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Mi nombre es Marina ¿Hay algún problema con eso?

por Brodsky, Juan Ernesto, Castro, María Eugenia, Foco, Gigliola

Universidad Nacional de Córdoba

Resumen

El presente artículo propone un abordaje de la película chilena “Una mujer fantástica” (2017) dirigida por Sebastián Lelio, a la luz de las conceptualizaciones lacanianas sobre la segregación. En este punto, la pregunta que orienta el escrito remite a qué es lo que se rechaza y se vuelve insoportable para el otro en los procesos de segregación. Para esto, se retomarán las conceptualizaciones de Jacques Lacan, Jacques-Alain Miller, entre otros, quienes con sus aportes nos permiten visualizar algunas características de lo que este film enseña sobre la época. A lo largo del escrito, se articularán estos desarrollos con diferentes escenas del film en cuestión, recortes que habilitan una reflexión sobre la expansión de los procesos de segregación, tal como sostiene Lacan.

Palabras Clave: Psicoanálisis | Segregación | Odio | Goce

La fuerza de la naturaleza

En el inicio del film se observa la imagen de las Cataratas del Iguazú, imponentes, que marcan el ritmo de lo que será “Una mujer fantástica” [1].

Una y otra vez, la fuerza de la naturaleza hace su aparición en el desarrollo de la historia. Una postal de unas cascadas decorando la habitación de dos amantes, una lluvia torrencial que moja por completo a la protagonista, Marina, y la perla de este film en la cual puede observarse a la misma seguir avanzando por la calle, a pesar de un viento huracanado que intenta frenarla. ¿Qué es lo que se intenta detener? ¿Quién es una mujer fantástica?

Lo que queda por fuera: “La otra historia”

En las primeras escenas de esta producción chilena, se observa la cotidianeidad de una pareja constituida por Marina Vidal (Daniela Vega), una mujer transexual, mesera y cantante, y Orlando (Francisco Reyes), un hombre mayor, quienes están enamorados y planean su futuro juntos. Todo se presenta demasiado armónico hasta que algo irrumpe.

Es frente a la muerte de Orlando que se empieza a narrar la otra parte de la historia. Podemos ubicar cómo esta muerte enfrenta a la protagonista con aquel aspecto rechazado por parte de los familiares de Orlando: “cuando te veo, no sé lo que veo, pura perversión”, le dice la ex mujer de su pareja a Marina.¿Quién es Marina?

En una entrevista realizada al director del film, el mismo sostiene que lo que guió la trama argumentativa fue el siguiente interrogante: “¿Qué pasa si alguien muere en tus brazos y tus brazos son los peores brazos en los que esa persona podría morir porque tú eres, por alguna razón, él o la indeseada? Y después debes avisarle a la familia y al mundo que esa persona murió a tu lado y nadie te quiere ahí. [2]

En 1968, Francia transitaba el Mayo Francés, movimiento revolucionario en el que se cuestionaba el sistema global de consumo capitalista. Las altas tasas de desempleo y el descontento social con un sistema que decrecía a nivel económico, movilizaron a la sociedad francesa. Un año antes y atravesado por este contexto, Lacan sostendrá que “aquello con lo que (…) tendremos que vérnoslas, y de modo cada vez más apremiante: la segregación” (p.276).

El segregacionismo es aquella política que tiene como práctica separar, excluir al Otro. Un otro que generalmente es minoría. Se trata de apartar al diferente.

A lo largo del film, se observa cómo diferentes personajes encarnan el rechazo por lo diferente en el intento de dejar por fuera de las ceremonias, del velatorio, del entierro y de sus vidas, a Marina quien insiste en poder despedirse de su pareja.

En este punto, Fridman (2017) refiere a que las consecuencias en términos de segregación no dejan de advertirse inmediatamente toda vez que una unidad supone la expulsión de lo que no le es funcional o que se opone a la misma.

“Mi papá estaba loco. No entiendo qué eres”, sostiene el hijo de Orlando. Así, el rechazo se replica una y otra vez en la película hasta enfrentar al espectador con Marina siendo golpeada e insultada por un grupo de familiares de su pareja quienes sostienen, a través de diferentes escenas, ser “normales”.

En relación a esto podemos ubicar que la segregación es inherente al discurso, es decir, a las formas que adopta el lazo social.“Simplemente, en la sociedad (…), todo lo que existe se basa en la segregación, y la fraternidad lo primero. Incluso no hay fraternidad que pueda concebirse si no es por estar separados juntos, separados del resto” (Lacan 1970, p. 121).

Fernández Blanco (2017) plantea que en este punto Lacan relaciona la fraternidad con la separación de los mismos con los mismos, con el universo de la segregación generalizada. La fraternidad actual es sobre todo fraternidad de goce, ya que lo que agrupa al sujeto actual no es tanto la comunidad de creencia, sino la comunidad de goce.

Podemos observar en el film cómo los familiares de Orlando cierran las puertas de la iglesia y echan a Marina de su departamento, intentando dejarla por fuera de la historia oficial, la historia de su pareja.

Aquello que se rechaza

“Una mujer fantástica” nos enseña sobre la segregación en su dimensión problemática. Pues, en la trama, Marina recorre una y otra vez un mismo lugar, lo rechazado, desde tres dimensiones: desde ella misma, ante un espejo que le devuelve una imagen difusa, ante la familia que insiste en desconocer un lugar para ella y ante la cultura que no la admite en la legalidad.

Tal como plantea Lacan en su Seminario 3 (1956), aquello que queda por fuera de la simbolización, retorna desde lo real. Esto se pone de manifiesto en los procesos de segregación social que Bassols (2017) ubica como respuesta a esta segregación estructural.

Este autor propone distinguir dos registros en el fenómeno de la segregación. El primero, remite a una “segregación estructural” (Bassols, 2017, p.10), inherente al lenguaje como operación simbólica que tiene como condición la exclusión de algo en su exterior para construir un interior. De este modo, toda ordenación simbólica deja algo fuera de ella, aunque eso pueda simbolizarse en su interior, posteriormente, como ausente.

La segregación como discurso del vínculo social implica identificar al otro, a lo Otro de cada sujeto, con el goce segregado estructuralmente: “es lo extranjero, lo bárbaro, que encarna para cada uno un goce extraño, segregado, ajeno” (Bassols, 2017, p.11).

Es así que, para realizar un análisis del concepto de segregación es necesario entender que el mismo no remite únicamente a la agresividad imaginaria que se dirige al semejante, sino que también implica el odio a la manera particular en la que se imagina el goce del Otro.

Al respecto, Fridman (2017) advierte que segregación y agresividad no son equivalentes. Esta segunda supone una relación narcisística entre un sujeto y su semejante. Sin duda, la agresión es parte del lazo del lenguaje y no supone la desaparición del otro en la medida que su presencia es necesaria para sostener en el entre-dos. En cambio, el odio demanda la desaparición y el exterminio de ese goce extraño.

Una escena nos interroga en este punto: Marina llega al departamento en el que vivía con su pareja y encuentra uno de sus vestidos colgados de la pared del living junto a los restos de comida y colillas de cigarrillo que el hijo de Orlando y sus amigos habían dejado allí. ¿Qué es lo que les resulta insoportable?

La segregación: goces insoportables

En una entrevista realizada a Miller (2010), el mismo reflexiona sobre el racismo moderno. En la nota, expresa que no basta con cuestionar el odio al Otro, porque justamente esto plantearía la pregunta de por qué este Otro es Otro. En el odio al Otro, que se conoce a través del racismo, es seguro que hay algo más que la agresividad. Hay una consistencia de esta agresividad que merece el nombre de odio y que apunta a lo real en el Otro.

Surge entonces la pregunta ¿qué hace que este Otro sea Otro para que se lo pueda odiar en su ser? Es el odio al goce del Otro. Esta es la fórmula más general que puede darse de este racismo moderno, tal como lo verificamos. Se odia especialmente la manera particular en que el Otro goza.

Miller y Laurent (2013) refieren que la época actual es más proclive, es congruente, a los fenómenos de segregación dada la naturalización del odio, en la medida que el mismo apunta al rechazo de lo no propio. En este punto, el odio es funcional a la época del Otro que no existe, donde se desprecian los lazos simbólicos y afectivos. “El que odia solo puede armar vínculos por su odio, que lo reafirman en esta posición” (p. 111).

Asimismo, ese odio del goce del Otro es también rechazo al propio goce, en el punto donde éste se le presenta al sujeto como extraño e inmanejable.

Así, otra escena del film interroga: Marina intenta ingresar a la iglesia en donde se está velando el cuerpo de su pareja. Rápidamente, se hacen presentes los insultos y las puertas se cierran dejándola afuera. Sin embargo, esto no es suficiente. El hijo de Orlando y sus primos persiguen a la protagonista y la suben a su auto a golpes. Aparece, entonces, una respuesta de odio en el otro que lo conduce a un acto violento: mientras ella habla, encintan su boca y su cara. ¿Qué se intenta acallar?

Cabe agregar que Miller, en su curso “Extimidad” (2010) sostiene que la universalización del goce es el sueño del Siglo XXI y hacia lo que apunta el modo universal de la ciencia. Sin embargo, esta encuentra su límite “en lo que es estrictamente particular en lo que no es universal ni universalizable y que podemos llamar, con Lacan, modo de goce” (p.51). Así, se postula que el discurso de la ciencia, a partir de su tendencia homogeneizante, anula las particularidades subjetivas, estableciéndose como técnicamente “antirracista”, ya que hace existir el “para todo hombre”.

Lo propio del psicoanálisis es ir a contrapelo del “para todos” reconociendo la diferencia radical de cada uno. Es decir, lo singular que hace lazo sin perder su disparidad. “No es esa plaza pública la plaza de la intolerancia, sino la del lazo de discurso desde la pluralidad de goce de cada uno” (Fridman, 2017, p. 113).

Es así que puede pensarse que la segregación permanece oculta mientras no se toque el modo de gozar de aquel que tiene el poder de segregar a otro. Cuando perturba al amo de turno aparece el racismo.

En “Una mujer fantástica” algo del modo de gozar de estos partenaires toma estado público, perturba y se hace insoportable. Cuando Marina llega al hospital, en la recepción la interrogan: “¿quién es usted?”, “¿habían consumido drogas? Orlando está golpeado. ¿Verdaderamente se cayó accidentalmente por las escaleras?”. La protagonista queda así ubicada en un lugar rechazado, segregado en tanto resto, convirtiéndose para el otro en sospechosa del asesinato de su pareja.

A contraviento

“Mi nombre es Marina, ¿hay algún problema con eso?”, es una respuesta que la protagonista realiza ante un cuestionamiento que insiste. Esta mujer fantástica se encuentra una y otra vez con el rechazo de un otro que la segrega, que separa ex profeso su cuerpo apartándola de los otros. Ante esto, su nombre insiste y acompaña un arreglo singular.

En “La segregación y sus destinos”, Fridman (2017) sostiene que nadie puede escapar a su nombre propio. Un nombre propio es un designador rígido y en él está en juego un deseo. Es, en este punto, donde el autor sitúa una vertiente de la segregación en su dimensión estructural que produce “efectos deletéreos” (p.88) en la subjetividad.

A su vez, la película plantea un posicionamiento posible ante los embates de transitar diferentes espacios con un cuerpo que no está sujeto a la normatividad ni universalidad. Así, Marina recorre cada espacio con un arreglo propio a contraviento.

Cabe agregar que el psicoanálisis se orienta por el síntoma. “La dimensión singular del síntoma, lo que aísla como lo singular de la posición subjetiva, resiste toda clasificación, es imposible agrupar en un conjunto con otros, es una singularidad irreductible, irrepetible, que pone al sujeto como único” (Fridman, 2017, p 96).

¿Qué es lo que diferencia al psicoanálisis de otras lecturas con respecto a la segregación? Tal como refiere Lacan (1974) en su Seminario 21

el discurso analítico no consiste, en absoluto en hacer entrar lo que no marcha en el discurso normal. (...) No se trata de hacerlo volver a entrar, sino simplemente de apuntar a lo que no marcha es justamente el discurso que sólo procede por el decir verdadero está demostrado: basta que alguien haga un esfuerzo por decir verdadero para que todo el mundo se descomponga. (p.287)

El psicoanálisis es, en este punto, antisegregativo. Es decir, apunta a la singularidad tomando distancia de las clasificaciones que propone el discurso de la ciencia que, en su empuje a la inclusión, segregan lo más propio e inclasificable de cada quien.

Es así que Marina va a contraviento. A pesar de la fuerza de un viento huracanado que intenta frenar su andar, entre hojas y papeles que vuelan, este personaje se sostiene con firmeza. Esta mujer fantástica avanza y no se detiene ante un escenario que muestra una y otra vez, la segregación.

Bibliografia

Delgado, O. y Fridman, P. (2017). Indagaciones psicoanalíticas sobre la segregación. Buenos Aires: Grama Ediciones.

Fernandez Blanco, M.(2017). “Nuevas identidades y segregación”. Disponible en :http://identidades.jornadaselp.com/textos-y-bibliografia/lineas-de-trabajo/nuevas-identidades-y-segregacion/

Freud, S. (1929). El malestar en la cultura. En Freud (1929). Obras completas. Reino Unido: Amorrortu Editores.

Lacan, J. (1956). Seminario 3. Las psicosis. En Lacan, J. (1956). El Seminario de Jacques Lacan. Buenos Aires: Paidós.

Lacan, J., (1970). El Seminario 17. El reverso del psicoanálisis. En Lacan, J. (1970). El Seminario de Jacques Lacan. Buenos Aires: Paidós.

Lacan, J., (1974). El Seminario 21. Los desengañados se engañan o los nombres del padre. En Lacan, J. (1970). El Seminario de Jacques Lacan. Buenos Aires: Paidós.

Lacan, J., (1968). Nota sobre el padre. El Psicoanálisis Nº 29, Barcelona, ELP, 2
Miller, J-A. (2010). Extimidad. Los cursos psicoanalíticos de Jaques Allan Miller. Buenos Aires: Paidós.

Miller, J.-A. (2010). Enemigos Éxtimos. Psicología- El racismo en la sociedad contemporánea. Página/12. Disponible en: https://www.pagina12.com.ar/diario/psicologia/9-143452-2010-04-08.html

Miller, J-A. y Laurent, E., (2013). El Otro que no existe y sus comités de Ética, en Revista El Caldero, n°.56


NOTAS

[1Película: Una mujer fantástica. Director: Sebastián Lelio. Año: 2017. País: Chile




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COMENTARIOS

Mensaje de Fanny Novack   » 1ro de noviembre de 2018 » novack_fanny@hotmail.com 

Excelente análisis de la película. Lo que se segrega este lo diferente, es lo temido, lo que me muestra en espejo mis miedos, mis pesadillas, lo que pone en duda mi sexualidad...
Que es ser normal?, Que es ser diferente? La familia de Orlando tenía que remarcar que eran "normales" al mismo tiempo que Marina debía remarcar: "Mi nombre es Marina: hay algún problema con eso?. Cuando al Otro no lo podemos integrar a un "nosotros", cuando lo diferente se lo acusa, se lo violenta, se lo tortura, cuando hay poca empatía con la Otredad, es que nos preguntamos: Qué hace que este Otro sea Otro, para que se lo pueda odiar en su ser? (Arthur Miller).



Mensaje de Juan Pablo Duarte  » 30 de octubre de 2018 » juanpduarte2@hotmail.com 

Excelente trabajo en torno a la pregunta planteada por Jacques-Alain Miller: ¿Qué hace que este Otro sea Otro para que se lo pueda odiar en su ser?. Resulta destacable la elección del film y las escenas escogidas para abordar este complejo interrogante.



Mensaje de Camila Zeballos  » 29 de octubre de 2018 » camii.lcep@gmail.com 

En este articulo se destaca el papel de la segregacion y del racismo desde el psicoanalisis.
Me parece importante destacar que aquello a lo que se segrega,a lo que se discrima ; es lo diferente a uno,algo que desconcierta,con lo cual no se puede uno identificar,sentir y ver como un par.
En la pelicula,se denota en varias ocasiones en la que el trato,la forma de hablarle los familiares y amigos del difunto,a la protagonista es con rechazo,odio, que se debe a la subjetividad misma de ellos. Puede ser que sea porque no comprenden lo diferente,no se logra construir una estructura en lo simbolico de ese significante que representa el personaje de Marina y eso ocasiona el rechazo y la segregacion.



Mensaje de Antonella  » 27 de octubre de 2018 » antonella_m88@hotmail.com 

Excelente trabajo. Me gustó mucho la elección de la película y el análisis llevado a cabo sobre la segregación. Los interrogantes dispuestos a lo largo del artículo iban alentando mi continuidad en la lectura y mi interés por saber un poco mas sobre la perspectiva que iban desarrollando.
Al interrogante "¿Qué es lo que les resulta insoportable?", sumaria luego el "¿Por qué?". Creo entender que parte de la respuesta a esta pregunta se encuentra en el comentario de Marisa Fuentes. Es fundamental contar con el apoyo del Estado y de las leyes para promover la igualdad de derechos. Lo instituido crea subjetividad, el sujeto no es sin un Otro atravesado por lo particular de la época, y es a través de ésta que es hablado. Los discursos imperantes en la actualidad siguen siendo segregativos y apuntan a un sector del poder que promueve la discriminación y el odio. Afortunadamente, existen mujeres fantásticas como la protagonista del film, que aun siendo violentada por múltiples voces constantemente, encarna la determinación de quién solo puede ser quién es. Ni mas ni menos.



Mensaje de Florencia González Pla  » 22 de octubre de 2018 » florenciagonzalez_07@hotmail.com 

Muy interesante al análisis del film en torno de la segregación como fenómeno de la época. Lo trans como modo de vivir la identidad, la sexualidad, el amor, es blanco de discriminación, de violencia y de segregación. La escena en que golpean a Marina también se encuentra en otros films que abordan la temática trans: XXY (Puenzo, 2007) y The Danish Girl Hooper, 2015). En ambos, un grupo de jóvenes que conocen superficialmente al personaje principal lo golpean sin otro motivo más que el de su condición transexual. Allí se hace evidente lo que ubicas como “fraternidad de goce”. Se trata de pandillas que pretenden dar un “escarmiento” al sujeto segregado, en tanto no soportan su modo de habitar el mundo, instigándolo a que troque su modo de gozar por otro supuestamente mejor.

Por otro lado, el rechazo de los hijos de Orlando frente a la presencia de Marina en el entierro, me recordaba a la tragedia de Antígona, cuando Creonte con su edicto prohíbe sepultar el cuerpo de Polinices, y con ello que sus deudos puedan despedirse de él. Los hijos de Orlando, al igual que Creonte, atentan entonces con un derecho universal, en un acto tiránico que atenta con lo más singular de cada quien.

Excelente trabajo!



Mensaje de Rosario Gimenez  » 2 de octubre de 2018 » rosarioagimenez@gmail.com 

Me gusto mucho el trabajo, como va tocando todos los puntos importantes del film. En la escena del viento huracanado yo lo pensé como que Marina tiene todo en contra, hasta el viento, pareciera que hasta la naturaleza va contra ella, además de ir siempre a contra viento esa escena resalta el contraste del "refugio" que ella va a buscar a su clase de canto a donde va a "esconderse del mundo", ya que a lo largo de la película se muestra como se ve embestida y agredida hasta en el departamento donde vivía y en su trabajo, ni bien sale de ese respiro que va a buscar con su profesor se encuentra con ese viento fornido que intenta frenarla sin embargo ella sigue adelante a contra viento.



Mensaje de maria paz ozan collavini  » 1ro de octubre de 2018 » mariapazozan@gmail.com 

Es interesante como se plantea en el articula la segregación como forma de odio es un tema recurrente a lo largo de “Una mujer fantástica”. El detonador para esta seguidilla de atropellos a Marina, la protagonista, es la muerte de su pareja, Orlando cuya familia se puede considerar “normal” dentro de un espectro heteronormativo. A lo largo de la película Marina sufre el accionar segregativo de la familia de su compañero quienes, en rechazo de eso que ella es, buscan apartarla de todo lo que está relacionado con el difunto como si la estuvieran negando. Esta segregación no implica solamente la deleción de ese otro sino también el odio y el apartamiento de aquello que se imagina que es su goce.
Por otro lado, es importante como se plantea que el psicoanálisis no busca hacerle frente a la segregación mediante la reinserción a “lo normal” del individuo, sino que nos encontramos ante una postura anti segregativa. Lo que intenta es dar un lugar a esa particularidad a pesar de ser contrario a lo que se considera convencional, como Marina quien verá su fortaleza desafiada por los vientos de la segregación, ejercida por la familia del hombre que en vida fue su pareja.



Mensaje de Johanna Kozlowski  » 29 de septiembre de 2018 » joykozlowski@gmail.com 

Gracias por este trabajo, al leerlo y recorrer los puntos que se despliegan me surgieron preguntas y reminiscencias de las tesis de Cornelius Castoriadis respecto a, si las llamadas "minorias" segregadas, serán realmente minorias o escapando de medidores cuantitativos nos acerca mas a mayorías no representadas, a fuerza de que queden excluidas por no entrar en la heteronorma y hegemonias impuestas propias de la época.
Por otro lado no puedo dejar de pensar en lo que Michel Foucault postula como "poder" .Y practicas mediante las cuales se invisibiliza lo "inaceptable" de uno mismo y la frase del escrito que dice :" Asimismo, ese odio del goce del Otro es también rechazo al propio goce, en el punto donde este se presenta al sujeto como extraño e inimaginable", plasma esto de un modo maravilloso.
Pienso en qué las victimas somos , al final de cuentas, todos, pelando por mantener el Statu quo que nos oprime y limita. Evitando las diferencias radicales de cada uno, como bien recuerda este texto, "aquellas dimensiones singulares donde es posible hacer lazo sin perder la disparidad".
Deberemos pensar en practicas alternativas y complejas que admitan las dimensiones borroneadas de casa subjetividad, al fin de aliviar el malestar general que reina nuestros días.
Una vez mas gracias y felicitaciones por el trabajo.



Mensaje de Ayelen  » 24 de septiembre de 2018 » ayelenbocedi@gmail.com 

“Es un derecho humano básico despedirse de una persona querida cuando se muere” le informa Marina al hermano de Orlando luego de que la ex pareja del difunto la echara de la iglesia donde se estaba realizando el velatorio. Para despedirse de un “ser querido”, como nombra la protagonista a su pareja, es necesario que pueda darse un proceso de transformación del objeto amoroso, que pueda desplegarse el trabajo de duelo. En ausencia de tal proceso, dirá Freud, la sombra del objeto caerá sobre el yo y lo arrastrará con él. Marina entrega en la puerta del Hospital a un Orlando moribundo que es ingresado rápidamente en la guardia sin posibilidad, dada la premura y gravedad de la situación, de despedirse. Luego de avisarle lo sucedido al hermano de su pareja y desbordada por lo acontecido, se retira corriendo del Hospital. El hijo del difunto echa a Marina de la casa donde su padre y ella vivían, amenazando que él le quitaría otro ser querido: Diabla, la perra que compartían con Orlando. Más tarde, la ex esposa le prohíbe, a Daniel como la nombra tanto ella como otras figuras institucionales, asistir al funeral negándole el derecho básico en cuestión. Esta breve interpretación desde la “clínica de la melancolía” quizás también nos permita leer en ese viento huracanado, en esa fuerza de la naturaleza y la cultura, la sombra del objeto amoroso arriesgándose a caer sobre el yo de Marina en un intento de llevárselo consigo.

El ritual funerario es entendido como un dispositivo puesto en juego para suturar aquello que falta. Para Lacan el agujero de la pérdida que provoca el duelo moviliza el significante, el cual entrará en juego para intentar suturar el agujero. Lo que falta, falta en lo real. Cuando ese sitio vacío no es colmado por ningún elemento significante, la figura espectral del muerto retorna desde lo real. Es decir, no será sin consecuencias la imposibilidad de simbolizar la pérdida. Las apariciones espectrales son el resultado de la vacancia en los ritos funerarios, sostiene Carlos Gutiérrez. Es desde este lugar que se pueden leer las apariciones de la figura de Orlando que acompañan a Marina de manera progresivamente más contundente, como en el lavadero de autos, en la discoteca y sobre todo, segundos antes de verlo por última vez.

En otra escena vemos una pandilla de varones que han internalizado el patriarcado, familiares del difunto y liderada por el hijo, metiendo en un auto en contra su voluntad a Marina. La llaman “monstruo” en un nuevo intento de aplastar su subjetividad. Susy Shock reivindicaría su derecho vital a ser un monstruo y que otros sean lo normal. El nombre tiene un lugar de fundación y cuando ese lugar es abolido, sostiene Gutiérrez, es abolida la subjetividad. Sin embargo, podemos aventurarnos a decir que a quienes estas personas intentan aplastar es a Daniel, al “maricón pintado”, al monstruo. Ellxs se relacionan con Daniel, no con Marina, la mujer, a quien Orlando eligió como pareja y compañera. Es por ello, que no pudieron despojarla de su identidad, de su nombre, no pudieron abolir la posición subjetividad que ella misma (se) fundó. Lohana Berkins sostenía que ella no había nacido en ningún cuerpo equivocado, que no estaba atrapada en un cuerpo de varón, que no quería ser mujer como tampoco hombre. Siguiendo lo planteado por SuSy Shock, ella reivindicaba su derecho a ser travesti. “Pensar que en toda su existencia, la mayoría de los hombres no han sido ni siquiera mujer!” exclamaría, tras un suspiro, Oliverio Girondo.



Mensaje de Marisa Fuentes  » 23 de septiembre de 2018 » marisaf2@live.com.ar 

Muy interesante el abordaje realizado en este trabajo.
Quisiera agregar que, desde mi perspectiva, es necesario pensar la segregación siempre en el marco de la existencia de un corpus legislativo que debiera regular "las segregaciones" y los derechos de les segregades.
Esto lo digo porque si pensamos la segregación solo como un acto en que se pone en juego la subjetividad de quien la ejerce, perdemos entonces de vista los factores que inciden en la realidad que viven por ejemplo las comunidades de mujeres trans a lo largo de toda la región latinoamericana.
Cuando aún encontramos estados que castigan las disidencias sexo genéricas, la segregación es algo más que la naturalización epocal del odio al goce del otro, es sistematización y estatización del odio. Y siendo que se pone en juego la cuestión identitaria, y del ejercicio monopólico de la fuerza represora, como argentines, no debemos perder de vista la que sucedió durante la época más oscura de nuestra historia: en ese entonces no eran "4 gatos locos" quienes ejercieron el terror de anular la existencia del otro, fue todo un aparato estatal que dispuso los artilugios necesarios para llevar adelante un plan sistemático.
Nuestra Ley de Identidad de género, viene a darle lugar a esas identidades borradas por el odio, segregadas de su derecho a ser. Y en esta línea, me gustaría destacar la labor de les compañeres que trabajan en el Archivo de la Memoria Trans.
Ojala algún día, nos encontremos con otra película chilena que nos pinte una realidad diferente y que podamos pensar en no solo una mujer, sino una sociedad “fantástica”.



Película:Una mujer fantástica

Titulo Original:Una mujer fantástica

Director: Sebastián Lelio

Año: 2017

Pais: Chile

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