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Cómo interactuar con androides: Del valle inquietante a lo siniestro como límite

por Amatriain, Lucía

Resumen:

La hipótesis del uncanny valley formulada originalmente por el roboticista japonés Masahiro Mori (1970) sostiene que a medida que la apariencia de un androide se acerca a la figura humana produce mayor aceptación pero que, a partir de cierto punto, esta tendencia se invierte generando un efecto de inquietante extrañeza. Luego de lo cual, la dirección vuelve a cambiar y el robot nuevamente genera confianza y tranquilidad. En el primer episodio de la serie de ciencia ficción Westworld (Abram et al., 2016- ), que nos transporta a un universo en donde existen androides indistinguibles de las personas, observamos un diálogo entre quienes se encargan de perfeccionar a los robots en el que se preguntan qué tan deseable es continuar “actualizándolos”. A partir de este interrogante, retomamos la hipótesis de Mori e indagamos qué nos enseña esta cuestión sobre lo siniestro. Nos valemos del método clínico-analítico de lectura de películas y series (Michel Fariña, 2015) considerando su potencia para pensar problemáticas de la actualidad.

Palabras Clave: Uncanny-Valley | autómata | límite

How to Interact with Androids: From the Uncanny Valley to the Uncanny as a Limit

Abstract

The uncanny valley hypothesis originally formulated by the japanese roboticist Masahiro Mori (1970) maintains that as the appearance of an Android approaches the human figure, it produces greater acceptance but that, after a certain point, this trend is reversed, generating a effect of disturbing strangeness. After which, the direction changes again and the robot once again builds confidence and peace of mind. In the first episode of the science fiction series Westworld (Adram et al., 2016- ), which transports us to a universe where there are androids indistinguishable from people, we observe a dialogue between those who are in charge of perfecting the robots in the who wonder how desirable it is to continue “updating” them. From this question, we return to Mori’s hypothesis and investigate what this questions teaches us about the uncanny. For which, we use the clinical-analytical method of Reading movies and series (Michel Fariña, 2015) considering its power to think about current problems.

Keywords: Uncanny-Valley | automaton | limit

Muchas son las cosas Unheimlich,
Pero ninguna más Unheimlich que el hombre.
Sófocles, “Antígona” [1]

Me… and you
and who knows which is which
and who is who.
Roger Waters, “Us and them”

Introducción

La serie televisiva Westworld (Abrams et al., 2016- ) [2] propone una distopía en donde los avances tecnológicos permiten realizar robots indistinguibles de las personas. Esta sofisticada programación da lugar a un gran parque temático que lleva el nombre de Westworld y reproduce las principales tramas de las películas western. Se trata de un excéntrico destino turístico de alto costo ofrecido por la compañía Delos. Allí, los robots ofician de “anfitriones” al servicio de los clientes –llamados “huéspedes” o “recién llegados”– que transcurren su estadía con la intención de satisfacer ciertas fantasías y orientarse respecto a quiénes son y qué quieren realmente, más allá de las apariencias y los velos sociales. Esta experiencia hiperrealista se basa en suspender los valores sociales y hacer lo que se desea con absoluta libertad, sin inhibiciones o restricciones morales. Los “huéspedes” participan de las diversas propuestas que dispone el parque, como seducir a jóvenes androides, ir tras una peligrosa aventura o batirse en un duelo mortal, con una ventaja: la garantía de no ser heridos. Por su parte, los “anfitriones”, que desconocen su naturaleza androide, son programados de acuerdo a las leyes de la robótica, lo que asegura que los clientes no sufran daños reales [3].

Durante el primer episodio tiene lugar una conversación entre dos integrantes de la compañía Delos que forman parte del equipo de programación y actualización de los robots, perfeccionándolos constantemente con la intención de realizarlos cada vez más similares a los humanos. Uno de ellos cuestiona hasta qué punto esto es conveniente: ¿Quién quiere realmente eso? ¿Quién quiere creer que su esposo se acuesta con una atractiva mujer o que de verdad han asesinado a alguien? Todo esto funciona porque saben que los “anfitriones” no son reales. Esta idea del programador se posiciona de manera crítica frente al avance científico y nos acerca a la hipótesis del uncanny valley formulada por el roboticista japonés Masahiro Mori (1970) que sostiene que a medida que la apariencia de un androide se acerca a la figura humana produce una aceptación creciente pero que, a partir de cierto punto, esta tendencia se invierte generando un efecto de inquietante extrañeza. En esta instancia nos vamos a detener, ya que una vez que ese “valle” es superado, la dirección vuelve a invertirse y el robot nuevamente genera confianza, o incluso empatía, de manera similar a la que se produce entre los humanos. Siguiendo este planteo y la problemática que suscita la serie, nos preguntamos: ¿por qué se produce este efecto? ¿qué lo provoca? ¿qué nos enseña la hipótesis de Mori sobre lo ominoso?

Para adentrarnos en estos interrogantes seguimos el método clínico-analítico de lectura de filmes y series televisivas (Michel Fariña, 2014) considerando la potencia de las narrativas audiovisuales para pensar situaciones dilemáticas de la actualidad. Como señala Wajcman (2019) las series son formatos privilegiados para el tratamiento de diversas problemáticas al constituirse no solo como un ojo abierto al mundo, sino también como una máquina de abrir los ojos, abordando profundamente las perturbaciones de la actualidad.

Del humanismo a lo posthumano. Dèjá vu: Una falla en el programa

El logotipo de la serie presenta una versión actualizada del Hombre de Vitrubio. Ligado al Renacimiento y a las ideas humanistas, el famoso dibujo de Leonardo de Vinci (1452-1519) da cuenta del estudio de las proporciones ideales del cuerpo humano representando la figura del hombre como creación perfecta vinculada a la omnipotencia y ambición científica. Braidotti (2013) en “Lo posthumano” sostiene que es necesario reconsiderar, de manera crítica y creativa, en quién y en qué nos estamos convirtiendo a través del proceso de metamorfosis que proponen las tecnologías avanzadas. Señala que si el antihumanismo se caracterizaba por la crítica a la pureza científica, a la objetividad y autonomía propia del humanismo, el post-humanismo se basa en la hipótesis histórica de la decadencia del humanismo pero va más allá para explorar nuevas configuraciones, este se empeña en pensar “modos alternativos para la conceptualización de la subjetividad actual” (p. 51).

Desde el comienzo, la serie juega con la indeterminación entre el hombre y la máquina. Los científicos observan minuciosamente el comportamiento humano para replicarlo en los androides con gestos y sutilezas que hacen imposible identificarlos como máquinas. La narrativa aprovecha esta incertidumbre con respecto a la naturaleza de los autómatas, que no deja de resultarnos inquietante, y devela lentamente quién es quién dentro del parque: cuándo se trata de un anfitrión y cuándo de un huésped, cliente, humano. En el estudio de la compañía Delos, observamos al creador y director del parque interrogar a uno de los androides: ¿Alguna vez has cuestionado la naturaleza de tu realidad? A lo que responde: En un punto o en otro todos fuimos nuevos alguna vez, los recién llegados buscan lo mismo que nosotros: un lugar para ser libres, para buscar nuestros sueños, un lugar con posibilidades ilimitadas. Podemos pensar este discurso como una analogía de la creación científica: la aspiración a la libertad, la autonomía y lo ilimitado. En el transcurso de la serie, vemos cómo de esta misma pretensión científica emerge el conflicto, la omnipotencia que lleva al creador a desarrollar androides cada vez más similares a los humanos extrema los peligros del parque y conduce hacia su propia destrucción dejando implícita la pregunta por el límite del avance tecnológico.

Al estilo del día de la marmota en “Hechizo de tiempo” (Ramis, 1993), los anfitriones viven atrapados en un loop temporal en el que repiten cada día lo mismo, con algunas variantes de acuerdo a lo solicitado por los huéspedes. Luego de lo cual, sus memorias se reinician y comienzan un nuevo día con las mismas coordenadas del anterior. Todo parece controlado por el equipo de programación, que altera los guiones de acuerdo a la opinión del cliente con la intención de ofrecer un mejor servicio. Sin embargo, el conflicto aparece cuando algunos androides comienzan a recordar ciertas escenas repetidas, como un dèjá vu. Ante tal situación, los robots quedan perplejos en el medio de una conversación con un huésped o repiten varias veces un gesto o una palabra e incluso algunos de ellos empiezan a comportarse con actitudes desafiantes o peligrosas manifestando inquietudes sobre su propia existencia.

El término Unheimliche –siniestro u ominoso– es utilizado por Freud a lo largo de su obra, primero como una “impresión” o “un efecto”, y luego –después del artículo dedicado a este tema– como un “afecto” o “sentimiento”. Desde las primeras menciones es asociado con el peligro, lo impuro, lo novedoso o desconocido. En primer lugar, nos interesa este sentimiento ya que Freud ubica al fenómeno del dèjá vu dentro del amplio espectro de situaciones que pueden suscitar este sentimiento:

A la categoría de lo maravilloso y ominoso pertenece también la singular sensación, que uno registra en diversos momentos y circunstancias, de que ya habría vivenciado exactamente eso mismo, que habría estado alguna vez en idéntica situación, sin que ningún empeño permitiera recordar con nitidez aquello anterior que así se manifiesta. (Freud, 1901, p. 257)

Esta falla en el programa permite que los androides sean liberados del loop tortuoso en que se encuentran. A partir de este despertar sintomático los androides dejan de funcionar de manera automática y empiezan a tomar ciertas decisiones. Sin embargo, cuando estos comportamientos son advertidos por los programadores, los robots son excluidos y desplazados a un sótano de la empresa, en donde aguardan inmóviles, desactivados.

Punto de suspensión de la realidad: Lo Unheimliche como límite

Lo ominoso no se deja definir de manera tajante. Freud señala que su interés en este término radica en la cercanía que mantiene con lo terrorífico, con aquello que excita angustia, y sostiene que es esperable que esta palabra-concepto contenga un núcleo que justifique su empleo y que sería provechoso conocer ese punto que permite distinguir lo propiamente ominoso de lo angustioso. Por este motivo, emprende dos caminos, describe el paradójico desarrollo lingüístico de lo Unheimliche y por otro lado, agrupa diversas situaciones, vivencias, que despiertan tal afecto. Enseguida manifiesta que ambos recorridos arrojan el mismo resultado: “lo ominoso es aquella variedad de lo terrorífico que se remonta a lo consabido de antiguo, a lo familiar desde hace largo tiempo” (Freud, 1919, p. 220).

A partir de esa definición, Freud se pregunta cómo es posible que lo familiar, acostumbrado, íntimo, devenga ominoso. En alemán Un es prefijo de negación, por lo que Unheimliche es lo opuesto a Heimlich. Sin embargo, lo Heimlich tiene dos acepciones que si bien no son antagónicas, se distancian entre sí. Mientras la primera refiere a lo familiar, confiable, perteneciente al hogar; la segunda da cuenta de lo oculto, secreto, de aquello que se quiere mantener clandestino. Es decir, entre los matices de su significado, uno coincide con su pretendida oposición. Y es que sólo puede devenir inquietantemente extraño lo concebido anteriormente como familiar.

Otra de las definiciones que Freud toma sobre das Unheimliche, acaso la más reconocida, es la pronunciada por Schelling: “Unheimliche significa todo aquello que debiendo permanecer en el secreto, en lo oculto, en estado latente, no obstante, ha salido a la luz” (1). Ahora bien, ¿qué es aquello que debía permanecer oculto y que con su emergencia nos hace virar de lo familiar a lo extraño?

Influido por Norman Weiner, padre de la cibernética, Masahiro Mori formuló su hipótesis publicándola en un breve artículo: Bukimi no tani gensho traducido al inglés como On The Uncanny Valley (Mori, 2012, [1970]). Si bien en ese momento no tuvo un gran alcance, cobró mayor visibilidad con el desarrollo tecnológico de las últimas décadas y, desde entonces, la noción del valle inquietante se ha resignificado y nutrido por los campos de la robótica, la computación y la psicología, siendo estudiada por las industrias del cine, los videojuegos y la filosofía transhumanista (Johnson et al., 2019).

Como vimos, la hipótesis de Mori apunta a que la respuesta de una persona enfrentada a un androide pasa de la empatía a la repulsión en la medida en que el robot se acerca pero no logra definitivamente copiar la apariencia humana. Esta pausa que se genera en la aceptación creciente hacia los robots es lo que conocemos como el valle inquietante:

Se emplean distintos términos para describir este “valle”, tales como horripilante, misterioso o espeluznante. Como se observa en el gráfico de Mori, para dar cuenta de la variable de “familiaridad, afinidad o comodidad” utiliza la palabra shinwakan. El valle inquietante es entendido como el shinwakan negativo, que aparece cuando la sensación de familiaridad o sincronicidad con alguien más, como un ‘encuentro de mentes’ se desvanece, cuando se des-cubre, se devela, que ese encuentro no fue más que una ilusión (MacDorman citado en Johnson et al., 2019). En el gráfico no solo se presenta el robot con apariencia humana sino también otras variantes y objetos que se inician con la máquina industrial y concluyen con la persona sana.

El nombre de “valle” refiere entonces a ese notable suspenso producido cuando la apariencia y el comportamiento de un androide se aproximan excesivamente al de una persona: cuando es excesivo pero todavía dudamos acerca de su naturaleza. Un robot claramente no humano no nos produce ningún conflicto pero cuando simula un comportamiento o rasgo humano y este se torna confuso para quien lo observa, resulta inquietante. Por otro lado, si en un futuro los avances tecnológicos logran atravesar este punto, será imposible identificar que se trata de un androide por lo que no generará este sentimiento. La importancia de esta pausa reside en la posibilidad que ofrece para interrogarnos si realmente es deseable atravesar este umbral.

Algunas de las respuestas que intentaron explicar este fenómeno son las siguientes:

  • • El rechazo a la enfermedad, supone que los androides que se encuentran en el valle inquietante nos recuerdan a personas enfermas.
  • • La falta de acostumbramiento, plantea que no estamos preparados para interactuar con robots que se nos parecen pero que con entrenamiento y constancia esto dejaría de resultarnos perturbador.
  • • El rechazo a la incertidumbre, este efecto se produciría porque no sabemos si se trata de un robot o no.
  • • La amenaza a la idea del ser humano como tal.

Aportemos otras ideas para ampliar estas opciones: En su análisis sobre lo siniestro, Jentsch (1904) propone a la incertidumbre intelectual como la principal causa del mismo y lo ejemplifica a través de la figura de Olympia, la autómata del cuento “El hombre de la arena” de Hoffman. Lo Unheimliche es presentado como aquello ante lo cual uno se encuentra desconcertado, perdido. Freud supera esta definición de lo siniestro como lo insólito o incierto, reconduciendo el efecto de la muñeca del cuento al temor a la castración y apuntando a lo siniestro como aquello que aparece en donde no debía dando cuenta de una relación dialéctica entre lo familiar y lo extraño: cuando lo más propio aparece como ajeno o cuando en lo extraño encontramos un punto que nos resulta familiar.

Desde el campo de la filosofía, Trías (1982) plantea la siguiente tesis en relación con lo siniestro: sostiene que este fenómeno es tanto condición como límite de lo bello, ya que sin su referencia lo bello no se conseguiría, es decir, la obra de arte carecería de vitalidad; mientras que la patencia y exhibición de lo siniestro –sin mediaciones simbólicas, cruda– destruiría el efecto estético. De esta forma, el autor sostiene que lo siniestro debe estar presente pero bajo la forma de ausencia, debe estar velado. Si es develado se rompe el efecto estético soportable, generando angustia y rechazo. Podemos explicar del mismo modo el sentimiento que genera el valle inquietante, en este caso la patencia de la réplica siniestra de los androides produce un corte en su aceptación rompiendo el efecto de confianza hacia los robots.

Por su parte, Žižek ubica la “pérdida de la realidad” como una forma elemental desde el creciente “hiperrealismo” de las imágenes que observamos cotidianamente en nuestros dispositivos. Así, sostiene que la distinción entre la “realidad objetiva” y su semblanza se torna borrosa, lo que conlleva una pérdida de la propia identidad poniendo en peligro la percepción más elemental de “nuestro propio cuerpo” en su relación con el medio, donde se suspende el conocimiento de lo que existe en realidad produciendo la desintegración del sentido de identidad personal. Estos androides de alto semblante humano, se presentan como puro semblante y reflejan de alguna forma nuestra falta de consistencia al desnudar el hiato de nuestra propia identidad.

La interacción entre lo humano y lo inhumano ha sido trastocada por la ciencia. Baudrillard (2002) se pregunta qué es lo propiamente humano y apunta a aquello que no se puede clonar, podemos pensar al valle inquietante como un límite al intento salvaje de clonarlo todo. El autor sostiene que la clonación se presenta como fantasía de inmortalidad con ciertas ambigüedades, señala que no-todo puede ser clonado, simulado, programado y se pregunta qué es lo que sobrevivirá a este intento de llevar la artificialización de los seres vivos lo más lejos posible. Responde que se trata precisamente de lo humano y que lo que realmente debería llamarse “humano” sería aquello que escape a la clonación, lo que impida ese pasaje. Tal vez lo más humano sea este punto siniestro que nos devela nuestra propia opacidad impidiendo ese pasaje.

Breves conclusiones

En este trabajo nos acercamos a lo Unheimliche desde dos perspectivas: por un lado, a partir de los dèjá vu que se presentan en los robots propiciando un despertar sintomático desde el que comienzan a interrogar su propia existencia. Y por otro, del lado de los humanos, a raíz de la preocupación que aparece en torno a la hipótesis del valle inquietante, cuando la aceptación de los robots se suspende presentando un efecto de extrañeza que nos lleva a interrogarnos acerca de nuestra propia identidad.

Este no es el Mundo feliz de Huxley, es decir, una versión distópica de la peor de las pesadillas modernistas. Tampoco es el delirio transhumanista de la trascendencia de los cuerpos humanos actuales. Esta es la nueva situación en que estamos inmersos: el inmanente hic et nunc del planeta posthumano; uno de los posibles mundos que nos hemos construido. (Braidotti, 2013, p. 234)

Si Asimov planteaba en sus obras un futuro en el que las personas podrían dedicarse al ocio mientras los robots reemplazarían la fuerza de trabajo, en la actualidad esta idea modernista se aleja mucho de nuestras posibilidades. Hoy nos enfrentamos con otra situación: los robots se han vuelto autónomos y capaces de tomar decisiones. Creados a imagen y semejanza de las personas, los androides están comenzando a salir del dominio de la ciencia ficción para entrar en el mundo real, tal como leemos en noticias recientes. Ante esta situación, el debate acerca de si es conveniente superar o no el valle inquietante cobra suma importancia.

¿Se tratará de evitar la incomodidad que produce esta interacción? Consideramos que lo siniestro marca un límite al avance científico y al mismo tiempo habilita una posibilidad de interpelación. Esta perspectiva del valle inquietante da cuenta de la utilidad del concepto de das Unheimliche para pensar la experiencia humana en la actualidad. Ese valle, umbral o pasaje, se presenta como un punto de suspensión del código común que nos permite repensar nuestra propia identidad en su máxima diferencia.

Notas:
(1) La definición completa, con el agregado: “en estado latente”, se
encuentra en Manuscrito inédito: Das Unheimliche (Klimkiewicz,
2014, p.190).

Referencias:

Abrams, J.J., Nolan, J., Joy, L., Weintraub, J., Burk, B., Lewis, R. J., Patino, R., Wickham, A., Stephenson, B., Thé, D. (Productores ejecutivos). (2016-). Westworld [Serie de Televisión]. HBO; Warner Bros; Television Distribution.

Baudrillard, J. (2002). La ilusión vital. España: Siglo XXI.

Braidotti, R. (2013). Lo Posthumano. Ed. Gedisa: Barcelona, España.

Freud, S. (1901). Psicopatología de la vida cotidiana, en Obras Completas, t. VI. Argentina, Buenos Aires: Amorrortu.

Freud, S. (1919). Lo ominoso, en Obras Completas, t. XXIII. Argentina, Buenos Aires: Amorrortu.

Jentsch, E. (1904). Zur Psychologie des Unheimliche, en Psychiatrisch, Neurologische
Wochenschrift
, nº22, 1906.

Johnson, A.W., Díaz Cruz, R., Guzmán, A. (2019). De autómatas y otros otros: Una
historia de das Unheimliche. En Extrañezas íntimas: inquietudes en torno a das Unheimliche en la sociedad y el arte. Universidad Autónoma Metropolitana: Gedisa.

Klimkiewicz, L. (2014). Das Unheimliche. Manuscrito inédito. Edición y
comentarios. Argentina, Buenos Aires: Mármol Izquierdo.

Michel Fariña, J.J. (2015). Ética y cine: el método clínico-analítico de lectura de películas
y sus aportes a la psicología [Tesis de Doctorado en Psicología, Universidad de Buenos Aires].

Ramos Velázquez, A. E. (2017). Westworld: la serie como código cultural. Máster en Teoría e Historia del Arte y Gestión Cultural, Universidad de la laguna.

Trías, E. (1982). Lo bello y lo siniestro. España: Ariel.

Žižek, S. (1999). El acoso de las fantasías. España: Siglo XXI.


NOTAS

[1Traducido por Heidegger.

[2Basada en el film de 1973 que lleva el mismo nombre, traducido como Almas de metal, escrito y dirigido por Michael Crichton.

[3Isacc Asimov en el relato “Círculo vicioso” (1942) enunció las tres leyes de la robótica: en primer lugar no dañar al humano, segundo, obedecer al humano y por último, auto-conservarse si es posible, sin entrar en contradicción con las otras dos leyes.






COMENTARIOS

Mensaje de Mariano  » 5 de octubre de 2022 » marianogiardinieri@gmail.com 

La serie se desarrolla en un parque de atracciones del futuro compuesto por diferentes escenarios ficticios donde los anfitriones son máquinas que difícilmente pueden distinguirse de los humanos. Los huéspedes (seres humanos con mucho dinero que pueden acceder al parque) se dirigen hacia ese lugar para hacer todo lo moralmente incorrecto como matar, violar, pegar y maltratar sin ningún tipo de consecuencia ya que nadie va a juzgarlos ni serán heridos como en el mundo real.
La trama se inicia cuando los androides comienzan a desarrollar habilidades cognitivas. Algunos de ellos empiezan a tener recuerdos de determinadas situaciones y se dan cuenta de que en realidad todos los días son iguales, siempre se repiten los mismos diálogos y situaciones (como por ejemplo en la Película “El día de la marmota” o “The Truman show”), con algunas mínimas variantes según el deseo de los huéspedes. Por este motivo comienzan a cuestionarse su identidad, como si tuvieran conciencia.
A medida que avanzan los capítulos podemos observar cómo se va desarrollando el lado “humano” y cálido de las máquinas, que contrasta con el aspecto salvaje de los seres humanos quienes buscan únicamente satisfacer sus deseos, fantasías, ambiciones y anhelos.
Podemos pensar una analogía entre lo que buscan los huéspedes y los anfitriones ya que, en definitiva, sería lo mismo: el deseo de acceder a la libertad. La misma no es real sino más bien falsa, pero libertad al fin. El parque se constituye como un lugar donde poder cumplir deseos con ilimitadas posibilidades.
A partir de esta serie surge la incógnita acerca de qué puede llegar a pasar con la tecnología en el futuro, ya no tan lejano. Nos abre a la posibilidad de preguntarnos si la tecnología podría convertirse en una posible amenaza para la humanidad. ¿Habrá que poner un límite al anhelo del avance tecnológico indeterminado?



Mensaje de Valentina Mackay  » 4 de septiembre de 2022 » valentinamackay@gmail.com 

Una conexión muy certera entre lo siniestro y la condición del ser, explicado a través de la historia de Westworld. Una obra maestra que en su cuarta temporada sigue dando cuenta que como seres humanos estamos anclados a ese límite, a ese uncanny valley, que como límite actúa también a modo de salvavidas. Es curioso que el guión lo retrate a través de un mundo sin límites, de horrores cometidos dentro de una ficción que escapa de sí misma, fundiendo los márgenes de lo real con una liberación androide que nos interpela.
Las películas y los libros continúan mostrándonos qué sucedería en caso "de", este escrito me hace pensar también en el recorrido hecho desde "Sueñan los androides con ovejas eléctricas" hacia su reformateo en "Blade Runner". Los androides vuelven a mostrarnos aquello que no queremos ver, en el caso de la película de Ridley Scott, la mortalidad como condición para la vivencia. Un androide alfa que asesina a su creador muere bajo la lluvia murmurando: "All those moments will be lost, in time, like tears... in rain".
Palabras que describen la epifanía de aquel encuentro-ilusión.



Mensaje de Lucas Varela  » 21 de agosto de 2022 » lu.mav.89@gmail.com 

Es muy interesante el análisis que hace la autora de la serie, tomando el concepto del uncanny valley de Masahiro Mori y ligándolo con el desarrollo de das Unheimliche de Freud, para señalar aquella paradoja en la cual, la humanidad, en su empeño creativo, termina topándose con los propios límites que su cualidad de Sujeto le imprime. Aquella de la cual no puede escapar porque es condición de existencia, ésta es, la división subjetiva, el ser en falta.
La experiencia de lo ominoso, como se traduce das Unheimleiche, de una inquietante extrañeza, señala, según la autora, un límite en el desarrollo de éstos seres artificiales, en su cada vez más lograda similitud con lo humano. Y éste afecto que marca un límite puede no ser otra cosa que la señal del encuentro con lo Real, entendido desde la obra de Lacan. Aquello Real que queda por fuera de lo simbolizable, que marca el límite que tiene el ser humano en lo que tiene mas de humano y diferente, un límite que es universal, de la especie, y singular, de cada Sujeto.
En este caso el encuentro de lo Real se da en la emergencia de una similitud casi indiferenciada con respecto a estos androides, que son de su propia creación, pero que, al acercarse cada vez más a lo humano, dejan de ser objetos, y amenazan con ser Sujetos. Es entonces donde todo el armado Simbólico e Imaginario, manteniendo la conceptualizacion lacaniana, queda subvertido. Aquello que en la serie y por definición es un objeto para ser utilizado, un objeto de goce, un goce que está permitido, que no tiene necesidad de ser reprimido, deja de serlo. Entonces aparece ante el Sujeto otro Sujeto, un Sujeto frente al cual no tiene complementariedad posible, el cual queda tan alejado como lo está el Sujeto de si mismo, que le marca de hecho su condición de Sujeto, de Sujeto dividido por el lenguaje.
Está claro que llegado el caso en el que la ciencia y la técnica llegase a tal punto en que se pudiesen crear Sujetos de manera artificial, es decir, Humanos artificiales, seres-Sujetos, las implicaciones morales y éticas se verían altamente desafiadas, y la identidad misma como especie humana se vería trastocada. Quizás entonces la emergencia de esa ominosidad, la existencia de ese uncanny valley sirve a la vez de señal y de límite. De señal de que se está acercándose a algo maravilloso y a la vez terrorífico, conocido y a la vez altamente extraño, que implica el cambio del estatus de la especia humana en si mismo, pero que también implica el encuentro con un Otro, sea cual sea su proveniencia. Y un límite ético, que conlleva una decisión: cruzarlo o no, no dará lo mismo, no será sin consecuencias tanto para el Sujeto, como para la Humanidad.



Mensaje de María Elena Domínguez  » 19 de agosto de 2022 » menadomin@gmail.com 

Un trabajo muy interesante para pensar el problema de la identidad a la luz de los alcances del término Unheimliche. Esas variaciones en el caso de los robots que se asemejan, cada vez, más a los humanos en un afán de acortar esa brecha abre, no obstante, caminos diversos en dónde lo siniestro se expresa a la hora de abordar la constitución subjetiva. Ahora ,desplegando la misma pues no sólo se trata de la relación con el otro primordial y la inscripción en el baño del lenguaje, sino en que ese decir no es autómata, esa ley está encarnada y allí la castración que se pone en juego en una transmisión. Se recorta, justamente, cuando Freud ubica aquellos fenómenos de lo siniestro en que existe la duda entre lo animado y lo vivo y viceversa, incluyéndose de otro modo la pregunta por lo humano. De allí la importancia del hallazgo de ese primer epígrafe escogido



Película:Westworld

Titulo Original:Westworld

Director: Jonathan Nolan - J. J. Abrams

Año: 2016

Pais: EEUU

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