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Proceso a un fármaco

por Diaz Membrives, Montserrat, Icart Isern, Carmen, Icart Isern, Teresa

Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud. Escuela Enfermería. Universidad de Barcelona

Resumen

La fille de Brest (E. Bercot, 2016), basada en el libro Mediator 150mg. Combien de morts? (I. Franchon, 2010) relata el proceso seguido por la Dra. Irène Franchon para conseguir la retirada del fármaco Mediator comercializado durante más de 30 años por el laboratorio francés Servier. Durante este periodo Mediator® sería el responsable de unas 3.500 hospitalizaciones y de 2.100 muertes, según informes forenses. Este trabajo repasa aspectos éticos relacionados con las agencias encargadas de la seguridad de los medicamentos y con la publicación de los efectos indeseables de Mediator® que fue administrado como coadyuvante en la diabetes tipo 2. Finalmente, se describen las consecuencias que ha tenido en la vida de quien lideró la batalla hasta conseguir la retirada del fármaco: la Dra. Irène Franchon.

Palabras Clave: Farmacovigilancia | Ética | Conflicto intereses.

Antecedentes de una gesta

El film La doctora de Brest (título de la versión española) basado en el libro Mediator 150mg. Combien de morts? (I. Franchon, 2010) relata el proceso encabezado por la Dra Irène Franchon hasta conseguir la retirada del medicamento Mediator®, administrado como coadyuvante en personas diabéticas con sobrepeso.

El libro remite a 1990, cuando Franchon con 27 años, y después de una breve estancia en Tailandia con Médicos sin Fronteras, decide especializarse en neumología en el hospital Antoine Bèclère (Clamart, Francia). Allí conoció la epidemia de hipertensión arterial pulmonar (HTAP), una enfermedad calificada como rara (poco frecuente) que fue asociada a un fármaco empleado como inhibidor del apetito: Isomerida® (principio activo fenfluramina). Se trataba de un derivado anfetamínico que fue retirado del mercado por la Agence française de securité sanitaire des produits de santé (Afssaps) en 1997; dos años más tarde también se prohibirían las propias anfetaminas.

En 2006, Franchon inició su labor como adjunta de investigación clínica en el Centro Hospitalario Universitario (CHU) de Brest, donde observó que algunas pacientes presentaban problemas cardíacos similares a los que años atrás había ocasionado Isomerida®. Las actuales enfermas eran usuarias de Mediator® (principio activo benfluorex) que, según se comprobaría, acaba produciendo los mismos efectos que la fenfluramina (principio de Isomerida).

Mediator® comenzó a comercializarse en Francia en 1976 como coadyuvante en pacientes diabéticas con sobrepeso. Debido a que este fármaco ya había sido retirado del mercado estadounidense en 1997 y del español en 2003 (en España se comercializó con el nombre de Modulador ®), el servicio de farmacovigilancia francés había revisado y actualizado sus indicaciones en varias ocasiones.

En 2006, Mediator® contaba con unos dos millones de consumidores en Francia y en 2006 ocupó el lugar 44 entre los medicamentos más vendidos, con unos 7 millones de cajas. La Seguridad Social francesa financiaba hasta el 65% de su coste, lo cual suponía excelentes ingresos para Servier; su fundador, Jacques Servier (1922-2014) fue condecorado en 2008 con la Gran Cruz de la Legión de Honor, la más alta distinción que concede la República francesa.

Una intensa investigación sobre los daños de Mediator®

La película La doctora de Brest, describe las actividades correspondientes a las diferentes fases de la investigación. Se inicia con la observación de casos de valvulopatías (engrosamiento de las cuerdas tendinosas de los músculos papilares de la válvula mitral) que a Franchon le recuerdan las alteraciones provocadas por la Isomerida® durante su formación como neumóloga. En la película, destaca la intensa y repetida búsqueda bibliográfica en PubMed, también en Google y Wikipedia, donde tanto la asociación de los términos “benfluorex AND fenfluramina” como de “benfluorex AND HTAP” no dan los resultados esperados.

A lo largo de los cuatro años que abarca la investigación es crucial la identificación de colaboradores de diferentes especialidades médicas (cardiología, neumología, anatomía patológica, etc.) así como de otras disciplinas (enfermería, informática, periodismo, ciencias de la documentación, etc.). Destaca la contribución del epidemiólogo Antoine Le Bihan, quien orienta el diseño de un estudio caso-control, con su correspondiente análisis estadístico, y que acompaña a Franchon a todas las reuniones que tienen lugar en la Afssaps con sede en Paris.

Foto 2. Franchon y Le Bihan en la Afssaps

A los pocos meses del estudio Franchon y su equipo contactan con la comisión responsable de la seguridad de los medicamentos (Afssaps) que se muestra reacia a admitir los efectos dañinos de Mediator®. Es entonces, y en los sucesivos encuentros con miembros de esta agencia y con representantes de la farmacéutica Servier, que no se respeta el principio de conflicto de intereses por parte de los expertos encargados de emitir dictámenes sobre los efectos de Mediator®.

No obstante, ya en 2005 la Afssaps había sido informada de los numerosos trastornos psíquicos tipo “anfetamina” y de 15 casos de HTAP que habían experimentado algunos pacientes receptores de Mediator®, pero la Agencia atribuyó tales reacciones a la Isomerida® que se les había administrado con anterioridad. En todo caso, es sabido que los facultativos declaran menos del 5% de los efectos indeseables que detectan, ello se atribuye a la elevada burocracia y a la presión asistencial que soportan.

Finalmente en 2007, la Comisión encargada de autorizar la comercialización de los medicamentos y de acuerdo con el servicio de farmacovigilancia, admite que en el prospecto de Mediator®, se añadan los efectos secundarios (“agitación, delirio alucinaciones”) y se retire la indicación: “coadyuvante de la dieta en casos de hipertrigliceremia”, aunque se mantiene la indicación: “adyuvante en la dieta de diabéticos con sobrepeso”. El prospecto de Biopharma, distribuidora y filial de Servier, no mencionaba la posible relación de Mediator® con la HTAP ni con las valvulopatías. Concretamente, Servier niega dicha relación cuando un médico generalista solicita dicha información.

Diversas situaciones de conflicto de intereses se presentan en el libro Mediator® 150mg. Combien de morts? y se escenifican en el film. En ese sentido, en 2008, el Director de la División Científica de Servier, a la vez que tesorero de la Sociedad Francesa de Farmacología y Terapéutica, niega que Mediator® tenga relación con las fenfluraminas, cuando ya se había comprobado que provocaba reacciones similares. También se defiende la inocuidad de Mediator® alegando el hecho que, después de 30 años y con más de dos millones de usuarios en Francia, es difícil atribuir las valvulopatías al fármaco, máxime que se trata de una patología bastante frecuente (1). Cuando Franchon indica a la Afssaps, que el fármaco fue retirado de los EEUU en 1997, porque algunos usuarios presentaban alteraciones similares a las observadas en Francia, la comisión se burla de los “pobres americanos”. No obstante, ante la extensión de la investigación sobre los daños valvulares causados por Mediator® a otros hospitales franceses, Servier decide interrumpir la promoción del fármaco en el CHU de Brest.

Con los primeros resultados del estudio caso-control realizado en el CHU de Brest, Franchon acude al Congreso Europeo de Neumología (Berlín, 2008) donde presenta una comunicación que destaca el riesgo de valvulopatías asociado al consumo de Mediator®. Su intervención no suscita gran interés por parte de los asistentes (el fármaco solo se comercializa en Francia) pero la prensa médica francesa sí se interesa por el tema.

En abril de 2009 el equipo de Franchon envía un artículo a la revista British Medical Journal que es rechazado alegando que se trata de un tema de interés local.

La retirada de Mediator®

Finalmente, la Comisión que autoriza la comercialización de medicamentos, y ante los resultados de sucesivos estudios caso-control realizados en varios hospitales franceses, se vota la retirada de Mediator®, que desaparece de las farmacias el 31 de noviembre de 2009. Servier no recurre la resolución y la Agencia Europea del Medicamento resuelve retirar Mediator® en toda Europa.

El artículo que detalla la investigación principal es rechazado por el European Heart Journal con un simple “no priority”. También Fundamental and Clinical Pharmacology (de la Sociedad Francesa de Farmacología y Terapéutica) lo rechaza aunque, un primer revisor sí recomienda su publicación, pero un segundo la desaconseja. Uno de los editores advierte que el rechazo es definitivo; su tarjeta de presentación especifica que es profesor de farmacología y asesor de Servier (¿dónde queda el conflicto de intereses?).

El artículo será finalmente publicado sin enmiendas en PloS One (acceso gratuito). El relato de todo el proceso será objeto del libro que da base a la película La fille de Brest. La primera edición será retirada de la venta por Servier que considera que el subtítulo: Combien de morts?, es “grave, inexacto y denigrante”. Servier gana el juicio pero la sentencia es anulada por el Tribunal de Apelación en enero de 2011 y el libro es reeditado con el subtitulo original.

Foto 3. Versión del libro Mediator 150mg. Combien de Morts? La versión con subtítulo eliminado y la final

Más allá de la retirada de Mediator®

Franchon ha sido entrevistada en varias ocasiones por los principales medios de la prensa escrita (Le Figaro, Le Monde, etc.) y televisivos. En una de estas entrevistas señala que se han agotado las existencias de Mediator® en Francia pero que también se han distribuido con diferentes nombres, en países de África, Asia y América del Sur donde no existe ninguna causa abierta contra Servier. ¿Qué ética justifica el mantener en algunos países medicamentos que han sido retirados de otros países por su alta toxicidad? Cabe recordar que Servier es el primer laboratorio francés, presente en cinco continentes. Cuenta con más de 20.000 empleados, distribuye el 86% de sus productos en todo el mundo y su facturación asciende a 3.600 millones de euros.

El caso de Mediator® no es único como demuestra el libro Effects secondaires: le scandale Français (A Béguin, JC Brisard, I Franchon) publicado en 2016 y en el que se listan una serie de medicamentos que resultan de dudosa eficacia, es el caso de Viox, Requip, Depakine, etc.

Pasados nueve años del escándalo Mediator®, el balance que hace Franchon de lo ocurrido no es muy positivo. Afirma que poco ha cambiado, Servier continua recibiendo una buena acogida por el sector médico. Los lazos económicos amistosos e intelectuales entre los médicos y los laboratorios parecen inquebrantables; Servier, como otras farmacéuticas, financia actividades formativas, reuniones y congresos de asociaciones profesionales y de pacientes.

Más crítico ha sido el periodismo de investigación y algún grupo político que con su denuncia han manifestado más sensibilidad hacia el dolor de los pacientes que quizás algunos facultativos.

Hace menos de un año Franchon declaraba que muchos altos cargos de la Afssaps han sido investigados por tráfico de influencias pero ninguno ha sido procesado. Esto obliga a interrogarse sobre los posibles riesgos sanitarios que conllevan unas relaciones que en ocasiones ocultan intereses inconfesables. La doctora de Brest, se siente marginada por un sector de la comunidad médica, ha sufrido una especie de “excomunión” por parte de algunos profesionales que le reprochan su fervor hacia una causa que compromete las relaciones de los médicos con la industria farmacéutica.

Aunque Franchon compara los lazos del cuerpo médico con dicha industria a un enjambre que, si se lo sacude, corre el riesgo de ser destruido, no niega el interés de la colaboración, siempre que prime la transparencia en los ensayos clínicos y se favorezca la investigación pública. En sus declaraciones profundiza y detalla aspectos desconcertantes de la farmacéutica Servier. Es el caso de su colaboración con la “cadena de la esperanza”, la iniciativa de un cirujano cardiaco pediátrico para operar niños en países subdesarrollados (mejor dicho, expoliados). El mecenazgo de Servier permitió abrir un centro de cardiopediatría en Senegal, país en el que Servier comercializó Mediator® más de 30 años; se da la paradoja que los mismos cirujanos cardíacos han operado, sin saberlo, a las víctimas de Servier durante décadas.

Precisamente, en una ocasión en que Franchon muestra a un cirujano cardíaco la foto de una alteración valvular tomada a una paciente tratada con Mediator®, el cirujano atribuye la valvulopatía a causas reumáticas; a la vez que admite no haber visto imágenes atribuibles a la toxicidad de Isomerida®. Esto confirma que algunos cirujanos confunden los efectos de Isomerida y Mediator con los provocados por la fiebre reumática. Por la misma razón, es posible que después del reemplazo valvular, las pacientes continúen recibiendo Mediator®.

Una vez aceptada la relación de Mediator® con las valvulopatías se ha empezado a gestionar la indemnización de las víctimas que, en palabras de Franchon, “son simples limosnas”. A pesar de la evidencia de la responsabilidad del laboratorio, los abogados de Servier cuestionan en cada víctima, la relación de causalidad (Mediator® con valvulopatías) al igual que el monto de la indemnización practicando un claro negacionismo científico. Los letrados intentan desmoralizar a las pacientes ya de por sí debilitadas por la enfermedad y, con frecuencia, con pocos recursos materiales.

Cuando Franchon hace balance del tiempo transcurrido entre 2009 (retirada de Mediator®) y 2017 admite que la historia le ha impactado, la ha obsesionado, hasta relegar la atención a su familia, algo que aún le reprocha la menor de sus cuatro hijos.

Franchon que recibió una educación protestante, considera que Mediator® ha significado una ruptura en el continuum de su vida marcada por una infancia y adolescencia privilegiadas; siente que su contienda contra Mediator® significa, en cierto modo, el pago de una deuda a la sociedad.

La resolución del caso Mediator® le supuso un alivio y le probó su capacidad para enfrentase a las críticas. Críticas que no solo recibió de Servier sino también de expertos de la Agencia nacional de seguridad del medicamento que la han tildado de “soplona” o alertadora (whistle blower). No se arrepiente en absoluto, piensa que hizo lo que debía porque, aunque no se considera excesivamente empática, le resultaba insoportable darse cuenta que “la gente estaba siendo envenenada”. En resumen, sentía que debía tender la mano a quien se ahogaba. No obstante, ahora desearía que todo el asunto terminara.

Siempre pensó que cuando los medios dieran a conocer el tema, y los políticos asumieran el asunto obligando a la instrucción del caso y luego votaran la indemnización de las víctimas, ella habría acabado su labor. Entonces, podría dedicarse a su vida profesional y familiar.

La realidad ha sido otra, actualmente pasa los fines de semana entre informes y dossiers ya que si no se ocupa del tema, este vuelve a quedar en el olvido. Los gabinetes de abogados enlentecen su trabajo y se retrasa el cobro de las indemnizaciones. Hay miles de informes y el proceso penal va languideciendo con el paso del tiempo. La Oficina Nacional de Indemnización de Accidentes Médicos ha recibido 9.000 dossiers. A finales de 2016, se habían examinado unos 7.500, de los que 2.500 obtuvieron un informe favorable, pero Servier dispone de tres meses para recurrirlos. Se han rechazado 5.000, ya que la Oficina estima que las patologías son poco atribuibles a Mediator®.

Por otra parte, la opinión de Franchon sobre la clase médica ha cambiado. Aunque durante todo el proceso ha recibido el apoyo de los responsables del CHU de Brest, también se ha sentido traicionada por las élites médicas que siguen negando los daños causados por Mediator®, al que imputan solo una decena de muertes, mientras la instrucción penal ha admitido más de 2.000; un número superior, según Franchon.

Respecto a sus colegas, cree que deberían haber renunciado a todo compromiso con Servier hasta que las víctimas recibieran una compensación y que su colaboración con los laboratorios debería ajustarse a una mínima ética. Pero ni el cuerpo médico, ni las sociedades profesionales han renunciado a sus vínculos con Servier, salvo algunos colegas que han firmado un manifiesto censurando prácticas ilegales.

Ciertos sectores médicos y políticos consideran a Franchon como un personaje mediático. Para Franchon son grupos que se interesan más por la obtención de fondos, de poder y de honor que por el bienestar de los pacientes. Quizás por esta razón Franchon ha renunciado a la Cruz de Honor, afirma no querer ser como otros.

Ante el estreno de la película La fille de Brest, que para algunos es solo un reclamo para aumentar el impacto mediático de su protagonista, Franchon responde que esta opinión le da igual, lo acepta si es el precio a pagar para conseguir la indemnización de las víctimas, con quienes está dispuesta a llegar hasta el final.

Por el libro Mediator® 150mg. Combien de morts?, Franchon ha recibido la suma de 250.000 euros como derechos de autora. Una tercera parte los ha destinado a una fundación que forma voluntarios para visitar a pacientes hospitalizados; con el resto ha abierto la cuenta Mediator que financia sus desplazamientos, paga el traslado de cadáveres para su autopsia y el transporte de pacientes que deben acudir a visitas médicas mientras esperan una posible indemnización.

Actualmente continúa en el CHU de Brest donde sus pacientes reconocen y agradecen su valor. La gente le hace público su apoyo, le anima a continuar y le reconoce como una ciudadana que lucha contra un sistema que les aplasta. Franchon es consciente que va a consagrar los restantes diez años de su vida laboral a la lucha por la compensación de las víctimas. En 2011 Irène Franchon recibió el Premio Ética concedido por la Asociación para la lucha contra la corrupción política (ATICOR).

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