no es sin las drogas, que termina haciendo estragos una y otra vez, autosaboteandose. Adicta a las pastillas y adicta a la competición que la acompañan.
La autora menciona la identificación al rasgo con su madre, también con problemas alcohólicos, y genio en las matemáticas, la dejan a Beth anclada al más de lo mismo, a repetir en vez de elaborar.



Mensaje de Valentina massa  » 4 de octubre de 2022 » valenmassa@outlook.com 

A partir de haber leído el artículo de esta serie y recordando a la misma puedo comentar lo siguiente:
Coincido con el autor del artículo que la pastillas que consume Beth en la serie son su forma singular de hacer el duelo de sus, también singular, objeto perdido: las madres. Ya que dichas pastillas son su herramienta para sobre llevar situaciones difíciles ante la ausencia de un objeto mismo que le de herramientas para la vida, recordemos que la primera persona que le presenta la mundo al bebe es la madre y aunque él bebe ya no es bebe la madre sigue siendo una figura fundamental en la psiquis de una persona, sobre todo entre dicha figura y una hija.
Esto me lleva a, tomando el artículo, dividir lo sucedido en la serie en momentos. Teniendo como 1 momento la muerte de la madre biología que da comienzo del consumo a los 8 años, como momento 2 ser una excelente campeona de ajedrez. Uno puede pensar lo siguiente haciendo una hipótesis clínica: ¿la protagonista es buena jugadora del ajedrez porque tiene talento o por su consumo de pastillas que estimula la concentración? Y ¿De no haber vivido la pérdida del objeto, que podría ser identificatorio (las madres), se habría identificado con la misma fuerza con el juego de ajedrez?



Mensaje de Daniel Nasuti  » 27 de septiembre de 2022 » daniel.nasuti@gmail.com 

Me pareció interesante el abordaje de las identificaciones del autor, la relación singular del tóxico con cada subjetividad y el juego como medio para atravesar situaciones traumáticas remitiendo al Fort-Da de Freud. Se me ocurre pensar como vincular la “ingesta” de pastillas con la “ingesta” de piezas que se despliega en el juego de ajedrez que desarrolla Beth en cada partida, llegando a un punto en donde el tablero se detiene y el oponente cae, para luego reponerse y estar listo para un próximo juego. Será que con cada ingesta de pastillas Beth intenta realizar en otro plano no lúdico, el de su subjetividad, una detención del sufrimiento por los duelos no tramitados, que a su vez le permiten estar mejor preparada, de manera de erguirse con valentía y coraje para un próximo juego?. Anestésico, sustituto, facilitador de sufrimiento subjetivo, me quedo pensando en el rol del ajedrez y del tóxico siendo parte de un único juego para una única protagonista, Beth que tramita sus duelos con cada ingesta de pastillas, torres y peones.



Mensaje de carolina Casillo  » 19 de septiembre de 2022 » carolinacasillo85@gmail.com 

Me resulta muy atractivo e interesante lo expuesto por la autora de este artículo. Creo que es fundamental conocer la funcion que ocupa el toxico en cada subjetividad. Cada sujeto es unico por lo tanto no siempre cumple una misma funcion . Considerarando el abuso de sustancias, en el caso de la protagonista , podria pensarlo como una especie de sinthome para protegerse del padecimiento y de todas las faltas que va atravesando a lo largo de la vida .
Otra cosa que es fundamental destacar el rol , las identificaciones de los vinculos familiares a la hora de comprender las toxicomanias y el duelo



Mensaje de María Belén Vallejos  » 23 de agosto de 2022 » maruu.vallejos0908@gmail.com 

Gambito de dama

Me pareció super interesante lo que plantea Choquez Di Pietro en el artículo sobre la interrelación entre el duelo, el consumo de sustancias y el juego del ajedrez.
Me conmueve pensar que una niña vivencie, a tan corta edad, estas situaciones traumáticas, como lo fueron el accidente; el fallecimiento de su madre biológica; tener que pasar por un orfanato lo que implicó un gran cambio en su vida cotidiana, dejando de lado todo lo que conocía; y por si fuera poco, luego fallece también su madre adoptiva, nuevamente pierde a su madre.
Asombra pensar en todos aquellos movimientos, procesos que se llevan a cabo en la mente para poder tramitar todo esto, asimilarlo y salir adelante.
No es llamativo que la protagonista, en ese intento, se refugie en las drogas y en el alcohol, ya que ambas sustancias le permitían tener confianza en sí misma, "callar" su mente, alejarla de la realidad, o hacer que esta sea más aceptable.
Me resulta novedoso e interesante la lectura que se realiza en cuanto al juego del ajedrez. Un juego muy significativo, de estrategia, que requiere de mucho control. Juego que la protagonista domina, ella misma cuenta que allí, en el tablero, se siente segura, lo puede predecir, lo puede controlar, a diferencia de los demás aspectos de su vida de los cuales nunca pudo decidir su curso.



Mensaje de Carolina Diaz  » 21 de agosto de 2022 » caro_k10@hotmail.com 

Apartado elegido: Gambito de Dama
Pensar al ajedrez como el juego que le permite a la protagonista la elaboración de una perdida me parece sumamente interesante. Si nos remitimos a lo que Beth le responde a la periodista: “Es un mundo entero de solo 64 cuadros, me siento a salvo en él, puedo controlarlo, puedo dominarlo, y es predecible. Si salgo lastimada, soy la única culpable” (Frank et al., 2020)”, relacionándolo (como hace la autora) con la conceptualización que hace Freud del juego y como las/os niñas/os pasan de tener una posición pasiva de algo que les genera una gran impresión psíquica a una posición activa siendo ellas/ellos quienes manejan la situación displacentera de la vida real en el juego, encuentro en sus dichos no sólo el intento de proteger a su madre (haciendo la analogía de la madre como el rey del tablero), sino también una culpa que la aqueja en el caso de que las cosas no salgan bien, es decir, en el caso de PERDER. ¿de perder qué? (sería mi primera preguntar) ¿el juego? ¿el objeto amado?
Por otro lado, ¿qué culpa tendría ella en caso de salir lastimada? ¿depende exclusivamente de ella eso?, ¿hay relación con sentirse culpable por la muerte de su madre? ¿la adicción que tiene será para no hacer frente a la falta? ¿no hay cierta sensación de omnipotencia al creer que realmente puede controlar todo, que puede dominar todo, que es predecible, aún hablando de un tablero de 64 cuadrados y en el que se necesita de un otro que participe también en el juego? Me animaría a decir que hay cierto rechazo en no querer saber nada de eso y leo sus adicciones como un tapón a la falta.



Mensaje de Florencia Agustina Heffes Genovese  » 21 de agosto de 2022 » florenciaagustina1999@gmail.com 

La relación entre la protagonista, Beth Harmon y las drogas en la serie es un lazo que se pone de manifiesto desde los primeros capítulos y muy de niña. Se puede observar cómo comienza la búsqueda incansable por consumir y almacenar la máxima cantidad posible ya que eran un camino de ida a su mundo del ajedrez, lo cual la hacía olvidar de la realidad que vivía. El consumo cambiaba el escenario, los actores principales pasaban a ser el tablero y las piezas, analizando las jugadas. “Las drogas cristalizan el carácter autista de una satisfacción que no pasa por el otro”. (Castro y Alemán, 1997:69). Puede verse cómo en las escenas de consumo, pasa a no tener registro de la existencia de su alrededor, de la presencia de los otros.
Podría pensarse en la articulación que hace el escritor de la serie entre el tablero de ajedrez y el consumo, donde un movimiento desencadena los posibles movimientos que le siguen, sin poder deshacer los cambios. A su vez, estamos hablando de un juego calculador, sigiloso, el cual requiere de una mente fría para que la emoción no gane la batalla. Relacionado a esto, podemos pensar que las pastillas que consume la protagonista tapan esos sentimientos que le generan sus pares en las escenas, desde los castigos de pequeña hasta los duelos que debe transitar a medida que va creciendo.
Beth, con el consumo se siente completa por un rato, el efecto ilusorio que dura mientras se está adormecido por el narcótico. Si bien no hay objeto adecuado, el adicto pone en ese lugar al tóxico. Se siente completo mientras consume, y es por eso que al terminarse el efecto se busca volver a revivirlo.



Mensaje de Patricia Cariglino  » 21 de agosto de 2022 » patricia.cariglno@gmail.com 

Interesante el desarrollo de la función del toxico para este caso, el cual nunca es el mismo para cada sujeto, sino que hay que hablar desde la singularidad. En este caso, el cual ante esa realdad que se le vuelve insoportable ante el encuentro con el otro y el miedo a perder el control vuelve a consumir y si se podría decir, como el desencadenante de esa adicción ante la muerte de ambas madres ya desde su infancia ya se podría ubicar el comienzo de consumo de drogas en Beth.
Es muy interesante cómo se piensa el duelo como enfrentamiento en relación a la puesta en juego del ajedrez, juego en el cual hay un enfrentamiento entre al menos dos personas y cómo esto lo traslada a otros ámbitos de su vida.
También, es interesante cómo es tratado en este trabajo y es ubicado que en el caso de la identificación al consumo es diferente en cada duelo.
Se puede ver como en todo momento se ve un personaje que en relación con los hombres tiene cierta rivalidad y la necesidad de demostrarse fuerte y ganadora siempre la ponen en presión llevándola a consumir para poder "controlarlo".
Una pregunta posible tras este desarrollo como disparador podría ser quizás, qué posibilidades de recibir ayuda tuvo Beth en cuanto a su entorno y el contexto y, qué regulación tenia en ese entonces, sobre todo en un orfanato, para la facilitación de fármacos en niños.



Película:Gambito de dama

Titulo Original:The Queen's Gambit

Director: Scott Frank, Allan Scott

Año: 2020

Pais: EEUU

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