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Identidades y ficciones en juego

por Agostinetti, Valeria Alejandra

Resumen

La identificación es la operación por la cual se constituye el sujeto. Es aquella transformación que sucede en un sujeto cuando éste asume una imagen que lo define y determina. Gracias a sus identificaciones un sujeto puede reconocerse a sí mismo y llevar adelante una existencia con las mínimas certezas necesarias para sostener una vida.

¿Pero qué pasa cuando esas identificaciones se vuelven rígidas, obsoletas, e incluso nocivas para esa existencia? ¿es posible conmover esas ficciones y proponer otras? A través de este recorrido me propongo explorar cómo el juego y el arte hacen posible conmover las identificaciones que comandan una vida, generando condiciones de disponibilidad para que nuevas figuras acontezcan. Cuáles son las posibilidades que el juego ofrece para abordar las formas que adquiere el transcurrir de una vida, para conmoverlas crear otras diferentes.

Palabras Clave: Juego | Identidad | Ficción

Playing With Identities And Fictions

Abstract

Identification is the operation by which the individual is constituted. It is that transformation that happens in a individual when he assumes an image that defines and determines him. Thanks to their identifications, a individual can recognize himself and carry on an existence with the minimum necessary stability to live a life.

But what happens when those identifications become rigid, obsolete, and even harmful to that existence? Is it possible to change those fictions and propose others? I intend to explore how playing and art make it possible to change the identifications that command a life, generating new conditions for new figures to occur. I propose a journey into thinking about the possibilities that playing offers to explore new identifications.

Keywords: Playing | Identity | Fiction
 

En este análisis la propuesta se centra en indagar cómo a través de la idea de juego y la noción de ficción es posible conmover las identificaciones que comandan una vida, generando condiciones de disponibilidad para que nuevas figuras acontezcan. Para el recorrido de estas ideas se utilizará la película de Bollywood “Tamasha”, dirigida por Imtiaz Ali y estrenada en 2015.

El recorrido consistirá en analizar el papel que cobra el juego en la vida del protagonista de la película y cómo el jugar influye en las formas que adquiere el transcurrir de una vida y en la posibilidad o no de conmover esas formas y crear otras diferentes.

Tamasha es una película de Bollywood que cuenta la historia de amor entre Ved y Tara, dos jóvenes indios. Su historia comienza en la isla francesa de Córcega, donde Tara, que ha perdido sus posesiones y está intentando resolver cómo regresar a su país, se cruza por azar con Ved, quien decide ayudarla. Ved es un mochilero extrovertido y espontáneo, que le propone no revelar sus verdaderas identidades y jugar a ser quien cada uno elija durante el tiempo que dure su encuentro en la isla; Ved no revela su nombre real, y se hace llamar DON. Durante el tiempo que comparten en Córcega no intercambian información alguna que les permita volver a encontrarse una vez de regreso en su país; finalmente Tara resuelve su situación, deja la isla, y así, también la posibilidad de continuar conociendo a Ved.

Una vez en India, y transcurridos cuatro años, Tara logra dar con este joven que la cautivó por su espontaneidad y originalidad, pero ahora se encuentra con un Ved tímido, convencional, de movimientos pausados y tranquilos, con una profesión y trabajo convencionales, que lleva una vida tradicional despojada de toda invitación a lo novedoso: ¿qué es lo que sucedió entre un encuentro y el siguiente con este joven?

Foucault (1975) nos advierte sobre las sociedades disciplinarias, donde los poderes se ejercen por medio de una red difusa de dispositivos que producen y regulan subjetividades, costumbres, hábitos. Diferentes instituciones tales como la familia, la escuela y la fábrica (ahora la empresa), conforman diferentes espacios de encierro, cada uno con sus propias leyes, donde el individuo atraviesa de diferentes formas una misma lógica: su disciplinamiento. La entrada en el capitalismo marca el inicio del Estado como administrador de la vida de los ciudadanos: se moldean cuerpos y existencias para los fines del capital.

En la película se puede observar cómo este disciplinamiento en manos de las instituciones del Estado opera en la vida de Ved. Primero a través de la familia, que castiga al pequeño toda vez que intenta explorar el mundo de la fantasía a través de relatos orales que le ofrece un anciano por pequeñas sumas de dinero; sus padres constantemente desaprueban ese mundo de la fantasía y las historias que tanto atraen al niño, y lo redirigen hacia las tareas escolares y deberes familiares, presentados como únicos intereses posibles para su existencia. Luego, también puede verse este disciplinamiento a través de la institución religiosa, que le imprime a través de sus ritos modos de estar, movimientos y posiciones corporales que lo mantienen forzadamente en quietud; mientras por fuera su cuerpo responde a estas demandas externas, él escapa a esas imposiciones a través de la fantasía, apelando a su imaginación que le permite ver a los personajes de los relatos que el anciano le cuenta, como si estuvieran ellos mismos a su alrededor y él fuera parte de esas historias.

¿Qué sucedió con ese niño cautivado por la fantasía? Las instituciones disciplinarias de la sociedad hicieron efecto, y ha devenido un adulto promedio que encaja dentro de los cánones de normalidad de su época. Todo vestigio de su subjetividad perdido, avasallado por identificaciones a estereotipos impuestos.

Freud a lo largo de su obra desarrolla el concepto de identificación no únicamente como aquel mecanismo psicológico por medio del cual se adquieren uno o más rasgos de otra persona, sino como la operación gracias a la cual se constituye el sujeto. Lacan (1949) da especial importancia a la imagen y define la identificación como “la transformación que se produce en el sujeto cuando asume una imagen” (Lacan, 1949, p.100), lo que implica que, reconociéndose en ella, se la apropia como si fuera uno mismo. A lo largo de su desarrollo Ved adquirió ciertas identificaciones que le imprimieron un modo de ser y estar en el mundo que lo confinan a una vida monótona que se encuentra muy lejos de la vida que encarnaba aquel mochilero de viaje.

¿Pero qué es lo que sucedió en Córcega? ¿Por qué Ved le propone a Tara no revelar sus verdaderas identidades durante el tiempo que dure ese encuentro y en esa ciudad? Ved se permite jugar: el juego como punto de fuga, de escape.

Blanchot retoma el pensamiento de René Char y nos dice que “lo neutro es aquello que no se distribuye en ningún género”, que lo “desconocido como neutro supone una relación ajena a toda exigencia de identidad y unidad” (Blanchot, 1969, p380). Lo neutro, desde ya no como idea de neutralidad, lo que sería una toma de posición, sino como aquel espacio fuera del tiempo y el espacio, ajeno a las categorías y catálogos, donde todo es posible.

“Lo neutro concibe astucias para escapar a figuras que el habla capitalista impone. La inmovilidad de una política necesita fijeza de enunciados” (Percia, 2015, p.1). Las sociedades disciplinarias que describe Foucault imprimen modos funcionales a las prácticas productivas en juego, pero ¿qué queda de lo único de cada individuo en estos modos? Los poderes imponen metas y objetivos a los que se debe arribar, y se niega en esta búsqueda de determinada finalidad el infinito campo de posibilidades que lo neutro habilita: “Lo neutro previene de la institucionalización de cualquier posibilidad” (Percia, 2015, p.3).

El juego aparece acá como una figura de lo neutro. Una figura que permite hacer una pausa, generar un espacio de vacío donde puedan darse condiciones de disponibilidad para que algo nuevo o diferente acontezca. Ved ensaya otras ficciones diferentes a aquella a la que se identifica en su devenir cotidiano; en palabras de Barthes (1970) sería abrir la escena a la posibilidad de otra lógica. El juego tiene por característica ser una actividad que se realiza sin un fin, a la que el sujeto se entrega por la satisfacción que presenta en sí misma; brinda la posibilidad de explorar nuevas formas, de escapar, aunque sea por un momento, de las formas hegemónicas que dominan una vida.

Cintia Rolón (2014) plantea que el juego se presenta como una transgresión a aquello que se nos indica como el plan a seguir. “Por el juego, se provoca el pasaje, las máscaras abren un espacio nuevo, inician otro viaje. Máscaras-pasajes que posibilitan acceder a realidades-otras” (Rolón, 2014, p.2). Por un momento Ved se permite “ser otro”. ¿O es “ser él mismo” lo que se permite en este juego de cambio de identidad? Tal como el cuento que cita Rolón en su texto, donde la protagonista “está jugando a ser ella misma. Hay otra mujer encerrada dentro de ella y con la excusa del juego, le ha abierto la jaula” (Rolón, 2014, p.2).

En este “devenir otro” Ved en realidad deviene nuevamente él mismo. Deviene aquel niño que se ha dejado cautivar por la fantasía y las historias que escuchaba en su infancia. Devienen en su cuerpo movimientos amplios, livianos, con soltura, su voz se muestra fuerte, segura; a diferencia de un cuerpo de movimientos limitados, restringidos, lentos, pesados, una voz de cadencia constante y monótona como muestran las escenas donde el reencuentro se produce en India. A través de esta ficción, que puede permitirse quizás por estar lejos geográfica y físicamente de aquellas figuras que han encarnado a lo largo de su vida los elementos disciplinarios, le resulta posible la experiencia de abrirse a otros mundos, a otro tipo de diálogo con el mundo que lo rodea.

Para Lacan (1959/60) las ficciones, lejos de estar en el registro de lo imaginario, se caracterizan por ser reales; postula que toda verdad tiene una estructura de ficción. El individuo “crea” una ficción que se convierte en su realidad, adopta identificaciones que devienen la imagen de sí mismo, y bajo esas formas transcurre su vida. La cuestión está en preguntarse qué otras formas, qué otras ficciones, pueden emerger en el transcurso de una vida. Borges, en su cuento “El Jardín de Senderos que se Bifurcan” escribe: “En todas las ficciones, cada vez que un hombre se enfrenta con diversas alternativas, opta por una y elimina las otras (…). Crea, así, diversos porvenires, diversos tiempos, que también, proliferan y se bifurcan” (Borges, 1941).

Lacan (1966) nos dice que somos poema antes de ser poetas, somos hablados antes de ser hablantes. ¿Qué sucede entonces cuando, como propone Barthes (1970), nos permitimos escribir la lectura? ¿Cuáles son las condiciones que cada uno necesita para permitirse tomar ese texto que le fue dado y hacer algo novedoso con él?

El tiempo transcurre, los encuentros entre Tara y Ved en India se suceden uno tras otro en la más absoluta normalidad para los parámetros de su tiempo y su entorno cultural. Todo transcurre dentro de lo esperable hasta que un día, en la fecha de su cumpleaños, Ved decide proponer matrimonio a Tara durante el festejo, frente a todos sus amigos; la pareja se encuentra en un restaurant junto a un grupo, celebrando. Todo es alegría, hasta que Ved toma un anillo y lleva a cabo la propuesta: Tara lo mira, vacila, se desorienta, no sabe cómo reaccionar y finalmente le pide que por favor salgan del restaurant para hablar.

Una vez en la calle ella le dice que durante cuatro años pensó en él, lo sintió como si estuviera a su lado en todo momento, aún cuando ni siquiera sabía su nombre o si volvería a verlo. Ved responde que finalmente pudo encontrarlo y pueden estar juntos, a lo que Tara replica que no, no lo ha encontrado, encontró a otro hombre en su lugar. Él le dice que este es él, y en Córcega estaba actuando y ella responde que “no. (…) aquí estás actuando. Aquí interpretas el papel de un tipo ordinario, el que sigue un patrón establecido”.

La pareja termina. Ved vuelve a la regularidad de su vida cotidiana; pero algo cambió en su interior, su comportamiento se vuelve errático y ya no logra continuar como vivía hasta ese momento. Marcelo Percia propone pensar que “se llama sujeto a una existencia amarrada a una identidad; angustia, a una existencia desamarrada de toda pertenencia” (Percia, 2015, p.453). Ved ya no logra reconocerse en la imagen que le devuelven las identificaciones que lo acompañaron en su vida hasta ese momento, su ficción se desmorona, y la pregunta es cómo construir otra. Vuelve a su ciudad natal y encuentra al anciano que le relataba las historias cuando era un niño, le pide que le cuente el final de esta historia, la suya. El anciano se enoja, grita, le dice que es un cobarde, que esa historia solo él puede contarla, que solo su corazón sabe cuál es el final de esa historia; solo él puede saber qué es lo que realmente quiere.

DON vuelve

Lacan (1959/60) plantea la ética en psicoanálisis como la relación de la acción con el deseo que habita al individuo. No se trata de una cuestión moral, de discernir si determinada acción está bien o mal a los ojos de la cultura y el tiempo que se habita. La pregunta apunta directo a lo más íntimo y singular de cada uno y se trata de responder si se ha actuado o no conforme al deseo que lo habita. Ética como aquello que motiva determinado acto, que dirige la acción. La angustia y la culpa aparecen como figuras que alertan que se ha cedido ante el deseo, que no se ha obrado en conformidad con el deseo que habita esa vida.

Ved mantiene una conversación con su padre, donde, a través de una narración que él inventa y relata, expone que es momento para él de cortar con las cadenas que lo atan a las expectativas familiares y culturales, que es tiempo de llevar a cabo un acto singular que lo (re)defina en sintonía al deseo que lo habita. Relata la historia de un abuelo, de un padre (que son los suyos), y finalmente es el turno del hijo: es su turno, “él es el héroe ahora”. El hijo del relato dice estar en una carrera, sin siquiera saber por qué está en ella, pero corre porque todos los hacen, y es tiempo de elegir su propia carrera; si lo hace, con ese acto ya llegó primero a la meta. Mientras Ved hace su relato, se alternan escenas donde se lo muestra llevando esa obra que relata a sus padres, en diversos teatros siendo él siempre el narrador; su obra va cobrando con el tiempo cada vez mayor éxito y creciente reconocimiento por parte del público.

Blanchot postula que “el movimiento de rechazar es raro y difícil” (Blanchot, 1958/9, p.1), porque no solo se rechaza lo que genera malestar, sino a la vez lo que pareció ser una solución razonable que permitiría encontrar la felicidad. Lo que se rechaza bajo la fuerza de la inconformidad no es algo que carezca de importancia, sino por el contrario, es aquello que hasta el momento brindó “una apariencia de cordura que (hoy) nos produce horror”; un modo de conciliar que ya no puede ser tolerado. Y continúa, “una ruptura se ha producido. Se nos ha conducido hasta esa franqueza que ya no tolera la complicidad”. La posibilidad de decir no, de rechazar aquello que nos produce inconformidad se asienta en la potencia arrolladora del sí del deseo.

Pasan algunos años, Ved triunfa como narrador, crea y produce grandes obras. Finalmente busca a Tara, la intercepta en el pasillo de un edificio donde ella se encuentra para dar una conferencia, y la aborda bajo el mismo juego con el que se conocieron en Córcega. Se presenta como “DON 2” y le dice que ha cambiado, y que ya no volverá a hacerlo, porque “he nacido como DON, y he sido corrompido”.

Conclusión

El capitalismo propone la felicidad como meta, como una meta posible de alcanzar si se cumplen ciertos requisitos que implican encajar en estereotipos y accionares funcionales a sus mecanismos de funcionamiento y reproducción. La familia, la sociedad y los grupos a los que pertenecemos nos dan un lugar, en el cual nos reconocen y a la vez se hace posible que nos reconozcamos a nosotros mismos. Bajo estas premisas, que nos permiten devenir sujetos y desarrollar un sentido de pertenencia es que transcurrimos la vida bajo condiciones y formas que consideramos las únicas posibles.

Frente a fuertes sentimientos de angustia, culpa, inconformidad o acontecimientos que sacuden el mundo tal como lo conocemos hasta el momento, pueden caer las representaciones en las que nos sostenemos para la vida. Se nos impone un cambio, una modificación, pero mientras sigamos creyendo que lo que conocemos es la única realidad posible, el desafío de cambiar se hace insostenible. Ahí radica la importancia de tener presente el concepto de ficción y de la posibilidad de mutar las identificaciones que nos sostienen. El juego y el arte son figuras que nos permiten ensayar otras ficciones, otras realidades, poner en juego otros modos de vincularnos y de ser y estar en la vida, otras formas de existencia.

Me permito incluir una reflexión final sobre la importancia de a quien elegimos como pareja o como vínculos significativos con los que nos rodeamos. Si bien el deseo es personal y el acto ético solo puede ser llevado a cabo de manera singular e individual, me parece pertinente preguntarnos para futuras intervenciones sobre el tema, cómo los vínculos que sostenemos nos alejan o nos acercan, nos facilitan o dificultan, la posibilidad de generar condiciones de disponibilidad para que podamos poner en juego el deseo que nos habita.

Referencias

Barthes, R. (1970). Escribir la lectura. En El susurro del lenguaje. España. Editorial Paidós, 2007.

Blanchot, M (1969). René Char y el pensamiento de lo neutro, en La Conversación infinita. Editorial Arena, Madrid, 2008. Página 380.

Borges, J.L. (1941). El Jardín de Senderos que se Bifurcan.

Foucault, M. (1975). Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisión. México. Editorial Siglo Veintiuno, 2000.

Freud, S. (1915). Duelo y melancolía. Tomo XIV. Buenos Aires. Editorial Amorrortou.

Freud, S. (1921). Psicología de las masas y análisis del yo. Buenos Aires. Editorial Amorrortou.

Lacan, J. El estadio del espejo como formador de la función del yo tal como se nos revela en la experiencia psicoanalítica. Escritos I. Siglo XXI, México, 1976.

Lacan, J. Función y campo de la palabra y el lenguaje en psicoanálisis. Escritos I. Siglo XXI, México, 1976.

Milán, K. El falso autostop, en El libro de los amores ridículos. http://elbaulito.blogspot.com.ar/2006/09/el-falso-autostop.html

Percia, M. (2015). Lo grupal, políticas de lo neutro. Buenos Aires.

Rolón, C. (2014). Yo soy yo, yo soy yo, yo soy yo. De ficciones, juegos y narices torcidas (unp.). Buenos Aires.



NOTAS





Película:Tamasha

Titulo Original:Tamasha

Director: Imtiaz Ali

Año: 2015

Pais: India

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